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jueves, 10 de enero de 2019

En proceso de despido. Alcoa y Maroto hablan igual bla bla bla

Cierre ordenado de las plantas de Alcoa, a ese acuerdo llegaron la ministra Maroto y la dirección de la fábrica aluminera. 

Es como decir que ya encontraron la forma de despedir a los 700 trabajadores de las plantas de Asturias y La Coruña sin hacer demasiado ruido.

Bla bla bla bla con muy buenas palabras pero no lloréis. No os manifestéis. No hagáis ruido ni nos levantéis dolores de cabeza. Hemos encontrado las palabras y la formula mágica: iros a casa sin chistar. 

700 empleos directos y es imposible saber los indirectos pero se habla de 2.000

Prepararos para ser desahuciados. 

Prepararos para sumar la lista de personas que no encuentran trabajo o firman un contrato basura que no da para vivir.

Prepararos para plantear vuestros problemas y que se os responda con un disco rayado como se suele hacer desde las administraciones.

Prepararos para pasar toda clase de infortunios sin que se os escuche ni resuelva nada.

Prepararos a remar sin remos con un mar en contra como si fueseis inmigrantes de vuestro propio país. Con un poco de suerte igual cambiáis a otro sin saber su idioma.

Esta mañana estoy indignada. Dolida. Asqueada de unos acuerdos europeos que nos dejan a la deriva. De un gobierno que presume de arreglar sin arreglar nada. De unas empresas que solo quieren comprar para producir y cerrar cuando les venga en gana.
Estoy asqueada de ver como Asturias es vapuleada por todos los frentes. De como poco a poco se va adelgazando hasta los huesos hasta quedarse en nada.

Promesas firmadas con palabras que no valen nada. Que no son nada. Que no escuchan a la gente ni resuelven sus problemas cotidianos. Cuando vengan a pedirme votos no votaré porque cada gobierno me golpea duro y me da igual como se llamen los que llegan si son lo mismo que todos. Bla bla bla 

Ya que digo lo diré todo

Odio que en todas las televisiones el cotilleo aumente un cien por cien. Y salga gentuza que da asco a dar ejemplo de como funcionan las cosas.

Que todas las películas que ponen sean de muertos, matanzas, sangre, secuestros, timos, abusos, engaños y un largo ectera. Así funciona nuestra sociedad. 

Odio levantarme cada mañana y estar mas desencantada de todo. Ya ni se puede soñar porque hasta soñar con salvar un solo empleo es demasiado.

 
  

jueves, 18 de octubre de 2018

Alcoa en Avilés y La Coruña al borde del cierre. La empresa y el gobierno central ponen en jaque a los trabajadores

Esta era la realidad lanzada ayer al aire. El 31 de Octubre se producirá al cierre de las dos fábricas que lo largo de su vida han dado de comer a tantas familias. Y sigue dando cuantiosos beneficios que no se reinvierten en estas fábricas a las que se está dejando caer. Lo mismo que ocurre con ArcelorMittal en Avilés, cuyo espectáculo dantesco de anteayer, con sus columnas de humo negro extendiéndose a lo largo de la ciudad era estremecedor, lo mismo que todos sus mecheros ardiendo para intentar retomar la normalidad. El resultado fue media fábrica muerta, y la otra media luchando por no morirse también.

La industria asturiana está de luto. Lo mismo que su ganadería y su agricultura. Lo mismo que sus pueblos alejados del centro. Lo mismo que sus paisanos, que se sienten desorientados y vapuleados por todos los frentes. Algo parece renovarse y no a mejor.

