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jueves, 26 de julio de 2012

Entre nos: De mayor me pido ser como tú

Por el verano nos llenamos de turistas que salen desde sus casas alquiladas, hoteles o pensiones hacia la playa. Es por eso que a partir de las once y media ya está llena. Según van pasando las horas se sigue llenando y hacia las seis de la tarde está de bote en bote. Es por eso que cada quien se busca su horario.

A las diez de la mañana todavía es posible aparcar en sus inmediaciones, llegar a la arena y encontrar poca gente, meterse en el agua y nadar en horizontal desde una punta a otra. Extender la toalla y tener un espacio suficiente alrededor. El agua a esas horas está congelada, pero metes los pies y poco a poco te aclimatas, hasta que nadas con soltura y no sientes más frío, solo la tranquilidad de nadar en una playa que viene a ser como era cuando no había tal afluencia de turistas. Aquí cada quien a su gusto va escogiendo sus horas en función de lo que gusta encontrar.

En estas mañanas yo me encuentro una mujer de unos ochenta que llega con una bolsa de esparto, con la silla de playa colgada de un asa, un vestido de botones negro y gris y unas chanclas. Se ve que le gusta admirar la playa desde el mismo ángulo que a mí, me deja un espacio suficiente y coloca sus cosas. Por su gesto serio yo diría que está viuda y vive sola, aunque quizá su marido esté en casa y no le guste la playa. A veces lleva una sombrilla y la abre en cuanto llega, se sienta en su silla, abre su libro y se pone a leer. Tal vez nunca le diga a esta mujer lo mucho que la admiro, es posible que no, porque cohabita en perfecta armonía con su soledad; y sin saberlo, es la mitad de los días, lo más hermoso dentro de ese entorno de músculos en forma y juventudes de todas las estampas, que uno pueda contemplar.

Mujer llegando a la playa con sus enseres. Mujer que lee a la sombra de su sombrilla. Mujer que pasea por la orilla. Mujer que se baña en el mar. Mujer que se enrosca en su toalla y se pone a secar.

Es la serenidad en persona. La sabiduría que contenida se desborda. El equilibrio entre el pasado y presente. La madurez plena de elegancia. El sosiego en todas sus formas. La alegría que medida se estampa. El tiempo que pausado se escapa.

...Y sobre todo, la mujer que yo quisiera ser a su edad...

domingo, 22 de julio de 2012

Andar por el mundo sin aditivos, es saber andar.

Uno de los mayores problemas, de los que por supuesto nadie quiere hablar, para los jóvenes que no terminan de encontrar trabajo y disponen de mucho tiempo libre, es entrar en el círculo botellón- desmadre. Es curioso todo lo que rodea a un fenómeno social cada vez más extendido. En las últimas fiestas grandes que hubo por aquí, una cajera de supermercado me comentaba que durante el fin de semana se quedaron sin bebida alcohólica alguna. Y sin embargo les sobró carne y pescado, para dar y tomar. Me dijo que fue alucinante la cantidad de juventud que llegaba en bandadas para comprar. Que en todos los años que llevaba allí trabajando jamás había visto tal cosa. Lo normal es que beban hasta casi caerse y después tomen cualquier cosa que alguien les ponga al alcance. Me parten en dos mitades cada vez que veo tirado por el suelo el futuro: chica o chico que ya no puede más, y babea sobre el asfalto, mientras su grupo de amigos casi no se tiene en pie y sigue con su fiesta, totalmente ajeno a la suerte que el casi comatoso pueda correr.

En lo personal es algo que me pone los pelos de punta porque no veo la necesidad. Y pienso en la cantidad de chicos y chicas que comienzan así, y después terminan alcoholizados, y arruinando sus vidas por algo que no consiguen dejar. Quizá el número no sea muy grande, lo desconozco, pero repito, no veo la necesidad. Divertirse no puede confundirse con eso, y divertirse no consiste en eso. Divertirse tiene mucho que ver con la forma en que uno encaja en el mundo, y uno debe encajar en el mundo sin aditivos, así en crudo. Y cuanto más en crudo mejor será.

Este tipo de noticias me horripila.

Seamos sensatos. Escuchemos cuando nos hablan. No busquemos en nada exterior lo que debemos hallar de forma interior. No confiemos en pócimas mágicas ni elixires milagrosos, no existen, no los hay. Y aunque así lo fuese no valen la pena. Se cobran arruinando a su paso todo lo que tocan. Mantener muy lejos. No mirar, no tocar y por nada del mundo, por nada por nada del mundo probar.
Si eres joven eres guapo por naturaleza. Tienes todo un futuro por delante. El mundo te espera. La vida puede ser tal como la planees de principio a fin. Y si no te sale, prueba más veces. Pero no busques en nada exterior lo que debes hallar desde el interior. Piensa, planifica, y haz tu propio camino, lejos de la llamada de las sirenas.

PD: De ambulancia sobre todo.

sábado, 21 de julio de 2012

Alto y claro

Hace años leí el libro Escribir es vivir, de José Luis Sampedro. Me encantó su prosa y su forma clara y contundente de decir las cosas. Es uno de esos libros que uno siempre recomendaría leer. Tan contrario a esa forma de hablar en política, tergiversada y obtusa. Si las palabras fuesen agua, las de Sampedro serían un mar de verano, de color turquesa y de fondo claro. Podrían hasta verse los peces que nadasen debajo, las rocas crespas, los pies nadando. Y las de los políticos serían aguas turbias que remueven fangos, que esconden cocodrilos en su interior, sigilosos, atentos, de ojos avispados.


