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domingo, 6 de enero de 2013

Día de Reyes

Son jóvenes, a falta de trabajo en su país miran con esperanza al extranjero, a donde comienzan a enviar sus curriculos, y quienes conviven con ellos, e incluso quienes les vieron nacer, esperan un último milagro que logre verlos prosperar en su país.

No creen en la suerte.





sábado, 5 de enero de 2013

Un boceto, o un microrrelato

En este momento me encuentro en un bloqueo bastante bobo si lo pienso, releo algunas obras con ánimo de corregir y resulta que no son como las recuerdo. Les encuentro pocos detalles, o demasiados, poco acentuado esto o demasiado aquello, lo leo y siento desde muy adentro que no es eso lo que creí haber dejado ahí; eso seguramente es porque lleva descansando ya tanto tiempo que lo fui rellenando con detalles imaginados que aún no pasaron a escrito. O por haber dilatado demasiado el tiempo entre sus diferentes etapas.

Antes cada vez que me sucedía algo de esto creía ser la única, ahora creo que no, que es algo común a todos los que alguna vez quisieron escribir un relato, corto o largo, y que solo siguiendo el escrito se arregla, dedicándole el tiempo necesario y el suficiente rigor. De modo que ahora cuando no me veo con fuerza suficiente, en vez de bloquearme, escribo un microrrelato. Sé que así no lo arreglo, pero es un modo de sentir que no me estanco, que sigo en producción.


Os dejo un microrrelato de Pilar Alberdi

viernes, 4 de enero de 2013

La bibliotecaria de Auschwitz

Al leer la reseña de este libro, me vino a la cabeza la película La vida es bella, de Roberto Benigni, que narra la historia de un hombre judío, que de buenas a primeras es trasladado a un campo de concentración, junto a su padre y su hijo. Su mujer, que no es judía, no está en esa lista maldita, por eso no se le permite subir en el tren que se ha llevado a su suegro, a su marido y su hijo. Después de pelear un rato con esos oficiales logra que se abra la puerta y se le permita acceder, en ese momento recibe la mirada de burla por parte de los agentes, la casi alegría, de sumar un pasajero más a ese tren. De esa forma tan imprevista llegan al campo de concentración, dejando atrás lo que hasta entonces fueron sus vidas. Para Guido, a partir de entonces, lo más importante es salvaguardar la vida de su hijo, protegerlo de todo aquello, para ello se inventa que aquello es un juego y que quien resulte vencedor se ganará un tanque. El niño abre los ojos entusiasmado, no se lo puede creer, y a partir de entonces Guido usará su entusiasmo infantil por ganarse un tanque, para estimular su deseo de seguir jugando a ese juego deprimente que encuentra ante sí.

Ya dije alguna vez en este blog que La vida es bella, de Roberto Benigni es mi película favorita. Del mismo modo en que Pinocho es mi cuento preferido. En ambos se encuentra un hilo común: un padre que por amor a su hijo logra un hermoso milagro.

Pues bien, al leer la reseña de este libro, La bibliotecaria de Auschwitz, me dije que este libro lo quiero leer.


jueves, 3 de enero de 2013

Hay gente que todo lo vuelve especial

Hay personas que poseen una gratitud tan grande en su interior que consiguen que toda la gente que está a su lado se sienta especial. No conozco muchas personas de éstas, pero sé que son así porque a alguna me la he encontrado por casualidad haciendo la compra y de pronto se ha vuelto, me ha mirado y me ha dado tal recibimiento que básicamente me quedé a escuchar todo lo que me contaba. Quizá ese mismo día me encontré a otra gente conocida que me miró de arriba a abajo, arrugando la expresión por la forma en que iba peinada, o vestida, y al saludarme, o evitar hacerlo, según el caso, me dejó muy claro lo poco que me valoró. Yo nunca miro a la gente por afuera, puedo reconocer un buen peinado o un buen vestido, pero es algo a lo que no le doy valor, para mí lo importante es lo que se dice, lo que se cuenta, la forma de mirar y todo eso que no esconden los abalorios.

