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martes, 24 de mayo de 2011

Verbo sustituir

Eloísa llevaba meses deprimida y sin entender nada, casi enfadada de que su hija hubiese despedido de su vida y casi sin avisar a su enamorado, que andaba como alma errante a la espera de arreglarlo todo. Artemisa dijo desde el primer momento que de eso ni hablar, que no pensaba soportarlo un minuto más y que todo estaba zanjado sin posibilidad de volver atrás, de eso ni pensarlo. Ezequiel andaba tan apagado como una estrella que se ha quedado sin luz, y cuando se encontraba a Eloísa se las arreglaba para indagar acerca de Artemisa, que seguía empeñada en lo mismo. Si acaso hablaban se encontraban la misma tristeza frente a frente, y ninguno de ellos sabía bien qué decir, Eloísa trataba de que no se le filtrara la verdad, al tiempo en que intentaba no añadir más dolor al dolor de un muchacho que siempre se había portado fenomenal. Aún no había encontrado la manera de reponerse al dolor de ver que algo tan grande como lo suyo se vino abajo y se quedo en nada...en nada por parte de Artemisa. Ezequiel había sumado aún más fuerza y vigor a todo lo pasado, por eso estaba tan falto de respiro y tan sumergido en el dolor. Parecía por completo desconocido.

Hasta que una tarde de sol y en compañía de amigos, Eloísa lo encontró besando a un nuevo amor. Esa tarde sonrió y pudo olvidar el enorme dolor de su corazón. Pudo aceptar al fin que su hija habiéndole abandonado estuviese tan feliz; y pudo aceptarlo porque la felicidad de ambos era idéntica. La única diferencia era que Artemisa disfrutaba enormemente su soledad, y Ezequiel su recién comenzada compañía.

sábado, 21 de mayo de 2011

Elecciones municipales

En medio de un panorama desolador esperemos que las necesidades del ciudadano sean tenidas en cuenta. Que quienes deciden gobernarnos nos gobiernen pensando en nosotros y no en ellos. Que dejen de dilapidar el dinero como si fuera suyo, sabiendo que es nuestro. Y que no sean aún más insensatos que nosotros, que nosotros no gobernamos justo por eso, porque nos tenemos por más insensatos que ellos.

Me gusta ser optimista pero en política no albergo esperanzas. Al final todo resulta lo mismo. Y lo mismo siempre, me cansa.

Suerte a todos

Secretos de mujer

Personalmente me gusta la mujer que no vive torturada por su imagen. La que le da una importancia vital al interior, al vocabulario, a los buenos modales, la que lleva por todo adorno una sonrisa, y que se muestra tal es, sin artificio. Esa es la mujer que me gusta, independientemente de que lleve las uñas bien arregladas, los pendientes a juego con el bolso, los zapatos o el vestido, las pestañas postizas o el maquillaje perlado, los tacones imposibles o el peinado más logrado. Me gusta la mujer que no se vanagloria de ser mujer, que lo es y punto. Aquella que no vive exclusivamente para seducir, sino que seduce sin tener consciencia alguna de ello. Sobre todo y por encima de todo esta última.

Es por eso que en ocasiones frunzo el ceño cuando camino tranquilamente por la calle y veo chicas-niña disfrazadas de Barbie Superstar, influidas sin duda por las revistas de adolescentes que ponen especial énfasis en el verbo gustar, y recalcan la idea de que un buen maquillaje es esencial. Creo que este tipo de chica-niña se detecta a un vistazo por su imagen severa de mujer fatal, sus ensayos constantes de caída de ojos, sus tacones imposibles, su escasez de tela y su sobrante de hueso. Su actitud frente a los chicos si la observas es también de manual, va pasando de mano en mano hasta darse cuenta de que en vez de conquistas suma derrotas.

Creo que en el mundo existen muchas clases de mujeres, pero si he de confesaros la verdad, jamás me encontré una capaz de reunir tanta inquietud en un solo cuerpo. Me cuentan que todos los trucos de belleza habidos y por haber se encuentran aquí, y es agotador sólo consultar la cantidad de cosas que inquietan a esta mujer. Entre nos, conozco mujeres que en su vida se han maquillado y que cultivan con esmero su belleza interior. Esas mujeres ahorran tal cantidad de tiempo y dinero con su inteligencia que en cualquier reunión, siendo ellas mismas, destacan sobre las demás, a menudo tan de manual que no dejan de ser un calco unas de otras. ¿En verdad queremos ser copias de copias o apostamos por ser nosotras mismas?


jueves, 19 de mayo de 2011

Un lema de vida

Calla tu mente,
escucha tu corazón,
sigue tus sueños.