Pues bien, aparece en internet una carta que se le atribuye a José Luis Sampedro, que é no ha escrito. Por eso lo deja claro desde su página web. Está muy disgustado por ello, y espera que sus lectores sepan darse cuenta de que él es cuidadoso con el estilo, el tono y el lenguaje, y que no sustituye argumentos por insultos.

Queda dicho.

viernes, 20 de julio de 2012

Leer el periódico

Hay alguien en mi casa a quien no le gustó nunca leer. Alguien que si te ve leyendo un libro, el libro que sea, te dice que ya estás leyendo mentiras, a quien yo siempre respondo lo que dice Eugenia Rico: que se escribe con parte de mentira y parte de verdad. Y que un libro es un recorrido que te aporta cosas que por ti mismo jamás llegarías ni a imaginar. Me mira y nunca lo cree, pese a que siempre le digo que un día sabrá todo lo importante que llega a ser un libro, aunque claro, para eso le hace falta leer el primero. De momento de ninguna forma lo logré convencer. En su casa había siempre demasiadas tareas pendientes como para gastar el tiempo en leer, y los lectores de libros son considerados gente que pierde el tiempo, porque ni imaginan qué gracia tiene leer.

Pues bien, lo curioso es que ahora casi cada día va a comprar el periódico en cuanto sale de trabajar. Come tarde, y después de comer lo ojea un rato. Y aunque no lo dice, porque es lo bastante orgulloso para guardárselo para sí, ha descubierto lo mucho que le gusta leer, aunque en la interpretación de un texto deje mucho que desear. Puesto que es un aprendizaje que lleva su tiempo. A lo largo de la tarde o de la noche, lo extiende amorosamente sobre la mesa de la cocina, y se queda allí a degustarlo, como si de un buen plato de comida se tratara. Es algo que confieso, aún se me hace raro de ver.

En el periódico de ayer venía una entrevista de un escritor del que jamás oí hablar. Le entrevista es más extensa en el periódico impreso que en el digital, pero no tiene desperdicio, y tiene muchas frases para anotar. A veces uno no tiene ni idea, de lo que es ser un escritor que publica, y todo el trabajo de horas, meses y años que lleva detrás; sumados de minuto en minuto. Minutos que han de quitarse de otro lado, para reunirlos en esa obra por la que se quiere apostar. Me quedé patidifusa al leer esto, porque deja claro que ser escritor de verdad, no es una tarea sencilla, sino titánica; y eso demuestra porqué no todo el que quiere logra llegar:

..." Me di cuenta de que -mi novela- sólo la podía ambientar en la Sevilla del siglo XVI, por la sorpresa final de la historia. Como no conocía nada, me he tenido que leer 193 libros para penetrar en la época"...

Os dejo la entrevista a Juan Gómez Jurado, una lectura que me encantó.

Verbo sembrar

Escribir un relato es como sembrar en un campo árido. Si el texto es bueno comenzará a dar su fruto. Si no lo es hay que volver a sembrar.

Nada es definitivo hasta que lo es. Y si es que lo es. Al menos hecho ya está.

http://porqueescribimos.blogspot.com.es/2011/10/escribir-segun-theodor-adorno.html

jueves, 19 de julio de 2012

Defender lo necesario

En estos tiempos de revuelos, tal pareciera que el mundo se afane en confundirnos. En hacernos prescindible lo imprescindible, pero ni aún así, porque aunque pudiera no parecerlo somos gente con criterio. Que no podamos soltarnos las cadenas con que nos han atado, no significa que no lo estemos intentando.

"O luchamos juntos, o nos colgarán por separado".

Esta frase no sé si es de Ignacio del Valle, pero la leí en su blog y es de esas frases que nunca he olvidado.

...Entre todos los recortes que se están llevando a cabo, y aunque no sigo muy de cerca las noticias para no dejar de creer del todo en mundo en el que vivo, porque necesito seguir viviendo en él hasta mi último día. Hay dos que no puedo encajar y no encajo:
Las rebajas en la ayuda a las personas dependientes. Y las rebajas a quienes reciben las prestaciones del paro. No se puede ser más ruin a la hora de recortar, porque no se puede recortar más abajo.

Desde aquí mi apoyo a los mineros. Porque si cierra la minería asturiana, como se cerró la ganadería asturiana en su momento, tendremos serios problemas para salir adelante. Y nuestros jóvenes estarán más condenados aún a no encontrar trabajo, lo cual ya está bastante crudo de por sí.


http://migueldeesponera.blogspot.com.es/2012/07/el-valor-de-un-funcionario.html

miércoles, 18 de julio de 2012

Escribiendo sueños

Hace años escuché una entrevista que Julia Otero le hizo al escritor Domenique Lapierre. Y me quedé fascinada por la historia de un hombre que considera que ya tiene lo suficiente para vivir, y por ello dedica los derechos de autor de sus obras a quienes lo necesitan de veras. Buscando ahora su nombre en la red, de un solo clic llegué a su página; es fascinante la rapidez de internet que franquea en un segundo las dudas de años.

De esa  entrevista casi no recuerdo nada, pero adoro al tipo de personas capaces de ser como Domenique Lapierre. Pertenezcan a la profesión que pertenezcan, y estén donde estén. Son capaces de escribir sueños y hacerlos realidad en la medida en que pueden.


http://dominiquelapierre.es/dominique_lapierre.php