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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hoy me uno a la huelga

Soy ama de casa, y hoy haré huelga paseando por las manifestaciones convocadas en una ciudad cercana. Iré a pasear y a reivindicar que ya me han recortado tanto que casi ni me llego. Que estoy harta ya de tantos recortes que me ponen de los nervios.

Sé que el dinero no da la felicidad, pero también sé que la escasez de recursos trae de su mano la preocupación constante, tan cercana a la infelicidad.





http://migueldeesponera.blogspot.com.es/2012/11/una-huelga-para-forzar-el-empate.html

Bodas de plata

Uno no sabe qué serie de confluencias son necesarias para llegar juntos a unas bodas de plata. Pero sí que sabe que algo tan complicado puede ser recogido en una canción que haya sido creada por alguien con el talento suficiente para ello. Y que puede ser cantada por esa voz que no pareciéndose a ninguna otra que antes haya cantado, sepa cantarlo desde el centro mismo del corazón.

Solo Pablo Alboran parece haber reunido el arte necesario para escribir una letra, crear una música y ponerle voz al sentimiento de esta mañana de hoy.


Solamente tú

domingo, 11 de noviembre de 2012

Mirando a la actualidad

Los tristes sucesos de estos días -previsibles, si tenemos en cuenta que cada vez se pierden más puestos de trabajo y que cuanto mayor es el número de personas en dificultades, más se cae el comercio, desequilibrando otras estructuras que de pronto se comienzan a tambalear- están llevando a quienes ya deberían haber tomado medidas hace tiempo, a revisar con lupa los motivos que hay detrás de una orden de desahucio.

Parecen haberse despertado de un largo letargo y caído en la cuenta de que detrás de cada desahucio hay una triste historia que se hubiese podido ahorrar, si las medidas que se hubiesen tomado fuesen otras y no éstas. La pregunta es si los cambios llegan tarde, o si se harán. Uno se pregunta si de verdad protegerán a los desprotegidos, o hasta qué punto; y se alegra de que al menos se intente hacer algo, desde estrado desde donde la vida se ve tan distinta, o lo parece.

Yo no entiendo de política, y me da lo mismo quien gobierne si lo hace bien, si a mi alrededor la gente con la que comparto mis días está contenta, tiene un trabajo al que acudir para hacer lo de siempre, puede pagar sus facturas y reservarse un tiempo de ocio que le complete, puede ver crecer a sus hijos con tranquilidad y esperar que ellos no tengan demasiadas dificultades para ser independientes y hacer su vida. Pero no es eso lo que veo, por eso soy consciente de todo podría ir mejor: es todo lo que entiendo sobre política. Que las generaciones que vienen detrás no tienen puertas a las que llamar, porque en este momento todas se le cierran.

Es hora de que algo comience a mejorar.


http://pilaralberdi.blogspot.com.es/2012/11/la-espana-en-que-vivimos_10.html

viernes, 9 de noviembre de 2012

Retazos...

Creo que casi en cada familia toca un suicidio que descoloca la vida de los demás, que se arrastra a través de ese tiempo que nunca pasa, que estanca el pensamiento en ese momento en que se pudo hacer algo por evitarlo y no se hizo, (porque no se sabía que era necesario buscar qué hacer ante algo que no se sabía que pasaría). Es un sentimiento tan horrible que nunca se consigue arrancar.



http://fraternidadbabel.blogspot.com.es/2012/11/a-jose-mallorqui-mi-padre-40-anos.html

jueves, 8 de noviembre de 2012

Días de lluvia

Bajo este título se esconde una verdad, los días de lluvia me cambian el ánimo de una forma tremenda. Si a los días de lluvia le unimos el frío, la humedad y que a las seis de la tarde ya es noche, apaga y vámonos.

