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miércoles, 30 de junio de 2010

Promoción

Ayer en televisión presentaban el Tour de mi cantante favorito, y viendo la promoción. Es decir, si tuviese que fiarme sólo de la promoción para decidir si ir a verlo o no: No iría.
En cambio si yo tuviese que promocionarlo todo el concierto Acapulco 2005 me serviría para esa promoción. Diferentes modos de ver. Diferentes estilos aún tratándose de lo mismo.
Es como escribir para un cajón o escribir para un blog, el cajón es silencioso pero el silencio lo hace exquisito, y si sales de él sales con lo mejor de ti. En cambio aquí no dejo de sentir que soy un rollo infinito.

martes, 29 de junio de 2010

¿No os da miedo subir un texto vuestro a internet?



Esta pregunta la hacían en un foro y la respondió una escritora a quien sólo han publicado un libro, la respuesta fue un sí rotundo. Inmediatamente lo tuve claro, la mujer sólo tiene dos ideas y una era el libro que escribió. Es raro, pero es usual. A mi particularmente me gustaría vivir en el silencio más absoluto jamás pensado, que de todo lo que escucho casualmente no se me ocurra una idea que daría para una historia.

Y además respondería que sobran todos los agobios, hay escritos que jamás pondrás en un blog, porque cuando vas a trasladarlos de tu libreta a este medio te gritan que no. O los estás terminando de copiar para publicarlos y de repente sabes que aunque nunca te lo dijeran tienen su lugar, y ese lugar es una editorial. Sí a veces ocurre, ellos te dicen donde irán. Y qué es lo que necesitan. Alguien que les de garantías y que luche por ellos como si fuesen suyos. Ese es el celo editorial, y esa la razón de que publicarlos allí te sea tan importante. En ese momento sabes que eres la escritora al revés: dime que vas a publicarme y te escribo el libro.

_ ¿Qué clase de libro?

_ No lo sé, ya se me ocurrirá. Dame tiempo y lo sabremos.

Esto me lleva a una reflexión sencilla: nadie es tan importante para ser único, o para tener una sola idea que le pertenezca por completo. Y nadie es tan tonto para darlo todo en un solo lugar. No tiene porqué.

Cada texto tiene su propio lugar y él te lo pide. A veces lo reclama aunque tú mismo se lo niegues, aunque quieras matarlo antes de que surja. La escritura es magia y aunque ni entiendas los porqués son magia que funciona. Es necesario escuchar al corazón pero no sólo porque hace tac tac, sino porque su voz es silenciosa.

Cuando aprendas a escucharlo debidamente él te dictará. Despreocúpate del resto, si has de llegar llegarás y si no, no puedes hacer nada. Pero ser un avaricioso de ti mismo sólo te empobrecerá más cada día, porque dar te obliga a recibir: a fin de cuentas lo único que hacemos es dar aquello que nos han dado.

lunes, 28 de junio de 2010

Hoy me visto de silencio

Guardé en un sobre la melancolía

Los grandes sueños

El desaliento, el desánimo

Mis dudas eternas

El dinero que no tengo,

Mis penas que no curan

Aquello que no quiero

Lo que no me corresponde

Lo que a otros no deseo.

Guardé mi alma junto a la tuya

Tu te quiero y mi te quiero

La sonrisa que dibujas

Si digo que ni me entiendo

Y de pronto comprendí

El mayor de los secretos

Lo que me hace ser así

Es precisamente eso

Entonces giré ese sobre

Y todo me lo quedo

Todo eso es lo que soy

Ni lo dudo ni lo niego

Porque siempre brilla el sol

Detrás de cada aguacero

Necesito mi equipaje:

Hoy me visto de silencio.


