Powered By Blogger

domingo, 15 de diciembre de 2013

Confidencias

No acostumbro a poner la televisión, y que desde el canal en que la tenían puesta, diga una presentadora: es digno hijo de su padre y embajador de su país, México; y tener a punto la respuesta: Alejandro Fernández, premio para mí. Mucho menos a verle en un programa hablando sobre su vida y su nueva gira, aunque sea con cara de agotamiento y máxima responsabilidad. La nueva noticia es que llegará a España en verano para presentar la gira de su último disco Confidencias, en el que grabó una canción junto a Rod Stewart, nada más y nada menos. La presentadora de televisión era María Teresa Campos que resultó ser una gran admiradora de Alejandro Fernández al que preparó un programa en el que se le veía un poquito incómodo por tanto halago. Merecido, por supuesto.

Las canciones que más marcaron mi infancia fueron las de Nino Bravo, porque estaban llenas de letras que me emocionaban y me pasaba el día entero cantando. Y de todos los recuerdos hay uno que se me quedó grabado, escuchar su disco cantando de continuo durante las fiestas de mi pueblo. Tres días que no dejó de cantar... después de muerto. Eso fue algo que me marcó de una forma que no podría expresar. De ahí que agradezca que el disco Confidencias, de Alejandro Fernández incluya una de mis canciones preferidas, Te quiero, la misma que cantaba Nino Bravo; son distintos matices para un talento compartido y una misma emoción. Se nota cuando al cantar se pone todo el corazón y todo el respeto.

El disco Confidencias lo escuché entero en un enlace de Youtube hace tiempo, no sé si legal o ilegal, por eso no lo dejo. Alejandro Fernández contó que incluye varias de sus canciones favoritas, que también en su tiempo fueron éxito, como el Tengo ganas de ti, de Miguel Gallardo, otro cantante que siempre admiré. O el Soy rebelde de Janette. Canciones que marcaron una infancia y juventud.

Pues bien, ahora toca comenzar a ahorrar porque si algo tengo claro es que si en verano aterriza en Asturias allí estaré compartiendo el mismo aire en la misma noche y el mismo lugar. Solo que esta vez iré acompañada de un montón de amigas a las que contagié mi entusiasmo por esta voz. Comienza la cuenta atrás. ¡¡¡Qué friki soy!!!

La voz de México




sábado, 14 de diciembre de 2013

Tiempo de mirar atrás y agradecer el camino hecho

Esta mañana, por motivos que no vienen al caso, estuve revolviendo entre viejas fotografías para encontrar una en concreto, que al final aún no encontré, pero a través de esas instantáneas guardadas en varias cajas, descolocadas, encontré retazos de mi vida. Y me asomo para intentar recordar, ya en compañía, lo mucho que nos centramos en lo que intentamos conseguir, a costa de olvidar los cimientos de ahora. Estos cimientos hoy solidificados para sostenernos con fuerza, eran no hace tanto un sueño que nos parecía muy difícil de alcanzar, pero ahora es realidad; y siempre se nos olvida agradecerlo. A veces no todo es por casualidad, pero hace falta la suerte en gran medida, y a esa suerte la damos por hecha ya; una mala costumbre que de cuando en cuando hace falta ventilar.

En varias cajas guardo historias que jamás escribiré, pero que sin quererlo iré goteando entre alguna línea que otra. Es lo que se hace cuando se entiende que la vida sucede y que al final todo queda, como ese mar que al encogerse lleva consigo todas las lágrimas depositadas entre su arena; y todas las risas también. Somos una mezcla de muchas cosas y es una gozada mirar atrás sin arrepentirse de lo complicado del camino en muchos tramos, y de lo dulce también de sus muchos frutos.

A veces cuando me da por mirar este blog para buscar algo en concreto veo lo mismo, una parte del camino también está aquí, parte de mis sueños y de esos frutos tienen ese mismo tinte que colorea mi caja de fotografías. El camino no siempre es sencillo, a veces no tienes ni conciencia de que caminas, pero no te detienes y al mirar atrás todo tiene sentido. Hace unos días en una entrevista de trabajo la entrevistadora me preguntó por qué quería ese trabajo. En ese momento respondí: No se si lo quiero. Después la miré sin saber muy bien de dónde salieron esas palabras, pero brotaron de la verdad, y supe que en ese momento justo perdí toda posibilidad de ser elegida. Había cero posibilidad de trabajar en algo que en verdad no me entusiasmaba y más tiempo para vagar entre mis páginas sin escribir, todas esas que algún día espero compartir desde algo parecido a una profesión. (En mayor o menor medida).

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Mis palabras improvisadas, para ti, pequeña flor

Y la vida, inteligente se renueva
gobierne quien gobierne
en un país venido a menos
por errores fácilmente
evitables, incluso.

Se abre paso aunque
sea madrugada y unos
duerman el sueño cansado
del trabajo mal pagado
y la crisis constante.

