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jueves, 27 de mayo de 2010

Así sucedió


Mi cabeza amaneció ya de este humor, como tantos días en que no encontré nada que me hiciera sentirme vivo. Desde que tuve el accidente y me quedé confinado a esta silla de ruedas ha habido infinidad de días como este de hoy, en que quisiera hacer algo que me haga sentir vivo de nuevo. Algo que me recuerde que estar vivo tiene una compensación del tipo que sea. Y mientras la casa estaba sumergida en el silencio me acerqué al ventanal del salón y contemplé la cuidad, era una ciudad en puro movimiento, y yo allí parado, como cada día de los que paso sumergido en mi propio infierno. De nuevo surgió ese anhelo al fondo de mi mente y me encaminé al ascensor, después a la calle, después crucé la ciudad hasta la autovía y me aventuré de nuevo a ser yo, a sentirme una pieza importante de mí mismo de nuevo, necesité de la velocidad para recordarme que puedo. Que puedo volver a encontrarme y luchar de nuevo por algo importante.

Algo importante, eso fue, en medio de la nada más absoluta volvía a encontrarme conmigo mismo después de tanto tiempo. Fue algo increíble, el viento en la cara, el pelo arremolinado, el vértigo de que la vida cambie en tan solo un segundo, todo vino a mí y lo vi claro. Andaba buscando un sueño por el cual luchar y lo había tenido delante de mis ojos y no supe verlo. Ahora lo tuve claro, siempre quise ser pintor, un pintor de los buenos. Y nada podía impedirlo. Fue idiota pero fue así, salí a buscarlo y vino a mí. Esa misma mañana lo compraría todo, bastidores suficientes, pinceles de cerda, un godette, tubos de colores, todo surgía al fondo de mi mente llamándome con urgencia. Fue como volver a nacer, como nacer de nuevo a la vida después de muchos años de muerte, dos kilómetros a penas para abandonar la autovía y regresar a la ciudad para ponerme a pintar altos edificios, o parques en movimiento, o escuelas en plena hora del recreo, o el atardecer en la playa, aún no me había decidido cuando un coche patrulla se detuvo ante mí cortándome el paso. Intenté explicarles, me disculpé, les dije que jamás lo haría pero que me dejasen seguir, necesitaba que mi sueño no se desdibujara, y allí estaban ante mí sin quererlo entender, sin prestarse a saber, como exigentes dueños de mi destino. Les dije a todo que sí, y prometieron devolverme pronto a mi casa, mientras yo pensaba en lo mucho que necesitaba que me dejasen en paz para comenzar a creer que había un modo de libertad detrás de mis óleos...

miércoles, 26 de mayo de 2010

Un mundo cada vez más absurdo




Últimamente están saliendo normativas más demenciales o noticias más inverosímiles, pero los telediarios siguen escogiendo sus noticias de un modo estúpido o contándolas de un modo estúpido o ambas dos, y mientras el mundo en que vivimos está inmerso en multitud de problemas ponemos el foco en un friki que llama a los príncipes de Asturias "chupones" y se le dedica más tiempo en el noticiero que a los muertos de Irak, de los que a menudo ya ni se acuerdan. No me gusta ver los noticieros, pero tampoco me gusta vivir de espaldas al mundo en el que vivo aunque las más de las veces ni lo entienda, por eso esta mañana decidí verlo y de entre todas las noticias me quedé con dos: manipular la matrícula del vehículo tiene retirada de seis puntos de carné y 6.000 euros de multa. Porque si no te alcanza el radar estás expuesto a un serio peligro en la carretera imagino, algo que desconocía, pero prometo mantenerlas bien limpias a partir de ahora no sea que me vaya a estrellar por eso con todo el trabajo que tengo programado para hoy. Que como siempre es mucho.
La segunda noticia es la de un hombre que circulaba con una silla de ruedas a 80 km por hora en una carretera de Brasil. Un hombre que debería ser noticia por su afán de superación, por su ilusión por lograr lo casi imposible, pero es noticia por carecer de licencia de conducción en la vía pública. Y carece de licencia de conducción porque nadie se la daría, vamos que al final el problema es que no tiene matrícula, pues ea, que le regalen una para salir bien en la foto y que le dejen batir sus propias marcas, que lo que le hace falta a este mundo absurdo es afán de superación, pero ya lo dice un proverbio chino: El clavo que se destaca recibe siempre un martillazo. El proverbio ese está bien, pero para estos tiempos que vivimos se van quedando obsoletos, y los tendremos que renovar, aquí y en este exacto momento lo que prima es sobre todo la recaudación, algo así como Si quieres ir seguro por la vida paga. Hay un impuesto para cada tipo de perdón.



martes, 25 de mayo de 2010

Texto de Madre Teresa de Calcuta



Siempre ten presente...

La piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años…

Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas…

Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero ¡¡¡nunca te detengas!!!


lunes, 24 de mayo de 2010

Noviembre dulce



Esta película me encantó, Charlize Theron me parece una de las mejores actrices del momento, y Keanu Reeaves uno de los mejores actores, de modo que juntos solo podían hacer un papel soberbio, tan creíble que costaría trabajo no creer que todo eso sucede en verdad ante nuestros ojos. Al menos a mí me convencieron hasta el punto de verla varias veces con la emoción de la primera vez. Soy incorregible, lo sé, pero es todo cuestión de gustos y creo que los dramas me atrapan de principio a fin, incluso cuando escribo, si una historia surge de la nada hay un drama encerrado que solo a costa de trabajarlo se convierte en algo posible leer, supongo que a veces ni eso, pero en cualquier caso hay instintos que no se pueden cambiar; y también hechos irrefutables, si tuviese que recomendar a mi mejor amiga una película podría ser esta, después me vendría diciendo que mejor que no le recomiende nada más porque soy una recomendadora horrorosa, qué le vamos a hacer, para gustos colores. A mí me encantó y me terminé todas las veces que la vi la caja entera de pañuelos, porque todo me lo esperaba menos esa verdad que se desvela casi al final y que es igual de tremenda cada vez que la veo. Inolvidable.

domingo, 23 de mayo de 2010

Rocío Dúrcal




La vi cantar en directo cuando ya se trataba de su enfermedad. Fue impresionante ver el arrojo de esta mujer, su elegancia sobre el escenario, su sencillez, y escuchar ese tono de voz que nadie ha logrado ni antes ni después. Ver esa sonrisa estupenda con que obsequiaba a todo el mundo mientras esperaba el comienzo de la siguiente canción, era una dama; y crecí cantando todas sus canciones rancheras que eran las únicas canciones rancheras que no me apenaban.

A día de hoy encontré un cantante ranchero con su mismo ímpetu que tampoco me apena, y escribo esta entrada porque tiene gracia que mi vecina de enfrente se pase la vida escuchando a Rocío Dúrcal en todas partes, y yo escuche a Alejandro Fernández también a viva voz. A veces es gracioso escuchar cómo cantan la misma canción a la vez con matices diferentes.

A Rocío ya no la puedo escuchar sin sentir un nudo en el pecho. Todas sus canciones me llenan ahora de tristeza, pero mi vecina la pone a todo volumen cuando limpia su jardín que según una amiga mía eso no es un jardín es una selva. Casi no puedo escucharla, pero cómo me alegra que siga acompasando el trabajo diario de tanta gente. Me encanta.

Había escogido otra foto que tuve que quitar, errores de principiante.

