Si hay algo que me pone de mal humor es que en la televisión hay programas idiotas, hechos para volver a la gente eso mismo; idiota. Son quienes luego salen a la calle y justifican ante tu cara de póker que todo vaya como va. Los que te dicen que todo esto es normal y no solo eso, sino que ya se veía venir y bla bla bla. Ya no intento llevarles la contraria, porque ya sé que son de quienes se pasan horas y vidas delante del televisor viendo programas idiotas, hechos con el presupuesto necesario para eso justamente, volver a la gente idiota. Lo peor es que lo consiguen.
Hace años, muchos años, yo me hice oyente fiel de Onda Cero, en ese momento era una cadena recién estrenada, que después descubrí que mi padre tenía puesta a todas horas en el taller en el que aprendía a soldar, ya después de retirado. Desde mi casa y su casa había ese nexo común, y cuando nos veíamos hablábamos de alguna anécdota de aquellos programas, que escuchábamos sin saber de la coincidencia, hasta un día en que en una conversación lo supimos; así por casualidad. Quizá los padres sin ser conscientes transmiten a los hijos un hilo común, que después estén donde estén, encontrarán. Lo que ocurre es que cuando te acostumbras a que hable la gente con criterio, no soportas a los conformistas, que quieren las cosas como están.
Cómo me gustan los textos de quienes saben pensar. Y cómo los agradezco. Esta entrada es solo una excusa para dejaros esto:
No os lo perdáis
Hace años, muchos años, yo me hice oyente fiel de Onda Cero, en ese momento era una cadena recién estrenada, que después descubrí que mi padre tenía puesta a todas horas en el taller en el que aprendía a soldar, ya después de retirado. Desde mi casa y su casa había ese nexo común, y cuando nos veíamos hablábamos de alguna anécdota de aquellos programas, que escuchábamos sin saber de la coincidencia, hasta un día en que en una conversación lo supimos; así por casualidad. Quizá los padres sin ser conscientes transmiten a los hijos un hilo común, que después estén donde estén, encontrarán. Lo que ocurre es que cuando te acostumbras a que hable la gente con criterio, no soportas a los conformistas, que quieren las cosas como están.
Cómo me gustan los textos de quienes saben pensar. Y cómo los agradezco. Esta entrada es solo una excusa para dejaros esto:
No os lo perdáis