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viernes, 24 de febrero de 2012

De exorcismos y reconcomios

No me duelen tanto los ayeres dormidos,
sino las interrogantes del mañana
que a día de hoy apenas vislumbro.

No me duele tanto las certezas
de esas que sé porqué han sido
sino aquello en que pude equivocarme.

No me duele tanto ese mañana que llegue
si no el desconocerlo por completo
y quizá pensar algún día que erré.

Cuando todo sea demasiado tarde
para hallar el modo de remediarlo,
y carcomida de pena vague para siempre.

jueves, 23 de febrero de 2012

Primer requisito para ser feliz

Estar dotado de una ilimitada capacidad de imaginación

miércoles, 22 de febrero de 2012

El viaje a la semilla

Este libro escrito por Dasso Saldívar, es una biografía de Gabriel García Márquez, que resulta edificante. Creo que desde el mismo principio es una continua sorpresa, y si tenemos en cuenta la cantidad de escritores que este premio Nobel leyó, no es extraño que terminase siéndolo. Y hay algo que me gusta, compartimos fascinación por varios escritores, y varios libros.

También cuenta algunos datos que todos desconocemos acerca de García Márquez, y que no sé si procede contar aquí, como que su abuela le amenazaba por las noches con los fantasmas de sus recientes muertos. Le decía que o se estaba quieto o ellos vendrían. Desde los siete años de edad, ese miedo es una constante. Fue más o menos a esa edad cuando la lectura de Las mil y una noches, desencadenó su fuerte afición a la lectura, que más tarde desembocaría en lo que él mismo denominaría el sarampión literario. También da detalles que no son muy conocidos - diría yo- como que cursó derecho y se quedó a las puertas del título por unos exámenes que nunca recuperó. Y que ya en la universidad publicó cuentos y poemas, y después en varios periódicos. Fueron estos primeros pasos el preludio de todo lo que después germinó.

El viaje a la semilla quizá provocó algo en mí: que después de su lectura, la obra de García Márquez nunca me pareció tan impresionante como su vida. Tan inusual o particular, siendo a la vez tan normal y corriente, casi diría tan ajena a lo que pudiera considerarse la vida previa a cualquier premio Nobel. Quizá eso haga mayor contraste entre lo que cabe predecirse en una persona y lo que no. Leyendo sus primeros años de vida, en el marco en que sucede, parecería impensable lograr lo que él logró.

En ocasiones pierde la esperanza de estar haciendo algo útil con cada nueva novela, pero ha de volver a escribir porque le brota la escritura como un manantial incontenible. El viaje a la semilla hace muchos años que lo leí, para esta entrada tuve usar apuntes que había anotado en un cuaderno - me pregunto si esto de apuntar en una libreta será delito también- . Es un libro que recomendaría vivamente, y uno de tantos que quisiera releer, se exactamente el estante que ocupa en la biblioteca, con lo que podría decir que espera por mí. Que no en vano es lo que caracteriza a los libros: su único objetivo es esperar un lector.

martes, 21 de febrero de 2012

La niña que no quería nacer

Acabo de ver la portada de un libro, que por sí sola me llevaría ya mismo a comprarlo. Pero sé por una amiga que la forma más segura de comprar en internet, es ir a tu banco, a que te hagan una tarjeta virtual. Una vez hecha la tarjeta, le cargas un saldo del importe que quieras, y cuando pagas a través de la red, con esta fórmula te aseguras de que si no te llega el producto adquirido, solo perderías la cantidad cargada, y ni un euro más. Evitando que algún listillo de turno te deje en blanco.

Pues bien, al entrar hoy en el blog de Pilar Alberdi, junto a los libros que subió en Amazon, me encuentro que ha subido otros tres. Iceberg, Maleficiu, y La niña que no quería nacer. La portada en azul, de dos zapatitos blancos en un tendedero me dio un vuelco el corazón, el título me pellizcó por dentro. Y de nuevo esa odiosa sensación de que me faltarán años de vida para leer todo cuanto quiero leer, unida a la completa felicidad de que en mi tiempo de ocio nunca me aburriré.

