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miércoles, 17 de octubre de 2012

Retazos...

Creo que un escritor es aquel que se cura con las palabras que otro escribió o con las que escribe él mismo.  Quien cuando enferma sólo necesita palabras impresas para su curación.

lunes, 15 de octubre de 2012

Ingrato amor

El corazón no es de quien lo rompe, sino de quien lo repara.






domingo, 14 de octubre de 2012

Es un hecho

A veces tras una injusticia sientes que se paraliza la vida

jueves, 11 de octubre de 2012

Ir a la escuela, jugar, reír y cantar

Los padres occidentales somos felices cuando nuestros hijos van felices a la escuela, porque sabemos que en ella aprenderán a ser hombres y mujeres con criterio propio el día de mañana. Sabemos que al menos quienes pongan de su parte, aprenderán cuanto quieran, y que ni maestros ni padres podremos límites a su deseo de saber, a su sed de conocer y su voluntad de expresarse. Eso es todo cuanto los padres occidentales nos preciamos de saber; que jamás esperaremos nada malo de todo cuanto la escuela pueda enseñarles.

Eso, también lo sabía Malala y un día decidió abrirse un blog en internet para ir contando todo lo que pensaba, junto con lo que aprendía y lo que podía observar en su vida diaria. El valor de ello es que por entonces solo tenía once años y las cosas claras. Por desgracia supe de Malala el día en que le dieron dos disparos, uno en el hombro y otro en la cabeza. Y supe que le fueron dados por alguien que quiso acallarla. Por alguien que mientras la niña de 14 años se debate entre la vida y la muerte, vuelve a sentenciar que la matará si no desiste de ir a la escuela.

Otra mañana de tantas vuelvo a preguntar en voz alta qué clase de mundo es este, que insiste como tantas veces en llenarme de huecos por dentro. Huecos que nunca cerrarán, porque el mundo se vuelve loco y me encuentro dentro.Yo no quiero un mundo así. Me consuela que casi nadie quiere un mundo así, y también que somos muchos quienes intentamos cambiarlo. Y no solo desde occidente, sino desde todas partes, porque todos somos ciudadanos del mundo y tenemos derecho a intentarlo. A intentar que no sucedan hechos así, ni bajo el amparo de religiones, ni bajo el amparo de nada, porque el mundo es demasiado bonito para verter sobre él la sangre de inocentes.

Tengo pocos datos de esta noticia, y no necesito más, como siempre confío en que los ojos que leéis al otro lado tengáis la suficiente curiosidad para indagar por vosotros mismos, para sacar vuestras propias conclusiones, para saber responder qué clase de mundo queréis: imagino que Malala quiso hacer algo parecido al abrirse un blog. 

En un telediario, vi un trozo de entrevista que le hicieron, en el que decía que solo reclamaba su derecho a asistir a la escuela, a jugar como es lo lógico en cualquier niño, a reír; y a cantar.

Desde aquí quiero expresar mi deseo de que Malala, como cualquier niño tenga ese derecho; porque el mundo es una esfera donde todos los niños se merecen estos derechos: ir a la escuela, jugar, reír y cantar.



martes, 9 de octubre de 2012

Sin industria no hay futuro

Bajo este lema nos manifestamos ayer. Según la policía local había 8.000 personas caminando hombro con hombro por las calles principales de la ciudad, según los sindicatos el doble. Lo importante es que se quiso dejar claro que sin industria no hay futuro; no tenemos futuro, al menos quienes vivimos de ella no. Se explotaron petardos ensordecedores que tuvieron un leve rumor de muerte, nuestra industria se agrava por momentos y si alguien no empieza a tomar conciencia, pasará en nuestra región lo que pasó con la agricultura. En un reportaje de televisión que vi recientemente un ganadero daba datos escalofriantes, por cada litro de leche conseguido tiene una pérdida de seis céntimos; pero ni aún así se plantea rendirse, puesto que es lo único que sabe hacer y aquello de lo que quiere vivir. La subida del carburante hace que cosechar sea cada vez más caro, y al precio irrisorio que le pagan el litro de leche, lo tiene muy complicado para vivir; pero no está dispuesto a vengan desde otros países a derribar una tradición que en su familia fue pasando de una generación a la siguiente, y en eso está, como un Don Quijote que lucha contra molinos de viento. O como un ganadero negado a que la leche de vacas europeas sustituya a la española, porque también hay leche aquí y campos y gente dispuesta a defender su trabajo aunque lleve tiempo sufriendo pérdidas. Es esto lo que no se puede consentir.

