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miércoles, 11 de agosto de 2010

La luna quisiera ser





La luna se mira en el mar

para verse reflejada

entre las olas de espuma

que se mecen y acompasan,


se mira y vuelve a mirarse

tan inmensa y tan redonda

tan blanca como la sal

tan tierna y tan esponjosa


la luna se mira en el mar,

se mira y se remira

buscándose algún defecto

en su haz de brillantina.


Más no se lo puede hallar

porque la hicieron perfecta

y de tanta perfección

se ha quedado circunspecta,


la luna quisiera ser

a veces roca o estrella

a veces sol o esteroide

una galaxia o planeta.


La luna no quiere ser luna

quisiera ser otra cosa,

más no sabe lo que ser

mientras contempla las olas.



martes, 10 de agosto de 2010

Frase




Los hijos si los atas con la cuerda corta luchan por huir; si les dejas la cuerda larga siempre saben qué hilo seguir para encontrarte.

Lolita (cantante)

lunes, 9 de agosto de 2010

El valor de la tranquilidad



Hay algo que siempre me impactó, y es la facilidad con que en la tele te apabullan con imágenes de personas muertas. En esto no se salva nadie porque incluye a toda condición social. Aunque en algunos casos la impunidad se extiende hasta límites verdaderamente intolerables para el mero espectador, qué no decir de la familia. Teniendo en cuenta que las imágenes son a veces antiquísimas.

Todos esos programas que se hacen a título de recuerdo tienen un tinte abusivo, porque siempre terminan recordando algún rumor y moviendo de nuevo sus aguas estancadas. Rumor que al ser resucitado rellenará programas y programas de telebasura con personajes de lo más inverosímil, que intentarán colarte por todas partes, y después de agotado meterán en los programas de remix. Algo que solo añade dolor al dolor de quienes han perdido a un ser querido, que ya no puede defenderse. No quiero ni imaginar lo que pueda sentirse por dentro, porque la justicia es mucho más lenta que la injusticia, la injusticia tiene el dudoso don de la inmediatez.

Yo suelo preguntarme qué clase de país es este. Me lo pregunto muchas veces viendo la televisión, que en algunos casos debería de estar prohibida, porque provoca depresión. Sí, el sensacionalismo barato provoca depresión, taquicardias, mala uva, vejez prematura, rabia, impotencia, sensación de irrealidad, y asco. Determinados programas televisivos provocan un asco infinito, y no sirve con cambiar de canal, allá donde busques resultará que hay más de lo mismo.

Luego nos quejamos de la juventud que anda como loca, que aspiran a vivir del cuento y no dar un palo al agua, nos quejamos de los consumos de droga, los suspensos categóricos y los embarazos prematuros. Pero no hay serie nueva de televisión que no contenga dosis exageradas de sexo vacuo, o un saltarse todas las normas establecidas porque soy mega-tope-guay . Se acentúa lo banal, lo cutre, lo violento, lo vacío, lo déspota, lo malsano de una sociedad, se crea una serie de pantomima y después se justifica con la frase vale para todo de: "es lo que el público nos pedía". ¿Público, a qué cosa llaman público?, ¿Lo pedían o se aburren tanto que ni apagan la televisión aún a riesgo de enfermar?

Debería haber más talento a la hora de escribir guiones, a la hora de reflejar la realidad, a la hora de diseñar personajes, tramas o simples historias. Debería mirarse más la realidad y construir con ella algo que nos sirva a todos para reflexionar, porque así vamos juntos al desastre. O no, porque hay mucha juventud que no es como la que intentan colarnos, estudian, hacen deporte, tienen afán de mejorar, y se preparan para tener un oficio desde muy niños. Y cuidan de sus hermanos pequeños o de sus abuelos, y ayudan en las tareas del hogar porque sus madres trabajan. Hay una sociedad que estas series no reflejan, que incluso sometida a tanta estupidez por todas partes consigue pensar. Ojalá algún día se les tome como ejemplo y volvamos a tener una televisión que pueda disfrutarse, aunque lo dudo. Está todo tan gastado y tan manido que será imposible retornar.