Begoña

domingo, 27 de junio de 2010

La inseguridad en la red

Hace días lo comunicaba al exterior por primera vez: miedo me da poner en el blog un escrito mío y que tiempo después alguien me demande por plagio. A la vuelta de correo me mandaron un ¡jajaj cómo eres!. Y me reí muchísimo al leerlo porque me tomaron a risa, que es la única forma de tomarme para no indigestarse conmigo.
Pero sigo sin fiarme demasiado de este soporte que aún está en el aire y que llega tan lejos como quiera. Tengo muchas dudas y es raro el día en que no me pregunte qué estoy haciendo. Qué consecuencias tendrá en un futuro y si no sería mejor dedicarme seriamente a la corrección para enviar algo a concurso. Conclusión, todo me parece igual de no útil. Igual de sobrado. Igual de ajeno a lo que planeé para mi futuro, porque escribir es algo que no me planteé jamás, surgió así y llevo luchando contra esta parte no planeada desde que me asaltó pistola en mano y me despojó de mis joyas y mi ropa, y me arrojó a un rincón hasta que escribiendo me despojé de mí misma y ahora soy otra cosa: Un papel que rueda con el viento de ida y vuelta, un eterno ir y volver desde el mundo de mis sueños, esos que son sólo míos y por eso mismo me hacen sentirme tan egoísta mientras escribo y escribo, mientras mi vida y quienes viven conmigo me esperan.
Ya me esperan con la seguridad de que sólo este galope desbocado me cura y me renueva, me devuelve a mí y me hace aceptar vivir conmigo hasta el mismo final, ahora soy liviana, en otros momentos en que no escribía era la carga más pesada. Por eso me dejan escribir, porque cuando escribo no doy la lata.
Pero sigo sin fiarme de la red. Visito otros blog y veo 1730 seguidores, que vértigo más absoluto porque luego se leen seis o siete comentarios. Es lo que le aportan los lectores, como si tuviesen avaricia de sí mismos. Y me digo que yo no soportaría algo así. Y no soy la única. Me encontré blog preciosos abandonados a su suerte con una despedida universal: Que os den a todos. A todos los que estuvisteis leyendo y no os dignasteis a contestar.
Es dramático que después de tanta belleza algo te haga renunciar, darte cuenta de que no era ese camino. Me pregunto cual será en el presente, y casi podría asegurar que un hondo silencio, y me pregunto de nuevo quien da más.
Andaba yo diciendo que mi sueño era publicar en papel y no en la red, y también me equivocaba, mi sueño es demostrar que escribir sirve para algo. Que es un trabajo. Que por escribir se puede cobrar. Muchos escritores dicen algo precioso al recoger sus premios: con este dinero podré seguir escribiendo con tranquilidad durante muchos años. Cuando lo leo sé que se trata de eso, de mirar a los míos por encima del teclado y poder decirles: estoy escribiendo algo muy importante en este momento, dejadme dos horas más. Que se vayan sin protestar y me dejen terminar lo que entreveía. Para hacerlo y deshacerlo diez veces más hasta conseguir lo que pretendía y aún no sabía. Se trata de eso.
Pero para eso hay que demostrar que eres alguien que aún sabiendo que eres nunca alcanzarás, y vivirlo con la misma intensidad de quien sentado en un barco del puerto se siente Capitán de un crucero de lujo.

sábado, 26 de junio de 2010

Transporte público

Durante muchos años viajé en autobús hasta cansarme. Me encanta encontrarme con gente interesante y poder compartir opiniones, para así darme cuenta de que a todos más o menos nos preocupan las mismas cosas y si cambia algo es el modo de enfocarlas. Sucede algo muy curioso y es que después de muchos años me saludan de repente en plena calle, son siempre mujeres eso lo aclaro porque, lo siento, mi yo investigador siente especial debilidad por las mujeres. Por su modo de vida, por sus luchas inquebrantables, por todas las limitaciones a las que a menudo se ve sometida, por su forma de profundizar en lo importante, por tantos motivos que resultarían eternos de exponer.