Frente a lo que firman los gobiernos, quedan las consecuencias, que son esas. Frente a aquello que recortan, están los recortados que sufren y padecen en sus propias carnes cada desacierto. Se habla de recortar, precioso verbo, pero son tan desiguales los recortes que recortan siempre sobre los trozos pequeños, y así no se puede ya. Fue eso también lo que salimos a reivindicar, que ya no nos dejan vivir, cuando todo lo que pedimos es trabajar, y vivir de nuestro trabajo. No se pide nada regalado, eso también lo salimos a decir. Se pide que quien se presenta a un cargo de altura esté a la altura; eso y nada más. Y hay mucha gente que no lo está y todos pagamos las consecuencias.

En los últimos años se han perdido cada vez más empleos, han cerrado más empresas y se han sumado las familias que viven sin ningún recurso. Eso fue lo que salimos a gritar, que no podemos seguir así, y que como obreros que fuimos y seremos toda la vida solo queremos trabajo, porque venimos de generaciones anteriores donde aprendimos eso, que todo el que tiene trabajo y lo conserva, tiene dignidad. A fin de cuentas solo queremos ser dignos de tener trabajo y que se nos quiera escuchar.











lunes, 8 de octubre de 2012

Os cuento

Este fin de semana logré que alguien profesional leyese mis cuentos. No haré referencia a su nombre porque creo que es algo que debe quedar entre nos, no quisiera que algún día alguien le eche en cara el no haberme recomendado encestarlos en una papelera. Os cuento mis impresiones, no soy tan buena como creía, ni tan mala como creía. Sé que es un contrasentido, pero en esto de escribir fluctúo entre el lado alto de la balanza y el lado bajo, según el día. Vamos, que soy bipolar, ¡qué novedad! Disfruto mientras escribo y dudo y sufro mientras corrijo porque en verdad todo lo importante sobre escritura se me escapa.

Valoré muchísimo que dedicase el tiempo del que carece -porque solo hay que ver todo lo que escribe- en leer la obra de un novato, y hacer todos los apuntes que creyó necesarios. Es algo que nadie hasta este momento había intentado: estando en la cúspide leer algo que le llega desde abajo. Eso lo hace tan especial que en esta mañana de correcciones sigo dudando si publicarlo o no, porque no quiero tener prisas. Si vivo lo suficiente tiempo tendré y si no vivo lo suficiente entonces qué importa. Sé que es ahora cuando empieza el camino, que bajo mis pies está la línea de salida y que tengo el arrojo necesario para intentarlo. Ya es más de lo que sabía.

Mi gratitud a esa persona profesional por dejar a un lado a los excelentes escritores de todos los tiempos y atreverse conmigo; porque durante ese tiempo que dedicó a leerme y corregir, me hizo sentirme importante.

domingo, 7 de octubre de 2012

Verbo creer

Hace tiempo que tengo una creencia, no importa tanto los hechos que sucedan en tu vida, sino la forma en que los enfocas. Puede ser todo diáfano a tu alrededor, que si lo enfocas sobre una luz oscura, todo será oscuro a tu alrededor. Puede ser todo oscuro, que si lo enfocas con una luz refulgente, todo resplandecerá de vida a tu alrededor.

Es lo que volví a sentir leyendo esta entrada, y releyendo varias veces su poema final. Hermoso e imperecedero como el mismo tiempo.



http://pilaralberdi.blogspot.com.es/2012/10/el-momento-ideal.html