Hoy, a las 11 de la mañana en Oviedo habrá una marcha por la paz. A esas horas yo no estaré caminando por la capital del principado, pero quisiera decir que en las manifestaciones no sólo está la gente presente, está también aquella que apoya la causa que se manifiesta. Sé que hay mucha gente que hoy seguirá con sus vidas establecidas, pero que estará con ellos de corazón. Que no estemos presentes no significa que no lo valoremos, sólo significa que nos hemos enterado demasiado tarde o que no podemos ir por razones a veces incluso ajenas a nosotros.
Me hace feliz que en las calles se hagan manifestaciones como ésta, porque eso significa que las guerras no cuentan con nuestro apoyo, pero sí cuentan con nuestro dolor de que en el siglo en que vivimos se sigan sucediendo por intereses que escapan a nuestro control y con los que no estamos de acuerdo, y con los que nunca lo estaremos. Me alegra que estemos de acuerdo en que la paz es un derecho que queremos para todos los seres del planeta, que es uno solo, sin fronteras separatorias entre lo que eres tú o lo que soy yo.
La noticia que viene en los diarios es ésta. La noticia que quise compartir:
La asociación Corazón Solidario por una vida digna celebra hoy una marcha por la paz en riguroso silencio, sin banderas ni pancartas. Bajo el lema: «Párate y escucha, ¿lo oyes? Es tu corazón», el acto propone tolerancia frente a la crispación, unidad frente al separatismo y paz frente a la violencia.
Mi corazón también dice No más guerras.