Es un libro gratificante que contiene dentro toda la fuerza necesaria para adentrarse en la tarea de escribir un libro. Y también una idea: la libertad de crear lo que quieras. Son 296 páginas que hablan de su experiencia como escritor y de sus métodos a la hora de abordar la escritura, avisa no obstante de que no a todos los escritores les servirán, porque cada persona tiene su manera de hacer las cosas y que se sentirá feliz si lo que cuenta le sirve a una sola persona para seguir en su empeño de parir una historia propia.
Me sirve y no solo eso, mi manera de intuir la escritura es la misma que la suya desde el minuto cero en que comencé a escribir. Mi experiencia es nula, no confundamos. Digo que coincidimos en la idea de que cada escritor tiene su propia manera de ver la vida, de abordar su tarea, de tratar de encajar en su propia realidad este otro mundo que necesita anotar de forma continua y de volver sobre sí, para mejorar el libro, a veces de forma obsesiva que solo empeora.
De qué hablo cuando hablo de escribir, de Haruki Murakami resume su vida, su obra, sus ideas, explica su mecánica a la hora de escribir y cuenta las opiniones de sus lectores en las dos ocasiones en que abrió un lugar virtual para el hacerse encontradizo con quienes quisieran dirigirse a él para comentarle algo de forma personal. En este punto cuenta que aunque le supuso un esfuerzo grande, contestó a cada uno de sus lectores, sin embargo la mayoría creyó que había contratado a otro para responder. En este punto se sorprendió por la cantidad de gente desconfiada que existe. El libro cuesta 20 euros, pero me lo regalé sin pensarlo en un momento en que contaba apuntarme a algún curso de escritura creativa este invierno. Y resulta que es un libro que apuesta fuerte por tu propio modo de hacer las cosas y de escribir a tu manera, sacarte la historia de adentro apostando por tu intuición, y después no dejar de buscar quien te publique. Hasta la más pequeña publicación puede darte una carrera si estas de suerte, a él le sucedió, ganó el premio al mejor escritor novel de una revista literaria y justo ahí comenzó su carrera como escritor, una carrera de fondo en la que lleva 35 años. Te asegura que la suerte de poder vivir de ello o no, ser reconocido o no, de tener éxito o no tenerlo es secundario, lo importante es que quien quiera escribir, escriba. Porque escribir historias es un modo de superarse que solo entienden quienes sueñan con escribir. Es una semilla que siembras y que nunca puedes saber el resultado, solo tienes que ponerla en el mundo y no dejar de regar. El resto ya no depende de ti, pero debes mostrarla donde creas que se la puede admirar, porque nunca se sabe dónde se puede encender la chispa.
De que hablo cuando hablo de escribir, de Haruki Murakami será para mi una grata compañía, después de leído y subrayado en partes -para mi vitales- voy a forrarlo para que me acompañe a lo largo de los años. Lo siento, es un libro que no pienso prestar, no sea que no me lo devuelvan.
A lo largo y ancho de Internet encontraréis reseñas mucho mejores que ésta si queréis reunir información, yo os insto a comprarlo, a leerlo, a disfrutarlo. No porque hable de escritura sino porque habla de una forma de vivir inteligente y respetuosa. En mi caso comienzo por su última obra, lo cual está bien, porque me encantan las biografías personales y profesionales que hablan de recorridos y capacidad de superarse. Para historias huecas y gente hueca que ha partido de la nada y vive sumida en la nada más espeluznante ya tenemos machacantes programas de televisión que ante nuestra indignación lejos de desaparecer, aumentan. Es incomprensible. Majadero. Y además una estrategia para embobar a la población de la que solo se espera que aguante lo que aguanta a fuerza de acostumbrarse a ver a ineptos caraduras por doquier.