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martes, 27 de abril de 2010

Para reflexionar



De vez en cuando uno se encuentra con entrevistas que aportan puntos de vista interesantes, es el caso de Philip Roth, un escritor que afirma Solamente me siento joven cuando escribo. Un escritor que confiesa que en la vida real se le olvidan las palabras, pero jamás al escribir. Que siempre comienza a escribir después de un chispazo intuitivo tras el cual avanza para adentrarse en la historia.

Philip Roth asegura en esta entrevista que ocupa varias páginas que los lectores de novelas se van a reducir notablemente dentro de 25 años como si una epidemia los fuera matando, y la lectura va a caer en picado porque leer novelas será una especie de culto minoritario, como una secta distinguida porque vivimos en la era de las pantallas.

Especto al e-book lo tiene claro, porque estos ofrecen muchas otras opciones además de la lectura de un libro y la concentración necesaria para leer una novela se da en las circunstancias que no son las de hoy. Reitera que estamos en la era de los aparatos electrónicos.

Se le pregunta si como lector prefiere leer los diez últimos Pulitzer o los últimos diez premios Novel y responde tajante ¡Ninguno de ellos! También le preguntan cómo se siente al ser el eterno candidato al novel y responde No espero nada de la Academia Sueca; y ellos, cada año, satisfacen mis expectativas.

Asegura haberse hecho una lista de autores que piensa releer antes de irse de este mundo, que incluye a Dostoyevsky, Faulkner, Turguenev o Conrad.

Encontrarme con esta entrevista pone de manifiesto que hay algo en lo que jamás pensé, que la era electrónica terminaría matando el libro de papel. Y que pertenezco a esa secta minoritaria y distinguida que siempre estará dispuesta a concentrarse en la lectura de un libro encuadernado. El olor del papel, el placer de pasar las páginas y usar marca páginas es un lujo del que no tengo pensado privarme. Es un lujo mucho más barato que cualquier clase de terapia, y una terapia en sí mismo, ¿alguien podría decir que no?.

lunes, 26 de abril de 2010

Duda existencial




El fin de semana no es raro que vayamos a darnos una vuelta por el mercado. Siempre los mismos, somos por lo común de piñón fijo. Tal vez por eso lleve años dándome cuenta de un detalle. Desde hace años en los mismos (idénticos lugares lo juro por Snoopy) se colocan los del top manta, tres hombres que son tan parecidos que si no son el mismo me confundo. Uno aquí, otro allá y otro acullá, donde siempre que ponen su material en el suelo y tienen las últimas novedades. Pero las últimas las últimas. Yo me pregunto si eso está tan prohibido ¿como puede ser que sigan estando ahí?
Y voy más lejos aún ¿de donde salieron como las setas en el instante en que empezaron a llover como caídos del cielo cuales gotas de lluvia? ¿Quién los trajo? ¿Con que fin? ¿A quien pudieron beneficiar con su llegada y su permanencia?

Yo no entiendo el mundo, ya lo dije más de una vez y por eso me suspendía el profe de mates, porque tampoco entiendo de matemáticas. El infinito es un número demasiado grande para poder escribirlo, eso me bloqueó y en esas sigo. Quiero escribir fidedignamente el número infinito y nadie ha tenido paciencia para escribirlo en la pizarra para que lo copie. Ahí radica mi agujero negro interpersonal que creo que estará siempre porque intuyo el número infinito demasiado complicado incluso para un profesor.
¿Pero alguien puede apuntarme algo de porqué siguen estando los que no deberían estar donde están? ¿O será algo demasiado difícil de entender y de explicar? No entiendo nada, la verdad.

Lo que nunca debiera suceder

A diario suceden noticias que nunca debieran suceder. Que alguien debería impedir. Que rompen el alma. Que son tan injustas que nunca olvidaré, esta es una de ellas. Y por favor que el mundo se entere de que no quiero recopilar en mi memoria ninguna más. Duelen demasiado.