Si a todo ello le sumamos las noticias del minuto a minuto de un país en crisis, el resultado es caótico, y quizá si tuviese el suficiente dominio de mí misma debería tomarme un descanso por aquí, para ocuparme en novelar, siempre más amable, porque conjuga lo positivo y lo negativo equilibrado en la balanza de ese hilvanar que llega desde una especie de submundo donde todo cobra un sentido y se logra amansar.

En estos días de lluvia que se extienden hasta la primavera me gustaría utilizar más el ordenador de las historias noveladas, que éste que comunica con el mundo, porque de las noticias diarias se extrae mucha desazón que tiende a salpicarse aquí y contagiar a donde va. Y esa os juro que no era la idea.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Los mordiscos como demostración de afecto?

Me permitirás que discrepe, yo no estoy enamorada ni estoy a punto de cumplir los dieciocho, ya no soy una niña ingenua y cada vez que me miro en el espejo encuentro una nueva arruga que antes no ví - quizá exagero, pero todos sabemos que tiendo a hacerlo, a estas alturas no nos vamos a engañar-, no es que ello me capacite para afirmar que los mordiscos de tu chico no demuestran afecto, sino rabia; pero al menos en una ocasión que me tocó presenciarlos sin querer, puedo decirte que fue lo que vi.

Ya te digo que a mi edad suenan las alarmas y que desde mi edad no me lo creo. Yo nunca contaría a mis amigas que los mordiscos son una demostración de afecto. A veces, y fíjate bien lo que te digo, a veces tampoco los besos son una demostración de afecto.

Hay personas capaces de dañar "a lo que quieren" con tal frialdad que después nos sorprenden en los telediarios, cuando después de "matar porque era mía", confunden a los vecinos que solo vieron en esa persona una grandeza: la mismita que fingió.

¿O acaso no fingieron que era amor?

No tengo la respuesta, pero dejo claro que los mordiscos de tu chico no son una demostración de amor. No diré que no te quiera, porque no sé cuánto te quieres tú misma. No diré que no soy rancia, porque quizá desconozca hasta qué punto lo pueda ser, pero abre bien los ojos y no admitas cualquier cosa por amor.

El amor no es cualquier cosa, no permitas que te den cualquier cosa a cambio de él.

martes, 6 de noviembre de 2012

Consecuencias de crisis

Ayer me encontraba con una de las mejores personas que conozco, el encuentro fue a la puerta de un supermercado. Esta persona está retirada y tiene una pequeña pensión que hace años apenas si le daba para vivir, así que a día de hoy sus dificultades van en aumento, como las de todos los demás. La clase media tiende a desaparecer entre recorte y recorte, de modo que me voy encontrando cada día con personas que me hablan de lo cara que está la vida ahora y lo difícil que se pone vivir.

Nuestro tema central fue el trabajo, que cada vez es más complicado encontrar, a la vez que hay mayor facilidad para ser finiquitado, poniendo un punto y final repentino a una vida laboral. Es un tema deprimente de por sí, porque para la gente como nosotros perder el trabajo es perder el sustento, abocarnos al desastre, caer en un hoyo profundo del que cada vez es más heroico salir.

Me contó que meses atrás se cayeron varias plaquetas en la fachada de su piso, y que solo las hay de un color parecido, pero no el mismo. Que hubo reunión de vecinos y que la mayoría decidió tirarlas todas abajo y poner otras, de modo que tocan a 8.000 euros por cabeza, me dijo que el banco no le daba crédito y que había ayudas en el principado antiguamente para temas de estos, pero que ahora no las dan; aunque de todas formas iría a mirar porque es el recurso que le queda. Mientras hablaba lo hacía con aparente tranquilidad, pero desde algún lugar se dejaban adivinar sus noches en vela y su desesperanza de que alguien le pudiese ayudar. Sabe que pertenecemos al mundo obrero y que éste no pasa por su mejor momento. Sabe que si las ayudas no llegan desde arriba, desde abajo no se le podrá ayudar.

Que sin ayuda todo se le volverán procesos imparables que lo engullirán.