Decía, que hay personas que son capaces de iluminar un día gris con una sonrisa. De apartar de tu mente un nubarrón con su amabilidad innata. De hacerte saber que eres muy importante por la forma en que te dedican su tiempo, o el valor que le dan a tus palabras; incluso por el modo en que al verte por casualidad, sonríen al caminar hacia ti, para decirte algo, aunque en la estación esté arrancando el autobús. Me gusta la gente así, porque cuando la encuentro sé que soy la misma de siempre, pero de pronto me veo envuelta en una burbuja de especialidad que quizá perdure a través del tiempo o la fatalidad.

miércoles, 2 de enero de 2013

Os lo explica Enrique Páez

Hay un enlace que debo aprenderme de memoria, acabo de verlo y resume todo aquello que yo llevo repitiendo a los míos desde que me dio por escribir. Yo no escribo porque quiera hacerlo sino porque necesito escribir, no elijo mis historias, las historias me eligen a mí, en verdad creo que ni escribo, creo que pongo en letra las obsesiones que dan vuelta dentro de mi cabeza y exigen imprimirse en letra de molde. Quizá más que escribir deba decirlo de otra manera, me suicido de mí. No me soporto y me voy a otra parte donde librarme pueda por un momento de habitarme.

Hace tanto que dejé de preguntarme que ya ni quiero responderme, no me importa qué es, sé que está y quizá ello deba bastarme. Yo no elegí llegar al mundo y de igual forma, no elegí escribir.

Os lo explica Enrique Páez


Querida familia, aceptarlo de una vez, esto funciona así.





martes, 1 de enero de 2013

No todo el mundo tiene detractores

Decía Julia Otero alguna vez en la radio que si alguien te critica es que vas por el buen camino. Que no hay mejor indicador para saber que estás logrando lo que otra gente ansía para sí y no es capaz de conseguir con su talento. La frase no es literal, es como yo la asimilé cuando la oí hace una friolera de años y fue uno de esos momentos en los que reparé en posibilidades que hasta entonces ni había sospechado.

Es cierto, para tener detractores es necesario que reúnas requisitos que no todo el mundo posee. Es necesario que destaques en algo y que además lo hagas bien. Ese fue mi mayor terror al abrir este blog, comenzar a ganarme la antipatía de alguien que se asomase a decirme lo imbécil que soy, pero después del tiempo he constatado que incluso para ganarse un insulto hay que tener cierto nivel que no todo el mundo posee. Es un hecho. Y no, no me malinterpreten no estoy dando pie a cambiar la tónica habitual de comentarios, me gusta tal como está.

Os dejo un poema con chispa

lunes, 31 de diciembre de 2012

Comienzo de otro año

En unas horas tendré en casa a mi familia para la cena de fin de año, a estas horas tengo un gran trabajo por delante para que todo esté de la forma en que me gusta, contaré con escasa ayuda, porque me cuesta mucho dejar que otro se ocupe de lo que yo quiero hacer, y porque ayer dediqué parte de la tarde a leer y ahora me falta todo ese tiempo, bien empleado por cierto. Faltará en mi mesa de despedida del año viejo y de al entrada al año nuevo, algunas personas que ya no están en este mundo, pero que estarán entre todos nosotros porque lo importante de verdad nunca muere aunque suframos su ausencia.

Podría dejaros un enlace cualquiera, acabo de leer entradas muy buenas, pero os dejaré la música que llenará mi casa en estas horas mientras hago montones de cosas a la vez, que en eso soy muy buena. Quisiera poner la música tan alta que llegase a cada rincón de la casa para inundarla con su voz, sin embargo los aquí presentes no gustan de sus letras, así que quizá solo inundará mis oídos desde el mp3, pero mi sonrisa perpetua estará asegurada. Nadie imagina la fuerza que me transmite ese conjunto de canciones que alguna vez grabó, que por fortuna son muchas.

Os deseo para este 2013 también lo mejor, y que sepáis que cuando comience el nuevo año también estaréis aquí. Porque todos y cada uno de vosotros lográis que me asome aquí -sea eso para bien o para mal-, sin vosotros esto no tendría sentido ni para mí.

Os dejo esa voz.