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miércoles, 22 de junio de 2011

Cómo han pasado los años

Esta canción de Rocío Dúrcal en su voz particular, aterciopelada y serena irrumpe en cualquier verbena de verano, y mientras escucho tengo la sensación de que no he cambiado un ápice. Que sigo siendo esa mezcla de ingenuidad y escepticismo a partes iguales y que el devenir de los días ha venido sucediendo con tal parsimonia que en el fondo sigo estando donde estaba. Sé que en el fondo no es más que una sensación, un espejismo insensato, pero sé que es tal que así. Apenas me he movido del lugar en el que estaba, y sin embargo nada que ver, apenas he variado mis convicciones, y sin embargo aquellas que ni recuerdo se han quedado en el camino, aparcadas para no cargar bultos ya innecesarios. El equipaje de vida se hace y se rehace una y otra vez sin que nos percatemos de ello. Es necesario, porque aún sin darnos cuenta vamos aprendiendo de los palos recibidos y de las incontables alegrías. La vida es un enorme pastel confeccionado con muchos ingredientes desconocidos, un pastel que nos va devorando un día tras otro.


martes, 21 de junio de 2011

Tiempos de modernidad

Llevo tiempo queriendo escribir una novela juvenil y sucede que todo lo que escribo es de suicidio. La idea era enviarla a un concurso literario en concreto, y lo malo de la idea es que no recuerdo absolutamente nada -que yo sepa- de qué tipo de cosas pueden preocupar a la juventud. Aunque incluso puede que sea demasiado juvenil sin saberlo. Vaya, que no haya madurado de forma conveniente y aún no me haya caído del guindo... a veces se me ocurre que sucede.

Pero por casualidad. Y conste que no creo en casualidades di con un fotolog que es un primor. Es lo que sucede en los tiempos modernos, que aquí en estos pueblos perdidos del mundo donde nadie conocía ya a nadie irrumpen las nuevas tecnologías y de pronto todos saben qué canción prefiere este chico con nombres y apellidos, o qué notas sacó esta chica que llevaba las evaluaciones de mal en peor. De pronto todos se conocen a todos, espían sus vidas y comentan lo que hacen y dejan de hacer. Incluso opinan sobre sus vidas sentimentales o amorosas. Si menganita debería dejar menganito por salir tan sobón en esa foto en la que está con otra, o viceversa. Y luego se forman culebrones que dejan en pañales esos que ponen en ciertas cadenas de televisión donde sobran los venados.

Pues bien, por esas casualidades a veces no tan casuales di con un fotolog que relata mejor que cualquier novela la historia de una chica que se ennovió y fue escribiendo su historia de amor con fotos incluidas. No voy a apuntar su edad, pero hablo de cuatro años de noviazgo que se relatan en conceptos hermosos, y con horrorosas faltas de ortografía no exentas de ternura. Y sucede que de buenas a primeras la historia puso el punto final, pero ha pasado casi un año de la ruptura y el fotolog sigue ahí, como un barco varado en la arena- sin actualizarse- pero dando buena cuenta de que quien tuvo retuvo. Terminaron como excelentes amigos que se van juntos a la playa en compañía de los antiguos amigos en común, y los nuevos amigos que cada uno ha ido encontrando en su camino. Saben que en definitiva amar es compartir.

Retazos...

Se nos hace muy difícil decirles a los demás lo mucho que nos importan, siendo lo único a lo que deberíamos dedicar cada día. Lo importante de la vida son siempre aquellos que nos importan, y nos vamos poniendo metas que nos distraen de ellos. Sin darnos cuenta de que los minutos se suman y se nos va el tiempo.

lunes, 20 de junio de 2011

Donde crujen los olvidos

Al mirar la fecha en el calendario ese día en concreto quiso decirle algo a Ella. Se acerca el verano, eso fue lo que pensó, y volvió a pensarlo muchas veces durante todo el día. Su mente quiso recordar, pero la vorágine del fin de semana la distrajo de tan hondo fin, y no pudo concentrarse, tan solo rellenó las horas de vigilia lo mejor que pudo, ya que un buen envoltorio para las horas que han de pasarse en familia es algo esencial. Los días pasados en familia son esos pequeños momentos que siempre conserva en su memoria, tan frescos como el primer día y son su motor. Ella sabe que lo que rescata del fondo de su mente en las épocas malas son esos recuerdos, que terminan sacudiendo su desánimo y la llevan a intentarlo una vez más. Intentar de nuevo algo que se ha dado por perdido es volver a respirar, por eso mientras disfrutaba de la compañía de la suegra y los cuñados, de las sobrinas y sobrinos, no intentó esclarecer lo que la fecha en el calendario quiso gritarle. Se centró en ese ahora que no quiso dejar escapar, exprimiéndolo sin más.

Días más tarde en medio de una charla casual, su madre lo trajo a colación. Entonces un suspiro de incredulidad se dejó escapar, y trajo consigo una fecha labrada en el mármol del sombrío panteón. Fue así que pudo verlo claro y se preguntó cómo era posible haberse olvidado de la fecha en que siempre envolvía un regalo para su cumpleaños, que él siempre desenvolvía un poco regañón, y agradecía después con una sonrisa de niño ilusionado. Ese regalo que más tarde sustituyó por alguna flor dejada en el mármol frío y que ahora señala su vacío.

domingo, 19 de junio de 2011

Para reflexionar

No hay solución para todo, hay una solución puntual para un hecho, y surgirán, sin duda, con esa solución nuevos problemas. Lo que hay que tener es la capacidad de ver ésto, y actuar en consecuencia. Pero, sobre todo, hay que enseñárselo a los niños.

Pilar Alberdi



viernes, 17 de junio de 2011

Enseñanzas de una vida

Lleva una vida aprender lo necesario
para no decaer,
para perseverar donde otros abandonaron
para ver donde otros no ven,
para seguir aunque el camino sea largo
para forjar lo que se cree,
para no renunciar a lo soñado
para soñar lo que puede ser.
Lleva una vida acumular lo trabajado
y con el cuerpo cansado ver
que los frutos de todo lo esperado
dan nuevos frutos al florecer.
Lleva una vida poner en palabras
las enseñanzas que dejaré
cuando abandone este mundo
para en otro mundo renacer.

jueves, 16 de junio de 2011

Con el alma en pie

Aprender a mirar el pasado
sin rencores ocultos
sin perder todo lo bueno
que alguna vez hubo

Aprender a mirar a otro lado
cuando surgen los bultos
de dolores ajenos
que incrustaron sus nudos

Aprender a saber que se ha amado
y se ha juzgado muy mucho
con la mente callada, los oídos abiertos
en que otras insidias han deshecho el futuro

Aprender a saber lo ganado
sin perderse los frutos
que han de recolectar de nuevo
en las vides de otros campos ya maduros.