Mª Ángeles López Romero viene a resumir en este libro todas las preocupaciones que tienen los padres. Y si pudiese hacerle una pregunta le haría la que considero más importante, si cree que todas las madres del mundo deberían ser como la Supernanny de algún programa de televisión. (Espero que su respuesta fuese que no).
De todo el libro me quedo con una frase: Los padres jamás deben intervenir en los problemas que sus hijos tengan con sus amigos o novi@. El motivo que da es que esos problemas que ellos tienen que resolver por sí mismos les otorga madurez.
También me pregunto si les habría otorgado madurez dejarles meter los dedos en el enchufe, asomarse hasta el límite de todos los barrancos que han visitado desde niños, o salir por el tragaluz a sentarse en el tejado como ha sido siempre su deseo más primario.
Agradezco lo mucho que me divertí leyendo el libro sin orden ni concierto. Pero creo que cada niño, lo mismo que cada padre sabe cual es su lugar y su objetivo, y que el mejor manual para ser padres es educar desde el más profundo cariño, que va siempre unido al más profundo respeto. Porque como me dijo una vez mi amiga Montse: hagamos lo que hagamos nos equivocaremos. Quizá suene bastante pesimista, pero los humanos somos muy perfeccionistas y al mirar atrás -siempre al mirar atrás- veremos que pudimos hacerlo mejor: ser más comprensivos, menos exigentes, más pacientes, más...más...más...Ser padres nos obliga a ponernos el listón cada vez más alto y competir sin descanso en nuestra mejor competición.