Porque la vida, inteligente
lucha contra un final derrotado
que ni merece ni quiere
y de forma constante se renueva
esperando los rayos felices
de nuevos y prósperos días.

Llegaste a la vida en un eco
entrecortado por las risas
de quienes te mimaron nueve meses
desde el centro de tus latidos
planeada y ansiada como fuiste.

Vienes a un mundo lleno de injusticias
para otros a quienes tal vez no cuidarán,
pero a buen seguro te enseñarán 
a no quedarte de brazos cruzados,
es una lección de familia. 
De tu familia.

Bienvenida, bien hallada, bien querida.
Hermosa tú como solo saben serlo 
las flores primorosas del mañana, 
estas son solo palabras improvisadas
de una tía feliz, radiante y alocada =)

martes, 10 de diciembre de 2013

Verbo retuitear

Hay cosas que se compran con dinero y cosas que el dinero nunca podría comprar; las segundas siempre serán mejores.

...Como el deseo de aprender, o la ilusión por mejorar, o el sueño de formar parte de algo importante que no tenga precio...

No dejéis de verlo


ESTE VIDEO DEMUESTRA DOS COSAS, 1ª.- HAY GENTE QUE POR MAL QUE TU VIVAS VIVE PEOR QUE TU 2ª.- EL SER HUMANO ES...




lunes, 9 de diciembre de 2013

El diario de Ma Yan, de Pierre Haski


Hace días terminé de leer El diario de Ma Yan, y lo siento por quienes me leen, pero es uno de esos libros que no se puede resumir, porque es un libro que se debería leer. Solo diré que pese a que fue publicado en el año 2002, escrito sobre una historia reciente en el que la niña cuenta sus impresiones sobre el día a día, asemejan hechos relatados hace un siglo aquí, con sus diferencias, claro. Esto es algo que me sigue chocando de una forma que ni acierto a describir. Ma Yan acude a clase tras una caminata de tres o seis horas, según el estado del camino de barro que debe transitar por un lugar desértico y peligroso, en el que pueden salirle al paso ladrones que intentan llevarse el dinero que pueda llevar. Solo durante el fin de semana puede ir a su casa, el resto del tiempo queda interna allí, pasando mucha hambre y calamidades para subsistir. Va calzada con unos zapatos de tela confeccionados por su madre, con ellos debe sortear todas las inclemencias surgidas durante el año entero. A clase debe llevar el arroz que le servirán para comer, el pan lo cuece su madre, y lo lleva fresco cada semana, si quiere verduras debe pagarlas con su dinero, que no tiene, con lo cual solo las come cuando alguna amiga comparte las suyas con ella. Si quiere viajar en tractor debe pagar un yuan, ella prefiere caminar y guardarse las monedas que pueda llevar alguna vez, para comprarse libretas y material escolar. Todo lo que tiene le ha costado un esfuerzo enorme conseguirlo, a ella o a sus padres, sin embargo a su clase acuden niños que pueden gastarse dinero en chucherías, algo que ella nunca podría hacer. El primer bolígrafo que compró le costó el precio desorbitado de pasar hambre y penalidades durante tres meses, si recuerdo bien, ese pasaje en este momento no lo pude encontrar. Ella lo cuenta con la total normalidad de su día a día, en el que vive en constante preocupación por la salud de su madre, que sufre terribles dolores de estómago y se ve obligada a de cuando en cuando hacer cuatrocientos quilometros para recoger fa cai. El deterioro que le causa este trabajo es notable cuando vuelve a la casa después de la crudeza de dormir a la intemperie y subsistir casi sin comer, algo que acrecienta los contínuos remordimientos de Ma Yan, cuyas notas no reflejan los resultados esperados. A clase con ella también acude su hermano, con lo cual los gastos de la escuela se duplican. 

Al diario escrito por Ma Yan se van sumando las aclaraciones de Pierre Haski, que da cuenta de las diferencias entre la China rica y la pobre, que es a la que pertenece la niña. Por eso terminas sabiendo que los mandatarios del país han descuidado a los campesinos de su región hasta tal punto que a penas consiguen subsistir entre mil calamidades; y cuando llega la solución, es trasladarlos a otro lugar, algo que no a todos les sirve. Algunos quieren permanecer en el lugar que eligieron sus antepasados para vivir, por muchas que sean las dificultades a sortear. El libro incluye fotografías de la familia de Ma Yan, y debo confesar que mi imaginación, quizá escasa, no les configuró así, ni a ellos ni a su casa, aunque es posible que esas fotografías fuesen hechas tiempo después a la publicación de este libro, casi diría que sí. Porque todo comenzó cuando el periódico Libération llegó a la región de Ningxia para cubrir un reportaje sobre aquellas tierras, y cuando ya se iban de allí, en algo que Pierre Haski califica de un esfuerzo de extraordinaria intuición, la madre de Ma Yan, le entrega tres libretas marrones, en las que la niña relataba los sucesos diarios. La madre que nunca tuvo la oportunidad de aprender a leer o escribir, desconoce lo que se esconde en el interior de esos cuadernos, pero entiende que si algo puede cambiar en la vida de su hija será solo a través de lo que ella misma fue relatando en ellos. Pierre Haski atiende a su ruego y se los lleva, ya en casa los lee con detenimiento y con gente de su equipo regresa al pueblo de nuevo para ampliar su información. Así se entera de que el padre de Ma Yan liaba sus cigarrillos con las hojas de las libretas que sus hijos dejan atrás, y se ha fumado uno de los diarios que completaban esta historia desconociendo el hecho por completo. A partir de entonces Ma Yan seguirá escribiendo a diario, pero sabiendo que sus escritos serán publicados pierde frescura, es por eso que Pierre Haski solo incluirá en el libro los entregados por la madre de la niña.

