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martes, 23 de diciembre de 2014

Lluvia de millones

Esta mañana el repaso a los premios de la lotería de Navidad dejaba un resumen de cómo se encuentra la salud del país. Quizá los datos mostrados proviniesen de alguien que tras una criba mostró lo que más le emocionó. O tal vez fuesen mostrados tal cual, poco importa. El caso es que reflejan la forma en la que se encuentran las cosas a día de hoy.


El micrófono y la cámara iban persiguiendo historias por doquier, y se encontraron a premiados que no teniendo con qué pagar la luz, estando a la espera del corte, ya tenían para pagarla. Gente que esperaba la cruel guillotina de un desahucio que por suerte nunca se producirá. Quienes estando al paro y sin recursos ya tenían un respaldo para salir adelante. Y también trabajadores en trabajos mal pagados que al fin podrán respirar. O inmigrantes que con una cuenta corriente bien vacía, ahora tendrán el dinero suficiente como para poder regresar a su tierra, y obligarla a prosperar.


En esta lluvia de millones no vimos a los millonarios que sumarán más imperios, haberlos hailos, pero con la que está cayendo este resumen improvisado de tantas historias que no conocemos, da para mirar al sol tibio que está saliendo y respirar. Eso si, mientras a otros se les sigue atragantando el maremágnum de desgracias que suma y sigue. En esta lotería caprichosa que es la vida, que unas veces viene y otras se va.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Retazos...

La Navidad deja de ser alegre cuando dejas de compartirla con todos aquellos que la convertían en especial, pero que a través de lo vivido siguen siendo.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Alcoa Avilés al borde del cierre

En la nueva subasta eléctrica no habrá bloques de 90 megavatios, condición indispensable para que Alcoa mantenga abierta su fabrica en Avilés. Solo saldrán a subasta bloques de 5 megavatios. De manera que 400 familias que se han movilizado sin desfallecer, y lo seguirán haciendo, se verán abocadas a engrosar las listas del paro. Vamos, que éramos pocos y seremos más, ante la incapacidad de despeine del ministro Soria.


La subasta se producirá los días 22 y 23 y nada hace prever que ni Alcoa ni el ministro Soria lleguen a un acuerdo.


De modo que heme aquí, enfadada hasta límites que no se podrían imaginar, dispuesta a presentarme ante la fabrica avilesina a las 10,30 en que está convocada una concentración de protesta. Me enerva que el paro se siga extendiendo a sus anchas y que los ciudadanos cada vez estemos más indefensos ante las decisiones de unos y otros. Aquellos de los que dependemos pero que parecen prescindir de nosotros.


Alcoa Avilés está al borde del cierre. Una empresa que hasta ahora ha ido cumpliendo rigurosamente con todos y cada uno de sus empleados; y con todas las exigencias del gobierno, eso también. Hace días, 20.000 personas salieron a protestar por este cierre y no fueron suficientes, subamos la cifra, ministro Soria, usted que nunca se despeina ante nada...¿Cuántas precisaría ver concentradas esta vez?

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Centrarse en las Aficiones

Es inevitable que llueva, estamos llegando al invierno y también es inevitable que el mundo gire alrededor de nuestras pasiones. A veces por pura casualidad, otras por procrastinación, llegas a nuevos lugares que amplían el objeto de tu interés, sin que por el momento te convenza de ponerte manos a la obra. Los años perdidos dando vueltas a lo mismo sin verte satisfecho con los resultados te echan para atrás. Sin embargo la información encontrada es útil y necesaria para un mañana. Mientras tanto vives. Que no es poco.


Os dejo una entrada que habla del mundo de la escritura y la publicación. Un blog Interesante sin duda.

sábado, 13 de diciembre de 2014

A 13 kilómetros de la llegada a la manifestación

Cuando estábamos a solo 13 kilómetros de la llegada A Coruña se produce un chasquido fuerte en el autobús y nos deja tirados. "Los gritos de Alcoa no se cierra. No se cierra" se oyeron más altos y repetidos desde nuestra salida de Avilés. Tenemos que quedarnos bajo un puente - suerte que había un puente allí mismo que actuó como paraguas- bajo una intensa lluvia. Era ya noche cerrada, pero la manifestación tuvo lugar allí mismo, ante la incredulidad de los coches que pasaban. Enviaron otro autobús a recogernos y cuando llegamos A Coruña ya no había manifestación, nos dejaron delante del edificio de La Delegación del Gobierno. La mayoría sin paraguas y sin lugar donde refugiarse de un aguacero intenso.


