Esta temporada me encontré muchos escritores que cuentan la situación económica del momento yéndose lejos, es decir, contando una historia sucedida en el siglo XII, por poner un ejemplo, cuando pasó tal y tal cosa, y esto y aquello. Yo leía las entrevistas a estos escritores y me hacía una pregunta ¿tan peligroso es escribir sobre el ahora que todos conocemos? y mi respuesta era una duda, quizá sí. Quizá si te basas en la inmediatez para escribir sobre las tropelías que se están cometiendo te busques un problema con algún juez; improbable en apariencia, pero a saber. Y desde el fondo de mi conciencia surgía de nuevo la pregunta sin resolver ...¿y si ya todo estuviese escrito?... La respuesta la de siempre, si todo estuviese escrito qué cansino leerse un libro de casi quinientas páginas que no tuviese nada nuevo que decir.
Pues bien, ordenando viejas cajas me encontré un libro titulado El fantasma de Canterville y otros cuentos, de la colección Aula de literatura, editorial Vicens Vives, un libro de obligada lectura en el instituto. En él se hace un resumen de la vida y la obra de Oscar Wilde, también de su pensamiento y sentimiento respecto a los temas que le preocupaban. Se hace un análisis de lo que quiso significar a través de los cuentos que incluye el libro. Siempre que un crítico me cuenta el motivo que un escritor tuvo para escribir su libro, me pregunto si el crítico sería tan listo como el autor, o a la inversa, si el escritor sería tan listo como el crítico y si ambos, uno al escribir y otro al leer se estarían fijando en lo mismo. De lo que surge otra pregunta, ¿me gustaría a mí saber todo aquello que un tercero haya encontrado en mi obra?... Me refiero a todo eso que yo ni sé (:
Pues bien, si tenemos en cuenta que Todo está escrito, y que escritores actuales se van a siglos lejanos para contar el descalabro económico de ahora, os diré que Oscar Wilde lo retrató, en un cuento titulado El mejor amigo. De qué trata el cuento os preguntaréis, pues de un molinero vago que haciéndose pasar por el mejor amigo de un campesino trabajador, le arruina la vida; y de forma literal, no de un modo ficticio.