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sábado, 24 de abril de 2010

Correo de Jazmine

Lluvia, yo estaba por aquí lamentándome de tanta destrucción que nos han dejado ayer a última hora en que una granada voló nuestra casa y nos la dejó hecha un volcán de fuego. Soy egoísta, lo reconozco, después de todo lo que ha venido soportando mi pueblo me lamento por el estado en el que ha quedado nuestra casa y no pienso en lo esencial, que estaba vacía o en la suerte de que estuviésemos en el refugio al que nos obligaron a venir cuando esto empezó. Estábamos todos en las cuevas porque nos aseguraron que arrasarían nuestras casas y así ha sido.
Me llamo Jazmine y tengo treinta años de edad, mis hijos iban a la escuela y mi vida era una vida feliz. Yo no sabía leer ni escribir pero mis hijos me enseñaron, son unos niños muy traviesos y les costó un gran esfuerzo pelear con mi falta de memoria, pero al final aprendí a leer y también a escribir que era lo que más me interesaba. Y tenía escritas tres historias que sucedieron en verdad, fue un trabajo de muchos años y mi mayor tesoro porque muchas de esas personas de las que en su momento escribí han muerto en esta masacre que están llevando a cabo en nuestro pueblo. Y si volviese a escribir la historia ya no sería ni parecida. No se si tenga fuerzas además, no entiendo el mundo. No entiendo a la gente y no entiendo qué sentido tiene destruir todo lo que era mío desde que nací. ¿Podrías hacerte una idea de lo que pueda ser un desierto completo donde antes había un sembrado de hogares? Creo que no, a veces yo misma pienso estar soñando aunque se que no es así. Nuestros hombres se han ido cuando todo esto empezó y nos quedamos solas con los niños en esta enorme cueva que es fría y húmeda por las noches. Los niños lloran porque quieren ir a casa, porque quieren que sus padres vengan de una vez, lloran por las explosiones que se oyen en la distancia y por los aviones que cruzan el cielo a cualquier hora para sembrar más destrucción. Están tristes y marchitos, nosotras estamos tristes y marchitas, todo nuestro mundo desapareció y mis escritos son frías cenizas esparcidas en lo que una vez fue mi hogar. Una señora que dice ser bruja dice que me pasará línea directa a tu blog. No se si sea verdad que conoces a una señora llamada Cleta ni se si en verdad tienes un blog donde todo cabe. No quien eres ni como eres, pero si al menos supiera que hay un lugar donde puedan ir todos mis pensamientos para quedarse hasta que todo esto termine y vuelva la paz te estaría muy agradecida.
Jazmine

Re: Correo de Jazmine

Soy Lluvia, si conozco a esa bruja llamada Cleta aunque nunca la vi. Y por supuesto que puedes escribir linea directa en mi blog, no me preguntes si tienes calidad suficiente porque yo no la tengo y aquí estoy. No me importa un bledo la calidad literaria, me importa la calidad humana y tú la tienes Jazmine, en eso no hay dudas. Yo en tu lugar llenaría todo el mensaje de insultos, exabruptos, llantos y quejas. Tienes razón en que no puedo hacerme una idea de lo que debe sentirse cuando alguien llega de repente y borra todo cuanto has conocido. No me hago una idea de lo que es estar escondida en una cueva húmeda y fría con niños que lloran por volver a unas casas que no tienen o porque vuelvan unos padres que no se sabe si volverán. No se lo que es ver mis escritos reducidos a cenizas que se llevará el viento.
Pero quiero que sepas que somos muchos los que no le encontramos sentido alguno a lo que está ocurriendo. Los que no soportamos los abusos de poder, las medias verdades, las guerras de intereses, somos muchos los que esperamos que todo esto termine de una vez. Ya se hacen incontables los muertos desde que esto empezó. Tan incontables como los miles de millones de dólares que se han quemado, miles de millones o billones tal vez, que hubieran servido para cambiar el mundo a mejor, pero tal parece que somos demasiado ruines para intentarlo.
Será un placer tenerte por aquí cuando quieras asomarte. Y te dejo unas palabras de Eugenia Rico: un libro lo es antes de ser escrito. No desistas en tu empeño, es tu libertad, es tu empeño, son tus fuerzas, son tu poder, el tesoro guardado para días de asueto. Tal vez ahora no tengas papel y lápiz donde escribir pero tienes un espacio virtual abierto para ti. Que es mi espacio y tuyo también y de quienes quieran asomarse a él. No es menos verdad lo que se escribe en el viento que lo que se escribe en un pedazo de papel o en una pantalla de ordenador. Tu verdad es bien venida porque es tu verdad. Mi verdad es que me alegro de haber recibido tu correo porque se que nos llevaremos bien. A fin de cuentas las dos amamos lo mismo.
Cuando tenga tiempo te enviaré a mi Dios, ya se que no es el tuyo y que no tiene la solución para nada, pero tengo pendiente dejarlo aquí, _entre nos, soy bastante desordenada con mis papeles y es un modo de organizar material y de encontrarlo rápida y eficazmente cuando lo necesite_.
Un beso Jazmine, y cuidaros mucho. Te envío un sol radiante para tu húmeda casa, espero que te guste.