Pues eso, que me alegro de que no puedan poner a mis difuntos en la tele cualquier tarde de domingo diciendo lo mismo que dijeron hace diez años por primera vez con una sonrisa confiada. Con su voz, -la que ya ni recuerdo-, con el brillo de sus ojos, -sus ojos vivos en el falso ahora que de verlo se atraganta-, acompasándose de esa mano enérgica -esa mano que jamás volverá a darme golpecitos en la espalda si me pongo tragicómica- que viste a sus palabras de veracidad en ese gesto tan suyo. Afortunadamente ser alguien anónimo te libra de todos los males, y deja a los tuyos descansar, creo que hoy por hoy no existe en el mundo mayor riqueza, porque no nos engañemos, la verdadera riqueza es la tranquilidad.

sábado, 7 de agosto de 2010

Que se cumplan tus sueños



El verano llegó casi sin anunciarse

con muchas horas de lluvia

tan fina que apenas se posaba

sobre tu pelo.


No creí que fueras a crecer tan deprisa

y convertirte en la personita

que no admite consejos

de buen talante.


Me veo a mí misma de nuevo

hace muchos años

con ese saber exacto

de lo entonces quería.


Te miro a los ojos

y en ocasiones me encuentro

a mí misma desde la asombrosa

distancia de esos veintisiete años.


Qué poco nos cuesta entendernos

y cuanto aceptar que seas tan mayor

como nunca pensé que lo serías

teniendo tan solo tu edad.


Y es que olvidaba que lo importante

no son los días de vida

sino el modo de vivirlos

y que desde que naciste


no he dejado de prepararte

para ellos ni un tan solo un segundo.

Te haces mayor mientras te miro

sueñas, mientras deseo


que tus sueños se cumplan

lo mismo que si fuesen míos,

porque me pertenecen también,

en la medida en que siempre serás mía.






viernes, 6 de agosto de 2010

Distinta vara de medir




Soy pésima para los conceptos, para los encasillados, para las distinciones en general. Tal vez por eso me exasperan los telediarios de ahora, no lo sé, pero mi hijo desayuna viendo el telediario matinal antes de irse a trabajar ( ya son ganas) y me ha pasado un comentario que me ha quedado crujiendo como una nota mal afinada que tengo que afinar para que mi silencio sea pacífico.

Alejandro y Fernando están en la barra de un bar tomandose una copa y observan la mesa que hay junto a la ventana, de pronto Verónica y Rocío que llevan unos vestidos imponentes y unos tacones altísimos pasan junto a ellos para ir al baño.
_ ¿Te has fijado en Verónica?, es mucho más elegante que Rocío. ¡Donde va a parar!_ dice Alejandro.
_ Siempre ha tenido más estilo, salta a la vista.

La conversación entre dos hombres suele acompañar unas risitas, tal vez algún otro detalle nacido de la camaradería y demás, y no es raro que se les tache de machistas.

Pero claro, si te cuentan lo mismo en un telediario matinal, la cosa cambia. Entonces es rigor periodístico y no tiene nada que ver. No he sido testigo, y la verdad que no me apeteció hacer la investigación al respecto. A mí me gusta desayunar en silencio, observando las nubes, el cielo, el lento vuelo de los pájaros, la distinta tonalidad de verde en los prados y montes cercanos. Y no quise añadir ruido a la estampa.

Pero él me aseguró que estaban alabando las lindezas de Michelle Obama y afirmaban que tiene mucho más estilo que Carla Bruni. Y es más elegante.

