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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Retazos...

Que tus paisajes inventados planten semillas en el corazón de quienes detestan la poesía, y la lluvia haga nacer nuevos poetas.



martes, 15 de noviembre de 2011

Cuestión de tiempo

Es curioso que justo al final de una relación es cuando se comprende el principio.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Heredarás mis días

En eso pensaba Ella mientras fraguaba su propósito salido de la nada. El amanecer trae consigo ideas que las más de las veces no se llevan a cabo. Surgen como un relámpago cegador, que si no se recogen no van a parte alguna lejos de donde han venido. Pero Ella acumula relámpagos cegadores que a veces, todo hay que decirlo, no recoge, y se quedan perdidos para siempre, o con una insistencia inexpugnable vuelven a salir de cuando en cuando, hasta que se hacen cumplir.

Ella evalúa los pros y los contras de todo, es casi una obsesión enfermiza junto a su manía de la observación. El tiempo y el espacio se comprimen mientras los pros y los contras están siendo evaluados y cambian, giran y vuelven a girar, mostrando por un instante lo más destacado de sus dos caras. Porque todo en la vida tiene su lado bueno y su lado malo, y todo es susceptible de ser valorado por bueno o malo dependiendo de quien lo mire. Incluso de su ánimo al momento de mirarlo, las más de las veces. Pero siempre prevalece esa obsesión, como sacada de una película antiquísima:

Una casa sobre un acantilado. Las ventanas abiertas de par en par. Los visillos movidos por el viento. El mar encabritado y espumoso. Un día gris y lluvioso. Unos muebles rústicos aquí y allá. Estampados florales en las paredes casi a juego con edredones y cortinajes. Pobreza. Una sobria pobreza a juego con la esmerada limpieza, y una estantería con algún libro. En esa estantería unas libretas ajadas por el tiempo, y una promesa que perdura por tradición a lo largo de muchas generaciones. Las mujeres de la familia se han ido transmitiendo desde tiempos inmemoriales la historia cotidiana de sus vidas. Nada en particular. Nada destacable. Nada que subrayar. Y sin embargo tanto. En esas libretas ajadas por el tiempo permanece impertérrito cada sentimiento tal y cual brotó. Y palpitará muchas generaciones aún más. Serán copiadas a limpio una y otra vez para sobrevivir a lo largo de los siglos si es necesario. Pero nada de lo que permanezca escrito se perderá. No se heredan monedas o cosas sin valor: se heredarán las vidas.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Decir o no decir

Decir algo es arriesgado
pero las más de las veces
no decirlo es más arriesgado aún.
Es dar la oportunidad
al malentendido,
que aún después de aclarado
puede ser malentendido aún,
pues no hay cosa más tozuda
que quien quiere sospechar
y hace de la sospecha su vida.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Beneficios de andar en bicicleta

La claridad del día la interrogó desde la ventana, los claroscuros parecieron llamarla a despejarse la modorra y ponerse en marcha. Hacía tanto tiempo que estaba inactiva que se resistió, además quería hacer tantas cosas en la casa que si salía a dar una vuelta en bici se le terminarían quedando cosas sin hacer, la misma cantinela de todos los días. Entonces Estrella, que a esas horas tecleaba su nuevo proyecto de trabajo en el ordenador, entró en internet y escribió unas palabras mágicas: Beneficios de andar en bicicleta. Al instante San Google respondió -tal como siempre lo hacía- escogió una de tantas opciones y leyó.

Quizá Estrella sólo necesitase una excusa para salir de esa casa llena de desastres y respirar aire fresco. Quizá necesitase apearse un momento de todas sus preocupaciones ya sin arreglo a la vista. Quizá necesitase saludar a todos los perros del vecindario no exenta de miedo, porque todos salían a su paso en cuanto olfateaban su rastro. O quizá era trepar por las cuestas, zambullirse en las bajadas y deslizarse en los llanos. O contemplar el verde de los prados y los amarillos de las hojas, en contraste con el azul en lo alto. O era una charla de tú a tú con el mismo Dios lo que necesitaba de veras.

Mientras se calzaba los playeros y se ponía el chubasquero intentó descifrarlo, guardó el móvil en el bolsillo y se subió la cremallera. Abrió el garaje y rescató la bicicleta. Al escuchar el ruido del portón su caballo emprendió un raudo galope y se asomó a la vera del camino agitando sus crines. Estrella nunca pensó que pudiera llegar a querer tanto a ese animal, y corrió a buscar un trozo de pan duro para compensar el brillo de sus ojos, y su innegable nobleza. Hidalgo se le antojaba una mezcla imposible de bebé humano y bestia musculada. Le acarició el morro y sonrió porque ya no protestaba por ello, pese a lo mucho que le molestaba, luego observó sus manchas perfectas en blanco y marrón, lo mismo que sus crines. Tal como si pudiese entenderla le pidió que cuidase la casa mientras ella se iba a dar un paseo. Hidalgo echó las orejas adelante, formulando un sí con la cabeza, Estrella se rió en voz alta por la casualidad del gesto; y se fue pedaleando rumbo a una hora desierta.

martes, 8 de noviembre de 2011

Más fuego, más viento

Este libro de Susanna Tamaro es el último que conseguí leer desde el principio hasta el final después de muchos abandonos -de libros en los que esperaba mucho de su autor y no pude seguirlo hasta la última página-. Está lleno de reflexiones en voz alta, de enfoques distintos a lo acostumbrado casi en cualquier libro, de sencillez y calidez en su línea argumental.

En él habla de naturaleza, y del hombre en relación a la naturaleza, lo que aporta, lo que oprime, lo que a su juicio debería ser diferente desde ya. Y habla también del mundo interior, de lo dificultoso que resulta en la sociedad de hoy la espiritualidad, de lo mal vistos que están los sentimientos y todo lo sentimental, siendo tan prioritario.

En un párrafo cuenta una anécdota que le sucedió al terminar una entrevista, cuando la periodista le espetó: "Ahora entiendo porqué tantos la detestan. Usted habla de arte, de belleza, de poesía como si fueran cosas verdaderas, cosas en las que creer". A lo cual Susanna Tamaro contestó que porqué no debería hacerlo. "Porque son convencionalismos" le contestó tan tranquila.

En la contraportada del libro se cuenta que Susanna Tamaro es una de las voces europeas más relevantes de hoy. Si es cierto me alegro. Encuentro mucha sensatez en sus letras.

Retazos...

Quienes se han dado mil veces se quedan para siempre, porque quizá sin saberlo nos han dado las claves para vivir.