viernes, 23 de abril de 2010

Habitar un infierno


Raras veces iba a la ciudad, raras veces pero al posarme siempre iba hasta la última para parada del bus, que es la que lleva al centro, en ella hay un parque con árboles centenarios y jardines bien cuidados que dan flores variadas durante todo el año, hay también una marquesina redonda antiquísima y preciosa que es donde solían dar conciertos antiguamente. El lugar es hermoso, pero se me ha quedado adherido en el recuerdo por aquellos enfermos de las drogas que se reunían allí a dormir y a comer, a vivir sin paredes ni techo lo mismo bajo el ardiente sol que bajo las blancas nieves del invierno. Desde que tengo conciencia los miré y me dije que si había alguien digno de compasión en el mundo de mi niñez eran ellos. Parecían habitar dentro de una guerra perpetua, dentro un laberinto donde fuese imposible hallar el final, parecían incluso vivir muy lejos de sí mismos; y a mí me daban lástima sus brazos llenos de sangre y moratones, su ropa sucia hasta el hartazgo, sus ojos vacíos de toda vida habitada y por habitar. Siempre me dije que no quería ser uno de ellos, ni que mis seres queridos fuesen uno de ellos, que parecían habitar un infierno final donde no existía el perdón de la salvación ni tampoco se intuía. Verlos lavar sus jeringuillas en la fuente, pedir para ese autobús que jamás tomarían o verlos ser la sombra de aquello que nunca pensaron ser me partía el alma. Ya no están allí. Ya no se donde están, los han escondido porque dan un mal aspecto a la ciudad me imagino con sus cartones por cama, con sus cartones de vino por comida, con su caminar desvencijado como fantasmas de sí mismos. Ya no están pero no se cuanto les debo por tener la libertad de nunca haber escogido sus caminos, por conformarme con pisar sobre la tierra sin explorar más mundos paralelos que los de mi propia imaginación, que a veces incluso es demasiado infinita incluso para mí. No se si el hecho de que los hayan borrado de mi mapa y de no poder llevar a mis hijos hasta donde están para ver por sí mismos como es el mundo de la droga cuando ha ganado la batalla final les hará menos libres a la hora de alejarse de todo lo que representa. Porque está claro que una imagen vale más que mil palabras, más claro que el agua. Y que espero que todos ellos se hayan recuperado al fin y que puedan contar en pasado todo aquello, en esta mañana encapotada por la niebla nada me gustaría más.

jueves, 22 de abril de 2010

Antes del Mitch

Hace muchos años soñé que mis padres me llamaban por teléfono para ir a buscarles a su casa sin perder un segundo. Y que salía de mi casa a toda velocidad sin apenas balbucear unas palabras, mi marido entraba en el coche con mis hijos en el último segundo protestando porque con tanta prisa no lo pudiera ni esperar; en verdad no pensaba llevarlos conmigo por si acaso algo iba mal. Minutos después recorría la pequeña distancia con el alma en un puño, y cuando nos quedaban a penas cien metros para llegar, hacia arriba en el mismo cambio de rasante una ola gigantesca y marrón surgió de la nada. El mar rugía de una forma espantosa y sabíamos que nada lograría echarlo atrás, se nos venía encima a cámara lenta, y no había forma humana de detenerlo, cuando desperté la ola estaba justamente encima de la casa de mis padres y en segundos apenas arrastraría nuestro coche y todo lo demás. Es uno de los sueños más feos que he tenido, y es feo porque mientras duró fue tan de verdad como si lo estuviese viviendo bien despierta. A veces pasa.