No entiendo porqué estas comparaciones jamás las hacen con los hombres, porque si nos fijamos hay muchas diferencias entre Zapatero, Obama, y Sarcozy. Y si hemos de fijarnos en el exterior de las personas, y solo en el exterior ( que no es lo importante porque entre otras cosas tiende a venirse a menos con el pasar de los años aunque digan que no), el más elegante sería Obama, luce la ropa mejor. ¿Creen que en el telediario de la tarde lo dirán?

jueves, 5 de agosto de 2010

Diferencia de opiniones




Acabo de censurarme un post muy largo. Debo de estar mejorando. Era precioso, pero ni lo copié para quedármelo. Es lo que tiene fiarse del propio instinto, unas veces aciertas y otras no, pero si no sabemos distinguir cuando acertamos y cuando nos estrellamos seguimos en lo mismo. Y seguiremos, eso como que hay sol.


La carta escrita por Pérez Reverte a un joven escritor, ha suscitado tal diversidad de puntos de vista en solo dos blog, que me he quedado poco menos que patitiesa.

Quién sabe la cantidad de reacciones distintas a la que me ha movido a escribir cada post de este blog, que puedo haber originado en los lectores que me han seguido al otro lado de la pantalla. O qué habré querido explicar en carta que he escrito, y qué habrán entendido al otro lado.

Da un poco de vértigo ser consciente de que nunca se aprenderá lo suficiente.










miércoles, 4 de agosto de 2010

Vacas de los prados asturianos




Uno de mis primeros recuerdos en el pueblo es de la gente que detenía su coche para fotografiar vacas. Recuerdo la gracia que me hacía, me parecía algo sacado de todo contexto porque si algo rodeaba los prados de mi niñez eran montones de vacas pastando. Ahí donde hubiese un mínimo de prado había vacas. Por aquel entonces ni imaginaba que una niña de Madrid llegaría a responder que la leche salía de los briks. Su seguridad al decirlo equilibraba en la balanza mi estupor al verla a través de la pantalla de la televisión, y al instante recordé un pequeño detalle.

Hace taitantos años una niña de asturiana viéndonos sacar patatas de la tierra nos preguntó cómo habían llegado las patatas hasta allí. Creímos que bromeaba y nos reímos lo que quisimos, pero no tardamos en comprender que ella nunca lo había visto, no había más que mirar sus ojos llenos de luz. Al explicarle el proceso se quedó maravillada, y se pidió participar. Le pedí que echase todas las patatas que sacara en un caldero vacío y que no lo perdiera de vista, para hacer una tortilla de patatas al terminar. La tortilla era una tortilla de patata como cualquier otra, doy fe, pero ella nos aseguró que era la más rica que comió en su vida, y tuvimos que creerla por lo mucho que insistió.

Aún estaba pasmada porque pudiesen sacarse patatas de verdad de entre la tierra con una fesoria. Sí, han leído bien, aquí a las azadas las llamamos fesorias. La niña por aquel entonces tenía ocho años, y vivía rodeada de tierras de labranza desde que nació, pero sus padres nunca sembraban. Al año siguiente la avisamos para la taja de patatas, tal y como habíamos quedado, después nos ayudó a sembrarlas. A partir de entonces siguió bien de cerca el proceso de todas las hortalizas de nuestra huerta y se hizo asidua en toda clase de recogida. Hasta lo más simple resulta apasionante cuando se le presta atención, verla trenzar cebollas era todo un poema.

Pues eso, cuando era niña y un coche de turistas se detenía a retratar vacas en los alrededores del pueblo en que los niños andábamos compitiendo todo el día para arriba y para abajo hasta saber quien era el más veloz, o el más fuerte, me parecía algo fuera de toda lógica que un coche irrumpiese nuestra actividad para retratar el tranquilo pastar de una vaca. No podía concebirlo, porque entonces no sabía la suerte de acercarme hasta ellas cuando quisiera y contemplarlas hasta el cansancio. Ahora sé exactamente lo que sentían. Mi marido también sabe cómo es la sensación de detener el coche ante la urgencia, casi siempre imprevisible, de que yo pueda retratarlas. Y compartirlas desde aquí, a sabiendas que a día de hoy, muchos ni sueñan con tal lujo.