Powered By Blogger

domingo, 26 de junio de 2011

Carrera de fondo

En las carreras de fondo hace falta ir muy despacio, casi paseando para no agotarse en las primeras vueltas. Ir como si en verdad no se fuera a ningún sitio, ignorando a quienes corren junto a nosotros, no sea que pensemos ni por un momento que nos vayan a ganar. Es importante seguir adelante pese a todos los calambres, el cansancio infinito, el sudor a chorros o el deseo de abandonar, lo importante de veras son la línea de meta y las ganas de llegar. Pero tan importante como eso es saber que mientras dure la carrera se va a estar solo, y que verdaderamente no está claro que vayamos a llegar. Por eso es imprescindible disfrutar compitiendo, aquel a quien no le guste vaya pensando en abandonar, porque en esta carrera de fondo el premio está en la distancia recorrida nada más. En todo lo que mientras avanzas dejas atrás, un sinsentido de letras que al leer entenderás.

sábado, 25 de junio de 2011

Sobre el papel


No me gusta esto que te dije
y lo borro
no me gusta esto que ha pasado
y lo quito
no me gusta esto que pienso
y lo tacho
no me gusta esto que hago
y lo elimino
no me gusta esto que hay
y lo arrugo
para encestarlo en el centro
de la papelera.
No me gusta este final
lo reescribo
no me gusta tu respuesta
la cambio
no me gusta este enredo
lo deslío
de esta forma todo es muy sencillo.

En la vida no es tan fácil conseguirlo. A veces imposible. Por eso escribo.

viernes, 24 de junio de 2011

Girando en la rueda de las preguntas

Pregunta de Remedios a su hijo de veintitantos años:

-¿Qué debería preocuparme más, que tu hermana salga con un chico de veinte años o con uno de su edad?

Su hijo, que la conoce demasiado bien arquea una ceja, y sigue leyendo el periódico dominical. En ese simple gesto le da a entender que ninguna respuesta le servirá jamás, de modo que intenta ser gráfico y responde como si tal cosa.

-Mamá, ¿Qué te parece más peligroso? ¿Caerte al mar y que te coma un tiburón, o caerte a un río y que te coma un cocodrilo?

Remedios no está dispuesta a obtener una respuesta semejante para una pregunta tan importante. Confía demasiado en él y su buen juicio para conformarse tan fácilmente.

- ¿En serio, qué opción de ambas te parecería menos problemática?

- ¿Y a ti, qué te gustaría más? ¿Caerte al mar y que un tiburón te parta por la mitad, o caerte a un río y que un cocodrilo te parta por la mitad? En serio, ¿qué te gustaría más?

Remedios se ríe por la forma tan válida en que su hijo es capaz de responder a sus preguntas de matriuska rusa. Sigue parada sobre la misma baldosa en que estaba cuando llegó de un modo urgente para resolver esa duda que pululaba por su cabeza desde hacía unos días.

- En serio- repite mientras dirige a ella sus ojos de color avellana redondos como botones- ¿No ves que tanto da que da lo mismo? Ale, déjame leer el periódico tranquilo y no te comas la cabeza. Acostúmbrate a no tener siempre la respuesta adecuada para todo. No la hay...en serio... no la busques porque no la hay. Así de simple.

Remedios entró en la habitación del fondo y puso en marcha la aspiradora. En las horas siguientes trató de imaginarse a sí misma cayéndose al mar y siendo engullida por un tiburón, o cayendo a un río y siendo engullida por un cocodrilo. Y lo dejó estar. Definitivamente tanto daba que daba lo mismo, el mundo llevaba girando durante miles de años sin su ayuda, y estaba claro que lo seguiría haciendo.

jueves, 23 de junio de 2011

Que alguien me lo explique

Muchas veces digo que no aspiro a tener respuestas. Sin embargo no dejo de formularme preguntas. Mi cabeza es una noria que gira y gira en redondo generando preguntas, y posibles respuestas definitivas que raras veces son eso, definitivas. Pero esto ya es el colmo. Tengo una enorme dificultad para ponerme al día de las nuevas entradas de blog que sigo, y es que sin saber cómo me hice seguidora de un blog escrito en inglés. Juraría que no tuve nada que ver en esto, sobre todo porque de inglés entiendo apenas cuatro palabras contadas, con lo cual leerlo me resultaría agotador, a parte de que no tengo el más mínimo interés. ¡Y lo que no me interesa no me interesa y punto! Esa es la lógica que sigo.