Temo a mis sueños en ocasiones porque puedo soñar las cosas antes de que sucedan, y temo lo que pido porque más tarde o más temprano se suele cumplir, _eso porque no paro hasta lograrlo venga erre que erre_. Aquel sueño fue tan verdad que supe que alguna vez sucedería en algún lugar pero no podía explicarme el porqué de aquella ola marrón chocolate cuando el mar si en algo se caracteriza es en ser cristalino.

Pocos días después llegó el huracán Mitch a las costas del Caribe, lo supe porque rastreaba las noticias en busca de mi sueño, y ante el horror de las imágenes reaccioné como siempre lo hago ante un dolor, escribiendo, esta vez escribí a mi Dios. Un Dios que en cuanto intento explicarlo me enredo en laberintos interminables. Y es que no hay forma de resumirlo parece ser, como siempre me hacen falta muchas palabras para explicarlo debidamente, por eso os lo dejo a continuación.


Horóscopo y destino





El Gallo de Tierra - 1909, 1969, 2429

He aquí un Gallo estudioso, investigador y analítico, que irá en pos de la verdad, madurará a edad temprana y compilará su propia e irrefutable información. La Tierra asegura que será preciso, eficiente y cuidadoso en la realizacíón de sus tareas. Sabrá hacer de lado lo superfluo y atender por sí solo a los hechos, tercos y fríos. Con él, lo primero será siempre la profundización.
Intrépido para afrontar responsabilidades, no por eso abandonará la costumbre del Gallo de no medir sus palabras. Aunque sin pretensiones, es dogmático y tendrá fuertes tendencias evangélicas. Le encanta organizar reuniones de tipo «sermón de la montaña», exhortar a todo el mundo a que trabaje más y a que sigan su brillante ejemplo. Si su trabajo le resulta gratificante, es capaz de llevar una vida simple y austera. Sistemático hasta el fanatismo, tomará notas, archivará datos y registrará todo lo que hace para la posteridad.
Supervisor exigente en el trabajo, educador estricto y crítico temible, el Gallo de Tierra sembrará y cosechará desde el amanecer hasta la puesta del sol y, si consigue ser práctico en sus aspiraciones, tendrá una abundante muestra de éxitos como premio a sus esfuerzos.

Es una suerte tener un escudo contra las tonterías, contra los cambios de humor imprevisibles como ciclones que sin saberlo llenan tu cielo de repente y arrastra a todos hasta el hartazgo de tenerte cerca. He aquí mi escudo protector, que no puede excusarme de ser tan insoportable en ocasiones, pero si quiero sé donde ir a buscarlo para mostrarlo como si fuese tan válido como mi carné de identidad, o el de conducir, o el de la biblioteca qué más da otra cosa es que por presentarlo vayan a excusarme.

Está claro que tener horóscopo es lo más, y si a eso añadimos la fórmula de llevar la marca del destino cuñado a nuestra espalda con nuestra fecha de caducidad marcada en la espalda cual yogurt ya tenemos dos excusas perfectas para hacer lo que nos venga en gana sin preocuparnos. En mi caso sería algo así: Soy Sagitario, eso implica que puedo quemarme en todas las hogueras ya que soy un signo de fuego. Y si está claro que voy a morirme justo a debido momento y ni un segundo antes, si conduzco a doscientos cincuenta por la autopista, me estrello y me muero es porque en mi destino venía escrito. ¿Crees que algo así pudiera ser? ¡Pamplinas!

No creo ni en el destino ni en el horóscopo, pero este gallo de tierra me refleja como la vida misma ¿Será casualidad?




La vida es bella



Sin lugar a dudas esta es mi película favorita porque es en sí misma un cúmulo de sensaciones. Creo que la vida entera cabe aquí, y que deja muy claro que de un momento a otro podríamos vernos envueltos en la locura de una guerra ideada por otros sin que lleguemos a entender ni porqué cuando estaba bien claro que no teníamos ninguna necesidad de algo así. A fin de cuentas el ansia de poder y de control no tiene límites.Y tampoco el ansia de destrucción, desgraciadamente.