Vicky Harrison era rubia, alta, delgada, de ojos azules, mirada dulce y además inteligente. Era todo cuanto yo querría ser, por lo tanto su suicidio me deprime, como puede deprimirme todo suicidio que supone la renuncia de uno mismo. Nada podría parecerme peor, porque representa ante todo lo inútil que fue nacer y lo harto que uno puede estar de haber nacido.

La causa que la llevó a esta depresión fue haber sido rechazada en más de 200 puestos de trabajo. Ni tan siquiera encontró trabajo como camarera o reponedora de supermercado pese a todos los estudios que la avalaban como una estudiante brillante.

Dejó tres notas de suicidio, una para su padre, otra para su madre y otra para su novio en las que decía "Es que no quiero ser yo más. Por favor, no estés triste. No es culpa tuya. Quiero que todos en la vida sean felices".

La de Vicky es la historia de montones de jóvenes que estudiaron algo que en su momento les prometieron con mucho futuro y que a día de hoy no tiene salida. Lo triste es que quienes se lo recomendaron en muchos casos lo hicieron para favorecer que sus colegas conservaran su puesto de trabajo.

El caso de Vicky podría ser el de cualquiera de nuestros hijos. Y es que la sociedad en la que vivimos a veces es incongruente.

Se quiere que los padres aguanten en el tajo hasta los 67 y que los hijos se depriman viendo que no tienen dinero con el que comenzar su propia vida.

La muerte de Vicky es una muerte innecesaria para el mundo, porque sin ella hoy el mundo no es más, es menos. Eso es lo peor de todo. Que jamás debiera suceder porque al mundo no hay que demostrarle que estamos hartos aunque nos sobren razones para estarlo, al mundo hay que demostrarle que somos capaces de lograr lo imposible. Aunque no lo seamos. Aunque solo seamos capaces de llegar apurando mucho hasta mañana. Mañana siempre es mejor que hoy. Mejor espera siempre hasta mañana.

domingo, 25 de abril de 2010

Atención padres




El popular juez de Granada,Emilio Calatayud,conocido por sus sentencias educativas y orientadoras,ha publicado un libro, Reflexiones de un juez de menores en él inserta este Decálogo para formar un delincuente.

1º Comienze desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida.Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2º No se preocupe por su educación ética o espiritual.Espere a que alcance la mayoria de edad para que pueda decidir libremente.

3º Cuando diga palabrotas,ríaselas.Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4º No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace.Podría crearle complejos de culpabilidad.

5º Recoja todo lo que él ha tirado:libros,zapatos,ropa,juguetes.
Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6º Déjele leer todo lo que caiga en sus manos.Cuide de que sus platos,cubiertos y vasos estén esterilizados,pero nó de que su mente se llene de basura.

7º Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño,así a él no le dolerá demasiado el dia que la familia,quizá por su propia conducta,quede destrozada para siempre.

8º Dele todo el dinero que quiera gastar.No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9º Satisfaga todos sus deseos,apetitos,comodidades y placeres.
El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustaciones.

10º Pongase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus
profesores y vecinos.Piense que todos ellos tienen prejuicios
contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.




sábado, 24 de abril de 2010

Mi Dios


Mi Dios es el sol que se derrite para ofrecernos todo su calor,

Es la luna que nos reconforta cuando sentimos dolor,

Es el cielo azul que despierta moteado de algodón

Y en la noche se cubre de estrellas palpitantes en destellos de latón

Es el mar henchido de recuerdos que yo sueño contemplar

Acantilado, campo o bosque, naturaleza es mi Dios, natural.

Mi Dios no quiere mundos habitados por el hambre,

Miseria o enfermedad,

Quiere oportunidades iguales para todos

Salud, amor y dinero en proporción igual.

Mi Dios no tiene poder sobre otros,

Ni sus emociones puede controlar, llora en forma de lluvia sus decepciones

Y se convierte a sí mismo en un lodazal.

Luego se vuelve fuego sin pretenderlo,

Terremoto, maremoto o huracán

Y arrolla todo lo que más quiere,

Lo destruye sin poderlo remediar.

