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lunes, 26 de marzo de 2012

Un convencimiento propio

Las personas en las que crees tienen una cualidad: te sanan.

sábado, 24 de marzo de 2012

Ellos nos dijeron

Hay que reducir gastos
hay que apretarse el cinturón
hay que eliminar gastos superfluos
hay que gastar con mesura
hay que acostumbrarse a ahorrar.

Pero luego nos llenaron
todas las calles con posters gigantes
repetidos una y mil veces
de su partido y de su cara
en una competición de locos.

Nos llenaron los buzones 
de propaganda de sus partidos
que después habrá que reciclar.
Llenaron las televisiones con sus palabras
con sus caras maquilladas y sus carteles.

Y nos dejan preguntándonos:
¿Pero no dijimos que había que ahorrar?

viernes, 23 de marzo de 2012

Con la llegada del buen tiempo

Toca poner orden absoluto en el hogar. Retirada de cosas inservibles que ocupan un espacio innecesario. Disfrutar del sol, de paseos por el mar, vivir al aire libre. Visitar amistades que hace tiempo que se ven pasando de largo a toda prisa. Reprogramar prioridades. Leer ese libro que llevas tiempo esperando leer y que es muy extenso y gratificante al tiempo ( El cuaderno de Maya, de Isabel Allende), si se lee a intervalos los personajes pierden inmediatez, y fuerza sonora la historia.

Ver por enésima vez La vida es bella, de Roberto Beningni, que retrata perfectamente la vida tranquila de un pueblo azotado de repente por el imperio Nazi. Y al tiempo retrata la historia de un hombre profundamente enamorado de una mujer, que es capaz de cualquier cosa por conseguirla. Y ya después de conseguida es capaz de lo que sea por salvar la vida de su hijo Josué, para ello lo esconde en el campo de concentración a que han sido llevados. Un lugar donde lo que menos les importa a los Nazis es la vida de todos los que allí se encuentran, que justamente son llevados hasta allí para encontrar su fin. Guido hará todo lo posible y lo imposible por conseguir que Josué salga vivo de toda esa locura ¿Lo conseguirá? ...Imprescindible verla aunque se sepa ya de memoria; para no olvidar que en otros pueblos -que son nuestros pueblos- hay otras gentes pasando por lo mismo y que hay tragedias que se podrían evitar. Si tenemos que inventar nuevas palabras, las inventaremos, pues todos los diccionarios se pueden engordar: el número de páginas no importa.
No hay límite de hojas para un libro que cuente lo importante de la historia: que se supo empezar.

jueves, 22 de marzo de 2012

Libros que hay que leer

En mis años más extensos de sequía, en que todos los libros que compraba eran restos de restos, dado su bajo precio. Y los únicos libros que me podía comprar, que se fueron en gran parte de regalo a una librería de viejo en busca de otros lectores, más capaces quizá. Yo soñaba con leer libros que valiesen la pena por su temática. Temas que valiese la pena retratar; removedores de conciencias quizá. Pero no daba con uno.

Pilar Alberdi parece empeñada de un tiempo a esta parte, en rescatarlos para mí, aunque no sé cómo ni de donde están surgiendo mis propios temas, y cuando no estoy en trance por su espera, lo estoy porque ya han pasado de largo y me dejaron exhausta; tal es su fuerza. Aún así no me resisto a dejarlos pasar de largo, los cazo al vuelo y me hago eco, porque quizá algún día los pueda leer.

En su blog hay reseñas de muchos libros, Por ejemplo de Un artista del hambre, de Frank Kafka. Otro de los enlaces que quería dejar, si se pasan por su blog no dejen de leer esa reseña, les impresionará.

http://pilaralberdi.blogspot.com.es/2012/03/el-de-mercedes-pinto.html

miércoles, 21 de marzo de 2012

El premio a la capacidad de soñar

Hace muy  poco tiempo, dejaba el enlace a un blog titulado Cómo no ser una mamá drama. Lo escribía una hija harta de la sobreprotección materna. Tenía en mente parece ser, comprarse una casa en la playa y tener un perro de curioso nombre. Publicó entradas y más entradas, confiesa que sin saber muy bien cómo. Y la llegada de comentarios fue ampliando su visión, a la vista de esas otras mamás drama, y sus hijitos sobreprotegidos, un poco hartos de verse tan reducidos en el espacio que les dejaban libre para explorar. Dentro de cada niño hay un explorador nato, dado a pagar el precio que haya que pagar por vivir aventuras propias.