Roberto Benigni ha sabido retratar la vida de un hombre sencillo, lleno de entusiasmo por la vida que persigue hasta el delirio el amor de una mujer. Por medio de Guido ha sabido adentrarse en oscuros laberintos para exponer con la mayor sencillez del mundo lo que es una guerra vivida desde dentro. Sin hacer el uso y el abuso de la sangre, si no del mucho ingenio logra arrancarte pedazos de corazón y dejarte claro que detrás de todas las imágenes de una guerra que puedan llegarte a través de la televisión hablando de daños colaterales hay personas sencillas con vidas sencillas que se levantaban cada mañana y ya no se podrán volver a levantar con un solo lema: La vida es bella.

miércoles, 21 de abril de 2010

Se me ocurre un chiste

Hombre, mire usté el tiempo que hace que no le veía, maestro que es usté un maestro. ¿Que como me va?, pues no se si decirle la verdad o quedarme callado pero mire usted. Desde que empecé a torear en buenas plazas me pude permitir algunos caprichillos. Sin excederme ya sabe, que no se puede andar con tonterías. Por aquel entonces mi familia no podía estar mejor, pues estábamos todos muy bien avenidos, o quizá no tanto, pero en cualquier caso entre nosotros nos entendíamos. Yo toreaba allá donde me llamaban y me pagaban cada vez mejor, porque ya sabe que en esto del arte cuanto más se practica mejor se da. Todo me iba bien y me reía hasta de mi mismo hasta cansarme, todo por reír. Unos se reían con mis continuas bromas y otros se ofuscaban, pero me daba lo mismo que me pusieran por las nubes o a parir, a fin de cuentas mi conciencia estaba bien tranquila que es de lo que se trata. Y entonces pasó lo que pasó, que de tanto ir a la fuente se rompió la jarra. Vamos que me enamoré como cualquier otro. Uno que no es perfecto.

Ella era de las que me gustan, buena gente pero con un poco de remango por eso de que no me gusta la carne muerta más que en el plato. Y después de mucho pensarlo y repensarlo, bueno, que no lo pensé que debió de pensarlo ella porque un día me vino de golpe con que estaba embarazada y todo se rodó. La traje a vivir a mi casa y todo se embrolló. A veces lo he estado pensando y creo que fue mi exceso de confianza, otras veces ni pienso total para qué. El caso es bien sencillo, que yo me jugué la vida en el ruedo con toros de quinientos kilos para pagar lo que tengo, llevo cornadas de toro hasta en el carné de identidad, y ella tiene cuatro veces más que yo sin dar un palo al agua.

Resulta que no sabe ni hablar, pero no se calla, todo el día le dan cancha aquí y allá para eche piedras sobre piedras hasta lapidarme. Como mujer ahora que la miro sin el fervor del sueño parece el resultado de revolcón entre una bruja de hallowen y el espantapájaros de un campo de maíz, pero ahí está todo el día erre que erre con el empeño de enterrarme en vida y mire usté que le pone empeño. No, no me mire usté así que nos conocemos. Va a decirme que la culpa de todo la tengo yo. Pues no me lo diga usted que es el menos indicado para decir nada que ande que no se pasó años diciéndome como hay que torear a un toro, pero ¿Quién me dijo a mí como se torea una cabra?

Jubilación a los 67

Estoy feliz de conocerme, después de las elecciones convocadas ayer en las que por cierto me tocó la mesa presidencial, os cuento.A primera hora un furgón descargó toneladas de cajas con cartulinas de tres colores.
Las cartulinas rojas ponían en negrita bien grande, Y un huevo, eso evidentemente era un no a la jubilación a los 67.
Las cartulinas amarillas ponían Ni hablar. Creo que queda claro.
Y las blancas decían Me da lo mismo.
No había rollos de sobres o voto encubierto porque es una chorrada esconderse para votar siendo todos del pueblo, la verdad. Las urnas eran peceras de colores y la roja se empezó a llenar de un modo alarmante porque todos votaban en rojo, y ahí comencé a sudar y a pedir refuerzo de cartulinas. Me aconsejaron decirle a la gente que votase en otro color, pero casi me comen y después desde el mismo gobierno me aseguraron que en todo el país no quedaba ni una sola cartulina roja, así que me apañase como quisiera. Fue entonces cuando opté por llamar a Herminia que tiene una fábrica de botones, y estuvo encantada de enviarme a Manuel con todos los botones de color rojo que había en el interior su nave. Fue así como finalmente pudimos votar. Fue el voto de la historia porque el país entero, que es una delicia de país estuvo cien por ciento de acuerdo y la cosa quedó ahí. Lo bueno es que para cada decisión gubernativa se hace lo mismo y aquí no hay crispación, ni insultos, ni abusos, ni prohibiciones, ni leyes de hoy para mañana. Da gusto vivir aquí.