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martes, 14 de enero de 2014

Cambiar de hábitos

Cuando comienza un año nuevo todo el mundo se propone algo. Este año consultando un libro que tengo hace tiempo que viene a titularse así: Cómo organizar tu tiempo para ser más efectivo, de momento me aplico a la labor. El motivo justo ese, quiero ser más efectiva conmigo y con los demás, conmigo para tener más tiempo para escribir y corregir, con los demás para tener más tiempo disponible para compartir. Y es que cuando no escribo me corroe algo por dentro por no escribir. Es un compromiso conmigo misma adquirido hace ya tantos años que ni recuerdo. Y al principio de año quemé papeles, ordené escritos, me puse metas más pequeñas, enmarqué una foto nueva para poner frente el escritorio a modo de recordatorio y comencé a corregir una novela corta, que de momento -cruzo los dedos- se está dejando corregir. Mi intención es presentarla en este blog a lo largo de este año: su destino Amazon en principio, o algún concurso pequeño. Decidí que no tengo que comenzar más escritos, al releer me di cuenta, todo lo que quiero decir ya está dicho en lo que hay escrito, falta un último pulido y decidirme; dejar que las obras vean el mundo y hagan su camino al fin. Cambiar de hábitos digo, dicen que es posible. ¿Es posible no desanimarse ante uno mismo?, a mí se me complica mucho, pero en parte es por darle tantas vueltas a todo, por querer meter un mundo entero en una novela. O por leerla tantas veces buscando erratas que la acabo por aborrecer. Hay que ir poco a poco, me digo, aún queda tiempo, pese que hay tanto por corregir.

Según este libro que ahora no se donde tengo, es posible cambiar los hábitos en 21 días. Me ha llevado 14 poder hacerlo. Dedicar a la casa el tiempo necesario para tener todo listo por la mañana, para después sentarme a escribir. El descubrimiento es que ante el premio final cuesta menos lo primero. Lo difícil es mantenerlo de lunes a viernes durante el resto del año. Ese es mi reto. Si todo va bien este año habré logrado algo que en este momento considero casi imposible de conseguir. Os pediré que tengáis paciencia, aún tratándose de mí ;-)



viernes, 10 de enero de 2014

Carta de un médico a los Reyes Magos

Acabo de leerla ahora mismo. Es una carta que un médico de los que ejercen de verdad escribió a los Reyes Magos. Este año yo iba a pedirme un regalo, nada caro, pero al final tuve que dejarlo para más adelante, da lo mismo, considero haber llegado a este blog, como mi regalo del año. Tuve que hacerme seguidora al instante, porque yo, sé distinguir lo bueno ;)



http://yourfamilydoctor.wordpress.com/2013/12/25/carta-de-un-medico-a-los-reyes-magos/

Los jóvenes solo quieren trabajar, cobrar es lo de menos

Así, resumido de una manera chusca, voy con prisa, sería el titular que llevo escuchando unos días en televisión. Y lo digo alto y claro, es mentira. Lo digo porque sé de buena tinta que un joven acaba de salir de su casa hace horas a firmar un nuevo contrato, para una nueva avería. El trabajo es tóxico, penoso y peligroso, podría aportar datos muy contundentes, pero me los reservo. La última vez que trabajó para esta empresa y recibió el salario, le chorizaron 500 euros. Tal vez basados en ese titular que repite una y otra vez, que los jóvenes buscan trabajo en lo que sea, que quieren trabajar y que lo que menos les importa es el dinero que les vayan a pagar.

Eso es un cuento chino de quienes quienes quieren que ya no solo los jóvenes, si no los trabajadores en general trabajen como chinos. Y sucede que estamos en España, aunque España se parezca cada vez menos a España. 

Aquellos que aún no tenemos alterada nuestra situación geográfica, sabemos que aunque todo esté distinto, seguimos estando en nuestro país.

Los jóvenes quieren el trabajo que se merecen, ya sea tóxico, penoso y peligroso si no hay otro posible, pero pagado tal y como fue acordado. Tomen nota para cuando tengan que dar un nuevo titular.

martes, 7 de enero de 2014

Los Reyes Magos de Oriente y Olaya

Los Reyes Magos de Oriente llegaron al ayuntamiento vestidos con sus mejores galas. Los pajes reales fueron cargando los juguetes que traían consigo en las carrozas que los pasearían por toda la villa, saludando a grandes y pequeños y repartiendo caramelos a su paso. La pequeña Olaya solo tiene veinticinco días, pero la ilusión de sus padres les lleva a hablar directamente con sus majestades, que prestan atención, buscan sillas donde sentarse y se disponen a posar para la foto.

Se miran unos a otros comparando sus enormes cuerpos con el cuerpecito frágil de la niña. Sin embargo, ninguno se atreve a tomarla entre sus brazos, los padres se impacientan, pensando que quizá no reunirán el valor de dejarles retratar ese momento. Finalmente es Melchor quien pregunta el nombre del bebé ataviado con sus mejores galas, y pregunta el tiempo que tiene. Veinticinco días le parecen la mar de interesantes para sellar ese primer momento en que Olaya puede verles, la niña sonríe al ser alzada entre sus brazos y se acomoda entre la suavidad de la tela real sonriendo a su vez. Un clic deja constancia de que la feliz mamá ha retratado el momento, pero no es suficiente con eso. Llama a un paje real y le pide el favor de fotografiar también a los felices padres, que se sitúan a cada lado de Melchor, quedando entre Gaspar y Baltasar.

Todos dicen: patata; todos menos Olaya, claro está. Y el momento queda inmortalizado para siempre. Olaya recibe su primer regalo de los tres Magos de oriente, junto con palabras dulces, besos y suaves caricias. Los demás regalos llegarán más tarde a su casa, los primeros que los Reyes Magos de Oriente se pasaron a dejar.

Hay otra fotografía de Olaya con sus juguetes.

domingo, 5 de enero de 2014

Verbo retuitear

Las grandes historias a veces se escriben con pocas palabras.


La historia de Marcelo Vieira y su abuelo. No se la pierdan.

sábado, 4 de enero de 2014

Bodas de oro

Cincuenta aniversario de boda
y no estás para celebrarlo
es una fecha triste sin ti
porque la celebrarías por todo lo alto.

Cincuenta aniversario de boda
en que una parte sí recuerda
lo que la otra parte ha olvidado,
triste fecha sin ti

Que no estás para celebrarlo
aquejado de muerte prematura
quién sabe dónde, de qué forma
y envuelto en qué silencio
para recordarlo.

viernes, 3 de enero de 2014

Qué alegría volver a estar juntos de nuevo

Así, como uno no puede controlar su vida, tampoco puede controlar su ficción.

Nuevos cambios no programados, pero mejores; eso sucede cuando intentas dar un nuevo repaso a aquello creado. Es lo que sucede al retomar después de varios años algo que has escrito y no has concluido. Algo en lo que deberías reflexionar.

Entonces piensas que si tú no fueses tú, no te sucedería esto. Hay gente a la que no sucedería algo así. Gente metódica, eficiente, rígida en sus costumbres, que sabe por donde pisa y hacia donde se dirige con esto de la escritura. 

Tú no, tu no sabes de dónde vienes o adónde vas porque quizá aún ni sabes quién eres. Pero cuando vuelves a encontrarte de nuevo con esos personajes creados los reconoces como viejos compañeros de viaje que siguen esperando después de tanto tiempo reencontrarse contigo y contarte lo que ha sucedido en sus vidas durante este intervalo. 

Y todo te parece tan apasionante que fijas tus horarios para volver a encontrarte con ellos a diario. Y recargar de nuevo tus desgastadas pilas.