Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
miércoles, 30 de junio de 2010
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martes, 29 de junio de 2010
¿No os da miedo subir un texto vuestro a internet?
Esta pregunta la hacían en un foro y la respondió una escritora a quien sólo han publicado un libro, la respuesta fue un sí rotundo. Inmediatamente lo tuve claro, la mujer sólo tiene dos ideas y una era el libro que escribió. Es raro, pero es usual. A mi particularmente me gustaría vivir en el silencio más absoluto jamás pensado, que de todo lo que escucho casualmente no se me ocurra una idea que daría para una historia.
Y además respondería que sobran todos los agobios, hay escritos que jamás pondrás en un blog, porque cuando vas a trasladarlos de tu libreta a este medio te gritan que no. O los estás terminando de copiar para publicarlos y de repente sabes que aunque nunca te lo dijeran tienen su lugar, y ese lugar es una editorial. Sí a veces ocurre, ellos te dicen donde irán. Y qué es lo que necesitan. Alguien que les de garantías y que luche por ellos como si fuesen suyos. Ese es el celo editorial, y esa la razón de que publicarlos allí te sea tan importante. En ese momento sabes que eres la escritora al revés: dime que vas a publicarme y te escribo el libro.
_ ¿Qué clase de libro?
_ No lo sé, ya se me ocurrirá. Dame tiempo y lo sabremos.
Esto me lleva a una reflexión sencilla: nadie es tan importante para ser único, o para tener una sola idea que le pertenezca por completo. Y nadie es tan tonto para darlo todo en un solo lugar. No tiene porqué.
Cada texto tiene su propio lugar y él te lo pide. A veces lo reclama aunque tú mismo se lo niegues, aunque quieras matarlo antes de que surja. La escritura es magia y aunque ni entiendas los porqués son magia que funciona. Es necesario escuchar al corazón pero no sólo porque hace tac tac, sino porque su voz es silenciosa.
Cuando aprendas a escucharlo debidamente él te dictará. Despreocúpate del resto, si has de llegar llegarás y si no, no puedes hacer nada. Pero ser un avaricioso de ti mismo sólo te empobrecerá más cada día, porque dar te obliga a recibir: a fin de cuentas lo único que hacemos es dar aquello que nos han dado.
lunes, 28 de junio de 2010
Hoy me visto de silencio
Guardé en un sobre la melancolía
Los grandes sueños
El desaliento, el desánimo
Mis dudas eternas
El dinero que no tengo,
Mis penas que no curan
Aquello que no quiero
Lo que no me corresponde
Lo que a otros no deseo.
Guardé mi alma junto a la tuya
Tu te quiero y mi te quiero
La sonrisa que dibujas
Si digo que ni me entiendo
Y de pronto comprendí
El mayor de los secretos
Lo que me hace ser así
Es precisamente eso
Entonces giré ese sobre
Y todo me lo quedo
Todo eso es lo que soy
Ni lo dudo ni lo niego
Porque siempre brilla el sol
Detrás de cada aguacero
Necesito mi equipaje:
Hoy me visto de silencio.
Begoña