Powered By Blogger

martes, 19 de febrero de 2013

Entre todas las opciones, quiero creer

Creo pese a todo 
que la luz llegará 
donde ahora hay sombra

Que se encontrarán
nuevos caminos
por los que circular

a ritmo lento
como el mar
barre las olas

y agita el tiempo
que sucede entre
hoy y ayer.

Creo pese a todo
que lo mejor
ha de estar por suceder

lo que no sé
es si será
en este planeta

o será en otro,
aún pese a todo 
quiero creer.




Historias al límite cada día

Ayer, una mujer de 47 años entraba en una sucursal bancaria, se rociaba de gasolina, y se prendía fuego ante la mirada atónita de quienes estaban allí. Mientras la ambulancia se la llevaba hacia el hospital, una amiga estremecida relataba a cámara, que lo llevaba avisando en los últimos días, que a ella mismo le había dicho:

- Solo me quedan cinco euros, con ellos, voy a comprar gasolina y prenderme fuego. Ya me quitaron todo, así que pueden quitarme también lo que me queda, la vida.

Se sabe que tiene tres hijos, que le habían embargado tres pisos y que está ingresada en un hospital con el 48% de su cuerpo quemado.

Se sabe que a diario son muchas propiedades las que cambian de mano, que por lo tanto mientras unos viven en la más absoluta desesperación, otros aumentan sus propiedades. Que quizá sea esa la verdadera razón por la que a diario se siguen sumando casos de gente que lo ha perdido todo: Incluso la esperanza en un mañana mejor.

Hay escribidores de historias, paralizados. Les paralizan las historias que les salen al paso, de un momento a otro, de ahora para después. Les dejan esculpidos en mármol aquellas historias que la historia misma nunca debió escribir. Les duelen los ojos, los dedos, el alma se  les va cayendo a cachos; quizá se ahogan en la parte de esa historia que nadie querrá escribir: La que va de ese principio en que una mujer es dueña de tres viviendas, a ese final en que rociada con gasolina se prende fuego, en una sucursal bancaria. 



lunes, 18 de febrero de 2013

Ángeles de cartón

Este libro de Mián Ros, tal como prometí, es lo primero que leo en lector electrónico. Y decir que cuando algo es bueno y lo disfrutas no importa en qué soporte esté, letras son letras de todos modos. Es una de esas historias en las que yo intuía otra historia que no encontré, pero que pese a ello no me decepcionó, lo cual viene siendo raro en mí, que cuando no encuentro la historia que quiero me pongo muy pesadita y lo termino dejando. Me gustó más la historia que me contaba y la forma en que estaba escrita que aquello que yo pretendía leer, por eso precisamente me quedé desde el principio hasta el final y casi que paladeé la historia con fruición. Se la recomendaría a todo el mundo, porque no es previsible en ningún momento y porque me gusta ese suave paseo en que se sumerge desde el primer instante hasta el último.

Creo que cuando algo consigue envolverte entre sus páginas todo el tiempo, es porque es bueno, de lo contrario te inventarás mil excusas para abandonar o posponer esa lectura, que al fin y a la postre no está hecha para ti. Por eso deduzco que Ángeles de cartón, de Mián Ros está a la altura de muchos libros de buenos escritores que leí, y que disfruté desde el principio hasta el mismo fin en igual medida.

A título personal, su escritura me aportó bastante claridad de qué es lo que se le pide a un libro electrónico, y en  cuanto a formato y demás me servirá de referencia para ordenar con cierta mesura todo aquello que tengo que ordenar. Leerlo fue además de un placer una clase de escritura gratuita, porque lo descargué desde su blog hace como un año y aunque he tardado en entender mi ebook, no pude incorporarme mejor a su modo de lectura.

Más sobre el libro, en el blog de su autor


viernes, 15 de febrero de 2013

Buscando el verdadero motivo


Mi obra se ha estancado y pese a la quietud en que se encuentra, sigo buscando motivos. 


1- Internet me ha puesto muy fácil seguir blogs de otros escritores y me doy cuenta de mis minusvalías en cuestión de escritura.

2- Encuentro demasiados textos para leer y me gusta demasiado hacerlo, por lo tanto me absorbe demasiado tiempo.

3- Encuentro otras obras que versan sobre la misma temática y el mismo punto de vista, por lo tanto debo renovar la mía para no repetir de nuevo lo mismo que ya fue dicho.

4- No creo tanto en mis posibilidades reales dentro de este mundo y quizá por eso sigo sin arriesgar, por miedo a decepcionarme a mí misma.

5- Los retoños de mi casa crecen demasiado rápido y quiero disfrutarlos, antes de que empiecen a dejarme en el olvido. Además mi mitad entera aún está a mi lado y quiero disfrutar de este momento que es ahora, mientras estamos vivos. 

6- Corregir, preparar y pulir me gusta demasiado para poner un final, no intentarlo mejorar, o no seguir enfrascada en las historias que de momento no quisiera abandonar.

7- Intuyo que este es un oficio difícil y que aún estoy en el principio.

8- No tengo prisa por llegar hasta el final, lo que me apasiona es el recorrido.

9- No voy a ninguna parte, por lo tanto puedo tomarme el tiempo que quiera durante el camino.

10- No sirvo para esto, lo intuyo, lo sé, pero mientras tanto finjo que ni lo intuyo ni lo sabré.


Sé que la respuesta cierta se encuentra entre todas estas, pero de momento, soy y estoy, quizá es eso lo que en verdad deba ocuparme. Al menos por ahora.

jueves, 14 de febrero de 2013

Alto y claro



Deberían parar los desahucios hasta que tengamos una ley justa.

Miguel Ángel Revilla (ex presidente de Cantabria)





miércoles, 13 de febrero de 2013

Ajustando presupuesto para libros

Si algo tengo claro es que ya no es tan sencillo seguir un capricho. Quizá nunca lo fue, pero si algo está claro -lo escucho por todas partes- es que hay que pensarse mucho más que antaño lo que se compra, sobre todo si es necesario o no. Son los tiempos que corren. Nos guste o no.

Algo que sé es que compraría este libro a la primera por lo que leí de él, a la segunda pensaría si de verdad mi familia lo necesita o necesita otras cosas primero. Frente a ese dilema me quedaré. 

En unos días sale a la venta El aire que respiras, de Care Santos. Si alguien pensara en hacerme un regalo adecuado sería este. O Caminando sobre las aguas, de Ignacio del Valle que sale a la venta casi el mismo día. El dilema y las preguntas son idénticas en todo caso, ¿mi familia los necesita? A veces las respuestas que damos no son del todo objetivas.

El primer capítulo de El aire que respiras puede leerse entrando en el blog de la autora. Y si tengo que decir la verdad, la digo; suena prometedor.

martes, 12 de febrero de 2013

Es un hecho



El camino que se elige a sí mismo solo conoce un camino: Siempre adelante