...Y al lejano sueño de poner algún día en este blog mis propias portadas, sabiendo que quizá no haya portada alguna entre los libros editados que me haya gustado más, que la de La niña que no quería nacer. Por todo cuanto sugiere...


http://pilaralberdi.blogspot.com/2012/01/asi-comienza.html

lunes, 20 de febrero de 2012

Un poema corrección

Veo el cielo abierto desde mi ventana
que me tienta a volar sobre los tejados,
sobre mares infinitos
y sobre campos repletos de violetas.
Veo el cielo abierto desde mi ventana
y como no sé volar, escribo,
como si fuese volar lo que escribiera.

sábado, 18 de febrero de 2012

El lugar ideal para escribir

Creo que cualquier lugar es ideal para escribir. El único requisito imprescindible es la absoluta soledad. Una soledad donde puedan converger la imaginación sin límite alguno, y la coherencia necesaria para que todo cuanto quede escrito se pueda creer. Ojo que no digo que sea real - todo lo escrito en un simple párrafo lo pudiera parecer, si no prueba a hacerlo tú mismo-, me refiero a que parezca verídico mientras se lee.

Lo demás está sujeto a los gustos particulares de cada uno. Si bien es cierto que incluso viviendo en la extrema pobreza se puede ser un gran escritor, de ello ha tomado buena cuenta la historia de la gran literatura. Es apasionante leer un libro de un buen escritor, pero leer su biografía termina resultando si cabe más apasionante. Por poner un ejemplo que me deja en bastante mal lugar, diré que comencé a leer Cien años de soledad, y terminé abandonando su lectura porque me deprimí de veras entre la atmósfera de las primeras cincuenta páginas, y que sin embargo El viaje a la semilla, que es un libro que relata la vida Gabriel García Márquez me supo a poco. Y como ese podría poner muchos ejemplos, de que a veces lo uno y lo otro son indivisibles. Quizá para contar haya que haber vivido no ya mucho, si no con mucha intensidad aquellas pequeñas cosas que rodean cualquier vida diaria.


http://enriquepaez.blogspot.com/2012/02/la-cueva-del-escritor.html

viernes, 17 de febrero de 2012

Hidalgo

Es un caballo pinto que mueve las crines al compás del viento. Está tan bien dibujado en marfil y marrón, que te pasarías horas mirándolo. Tiene la cola negra, lo mismo que el flequillo que de cuando en cuando le esconde un ojo. Su crin es marfil y marrón, dependiendo del trozo de color de donde parta. Y está de suerte, su cercado es tan grande que puede ir y venir por donde quiera para sorprenderte. Mirarte con sus ojos, tan perfilados por naturaleza como los de una actriz capaz de eclipsar la gran pantalla solo con parpadear, y decirte con sus ojos negros todo aquello que con palabras jamás dirá. Son los ojos más expresivos que podrías ver nunca, y centellean de cuando en cuando de pura dicha. Porque él sabe conformarse con casi nada, su golosina preferida es un mendrugo de pan.

Hidalgo es la confirmación de que se puede ser feliz mirando algo que de veras te apasione. Como verlo galopar moviendo sus largas crines al viento. O verlo retrotar porque ha visto a una yegua lozana, y como siguiendo un ritual ancestral, de pronto camina erguido cruzando sus patas delanteras con tal estilismo que da gloria verlo. Hidalgo me ha ganado de lleno, con sus casi quinientos kilos de peso, y su bondad infinita, de hacer cualquier cosa que yo le pida sin miramientos. Tiene tal fuerza que si quisiera llevarme a rastras por el ronzal lo haría sin pena, y sin embargo espera siempre por mí, como si caminar a mi lado fuese el único objetivo que se propusiera. El sonar de sus cascos sobre el asfalto me parecía una música relajante, que sin embargo tras leer esta entrada no volverán a sonarme jamás igual. De pronto sus herraduras son algo que quiero estudiar, y lo hablaré con él en cuanto tenga tiempo.

http://www.gonzalomouretrenor.es/2012/02/16/ignorancia-humana-sabiduria-natural/