A partir del artículo publicado en el periódico Libération el 11 de enero de 2002, muchos lectores quieren colaborar en que Ma Yan pueda terminar sus estudios. También se alzan muchas voces en contra de lo que se pretende hacer, considerando que otras niñas no podrán conseguirlo y opinando que es inútil intentar cambiar algo que nunca cambiará. Por medio de los muchos donativos inesperados se forma una fundación que puede hacerse cargo de los estudios de otros muchos niños de la región. Pero que de cualquier forma siempre resultarán escasos para todos los niños que hay que ayudar a salir de la situación en que se encuentran. Al final del libro Pierre Haski cuenta que se ve en la necesidad de llevar a la madre de Ma Yan, por su propia cuenta, a un hospital lejano para diagnosticar el sufrimiento que padece, que es una úlcera. Allí madre e hija verán por primera vez ciertos lujos imprensables, como el prodigio que supone ver manar agua caliente de un grifo, algo que les parece una bendición.
Es un libro que aunque resulte a veces duro se debería leer, porque son lecturas como estas las que nos llevan a concienciarnos de todo lo que, si queremos, podemos hacer por niños como Ma Yan. Ellos que luchan a diario contra todas las adversidades con una sonrisa, porque tienen la posibilidad de estudiar, bien se merecen que quienes hemos estudiado (a veces a disgusto porque ni queríamos ni le veíamos la necesidad y además con todas las comodidades) luchemos por sus derechos, por la dignidad de sus vidas, y les ayudemos cuanto nos sea posible. Porque para eso pertenecemos a este lado del mundo que lo tiene todo, aunque a veces, de tan acostumbrados, se nos olvide. Alguien me dijo hace unos días una frase que cabe aquí:

Hacen más muchos pocos que pocos muchos.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Punto y seguido

Está muy cerca el final del año y aunque no se quiera se hace un balance sobre lo que planeamos cuando estaba a punto de comenzar, ahora, casi acaba. No puedo decir que fuese un año malo para mí, pero sí fue un año en el que no avancé casi nada en los proyectos que quise concluir. Reflexionando sobre ello podría decirse que de alguna forma, no creo en mí. No es un llanto ni una queja, algo se rompió entre ese intervalo en que soñaba con publicar las historias que tejí, y este ahora después de tanto espacio, y sé justamente lo que ocurre. Leo más y leo mejor. Ahora sé lo que es escribir con calidad, es lo que sucede por tener un vicio enorme a las bibliotecas, donde si buscas de verdad encontrarás aquello que te apasione. 

Como lectores tenemos nuestras preferencias, y sucede que leyendo mucho, encuentras todos esos libros que una vez quisiste escribir. Esas historias que para ti nadie había escrito, y que resulta que sí, algunas estaban relatadas desde antes que tú nacieras. Las lees y ya no las necesitas escribir porque están escritas tan bien que no se dejan nada fuera, y de tal modo que no se superarán a tu ver; eso sin pretenderlo te frena. Lo que aprendí este año es que hay mucho por aprender, y que la vida de las personas tiene mucho que ver con la del fruto que está en el árbol, todo está en su punto cuando madura. 

Quizá sea cobardía, quizá el deseo de vivir este momento que no se repetirá, pero siento que debo dedicar este tiempo al presente, en que ocurren tantas cosas que no volverán atrás. Después de pasarme tantos años confeccionando cientos de páginas que ahora leo, tacho y borro, necesito quedarme en la realidad de este blog como lo único construido que vale la pena. Quizá por respeto al lector, o porque es que lo único que cuando leo dejo tal cual, para bien o para mal. O tal vez porque será el cimiento sobre el que se sustente lo futuro, a la espera de esa obra que se deje finalizar. 

De momento se antoja lejos. Resta mucho por leer para acoplar las herramientas que necesito en su ejecución. Esa, sigue siendo la intuición que se escucha al fondo. No sirve apurar.