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jueves, 6 de noviembre de 2014

Indagando en la obra de Catherine Cookson

Se acercan a pasos agigantados esas tardes típicas de invierno en que oscurece demasiado pronto, llueve todo el tiempo y cabe buscar algo entretenido que hacer. Pues bien, he dado con la clave por el momento, después de llevar muchos años intentando ponerme al día con la obra de Catherine Cookson, y con pocos resultados en las bibliotecas de estos lares, insistiendo todo el tiempo, he dado con la que parece una solución a mi alcance: llegar hasta su extenso imaginario a través de las películas basadas en su obra. Versión subtitulada, que aunque no sea lo mismo que escucharlas del inglés directo, es a lo que alcanzo, y resulta curioso. Aún en frases subtituladas en cada frase es ella, porque refleja de forma fidedigna su modo de construcción.


Escribió más de cien novelas que fueron un éxito en Inglaterra. Dedicó gran parte de sus ingresos a investigaciones médicas y al apoyo de diversas causas sociales. Murió días antes de cumplir los 92 años y dejó un reflejo -se dice, se cuenta- del mundo que tenía a su alrededor. Cuanto más avanzo en su obra, más me convenzo de que dejó todo escrito. ¿Acaso habría más que contar sobre la condición humana que ella no haya contado?... espero que sí.


Buscando datos sobre qué vida vivió Catherine Cookson y qué aportó a la sociedad de su tiempo me digo que mucho. En cambio si miramos en lo referente a títulos renombrados no encuentro gran cosa, quizá el tipo de obra que escribía no interesó a grandes literatos, debió de resultar incómoda. Tal vez porque en sus historias las clases altas no quedaban bien ;)







martes, 4 de noviembre de 2014

Microcuentos twitter

Hace poco que descubrí este breve lugar, donde las historias, las reflexiones y las verdades, aunque sean muy cortas, son intensas. Un lugar que quiero recomendarles.


Empezó a creerse el mejor; entonces dejó de serlo.

Aitor Rivero

domingo, 2 de noviembre de 2014

Un regalo para la mañana de hoy

Es cierto, uno se queda emocionado y sin palabras, pero eso no evita compartirlo para que más gente pueda disfrutar de la emoción.


Disfrútenlo





miércoles, 29 de octubre de 2014

Escritos dormidos


Duermen mis escritos entre archivos de ordenador que ni me atrevo a mirar. Esas historias me parecen ahora tan inocentes, tan ignorantes de la vida tal y como sucede ahora, que me gritan en lo que ha ido trayendo día tras día la actualidad. En ese tiempo en el que antes escribía tenía una gran conciencia de que el conjunto de nuestro pueblo iba a mejor. Cada quien tenía un trabajo con el que ganarse la vida y mes tras mes, aunque fuese mediante un gran esfuerzo, se iba prosperando a pasito lento de tortuga. Eso daba margen para recrear historias de personas que se encontraban trabas y las superaban; sin saber muy bien por qué, o a sabiendas, todas mis historias se centraban en ello. Mientras los paisajes hermosos o deprimentes se desgranaban y recreaban inspirados por la esencia de la ilusión y se terminaban concluyendo. Sentarse a escribir despreocupadamente era algo que por entonces te podías permitir en un mundo seguro a tu alrededor.


Después el suelo comenzó a tornarse resbaladizo y cambiaron los finales y el centro y el principio de todas las obras. Sucedió en medio de una confusión que nunca entendías porque de pronto te había cambiado la visión. Tardaste años en entender que al seguir las noticias de cerca y a diario, hacían que la realidad buscase huecos entre lo que escribías cambiando el significado. Y en medio de tus intentos surgió la duda, ¿dejo en mis escritos aquello que estuvo o lo que ha quedado? Sabes que algún día, quieras o no quieras, tendrás que tomar una decisión. 

Avanzando en el desprogreso

La pobreza infantil sigue aumentando, los bancos de alimentos se quedan vacíos, los sueños se escabullen por debajo de la puerta, las maletas alejan a las familias que no pudieron sobrevivir a esta crisis. Los desahucios dejan las casas sin risas y a sus dueños viviendo sin un techo sobre sus cabezas.


Y en consecuencia las mujeres han dejado de parirle hijos al mundo. Y los hombres buscan cualquier trabajo que aún no llega.


Y saltan voces de culpables que posiblemente sean juzgados como inocentes. Y el mundo sigue girando, chirriando en su eje oxidado, que tal vez un día se quiebre.

lunes, 27 de octubre de 2014

Microcuento

Da lo mismo todo lo que se escriba, mientras se trate de ti, siempre quedará un capítulo más que añadirle a mi historia. Lo nuestro es el cuento que nunca acabará.


                                                                                           Begoña Argallo







Hay tanto por hacer y por mejorar

Si me detengo a mirar al mundo, tal y como está en este momento, encuentro mucho que cambiar y me cabreo mucho porque creo que no sería tan complicado que todo el mundo tuviese un plato de comida en su mesa. Creo que contamos con los medios necesarios para hacer llegar hasta el último rincón del mundo un pack de alimentos, aunque sean en formato de barrita energética. Ese es un crujido que tengo desde los ocho años o así, en que escuché hablar a un misionero recién llegado del Congo. Alguien que conocía nuestro mundo y su mundo tan perfectamente como solo puede conocerlo quien convive entre sus gentes. Aquella charla me impresionó lo suficiente como para dejarme esperando que algo cambie, incluso 36 años más tarde. Es casi un crujido diario.




En días como hoy, que amanecen con un sol espectacular en lo alto del cielo. Con mucho tiempo por delante. Sin poderme quejar por nada en lo personal. Con muchas metas conseguidas y alguna aún por lograr -lo cual significa que sigo viva- y algún que otro dolor por aquellos que ya no están y a quienes no dejo de sentir a mi lado ni un segundo de mi vida; es tiempo de agradecer que de un tiempo a esta parte pueda rodearme de gente de tanta calidad humana.




A través de los blog que sigo o de la información a la que alcanzo desde internet, se ha ampliado de forma increíble el universo de gente junto a la que me siento feliz de caminar, eso aunque ya casi no comente. Creo que a estas alturas puedo repetirme mucho, o repetirme tanto que incluso a mí me llego a cansar, por eso no suelo comentar. Todo va por etapas y tal vez me estoy aprendiendo a dosificar; sería esa una gran novedad.


Pero en este momento en el que sol irradia tanta alegría a su paso no quisiera dejar de decir que el mundo está lleno de gente maravillosa que hace que nos sintamos maravillosos también solo por existir.


Gracias, gracias mil. No se me ocurre un lugar mejor en el que estar. Tenemos tanto por hacer y tanto por mejorar que quiero contagiaros desde aquí la profunda alegría de hoy estar vivos.