Y dentro de cada madre un ser temeroso de que el fruto de su misma carne vaya a sufrir un poquíto. En lo que se pueda eso de sufrir su niño, pues no. Y ahí de un extremo de una cuerda al otro todas las tensiones que quepa imaginar, e incluso las no imaginadas nunca. Todo por el futuro de su niño, que si puede ser hermoso porque va a ser mediocre. Pues bien, al final la hija sobreprotegida confesó a su madre que tiene un blog que habla de todos sus avatares juntas, y que no la deja como madre en un buen lugar. Pero que la envió a la editorial Planeta, y después de haberla leído, la va a publicar. No sabía lo que su madre respondería dado que para ella es una mamá drama, pero por respuesta le dijo que si se tiene que hacer famosa y rica a costa de dejarla mal; pues que qué se le va a hacer: adelante. Y es que al fin y al cabo una madre siempre quiere lo mejor para sus hijos aunque cueste mucho creerlo, pero la niña sobreprotegida, justo ahora se lo creyó.

El premio a la capacidad de soñar se escapa a uno mismo. Cuando algo esta destinado para ti, te llega envuelto en papel de regalo, solo tienes que quitarle el lazo, y ya.

lunes, 19 de marzo de 2012

Féretros blancos

En estos días, 28 niños europeos perdían la vida cuando volvían de una excursión escolar en la nieve. Fueron tremendas las imágenes de esos féretros blancos, que contenían dentro quizá lo más preciado de cualquier pueblo: la inocencia de un niño a quien se le supone una larga vida por delante. Y dentro de un mismo féretro tanto silencio significativo de un fin, que debiera de haber sido tan solo un principio: el principio de una vida por vivir.

El despliegue de todas las autoridades habidas y por haber. La blancura de esas flores blancas. Las lágrimas y la impotencia de familiares y amigos e incluso desconocidos; en la cercanía y la lejanía que alcanza cualquier imagen de televisión, que entra en nuestra casa a través de una pantalla de televisión y nos habla directamente de  un dolor que es uno con el mundo. Fue quizá lo único "positivo" que se pueda contar. Que los niños perdieron la vida y que nadie se quedó indiferente, que se nos contagió todo ese dolor de 28 niños que perdieron la vida cuando volvían de unos días en la nieve. Los féretros blancos representaban el silencio eterno que sucedió a tantos días de risas y maravillas descubiertas a su alrededor. Después de tanto compartir entre amigos y tanto echar de menos a los suyos, pues lo uno y lo otro van siempre conjuntos. Fue imposible no sentir el dolor y la impotencia de esos padres que esperaban por sus abrazos a la vuelta, y que ya nunca encontrarán el calor de sus brazos, para arroparse en el mayor milagro que haya inventado la vida para premiar el amor: su fruto vivo.

Pues bien, mientras miraba esos féretros blancos, el poco tiempo que pude soportar esa imagen -porque he de tener mucho cuidado con lo que una imagen es capaz de horadar en mí-, sentí el consuelo de que todos los presentes estuviesen ahí, para dar cuenta de una tragedia inconmensurable, la que se da cuando la vida de un niño encuentra su fin, sea como sea y donde sea. Y sin embargo es tanta la diferencia entre las muertes de los niños como distintas sus causas.

Pensé entonces en todos los niños muertos en las guerras. Que mueren por la estupidez de las gentes que no han sabido buscar otra fórmula distinta para llegar a un acuerdo. En la soledad que acompaña a familiares y amigos, que no encuentran eco que se haga cargo de la crueldad con que han perdido su vida; por una fatalidad que alguien sí pudo evitar. Me pregunté entonces hasta donde llegaría la línea de féretros blancos que darían cuenta de la ignominia mayor de cualquier mandatario que dicta una guerra. Y sé que daría una vuelta entera al mundo, y le sobrarían bastantes vueltas más a través de la historia del hombre, que no aprendió aún a dialogar. Todos los féretros, que incluso algunos no tuvieron, me dolieron lo mismo.

sábado, 17 de marzo de 2012

Tradiciones que hay que abolir

En estos días ha ocurrido una noticia que a mí me parece tremenda. Una joven de 16 años se ha suicidado porque ha sido obligada a casarse con un joven a quien no quería. Y lo peor de todo es que sucede porque en su país es tradición que la familia le escoja marido.

Es algo que también aquí sucedía hace muchos años, a una chica le escogían un marido que generalmente ella no hubiese escogido ni en su peor pesadilla, en base a que su familia tenía dinero y el tener dinero le presuponía una vida feliz. Que era una vida de maltrato y sometimiento, de modo que aunque fuese llamada vida no era vida, porque no puede ser vida algo que no se eligió. Como mujer no quiero ni imaginarme viviendo forzosamente con un hombre al que no quiero. Y como madre no quisiera ver la vida de mi hija truncada antes de crecer. No quisiera privarme del inmenso lujo de verla mirar de frente a unos ojos que ama. Considero que ese bien en su vida, sería a mi vez mi riqueza mayor; nuestra riqueza conjunta.

Que una chica de 16 años haya tenido que poner final a su vida para reivindicar a su derecho a la paz. Su derecho a no convivir con un hombre que no ama. Su derecho a ser escuchada aún cuando ya ni esté. Su derecho a pelear en lo que pueda por las jóvenes en su situación; me parece el fracaso más estrepitoso de cualquier progenitor. Y el fracaso de cualquier pueblo. De cualquier nación.