Este libro me lo apunto para leer durante el próximo año. Después de un año en el que de nuevo comencé y aparqué bastantes libros, compré y tengo pendientes otros muchos de una librería de viejo, que no tengo tiempo -o el interés suficiente de leer-; no voy a hacer ninguna lista de libros para recomendar. El motivo es que nada de lo leído este año, a parte de los que ya he señalado en el blog, me ha llamado demasiado la atención. La lectura y la escritura en mi caso han quedado confinadas a una parcela mucho menor, o cuando menos han dejado de ser una obsesión. No sé cual ha sido la fórmula, o no voy a contarla, pero haber "recuperado" parte de mi tiempo era algo que necesitaba de verdad. Y ya sin obsesiones ni metas, siento que tengo libertad, lo cual no está mal.
Hace unos días veía una película que cuenta mucho, pero lo hace de una forma veraz y sencilla (un objetivo no fácil de alcanzar); me perdone su director, cuyo nombre desconozco en este momento, Google lo sabe sin duda. El escritor de la obra en la que está basada es mi escritor vivo predilecto, por los ingredientes que amasa en sus libros, a los que ni les falta ni les sobra Nicholas Sparks. Para mí tiene el buen gusto de cuidar bien los detalles y no ser pesado, tanto sus diálogos como sus descripciones tienen el tono justo. Lo siento por los grandes literatos que fruncen el ceño ante sus ventas; yo a veces tampoco entiendo que defiendan los libros que ellos defienden. No todos hablamos el mismo idioma. Afortunadamente.
Pues bien, el libro aún no lo leí. No puedo decir en qué medida el director de la película ha sido fiel a la historia. Lo que sí puedo decir es que me parece muy recomendable para ver en familia o en soledad en estos días festivos, porque un lugar donde refugiarse nunca está de más. Y porque es una historia tintada en cierta manera por ese espíritu que recorre La Navidad.
Hace unos días veía una película que cuenta mucho, pero lo hace de una forma veraz y sencilla (un objetivo no fácil de alcanzar); me perdone su director, cuyo nombre desconozco en este momento, Google lo sabe sin duda. El escritor de la obra en la que está basada es mi escritor vivo predilecto, por los ingredientes que amasa en sus libros, a los que ni les falta ni les sobra Nicholas Sparks. Para mí tiene el buen gusto de cuidar bien los detalles y no ser pesado, tanto sus diálogos como sus descripciones tienen el tono justo. Lo siento por los grandes literatos que fruncen el ceño ante sus ventas; yo a veces tampoco entiendo que defiendan los libros que ellos defienden. No todos hablamos el mismo idioma. Afortunadamente.
Pues bien, el libro aún no lo leí. No puedo decir en qué medida el director de la película ha sido fiel a la historia. Lo que sí puedo decir es que me parece muy recomendable para ver en familia o en soledad en estos días festivos, porque un lugar donde refugiarse nunca está de más. Y porque es una historia tintada en cierta manera por ese espíritu que recorre La Navidad.
Seguiré tu consejo, Begoña, buscaré la película. Y te felicito por encontrar ese tiempo tan necesario que no sé adónde se nos escapa algunas temporadas.
ResponderEliminarUn abrazo, y ya de paso, feliz y próspero 2015.