Como madre creo que solamente repetí una consigna a mis hijos, que fuesen fieles a sí mismos, a sus ideas, a sus principios, que viesen el mundo a través de sus pupilas, que usasen su propio cerebro para pensar, idear, trazar planes.
Pues bien, en eso están, aunque a veces sientan que en esa independencia necesaria me traicionan, algo que no puede ser y no será porque hasta el final de mis días ellos serán ante todo para sí mismos. Y hay caminos que nada separará.
Hilos del corazón que siempre regresarán aún después de largos desiertos, que un día regará la lluvia de un regreso anunciado a bombo y platillo por las estrellas.
Desde hace unas entradas tengo pendiente el premio a once blog. Que ya tengo elegidos, por favor un poco de paciencia porque aún no elaboré esa entrada pero en cuanto pueda estaré en ello ;)
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