Al leer esta entrada debo agradecer que nunca me sucedió, que en mi tiempo de escuela no podía estarme quieta ni parar de hablar y reír, porque yo iba a la escuela no a aprender -mea culpa- sino a relacionarme con los demás, a hacer de ese tiempo un tiempo de conocer historias, situaciones y aprender, no de la vida que se estudia en los libros, sino de la vida que sucede a tiempo real.
Cuando llegaban los suspensos tampoco me sentía víctima, ni de mí misma, porque mi padre, que era el de los sermones, me miraba muy de frente y me decía: intenta que esto cambie porque aunque creas que esto influye sobre mi vida, te equivocas, yo ya hice la mía, así que deberías intentar que la tuya sea mucho mejor. Y no te lo digo por mi bien, sino por el tuyo.
Otros niños no tuvieron tanta suerte
Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
miércoles, 9 de enero de 2013
martes, 8 de enero de 2013
Vender tus libros en la calle
Me sorprendió la primera vez que lo leí, contado por el mismo Alejandro Laurenza. Creo que si se necesita alguna cualidad para ser escritor es la tenacidad, pero para editar tus propios libros y ofrecerlos a la gente que te vas encontrando por la calle hace falta algo más, quizá la determinación de no dejarse amilanar. Hace unos años una amiga y su madre se fueron unos días de vacaciones a un lugar tranquilo y de una belleza ejemplar, me contaron que un día fueron a tomar un café y en la cafetería se vendían varios libros de un autor, que a su vez era el camarero que les atendió. Ojearon un libro del expositor y decidieron pagar los 6 euros que costaba, quizá llevadas por la curiosidad, y después de leerlo les encantó. Hace mucho tiempo que me ofrecieron leerlo, pero por entonces estaba leyendo Se lo llevaron de Loung Ung, y no quise soltarlo, es más, no pude soltarlo hasta que lo terminé y muchos años después de terminado sé que nunca lo soltaré. Es una de esas historias en las que quedas atrapada para siempre, después de esa leí más de esas historias que nunca sueltas, un día haré una lista con esos libros y os contaré.
Pues bien, siguiendo con el arrojo necesario para dedicar tu tiempo a escribir, a editar tus propios libros y después a salir a venderlos en la calle a las personas que encuentres por allí, supe que Alejandro Laurenza había subido algunos libros a Amazon y que no le fue bien. Él mismo comentó en un blog que no tuvo ningún tipo de repercusión, que sigue vendiendo en la calle, porque al menos en la calle compran sus libros, asegura que es algo que nunca dejará de hacer. Desde aquí mi admiración y el deseo de que todo marche bien.
Él mismo os lo cuenta en su blog
Pues bien, siguiendo con el arrojo necesario para dedicar tu tiempo a escribir, a editar tus propios libros y después a salir a venderlos en la calle a las personas que encuentres por allí, supe que Alejandro Laurenza había subido algunos libros a Amazon y que no le fue bien. Él mismo comentó en un blog que no tuvo ningún tipo de repercusión, que sigue vendiendo en la calle, porque al menos en la calle compran sus libros, asegura que es algo que nunca dejará de hacer. Desde aquí mi admiración y el deseo de que todo marche bien.
Él mismo os lo cuenta en su blog
lunes, 7 de enero de 2013
Una llamada de atención
A todos los que nos gusta leer, desde que el mundo es mundo, hemos sentido que los universos creados por otros nos han aportado diversas formas de mirar la realidad, de conjugarla, vencerla y de aprender desde otra perspectiva que antes no estuvo; ni estaría en otro lugar lejos de esa relación entre la lectura y la letra escrita.
Creo que leer es una de las mejores magias dentro del mundo porque hace que uno encuentre ese lugar exacto que quiere habitar, a su justa medida, entre leer y meditar sobre lo leído. Leer nunca quita, siempre da.
Me asomé para dejaros unas palabras que nunca deberíamos olvidar. Si queremos seguir leyendo a ese escritor que admiramos hay unas reglas que debemos respetar.
Siempre
Creo que leer es una de las mejores magias dentro del mundo porque hace que uno encuentre ese lugar exacto que quiere habitar, a su justa medida, entre leer y meditar sobre lo leído. Leer nunca quita, siempre da.
Me asomé para dejaros unas palabras que nunca deberíamos olvidar. Si queremos seguir leyendo a ese escritor que admiramos hay unas reglas que debemos respetar.