Extraído del twitter de Alejandro Fernández (cantante)

Llegará el día

Todos sabemos que llegará el día de dar explicaciones por todo lo que hacemos o lo que dejamos de hacer. A veces darnos explicaciones a nosotros mismos es muy complicado, al menos para quienes desoímos mucho a nuestras mentes y escuchamos demasiado a nuestro corazón. La única excusa que tenemos cuando nos recriminan por lo lejos que nuestros pensamientos se encuentran del mundo, es que hemos nacido así, y desde que podemos recordarnos desde el otro lado del espejo ya pensábamos y decidíamos distinto a todos los demás. Y que siempre tuvimos ese modo raro de ver el mundo, y aún pese a ello si nos volviesen otra vez a los dos o tres años de edad, tenemos claro que daríamos exactamente los mismos pasos y llegaríamos al exacto lugar en que nos encontramos. Porque estamos orgullosos tanto de las piedras halladas en el camino como de nuestro acierto al sortearlas, y porque somos lo que somos justamente por todo lo vivido y aquello que hemos elegido, quizá más por instinto que por puro raciocinio. Y por eso mismo nos cuesta tanto explicarlo. Hemos resuelto la ecuación, pero nunca podríamos detallar en qué pasos. Por eso necesitamos un respaldo cuando no habría un modo de respaldarnos.

Un día necesitaré explicar porqué he abierto este blog, y porqué ha sido tan necesario escribir en él día a día improvisando. Espero poder rescatar esta entrada entre las miles que para entonces habré escrito, y que todas estas razones convenzan. Porque creo que mi sinrazón tiene mucho de razón y una mezcla peligrosa de todo esto:

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Quieres algo seguro?

En la vida puedes andar o detenerte
puedes mirar la luz o la oscuridad,
puedes subrayar la tristeza o la alegría,
dejarte caer en picado o ponerte a volar.

Puedes trazar el camino o improvisarlo
puedes quedarte quieto o avanzar
puedes quedarte al margen o tomar partido
puedes exprimir el tiempo o verlo pasar.

Puedes forjar tu mañana o tan solo esperarlo
puedes quedarte sentado o ponerte a trabajar
puedes tirarte al barranco o ponerte en camino
puedes quedarte quejando o ponerte a actuar.

No hay nada escrito, todo aún está por escribir
no hay nada dicho, todas las palabras están por decir,
no hay nada hecho, todo espera para hacerse
y no hay nada seguro, lo único seguro es la muerte.

¿¿¿Seguro que aún quieres seguridad???

martes, 17 de mayo de 2011

Ven, sé mi luz

Este libro de Madre Teresa de Calcuta hace mucho tiempo que quería leerlo. Es una mujer que ha dejado escritos preciosos, que en sí mismos son toda una lección de vida, y de claridad mental aplastante. De fe y de lucha, de fervor y devoción. Y sin embargo a pesar de llevar en su título la palabra luz, está lleno de oscuridad. Y es imposible que fuese de otra forma. Por Santa que una mujer sea, es imposible convivir con los más pobres de entre los pobres, y los más enfermos de entre los enfermos y no albergar todas las dudas que ella albergaba. Todo el desamparo, todo el silencio y todo el dolor.

Desde el momento en que escuché hablar de este libro me pregunté porqué criterios alguien ha decidido publicar los escritos personales de alguien que ha rogado, de todas las formas en que le fue posible, que todas sus cartas fuesen quemadas o desaparecidas, para que nunca viesen la luz. Y al intentar leerlo me lo sigo preguntando. Me pregunto qué derecho tengo a hurgar en unas memorias que no quisieron ser leídas por mí. Y a penas en un breve repaso abandono su lectura. He decidido que respeto la intimidad de sus sentimientos. Que aunque haya sido un libro publicado, y por lo tanto ya público, respeto la voluntad última de una mujer que es una Santa de entre las Santas. Y que deseo y quiero que al final ese Dios al que entregó todo cuanto tenía: su vida misma, al acogerla en su seno le haya dicho las palabras que rezan en el título: Ven, seré tu luz. Eso deseo.

De este libro sólo apunto una frase:

"La soledad del corazón que quiere el amor es insoportable"