Sueño



La huella de un sueño no es menos real que la de una pisada

George Duby

sábado, 22 de mayo de 2010

La trastienda del escritor



La trastienda del escritor Una vocación y un oficio. Es un libro escrito por Pepa Roma.
Este es un libro que compré a un precio irrisorio y que me hace sentirme muy acompañada cuando yo misma no entiendo qué puede sacarse de escribir siendo yo. Es un remix de entrevistas a muchos escritores de lo más variopinto, en ellas se les pregunta sobre la forma en la que intuyen sus historias, cómo trabajan sus personajes, sus secretos para alcanzar los objetivos en la obra en la que están inmersos, sus experiencias vividas antes y después de publicar, y en definitiva trata el oficio de escritor desde muy diferentes perspectivas. Hay frases geniales que resumen a la perfección muchas cosas que yo he sentido al escribir y que me hacen sentirme menos loca, admito que cuando me surgió no se de donde mi primera novela que es un conjunto de desastres, por cierto, la escribía porque no podía dejar de hacerlo muy segura de que terminaría en el manicomio. Pero resulta que terminé superando una etapa muy difícil de mi vida y lo más importante, aceptándome como soy, porque en el transcurso de sus 326 páginas llegué a la conclusión de que sabía cosas que jamás creí que hubiese aprendido y conseguí darle forma a muchos sinsabores que por medio de esa novela tuvieron justificación. Concluí que si todas esas calamidades fueron en verdad necesarias para crear ese texto podía sentirme feliz; de pronto muchas piezas sueltas encajaron y al tener lugar dejaron de darme vueltas. Esas contradicciones y muchas más caben en este libro.
He sido incapaz de terminar de leerlo porque hace poco que lo tengo, y porque se abra por donde se abra es un compendio de sabiduría.
Me sorprendió leer que Juan José Millás sigue incluso corrigiendo los libros que ya ha publicado. Esto es tremendo porque estaba segura de que la obsesión por la exactitud o la corrección se terminaba al publicar. Pues en su caso no necesariamente.
En el libro se apunta que Freud aseguraba que esos que escriben porque no pueden evitarlo (yo misma lo había leído años atrás y por eso creí que estaba enloqueciendo...) padecen una neurosis compulsiva para la que solo concibe una curación, cortar por lo sano y dejar de escribir. (Pues no, señor Freud, sepa usted que eso me irrita, me frustra, me llena de un enorme vacío y me hace insoportable. Si no escribo no me soporto porque siento que me pierdo la mejor parte de mi vida, porque escribir es ser feliz, sépalo usted, todo feliz que un ser humano pueda ser. Que no quiere decir que uno escriba porque es buen escritor, quede claro...)
Ana María Matute asegura que a veces son más importantes los blancos que dejas por llenar que las propias palabras. Curioso el dato.
Cuando le preguntaban a Faulkner si discutía con alguien lo que escribía él aseguraba que no, que solo tenía que gustarle a él, que con eso bastaba. Que estaba bastante ocupado escribiéndolo y que la única forma de mejorarlo es trabajando. -Qué bueno encontrar alguien con quien me identifico tanto. Lo que me cuesta compartir mis escritos con alguien y aquí estoy, creándolos nuevos para preservar los viejos de todas las miradas. Los que guardo son tan buenos que no quiero exponerlos a las miradas, y cuando los leo que es más bien poco, me hacen inmensamente feliz. El deseo de publicar me surge a veces tan indomable como un caballo desbocado y me irrito conmigo misma porque dudo que circulando por el mundo me hagan sentirme más feliz que ahora que los tengo esparcidos por la casa, aquí y allá y a veces me cuesta trabajo reunirlos todos. Es como si tenerlos en cada rincón de la casa fuese una especie de amuleto, ¿porque si no deberían estar tan al libre albedrío? Creo que eso me da inspiración, quedan como abiertos a incluirse de distinta forma en otro lugar, llegan desde lejos y se renuevan una y otra vez; es algo como eso.
Concluyo con algo que encontré al azar porque ya digo que se abra este libro por donde se abra es una mina de oro. Esta frase es de Vicente Aranda:
Escribir está aparentemente al alcance de todos. Sólo hace falta papel y lápiz; todo consiste en lo mismo, combinar veintiocho letras. Claro que con estas veintiocho letras puedes escribir El Quijote o una mierda.
Esta frase me parece buenísima, pero añado que si lo que estás escribiendo es una mierda y te hace sentirte como el mismo Cervantes, y nadie te publica y no te pagan un duro, ¿acaso importa? ¿Acaso no es lo más apasionante que puedas hacer? Es crearte un mundo exactamente a tu medida, decorarlo, llenarlo de la gente que te apetezca, tener lo que quieras, estar en el lugar que más te apetezca, en el decorado perfecto, en el minuto exacto. Lo siento, si me dejaran todas las horas del mundo a mi disposición las pasaría escribiendo, qué se le va a hacer, cuando alguien me dice que se aburre siento envidia de todo su tiempo porque me serviría para escribir otro capítulo más y nada deseo más que eso. Terminar la novela que estoy escribiendo que me hace flotar en las nubes y sentirme una con el universo. Así es esta vocación, está hecha a medida.