Las dos fábricas de Avilés, tanto Alcoa como ArcelorMittal supusieron la riqueza tanto de Avilés como de Gozón, la prosperidad, la tranquilidad y el engranaje de los estómagos llenos y la buena educación. Hay mucho que agradecer a esas empresas que algún día pertenecieron a España, porque si algo está claro es que solo nosotros podemos mimar lo nuestro. La decadencia comenzó cuando fueron privatizadas, porque a fin de cuentas solo fueron un experimento que si interesaba se cuidaría y si no, no. Quienes ponen el dinero dinero tienen, quienes ponen su esfuerzo también ponen toda su buena intención de tirar hacia adelante con ello como sea posible, en las buenas y en las malas siempre a piñón. Eso lo tuve claro desde el primer momento en que otros daban palmas con frenesí. Cuando algo es nuestro podemos luchar por ello, cuando le pertenece a otros ya no. En el fondo es ese el meollo de la cuestión y ahora parece que se mira hacia otras fábricas mejores y más modernas. ¿Por qué no se invirtió nada en renovar esto?, ¿Por qué todos los beneficios que se dan aquí se llevan afuera? , ¿Por qué el futuro de tanta gente que hace su trabajo quemando la piel, literalmente, un día tras otro se deja al albur de quienes mueven la batuta de los intereses? Unos piden un precio altísimo por la luz y otros se niegan a pagarlo y a reinvertir sus ganancias a la empresa que los genera.

¿La solución de Alcoa Aviles y Alcoa La Coruña? , Tal vez sea que se marchen y vendan. Y que el gobierno vuelva a comprarla y que esas fábricas vuelvan a ser nuestras, como antes lo eran. Lo mismo serviría para la antigua Ensidesa. Reinvertir en renovar y dar pan a tantas familias como están felices de seguir trabajando manteniendo su nivel de vida hasta el momento. Sin pedir más. Quizás en eso se diferencian quienes acuden al trabajo no pensando en hacerse ricos, si no en vivir una vida normal en la que llevar el pan a la mesa cada día es una realidad posible. Los trabajadores saben que pensar en hacerse ricos trabajando es una tontería, lo saben por lo mucho que trabajaron sus padres, abuelos y tatarabuelos. Que son de quienes se fían, de los especuladores no. Y ahora estamos en la encrucijada como desde que se firmó la privatización.

Divididos entre la esperanza y la desesperanza Alcoa Avilés y Alcoa La coruña se dan la mano para luchar a una. No se distingue entre unos trabajadores y sus familias u otros, todos son uno. Para todos es vital que no desaparezca su empresa porque hay otros ejemplos a los que mirar, y cuando se deja volver a solar una fábrica se pierde todo por cuanto se ha luchado a lo largo de generaciones que se han dejado la vida a veces. Y eso no se puede olvidar.


martes, 11 de septiembre de 2018

Viento del norte, de Nando Agüeros

A veces se dan la circunstancias apropiadas para crear algo, no solo inolvidable, si no capaz de ser transmitido de un corazón a otro sin perder su esencia. Esto es lo que sucede con esta canción. Tiene ese embrujo capaz de conjugar sencillez y perfección. 

Nando Agüeros contaba que cuando quiso poner "Viento del norte" en el disco, su hermano Sergio no lo vio nada claro, incluso dijo que una canción como esa no pegaba para nada con el resto. Sin embargo para Nando no hubo duda y terminó no solo siendo  parte de ese disco, si no parte de su éxito; y de la banda sonora de muchos días en la vida de muchas personas. 

A veces uno siente que no termina de encajar en la forma en que otros establecen el mundo. Se siente asfixiado por todas aquellas cosas sensatas que deberían cambiar y no terminan de hacerlo nunca. Marchan unos y llegan otros y seguimos encerrados en el mismo círculo. Da esa sensación. Unos nos paralizamos, pero otros siguen adelante acompasados por su arrojo siguiendo fieles a su intuición.

Bravo por ellos, porque son capaces de apagar todo el ruido y encender la magia de lo verdadero, de aquello que late en nuestro interior. Y esto no hay nortes ni sures, se contagia desde cualquier rincón desde el que pueda contemplarse un sol, una luna o unas nubes o estrellas.

En su Twitter puede leerse: Compositor Cántabro ¿Mi sueño? Ser parte de la banda sonora de tu vida.

Eso está hecho ;)









viernes, 25 de agosto de 2017

De qué hablo cuando hablo de escribir, de Haruki Murakami

Es un libro gratificante que contiene dentro toda la fuerza necesaria para adentrarse en la tarea de escribir un libro. Y también una idea: la libertad de crear lo que quieras. Son 296 páginas que hablan de su experiencia como escritor y de sus métodos a la hora de abordar la escritura, avisa no obstante de que no a todos los escritores les servirán, porque cada persona tiene su manera de hacer las cosas y que se sentirá feliz si lo que cuenta le sirve a una sola persona para seguir en su empeño de parir una historia propia.