Siempre
Otros posibles mundos
Cuando alguien se muere todos se aferran al dolor de ese final imprevisible, a mí me atrapa el dolor, es inevitable, pero también el deseo de que algo que se nos escapa pueda suceder mientras todos se hunden ante lo que creen un fin.
Yo tengo una teoría alocada que repito a las personas que quiero. No voy a exponerla aquí porque algún día crearé algo bonito con ella, algo que tenga validez no solo ante mí, aunque sea en el mundo de la ficción.
domingo, 6 de enero de 2013
Día de Reyes
Son jóvenes, a falta de trabajo en su país miran con esperanza al extranjero, a donde comienzan a enviar sus curriculos, y quienes conviven con ellos, e incluso quienes les vieron nacer, esperan un último milagro que logre verlos prosperar en su país.
No creen en la suerte.
No creen en la suerte.
sábado, 5 de enero de 2013
Un boceto, o un microrrelato
En este momento me encuentro en un bloqueo bastante bobo si lo pienso, releo algunas obras con ánimo de corregir y resulta que no son como las recuerdo. Les encuentro pocos detalles, o demasiados, poco acentuado esto o demasiado aquello, lo leo y siento desde muy adentro que no es eso lo que creí haber dejado ahí; eso seguramente es porque lleva descansando ya tanto tiempo que lo fui rellenando con detalles imaginados que aún no pasaron a escrito. O por haber dilatado demasiado el tiempo entre sus diferentes etapas.
Antes cada vez que me sucedía algo de esto creía ser la única, ahora creo que no, que es algo común a todos los que alguna vez quisieron escribir un relato, corto o largo, y que solo siguiendo el escrito se arregla, dedicándole el tiempo necesario y el suficiente rigor. De modo que ahora cuando no me veo con fuerza suficiente, en vez de bloquearme, escribo un microrrelato. Sé que así no lo arreglo, pero es un modo de sentir que no me estanco, que sigo en producción.
Os dejo un microrrelato de Pilar Alberdi
Antes cada vez que me sucedía algo de esto creía ser la única, ahora creo que no, que es algo común a todos los que alguna vez quisieron escribir un relato, corto o largo, y que solo siguiendo el escrito se arregla, dedicándole el tiempo necesario y el suficiente rigor. De modo que ahora cuando no me veo con fuerza suficiente, en vez de bloquearme, escribo un microrrelato. Sé que así no lo arreglo, pero es un modo de sentir que no me estanco, que sigo en producción.
Os dejo un microrrelato de Pilar Alberdi
viernes, 4 de enero de 2013
La bibliotecaria de Auschwitz
Al leer la reseña de este libro, me vino a la cabeza la película La vida es bella, de Roberto Benigni, que narra la historia de un hombre judío, que de buenas a primeras es trasladado a un campo de concentración, junto a su padre y su hijo. Su mujer, que no es judía, no está en esa lista maldita, por eso no se le permite subir en el tren que se ha llevado a su suegro, a su marido y su hijo. Después de pelear un rato con esos oficiales logra que se abra la puerta y se le permita acceder, en ese momento recibe la mirada de burla por parte de los agentes, la casi alegría, de sumar un pasajero más a ese tren. De esa forma tan imprevista llegan al campo de concentración, dejando atrás lo que hasta entonces fueron sus vidas. Para Guido, a partir de entonces, lo más importante es salvaguardar la vida de su hijo, protegerlo de todo aquello, para ello se inventa que aquello es un juego y que quien resulte vencedor se ganará un tanque. El niño abre los ojos entusiasmado, no se lo puede creer, y a partir de entonces Guido usará su entusiasmo infantil por ganarse un tanque, para estimular su deseo de seguir jugando a ese juego deprimente que encuentra ante sí.
Ya dije alguna vez en este blog que La vida es bella, de Roberto Benigni es mi película favorita. Del mismo modo en que Pinocho es mi cuento preferido. En ambos se encuentra un hilo común: un padre que por amor a su hijo logra un hermoso milagro.
Pues bien, al leer la reseña de este libro, La bibliotecaria de Auschwitz, me dije que este libro lo quiero leer.
Ya dije alguna vez en este blog que La vida es bella, de Roberto Benigni es mi película favorita. Del mismo modo en que Pinocho es mi cuento preferido. En ambos se encuentra un hilo común: un padre que por amor a su hijo logra un hermoso milagro.
Pues bien, al leer la reseña de este libro, La bibliotecaria de Auschwitz, me dije que este libro lo quiero leer.
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