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jueves, 24 de noviembre de 2011

El futuro del escritor

A más que sigas el blog de algún escritor, de los que ahora mismo están publicando en editoriales serias, te encontrarás con muchas dudas acerca de su futuro. El tema central de su preocupación es si la editorial que hasta ahora le ha ido apoyando lo seguirá haciendo en adelante, con los cambios de mercado y el gran boom del libro digital, que crece imparable de un momento a otro.

Vaya por delante que yo no tengo el aparatito lector de libros electrónicos, y no sé cómo funciona eso de comprar un libro en Internet para leerlo por el susodicho cacharro, pero si quisiera comprar libros sé que existen portales donde comprarlos con autores noveles que exponen sus obras por primera vez. Alguien me dijo hace tiempo que se roba la idea, no el libro tal cual fue escrito. Y sobre el futuro del libro y las ventas siempre pienso lo mismo, que hay autores actuales, que escriban lo que escriban venderán más que los demás, no tanto por su contenido como por su nombre. Y que cuenten lo que cuenten, no importa el formato, importa la campaña de marketing de principio a fin, y que la diferencia es que los compradores de ahora pueden elegir leer a autores nuevos, que recién empiezan, autores que de otra forma quizá nunca habrían alcanzado el mercado. Autores que pueden difundir sus obras y ganarse algo de dinero con ellas, lo que sin duda les impulsará a escribir por un nuevo motivo, y a esforzarse por mejorar.

Pero las grandes editoriales serán siempre las grandes editoriales en el mundo real o el virtual, y los autores mimados por ellas, serán hoy y siempre autores escudados por una buena editorial. Y quizá venderán menos de lo que venden ahora - porque es mayor el reparto-, pero de todas formas venderán más. Por otro lado desde casa y con un sólo click puedo escoger entre la obra de un autor avalado por una gran editorial, o un autor nuevo, que comienza impulsado por su fuerza vital; en mi caso, quizá me pueda más esto último, lo reconozco. Harta de traerme libros publicados por grandes editoriales desde la biblioteca y devolverlos a media lectura por encontrarme el mismo precocinado, recalentado y servido, una y otra vez, que son los libros estructurados de manera idéntica y que más o menos cuentan lo mismo, aunque partan de muy distinto autor o editorial enfocada a las ventas.

Alguien me dijo que se copia la idea, no el libro entero, y en su momento no lo entendí, lo entiendo ahora, que como lectora busco algo nuevo, y no me importa el soporte. Tampoco soy muy erudita en la materia de modo que cualquier cosa que concentre mi atención de principio a fin me sirve de veras. Y quizá sí, quizá los autores frescos que escriben y se editan a sí mismos tengan futuro, quizá alguno sea editado después en una buena editorial, pero aquí como en el mar el pez grande se come siempre al chiquito.
Punto y final.



miércoles, 23 de noviembre de 2011

Días para el recuerdo

Me aventuro a decir que todos sin excepción atesoramos días de nuestra niñez que no cambiaríamos por la mayor de las riquezas. Días que sin saberlo, nos han apuntalado por dentro, y que al rescatarlos, desde el fondo del baúl de nuestros recuerdos, nos han hecho sonreír en nuestro peor momento. Y todos guardan algo en común, que siguen vivos, afrontando los años sin miramientos, encerrados en algún compartimento estanco que sobrevive al tiempo. Y que bien mirados no son gran cosa, pero son nuestros.


martes, 22 de noviembre de 2011

Subtitulado para entenderlo

Ella siempre se preguntó porque hay canciones cantadas en inglés que siempre conseguían transmitirle un significado que no podía entender, si tenemos en cuenta que apenas consigue entender una gota de inglés.

Pero recuerda aquella primera verbena de verano a la que asistió tras la inesperada muerte de su padre. Y recuerda el burbujeo de todo su cuerpo cuando sonaron los primeros compases de esta canción. Y la sangre que se terminó agolpando en su cabeza. Y el gesto de preocupación en su marido cuando se apoyó en él para equilibrar la tormenta de sentimientos que la embargaban por dentro. Y todas las lágrimas que lloró porque desde algún lugar lejano parecía entender a la perfección esa letra, ese sentimiento, y ese desgarro en la voz.

A Ella hay algo que no le gusta: que se preocupen por ella. No le gusta contagiar tristeza o desesperación porque sabe que no sirven de nada. Es por eso que en cuanto esa canción dejó de sonar volvió a recuperarse y pudo sonreír incluso unas canciones más tarde. Ella sabe lo importante que es no desesperar ni desesperarse. Que en ello está el verdadero sentido de una vida vivida con eficiencia. Pero quedó pendiente que un día descubriese el mensaje inscrito en esa canción. Y en ese momento lloró de nuevo al escucharla, porque encerraba una gran verdad.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Algo no funciona

Cristina no daba crédito a lo que estaba oyendo: presidenta en la mesa electoral. Precisamente ella que estaba agotada por la vorágine de las últimas semanas. Entre el trabajo - ese en el que estaban despidiendo a quienes empezaron cuando ella, doce años atrás, bajo el cartel de la crisis- la operación de su marido, que se estaba reponiendo en el hospital, las niñas, la casa y todo cuanto estaba a su cargo, no podía más.