Me sirve y no solo eso, mi manera de intuir la escritura es la misma que la suya desde el minuto cero en que comencé a escribir. Mi experiencia es nula, no confundamos. Digo que coincidimos en la idea de que cada escritor tiene su propia manera de ver la vida, de abordar su tarea, de tratar de encajar en su propia realidad este otro mundo que necesita anotar de forma continua y de volver sobre sí, para mejorar el libro, a veces de forma obsesiva que solo empeora.

De qué hablo cuando hablo de escribir, de Haruki Murakami resume su vida, su obra, sus ideas, explica su mecánica a la hora de escribir y cuenta las opiniones de sus lectores en las dos ocasiones en que abrió un lugar virtual para el hacerse encontradizo con quienes quisieran dirigirse a él para comentarle algo de forma personal. En este punto cuenta que aunque le supuso un esfuerzo grande, contestó a cada uno de sus lectores, sin embargo la mayoría creyó que había contratado a otro para responder. En este punto se sorprendió por la cantidad de gente desconfiada que existe. El libro cuesta 20 euros, pero me lo regalé sin pensarlo en un momento en que contaba apuntarme a algún curso de escritura creativa este invierno. Y resulta que es un libro que apuesta fuerte por tu propio modo de hacer las cosas y de escribir a tu manera, sacarte la historia de adentro apostando por tu intuición, y después no dejar de buscar quien te publique. Hasta la más pequeña publicación puede darte una carrera si estas de suerte, a él le sucedió, ganó el premio al mejor escritor novel de una revista literaria y justo ahí comenzó su carrera como escritor, una carrera de fondo en la que lleva 35 años. Te asegura que la suerte de poder vivir de ello o no, ser reconocido o no, de tener éxito o no tenerlo es secundario, lo importante es que quien quiera escribir, escriba. Porque escribir historias es un modo de superarse que solo entienden quienes sueñan con escribir. Es una semilla que siembras y que nunca puedes saber el resultado, solo tienes que ponerla en el mundo y no dejar de regar. El resto ya no depende de ti, pero debes mostrarla donde creas que se la puede admirar, porque nunca se sabe dónde se puede encender la chispa.

 De que hablo cuando hablo de escribir, de Haruki Murakami será para mi una grata compañía, después de leído y subrayado en partes -para mi vitales- voy a forrarlo para que me acompañe a lo largo de los años. Lo siento, es un libro que no pienso prestar, no sea que no me lo devuelvan.

A lo largo y ancho de Internet encontraréis reseñas mucho mejores que ésta si queréis reunir información, yo os insto a comprarlo, a leerlo, a disfrutarlo. No porque hable de escritura sino porque habla de una forma de vivir inteligente y respetuosa. En mi caso comienzo por su última obra, lo cual está  bien, porque me encantan las biografías personales y profesionales que hablan de recorridos y capacidad de superarse. Para historias huecas y gente hueca que ha partido de la  nada y vive sumida en la nada más espeluznante ya tenemos machacantes programas de televisión que ante nuestra indignación lejos de desaparecer, aumentan. Es incomprensible. Majadero. Y además una estrategia para embobar a la población de la que solo se espera que aguante lo que aguanta a fuerza de acostumbrarse a ver a ineptos caraduras por doquier.



viernes, 18 de agosto de 2017

El odio y la sinrazón

El lenguaje universal es la paz. Todo lo que no sea paz y armonía está desubicado de su principio.

Dicho esto diré que nada duele como la injusticia de un atentado en el que se escoge al azar quien ha de sufrirlo. Cualquier forma de violencia es un retroceso. Cualquier forma de violencia. Vayan por delante mis condolencias a todos los afectados. Esto nos afecta a todos, sin duda.

Ahora bien, unos minutos después del atentado en Barcelona desde un ayuntamiento un alto cargo municipal hablaba en catalán para comentar váyase a saber qué.

Ante la pantalla me sucedió lo que tantas veces, si estamos en España somos un pueblo español con una lengua propia, la lengua que Cervantes o Antonio Machado nos enseñaron a amar a través de sus escritos. En Asturias también tenemos el bable, pero hablamos castellano, no tenemos la menor intención de hablar un idioma que solo comprendamos nosotros. Hablamos para todos los que vienen a nuestra región -y quienes defienden el bable retroceden en mi opinión, puesto que somos una región evolucionada- a mi me interesa la lengua oficial de mi país, esa que nos une a todos: el español o castellano; una sola lengua que nos hace iguales.

