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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cuando publicar no es lo que se esperaba (aún)

El mundo literario es complicado incluso para los escritores que publican en una editorial de toda la vida. Es un oficio en el que siempre prevalece el amor del autor sobre su obra, algo que no siempre los lectores pueden sentir a igual nivel. A fin de cuentas un trabajo que se sostiene en pie por el solo sentido que el autor encuentra en sus libros, y que quizá no halle ese nivel en nadie más. Ese es el riesgo final de publicar: quizá descubrir que nadie se entusiasma igual. Creo que aquí cabe recordar que para que un libro pueda suponer lo mismo para el lector que para su autor, ha debido leerlo hasta el final; algo que no siempre se da. Lo digo como lectora que termina de leer muy pocos libros de todos los que comienza.

Cuanto más leo más complicado es sorprenderme desde el principio hasta el final, único requisito que poseo como lectora; que la obra que empiezo logre interesarme en igual medida desde la primera letra hasta su letra final.

Decir que de Sergio G. Ros no leí nada aún. Pero quise traeros sus reflexiones en voz alta.

En esta entrada

domingo, 23 de diciembre de 2012

Si puedo sentirte aquí es porque estás aquí

Puede haber distancia
puede haber dolor, 
pero nunca hay
un dolor tan grande
que borre la distancia
que nunca nos separó.
Siempre seré la sangre
de tu sangre, así, 
como el primer día.



sábado, 22 de diciembre de 2012

Superación de un reto

Creo que cuando alguien tiene un plazo de tiempo para ejecutar un trabajo necesita sobre todo que le den ese espacio que precisa. De momento no sé la fórmula para reclamarlo y que todos lo cumplan, supongo que se necesita tomar tan en serio tu tarea que no quepa otra opción que dejarte unas horas al día de libertad para dedicarte a eso que deseas realizar. Quizá se necesita un mayor compromiso con uno mismo y ya. O haber avanzado tanto en un oficio que ya sea el tuyo.

Hace relativamente poco tiempo ella anunció que le habían otorgado una beca, pero le faltaba escribir el libro. Que estaba comenzando a documentarse y lo que hoy encontraba, mañana no le servía, pero que estaba decidida a tenerlo listo dentro de plazo.

Nos explica el proceso

viernes, 21 de diciembre de 2012

Si el mundo no se acaba hoy...

Me quedará por delante un nuevo año con mucho trabajo, con muchos proyectos, con muchas sorpresas buenas y malas, con mucho por contar, aunque intente mantenerme callada y portarme bien. Me quedará superar muchos pros y contras antes de lanzarme de lleno a algo que quiero hacer. Seguiré necesitando este silencio en la casa, esta sensación de libertad que me produce hablar desde aquí, sé que es un contrasentido, pero es una dualidad extraña la que habita en mí; es una forma de escribir algo y no tirarlo meses después a la basura, porque sólo sirve para mí, en el fondo espero que le sirva a alguien.

Siempre que me siento a escribir lo hago para descubrir algo que antes no sabía, para interrogarme, para dialogar conmigo, para sacarme de adentro algo que me escuece, para comunicarme la alegría de estar viva, para soñar en voz alta, o para bajar hasta los subsuelos de lo que hay en mí. Hacerlo en este espacio es hacerlo visible para otros por si se interrogan sobre lo mismo y pueden hallar sus respuestas, aunque sea desde su oposición a las mías. Eso es lo que hace que esto tenga sentido aun cuando a veces ni yo misma parezca hallarlo, ni entender la insistencia irresistible a volver por aquí. Creo que de alguna forma es un paso previo para otra opción, otra que durante 2013 espero que se haga lo mismo de urgente que ésta de publicar desde aquí.

Un lugar donde publicar mis libros





jueves, 20 de diciembre de 2012

Retazos...


El mar contiene todas las lágrimas derramadas desde que el mundo es mundo, cuando lo contemplo jamás me siento sola ni un bicho raro; me siento comprendida por algo amable que camina conmigo por donde voy.
A veces son personas que ya no están en este mundo, pero están en mí.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un escrito final

Yo no sé si esto es cierto, pero creo que puede ser probable que sí, que un niño tarde tanto en morir de un disparo, que le de tiempo a escribir para su madre una nota de despedida. En toda la semana no quise hablar de los veinte niños muertos y los seis adultos tiroteados en una escuela americana, porque me resultaba demasiado deprimente después de tantas calamidades que traje hasta aquí y porque no sabía cómo abordarlo. Pero en toda la semana no he dejado de pensar en esos niños, todos entre seis y siete años y en las veces que como madre pronuncié esa frase a veces tan incierta: Sé que no quieres ir a la escuela, pero tienes que hacerlo para tener un futuro mejor. Si quieres llegar a ser algo en la vida necesitas ir todos los días sin faltar uno ¿lo comprendes? A veces unos ojitos implorantes me suplicaban piedad, y a veces la tuve, dejándoles en casa solo porque ellos se querían quedar y ese día libre lo disfrutamos de verdad. Llevo toda la semana pensando si ese día alguno de esos niños suplicaría quedarse en casa y le mandaron a clase Porque era lo mejor para su futuro. Quizá sí.

Hay hechos que nadie podrá evitar porque pertenecen al destino, a la casualidad, al desastre, o a lo que sea.
Hechos como éste, que nadie podrá olvidar. Como digo no sé si la nota que acabo de leer será cierta, pero os la dejo aquí tal como la encontré.

Una nota como despedida

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cuando un hombre ama a una mujer

Estos días de frío intenso y lluvia volví a ver una de mis películas preferidas. Y aunque uno pudiera pensar que ya no podrá emocionarse tanto ante algo que casi se sabe de memoria, resulta que sí, que puede disfrutarse segundo a segundo, como si nunca se hubiese visto. Si tuviese que ofrecer un premio al mejor actor no sé a quién elegiría, aquí hasta las niñas están perfectas en su papel. La historia va de una mujer que cae de lleno en el alcohol y arrastra a toda la familia hasta una situación caótica. Aquí es el marido el que intenta llevar el timón de la casa, haciéndose cargo de las obligaciones de su mujer, como intentando que no se note tanto su ausencia, cada vez más prolongada debido a su adicción. Y cuanto más intenta rescatarla más se desvanece, es cuando finalmente acude a los programas de ayuda, cuando empieza a comprender que quizá es todo más diferente de lo que pensó.

Cuando un hombre ama a una mujer

Se quedará junto a ella porque no sabe cómo vivir si ella no está.