_ Hace mucho que no te veía.
La cordialidad con que se me asalta de repente desde el otro lado de la acera me detiene,entonces veo a la mujer que avanza hacia mí con la misma alegría como si fuese alguien de mi familia. En ese momento siempre pienso que me han confundido con alguien porque me parece imposible que esa sonrisa de oreja a oreja y esas palabras vayan dirigidas a mí. Tengo conciencia de no haberlas merecido.
_ Perdona, pero es que ahora mismo no sé quien eres.
_ Sí mujer, yo vivo en la parada de la cuesta y tu vives en la fuente. ¡Madre mía la de veces que hablamos esperando el autobús!

_ Eso me lo creo, pero es que hablo con todo el mundo y ahora mismo no me acuerdo_ mi amiga Esther que es cajera de supermercado me da tal pellizco en el brazo que doy un respingo. Y me vuelvo a preguntar porqué tenemos que medir tanto las palabras para hablar. Claro que mi empresa no me hace lavados de cerebro de cuando en cuando y puedo decir en todo momento lo que pienso, aunque a veces ni debiera. Cargo mis propios errores pero que nadie me hable de hipocresía.
Entonces la mujer sin apear su mirada franca y su enorme sonrisa, me cuenta un detalle de alguna de esas conversaciones, y de repente me acuerdo de ella perfectamente, me llega la imagen de ese y otros días, y me digo que tengo tantas cosas en la cabeza que deshecho las importantes. Hablamos otro rato en plena calle con nuestras bolsas de la compra y nos despedimos hasta la próxima. No sin antes advertirle que la próxima vez vuelva a saludarme si no me pispo.

Adoro a las mujeres reales, las que tienen algo que contar, las que comparten sus experiencias, las que te saben consolar, las que encuentras en muy pocos libros, quizá porque un solo libro no las podría contar. Harían falta muchos, muchos, u otro modo de contar. Quizá están en la estantería que nunca revuelves, pero eso qué más da, puedes verlas en vivo y en directo y aunque ya ni las recuerdes ellas te recordarán. La vida tiene esos momentos breves que le dan profundidad.
Ahora haces en media hora los recados que antes te llevaban media mañana, o la mañana entera, según. Ganas tiempo pero pierdes muchas buenas historias, muchos buenos consejos, mucha gente interesante a quien conocer. No hay tanta, es cierto, pero cada una de ellas vale por cien.

jueves, 24 de junio de 2010

Frase



A escribir se aprende escribiendo


No sé donde la escuché ni hace cuanto tiempo
cuanta más información reúno menos entiendo
más me enredo, menos me aclaro, más me desespero.
Y vuelvo justo al principio: a escribir se aprende escribiendo

Mal, regular o bien, según la hora, según el momento, según los influjos que nos lleven o nos traigan de regreso vete a saber de donde. Siempre habrá una papelera dispuesta a encestar esa bola que nos lleve de borrado al mismo comienzo en que tuvimos el instinto de aguantarnos sin escribir y que no domamos a su debido momento.
A escribir se aprende escribiendo, leyendo y corrigiendo, así hasta el infinito o hasta el último confín del universo.

De preocupar

Ayer a mediodía Mariló Montero contó algo "curioso" que le ocurrió. Una mujer se acercó a ella para comentarle algo de su facebook. Al instante recordó que hace muchos años abrió una página allí y subió una foto suya con una niña saharaui. Hasta ahí llegó lo suyo en facebook porque jamás añadió nada más. La mujer no estuvo de acuerdo y le recordó lo mucho que había añadido después, algo por lo que ella personalmente le estaba muy agradecida...
Entonces Mariló investigó y descubrió que alguien se había hecho con esa página e iba publicando y respondiendo desde ella suplantando su identidad. Denunció los hechos y cerró esa página.
Se la veía muy preocupada y distraída por la facilidad con la que todo esto puede llegar a suceder y dejó una reflexión en voz alta: es que hay una impunidad en estos temas que vamos.
Pues sí, parece que va siendo hora de que todo comience a mejorar.