Me gustaría que alguien me lo explique. Ya no la forma en que supuestamente - vamos que sé que no, y en esto tengo absoluta seguridad- me hice seguidora de este blog. Si no el modo de borrarme para que dejen de marearme con sus continuas actualizaciones que no me interesan lo más mínimo, máxime cuando impide que pueda ver las nuevas entradas de los blog que he decidido seguir de motu propio... Ya, ya lo sé, es lo de siempre, lo que no me pase a mí...

miércoles, 22 de junio de 2011

Cómo han pasado los años

Esta canción de Rocío Dúrcal en su voz particular, aterciopelada y serena irrumpe en cualquier verbena de verano, y mientras escucho tengo la sensación de que no he cambiado un ápice. Que sigo siendo esa mezcla de ingenuidad y escepticismo a partes iguales y que el devenir de los días ha venido sucediendo con tal parsimonia que en el fondo sigo estando donde estaba. Sé que en el fondo no es más que una sensación, un espejismo insensato, pero sé que es tal que así. Apenas me he movido del lugar en el que estaba, y sin embargo nada que ver, apenas he variado mis convicciones, y sin embargo aquellas que ni recuerdo se han quedado en el camino, aparcadas para no cargar bultos ya innecesarios. El equipaje de vida se hace y se rehace una y otra vez sin que nos percatemos de ello. Es necesario, porque aún sin darnos cuenta vamos aprendiendo de los palos recibidos y de las incontables alegrías. La vida es un enorme pastel confeccionado con muchos ingredientes desconocidos, un pastel que nos va devorando un día tras otro.


martes, 21 de junio de 2011

Tiempos de modernidad

Llevo tiempo queriendo escribir una novela juvenil y sucede que todo lo que escribo es de suicidio. La idea era enviarla a un concurso literario en concreto, y lo malo de la idea es que no recuerdo absolutamente nada -que yo sepa- de qué tipo de cosas pueden preocupar a la juventud. Aunque incluso puede que sea demasiado juvenil sin saberlo. Vaya, que no haya madurado de forma conveniente y aún no me haya caído del guindo... a veces se me ocurre que sucede.

Pero por casualidad. Y conste que no creo en casualidades di con un fotolog que es un primor. Es lo que sucede en los tiempos modernos, que aquí en estos pueblos perdidos del mundo donde nadie conocía ya a nadie irrumpen las nuevas tecnologías y de pronto todos saben qué canción prefiere este chico con nombres y apellidos, o qué notas sacó esta chica que llevaba las evaluaciones de mal en peor. De pronto todos se conocen a todos, espían sus vidas y comentan lo que hacen y dejan de hacer. Incluso opinan sobre sus vidas sentimentales o amorosas. Si menganita debería dejar menganito por salir tan sobón en esa foto en la que está con otra, o viceversa. Y luego se forman culebrones que dejan en pañales esos que ponen en ciertas cadenas de televisión donde sobran los venados.

Pues bien, por esas casualidades a veces no tan casuales di con un fotolog que relata mejor que cualquier novela la historia de una chica que se ennovió y fue escribiendo su historia de amor con fotos incluidas. No voy a apuntar su edad, pero hablo de cuatro años de noviazgo que se relatan en conceptos hermosos, y con horrorosas faltas de ortografía no exentas de ternura. Y sucede que de buenas a primeras la historia puso el punto final, pero ha pasado casi un año de la ruptura y el fotolog sigue ahí, como un barco varado en la arena- sin actualizarse- pero dando buena cuenta de que quien tuvo retuvo. Terminaron como excelentes amigos que se van juntos a la playa en compañía de los antiguos amigos en común, y los nuevos amigos que cada uno ha ido encontrando en su camino. Saben que en definitiva amar es compartir.

Retazos...

Se nos hace muy difícil decirles a los demás lo mucho que nos importan, siendo lo único a lo que deberíamos dedicar cada día. Lo importante de la vida son siempre aquellos que nos importan, y nos vamos poniendo metas que nos distraen de ellos. Sin darnos cuenta de que los minutos se suman y se nos va el tiempo.