Como anécdota contaré que el edificio tiene aleros, pero bajo cada alero hay un pequeño jardín, me acerqué a la pared para guarecerme un poco y un policía de malos modos me dijo lo siguiente "señora no está permitido acercarse a las paredes porque no están pintadas". Me disculpé y volví de nuevo al aguacero. Era cierto, las paredes exteriores no estaban pintadas, eran de granito rústico, que vale una verdadera pasta y se usa mucho allí. Como lección extraigo que el edificio de La Delegación del Gobierno de A Coruña, como el resto, no están edificados para la comodidad de la ciudadanía común y corriente; si no para aquellos que tienen la suerte de tener un trabajo seguro y muy bien pagado. Y por tanto no entienden la precariedad que puede asaltar a quienes a partir del día 30 se quedarán en la calle. Porque Alcoa, que recibió tantas ayudas que ahora no valora, sigue sin mover un dedo. Nosotros, los manifestantes que nos quedamos a merced de una avería, de la dirección de un gobierno que no escucha y de una empresa que no se baja del pedestal, nos limitamos a esperar a que llegase un autobús dispuesto a devolvernos a nuestro lugar de origen después de una larga espera. La manifestación volvió a repetirse en el autobús de vuelta a casa "Alcoa no se cierra. No se cierra". Era más bien el grito de una derrota que va ganando terreno.


A estas horas nadie sabe lo que sucederá o no sucederá finalmente, pero no me cabe duda de que los trabajadores de Alcoa seguirán saliendo adelante de una forma o de otra, porque señores, somos trabajadores y allí donde ofrezcan trabajo nos podrán encontrar. No necesitamos edificios impresionantes revestidos de granito donde sentar nuestras posaderas. Y no ahuyentamos a nadie. Ni si quiera insistimos mucho en que se nos quiera escuchar.

viernes, 12 de diciembre de 2014

20.000 personas caminando por un objetivo común

Ayer en Avilés se echaron a la calle 20.000 personas para apoyar a los trabajadores de Alcoa, que ataviados con camisetas amarillas, dejaban clara su petición de que la fábrica no eche el cierre el día 30 de este mes. Como es lógico no había camisetas amarillas para todos, ni era la primera vez que salían a la calle para manifestarse contra esa amenaza de cierre, que como fantasma añejo asoma de cuando en cuando.


Como participé en la manifestación, puedo decir con rigor, lo mucho que impresionaba estar entre tanta gente de toda índole y condición. Todos unidos por la buena marcha del trabajo, ese que todos necesitamos para seguir formando parte de una sociedad que de verdad avance a mejor. Para el mantenimiento de nuestra sanidad, para garantizar las pensiones de nuestros mayores, para que todos los niños tengan derecho a la educación, para tantas labores sociales...en fin, para el bien de todos.


Delante de mí caminaban con bastones muchos ancianos con verdadera dificultad para hacer el recorrido de un tirón, apoyados en sus muletas lo hicieron completo. Ole por ellos. Muchos cochecitos de bebés, sillas de bebés, niños pequeños sobre los hombros de sus progenitores y otros que a pasitos cortos fueron caminando también. Ole por ellos. Hombres, mujeres, chicos y chicas participaron aún sin tener a gente directa implicada en esta lucha, salieron a la calle por aquello de "hoy por ti y mañana por mí", que hace avanzar los países hacia un mañana mejor.


Los trabajadores de La Coruña se desplazaron en autobuses para participar en una lucha conjunta que incluye a todos. Hoy nos toca a nosotros visitar su ciudad. Lo haremos sabiendo que tal como en Avilés todos responderán. 


Porque hoy es nuestra lucha, pero mañana puede ser la tuya. Y nadie puede quedarse en casa de brazos cruzados mirando para un mundo que hay que mejorar. La sensación es la de que hay tanto por hacer y queda tan poco tiempo... 

jueves, 11 de diciembre de 2014

Nacidos trabajadores

Con la carta de despido en una mano y la ilusión en la otra, no dejaremos de manifestarnos para tener un derecho tan primordial como el derecho al trabajo. Entre otras cosas porque a nosotros nadie nos proporcionará una tarjeta black, o como quiera que se llame a esas tarjetas con las que uno puede gastarse el dinero de otros en lo que le de la gana.


Nosotros, quienes solo sabemos utilizar el dinero ganado con nuestro trabajo, solo reclamamos ese derecho: el derecho a seguir trabajando.


Y de paso podremos reclamar el derecho a que aquellos que gobiernan lo hagan pensando en quienes día a día terminan su jornada laboral con la carta de despido en la mano.


Porque señores, aunque aún no se hayan enterado, sin empleo no se puede sustentar a una familia honrada. No nos vengan con milongas de otro tipo como que todo va bien y bla, bla, bla. Porque la realidad de algunos cuantos no se deja mejorar. Si no es manteniendo en pie su puesto de trabajo.


Por eso no nos dejaremos de manifestar, ya sea reunidos frente a la empresa, caminando 28 kilómetros hasta la capital, donando sangre; o tomando un autobús hasta Coruña para unirnos a los demás trabajadores y hacer fuerza.


No vamos a quedarnos parados. Seguiremos reclamando nuestro derecho a trabajar, tal y como lo venimos haciendo. Se nos ha inculcado de pequeños: aquí quien no trabaja no come, esa es desde que nacimos nuestra realidad.