Mi Dios no tiene poder sobre nada,

Es mártir pero no inmortal

El día en que sepamos comprenderlo comenzaremos un camino hacia la paz.

Dejaremos de destruir nuestro planeta, que es Dios para todos por igual,

Un Dios que nada nos exige y se nos da por entero; un Dios total.

Correo de Jazmine

Lluvia, yo estaba por aquí lamentándome de tanta destrucción que nos han dejado ayer a última hora en que una granada voló nuestra casa y nos la dejó hecha un volcán de fuego. Soy egoísta, lo reconozco, después de todo lo que ha venido soportando mi pueblo me lamento por el estado en el que ha quedado nuestra casa y no pienso en lo esencial, que estaba vacía o en la suerte de que estuviésemos en el refugio al que nos obligaron a venir cuando esto empezó. Estábamos todos en las cuevas porque nos aseguraron que arrasarían nuestras casas y así ha sido.
Me llamo Jazmine y tengo treinta años de edad, mis hijos iban a la escuela y mi vida era una vida feliz. Yo no sabía leer ni escribir pero mis hijos me enseñaron, son unos niños muy traviesos y les costó un gran esfuerzo pelear con mi falta de memoria, pero al final aprendí a leer y también a escribir que era lo que más me interesaba. Y tenía escritas tres historias que sucedieron en verdad, fue un trabajo de muchos años y mi mayor tesoro porque muchas de esas personas de las que en su momento escribí han muerto en esta masacre que están llevando a cabo en nuestro pueblo. Y si volviese a escribir la historia ya no sería ni parecida. No se si tenga fuerzas además, no entiendo el mundo. No entiendo a la gente y no entiendo qué sentido tiene destruir todo lo que era mío desde que nací. ¿Podrías hacerte una idea de lo que pueda ser un desierto completo donde antes había un sembrado de hogares? Creo que no, a veces yo misma pienso estar soñando aunque se que no es así. Nuestros hombres se han ido cuando todo esto empezó y nos quedamos solas con los niños en esta enorme cueva que es fría y húmeda por las noches. Los niños lloran porque quieren ir a casa, porque quieren que sus padres vengan de una vez, lloran por las explosiones que se oyen en la distancia y por los aviones que cruzan el cielo a cualquier hora para sembrar más destrucción. Están tristes y marchitos, nosotras estamos tristes y marchitas, todo nuestro mundo desapareció y mis escritos son frías cenizas esparcidas en lo que una vez fue mi hogar. Una señora que dice ser bruja dice que me pasará línea directa a tu blog. No se si sea verdad que conoces a una señora llamada Cleta ni se si en verdad tienes un blog donde todo cabe. No quien eres ni como eres, pero si al menos supiera que hay un lugar donde puedan ir todos mis pensamientos para quedarse hasta que todo esto termine y vuelva la paz te estaría muy agradecida.
Jazmine