De modo que ante este señor que hablaba catalán no me enteré de nada, solo sentí una indignación que me dejó hablando sola ante el televisor. Puse la cadena regional de mi comunidad, la TPA para informarme y resulta que las mismas imágenes de ese catalán hablando en catalán me volvieron a abofetear. Mis condolencias a las víctimas porque somos todos. Vienen a atentarnos y ni siquiera podemos explicar en cristiano lo que nos está pasando. Dios nos aguarde y nos conserve la paz en nuestras tierras y con nuestras gentes. Amén.





lunes, 7 de agosto de 2017

Letras y demonios conjugados

Escribir es un acto que recupera la compostura. Es un canto a la ilusión perdida. Es una razón que no sabe de razones. Es una apuesta a prueba de errores. Es un sueño que no necesita ser realizado. Es una necesidad que brota como un sarpullido y solo se cura con la palabra escrita. Escribir es recuperar la fe perdida. Es crear un espacio donde ser tú. Es tener un mundo entero por delante donde poner todo lo que quieras. Un sitio donde las pesadillas y los mejores sueños se interponen y suceden sin descanso.

Escribir es una razón suficiente para mantenerse vivo dentro de un mundo en el que una parte sería adoptado con alegría y otra parte desterrado de un manotazo si tuvieses el poder de rehacerlo, pero no lo tienes. Por eso lo escribes y lo reescribes en pantalla, papel o dentro de tu cabeza. O en tu corazón.

En el fondo nunca dejarás de escribir porque el solo hecho de escribir te hace intentarlo. Intentar que el mundo sea un hogar feliz hecho de todos para todos sobre una esfera de igualdad.Un sueño humano.

viernes, 21 de julio de 2017

Despertarse viendo informativos...

La corrupción parece un pozo sin fondo, la desigualdad también. Cada vez más gente se ve obligada a trabajar de un modo precario por culpa de la mala gestión de otros. El hartazgo es cada vez mayor, el cansancio va llegando hasta limites insospechados. Cada vez nos cuesta más trabajo soñar porque los sueños cada vez nos los los envían más lejos. 

No todos somos iguales ante la ley, ni tenemos los mismos derechos, ni tendremos las mismas oportunidades, ni las mismas facilidades, algunos sencillamente estamos para pagar los desfalcos de otros, los caprichos de otros, la estupidez de otros, los intereses de otros por más huecos que estén o por más impresentables que sean. 

Son tantos los abusos a los que se ve sometida la gente de un entorno normal que a mi se encrespa la sangre de la forma en que a veces se agita el mar. Se me ocurren tantos relatos cortos de la vida cotidiana que no quiero escribir, tantos ejemplos de gente de bien que se ve asfixiada y sin derechos que no dejo de repetirme que en algún momento los pondré por escrito y los dejaré mezclarse entre esos libros de los que se dice que nadie querría leer. Esos que tampoco sería sencillo escribir porque para escribirlos es preciso ir desgarrándose jirones de piel. Tengo muchos libros rumiados que sin embargo no escribo, pero hierven en la cabeza como un cocido a fuego lento y a su manera aunque no se materialicen, son.

Está claro que unos cuantos viven a cuerpo de rey a costa del trabajo de otros. Un trabajo cada vez más precario y humillante, menos remunerado, más infame, ruinoso y chupasangres. Y que las cosas no mejoran por mucho que se lo curren los informativos escritos, de la televisión, de la radio o del boca a boca. Aquí las soluciones en el caso de los corruptos ya no es que lleguen tarde, es que llegan cuando están prescritas y no por gracia divina si no por decisión de otros corruptos cortados por patrón.

Nadie me diga que hay justicia cuando la injusticia es nuestro pan de cada día . Que nadie me cuente que es tan difícil terminar con la corrupción. Para finiquitarla habría que empezar a cortarla desde arriba. 

Eso es lo complicado de la cuestión, nunca tendremos escaleras para trepar tan alto.