-¿De verdad no hay alguien que pueda sustituirme en esto? Mire, yo no sirvo para ser presidenta de mesa, se lo aseguro, y en este momento no tengo la cabeza centrada, se lo juro.

Alegó causas de sentido común y recibió una mueca de desprecio. Se reveló todo cuanto pudo y al final tuvo que asistir a la dichosa instrucción de horas y horas para saber manejar su cargo. Mientras cargaba a los abuelos, con gripe los dos, la tarea de cuidar de sus nietas, ellos que estaban más bien para que los cuidaran. Y Jaime en el hospital, quejándose porque no podría verla, como si ella se hubiese pedido tal privilegio de aguantar el tipo con gesto adorable, mientras la comunidad, sin orden ni concierto se acercaba a votar.

- Le pagarán sesenta y tres euros- le dijeron con apremio, como si tal cosa la debiese celebrar.

- Con la cantidad de gente que este momento está en paro, y que estaría feliz de cobrar ese dinero, no entiendo porqué me llaman a mí. Cuánta gente necesitará ese dinero de verdad en este momento, y tendrá tiempo libre para formarse, y se está negando la oportunidad.

- Mire señora, las cosas son así- le respondieron con un gesto de fastidio- y le ha tocado a usted, deje de darle vueltas.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Hoy voy a votar

Por el partido que apoye a los pobres,
a los desfavorecidos
a los minusvalorados
a los oprimidos
a los faltos de esperanza
a los que pasan hambre
a los que sufren
a los que esperan.

Votaré al partido que avale
el sentido común
la sensibilidad
la lealtad
la nobleza
la honradez
la valentía
el buen hacer.

Votaré por quienes consigan
la paz y la justicia
en todas sus formas
el amor y la salud
de todos los colores
la armonía y el buen gusto
en todos sus sabores;
o en su defecto
votaré a quién voy a votar:
con la sensación agridulce
de equivocarme otra vez.



sábado, 19 de noviembre de 2011

Absolutamente desolador

Lo leía el otro día, y desde entonces pensaba en cómo dar paso a esta entrada. No sé me ocurrió forma alguna, de modo que lo que lo dejo aquí. Por si alguien quiere saberlo es desolador. Tan desolador como pueda serlo tan terrible noticia. Cruje el corazón.


jueves, 17 de noviembre de 2011

Los libros, siempre los libros

El otro día Josefina, una profesora de clase particular, me aseguró que los jóvenes de hoy en día son todos maravillosos. Que son una generación de niños expresivos y cariñosos como no ha habido otra. Que están más preparados que generación alguna antes que ellos, y que no soporta que alguien haga predicciones catastrofistas delante de ella sobre la juventud de hoy en día, porque la juventud de ahora es la mejor. Sobra decir que ella es tan buena gente que su forma de mirar influye en todo lo que ve.

Estas afirmaciones no se corresponden a veces con las que se oyen por parte del profesorado del instituto, situado a cien metros de la clase de Josefina, aunque sin embargo, referente a algún alumno en concreto se corrobora. Pero hay algo en lo que todos coinciden: esta juventud de ahora tiene un peligro tremendo, que es la expansión de las drogas, que ya están en todas partes. Resultaría irónico escuchar que sólo la educación les salvará de ellas: cuando justo frente al instituto, y frente a la clase de Josefina hay un punto de venta por todos conocido. Eso es bueno, señalan algunos, es bueno que lo vean, tienen que aprender a saber qué les conviene y qué no.

Pues bien, por las mismas razones que apuntan buscaré este libro para leerlo, pues ya lo dijo un personaje conocido: "Las drogas son algo que siempre te ofrece un amigo, te dice que es lo mejor que ha probado nunca y te insiste para que las pruebes. Si hubiese sido un camello desconfiaría, pero era mi mejor amigo; y de tu mejor amigo no desconfías: fue mi mejor amigo sin haberlo sospechado quien me arruinó la vida, porque entonces no sabía que por una dosis, años más tarde sería capaz de matar".

A veces la mejor forma de evitar un desastre es conocerlo desde adentro. Y a veces un libro te da la oportunidad de pasar por todas sus fases sin poner tu cuerpo, sólo tu mente, que sale escarmentada ya para siempre de ese laberinto que no pisarás.