Re: Correo de Jazmine

Soy Lluvia, si conozco a esa bruja llamada Cleta aunque nunca la vi. Y por supuesto que puedes escribir linea directa en mi blog, no me preguntes si tienes calidad suficiente porque yo no la tengo y aquí estoy. No me importa un bledo la calidad literaria, me importa la calidad humana y tú la tienes Jazmine, en eso no hay dudas. Yo en tu lugar llenaría todo el mensaje de insultos, exabruptos, llantos y quejas. Tienes razón en que no puedo hacerme una idea de lo que debe sentirse cuando alguien llega de repente y borra todo cuanto has conocido. No me hago una idea de lo que es estar escondida en una cueva húmeda y fría con niños que lloran por volver a unas casas que no tienen o porque vuelvan unos padres que no se sabe si volverán. No se lo que es ver mis escritos reducidos a cenizas que se llevará el viento.
Pero quiero que sepas que somos muchos los que no le encontramos sentido alguno a lo que está ocurriendo. Los que no soportamos los abusos de poder, las medias verdades, las guerras de intereses, somos muchos los que esperamos que todo esto termine de una vez. Ya se hacen incontables los muertos desde que esto empezó. Tan incontables como los miles de millones de dólares que se han quemado, miles de millones o billones tal vez, que hubieran servido para cambiar el mundo a mejor, pero tal parece que somos demasiado ruines para intentarlo.
Será un placer tenerte por aquí cuando quieras asomarte. Y te dejo unas palabras de Eugenia Rico: un libro lo es antes de ser escrito. No desistas en tu empeño, es tu libertad, es tu empeño, son tus fuerzas, son tu poder, el tesoro guardado para días de asueto. Tal vez ahora no tengas papel y lápiz donde escribir pero tienes un espacio virtual abierto para ti. Que es mi espacio y tuyo también y de quienes quieran asomarse a él. No es menos verdad lo que se escribe en el viento que lo que se escribe en un pedazo de papel o en una pantalla de ordenador. Tu verdad es bien venida porque es tu verdad. Mi verdad es que me alegro de haber recibido tu correo porque se que nos llevaremos bien. A fin de cuentas las dos amamos lo mismo.
Cuando tenga tiempo te enviaré a mi Dios, ya se que no es el tuyo y que no tiene la solución para nada, pero tengo pendiente dejarlo aquí, _entre nos, soy bastante desordenada con mis papeles y es un modo de organizar material y de encontrarlo rápida y eficazmente cuando lo necesite_.
Un beso Jazmine, y cuidaros mucho. Te envío un sol radiante para tu húmeda casa, espero que te guste.






viernes, 23 de abril de 2010

Habitar un infierno


Raras veces iba a la ciudad, raras veces pero al posarme siempre iba hasta la última para parada del bus, que es la que lleva al centro, en ella hay un parque con árboles centenarios y jardines bien cuidados que dan flores variadas durante todo el año, hay también una marquesina redonda antiquísima y preciosa que es donde solían dar conciertos antiguamente. El lugar es hermoso, pero se me ha quedado adherido en el recuerdo por aquellos enfermos de las drogas que se reunían allí a dormir y a comer, a vivir sin paredes ni techo lo mismo bajo el ardiente sol que bajo las blancas nieves del invierno. Desde que tengo conciencia los miré y me dije que si había alguien digno de compasión en el mundo de mi niñez eran ellos. Parecían habitar dentro de una guerra perpetua, dentro un laberinto donde fuese imposible hallar el final, parecían incluso vivir muy lejos de sí mismos; y a mí me daban lástima sus brazos llenos de sangre y moratones, su ropa sucia hasta el hartazgo, sus ojos vacíos de toda vida habitada y por habitar. Siempre me dije que no quería ser uno de ellos, ni que mis seres queridos fuesen uno de ellos, que parecían habitar un infierno final donde no existía el perdón de la salvación ni tampoco se intuía. Verlos lavar sus jeringuillas en la fuente, pedir para ese autobús que jamás tomarían o verlos ser la sombra de aquello que nunca pensaron ser me partía el alma. Ya no están allí. Ya no se donde están, los han escondido porque dan un mal aspecto a la ciudad me imagino con sus cartones por cama, con sus cartones de vino por comida, con su caminar desvencijado como fantasmas de sí mismos. Ya no están pero no se cuanto les debo por tener la libertad de nunca haber escogido sus caminos, por conformarme con pisar sobre la tierra sin explorar más mundos paralelos que los de mi propia imaginación, que a veces incluso es demasiado infinita incluso para mí. No se si el hecho de que los hayan borrado de mi mapa y de no poder llevar a mis hijos hasta donde están para ver por sí mismos como es el mundo de la droga cuando ha ganado la batalla final les hará menos libres a la hora de alejarse de todo lo que representa. Porque está claro que una imagen vale más que mil palabras, más claro que el agua. Y que espero que todos ellos se hayan recuperado al fin y que puedan contar en pasado todo aquello, en esta mañana encapotada por la niebla nada me gustaría más.