En el día de la madre quiero brindar un pequeño homenaje a todas esas mujeres que han luchado como campeonas por serlo, y el mundo no les ha dejado. Que aunque no lo sepan son madres también, pues lo son de corazón aunque la vida en esto no les haya acompañado. Se que es muy fácil decirlo, pero no deben obsesionarse con ello, a veces las cosas no son, o no están de ser, o no hay respuesta. Pero el mundo está lleno de niños que tienen madre y nunca la tuvieron, porque no han sabido cuidarles; y de madres que aún nunca habiendo tenido hijos saben cuidarlos como nadie. Yo siempre pienso en esas mujeres trabajadoras que cada mañana dejan a sus retoños para ir al trabajo en manos de otros, y que lo hacen con el corazón encogido no sabiendo cómo tratarán a sus niños. Y me digo que si nunca hubiese tenido hijos propios que cuidar, sería cuidadora de otros niños a tiempo parcial. Que la vida no me quitaría el placer de sentirme madre real de todos los niños que se me cruzasen al pasar. Porque si algo vale la pena de este mundo son los niños. Los propios y los de los demás, son el futuro hacia el cual nunca se deja de avanzar.
En el día de la madre yo me he regalado Busca mi rostro, que es un libro recién salido a la venta, eso ya lo dije. Porque he llegado a la conclusión de que no siendo nada especial dentro del mundo, soy la única madre que parió a mis hijos. Y es un motivo que celebrar. Además soy la hija irrepetible que mi madre parió, y que rompió los moldes. Es su día, el día de mi madre también, un motivo más que importante que celebrar. En mi próxima vida repito padres, de modo que nadie se ilusione; son míos. Y repito a mi familia completita: queda dicho. De momento, para todas las mujeres, madres o no, dejo una canción cantada con tanto sentimiento que parece una oración.
Mujer
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