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martes, 3 de diciembre de 2013

Alto y claro

Si hay algo que me pone de mal humor es que en la televisión hay programas idiotas, hechos para volver a la gente eso mismo; idiota. Son quienes luego salen a la calle y justifican ante tu cara de póker que todo vaya como va. Los que te dicen que todo esto es normal y no solo eso, sino que ya se veía venir y bla bla bla. Ya no intento llevarles la contraria, porque ya sé que son de quienes se pasan horas y vidas delante del televisor viendo programas idiotas, hechos con el presupuesto necesario para eso justamente, volver a la gente idiota. Lo peor es que lo consiguen.

Hace años, muchos años, yo me hice oyente fiel de Onda Cero, en ese momento era una cadena recién estrenada, que después descubrí que mi padre tenía puesta a todas horas en el taller en el que aprendía a soldar, ya después de retirado. Desde mi casa y su casa había ese nexo común, y cuando nos veíamos hablábamos de alguna anécdota de aquellos programas, que escuchábamos sin saber de la coincidencia, hasta un día en que en una conversación lo supimos; así por casualidad. Quizá los padres sin ser conscientes transmiten a los hijos un hilo común, que después estén donde estén, encontrarán. Lo que ocurre es que cuando te acostumbras a que hable la gente con criterio, no soportas a los conformistas, que quieren las cosas como están.

Cómo me gustan los textos de quienes saben pensar. Y cómo los agradezco. Esta entrada es solo una excusa para dejaros esto:

No os lo perdáis

domingo, 1 de diciembre de 2013

La vida se va en un segundo

No acabaré de acostumbrarme nunca. La vida se escapa en un segundo sin que nada la detenga aquí. Y sin saberlo tendré que acostumbrarme a que seas pasado, cuando hasta hace solo un minuto eras no solo presente, sino futuro.

Al final te venció tu larga enfermedad, voy a intentar no gritar, pero prometo dejar escapar todas las lágrimas que quiera. La muerte me parece tan injusta que nunca me terminaré de acostumbrar. Es un largo partido en el que al final no quedará ni un ganador. D.E.P

viernes, 29 de noviembre de 2013

jueves, 28 de noviembre de 2013

Maternidad feliz


Ayer estuvo en mi casa, radiante ante esa maternidad ya inminente, hace años no quería ni hablar de parir, a día de hoy está temerosa e ilusionada a partes iguales. Me pregunta y le digo que nuestro sistema de sanidad a día de hoy es maravilloso y que no tiene que preocuparse de nada, que dar a luz se asemeja mucho a ir al dentista, hay que estar lo más relajado que se pueda y obedecer. Dar a luz es un pequeño milagro en el que el premio final es la entrega de ese hijo que en realidad nunca esperaste tener.

Ya nacido un hijo tuyo pasa a ser tu mayor dicha. En adelante solo esperarás estar a su altura, y eso que en ese momento no tienes ni la menor idea de cuanto te hará aprender. La miraba y nunca la vi tan hermosa, con su enorme barrigota que dentro alberga a un ser que antes de nacido ya tiene todo, y quizá mucho más de lo necesario, eso me alegra, han tenido que trabajar muy duro durante muchos años para conseguirlo, pero fue ahora cuando se plantearon tener a su primer hijo. Una niña que se sumará a una tribu en la que en los últimos años hubo solo pérdidas familiares, por eso hace tanta ilusión saber que ya llega. Todos la esperamos dispuestos a cuidarla, mimarla y quizá malcriarla un poquíto, porque en un futuro ella llevará nuestra sangre y la esparcirá por el mundo. Llevará nuestro apellido también y sus hijos habitarán el mundo cuando ya no estemos.
Ayer la veía radiante y feliz, y volví a repetirle de nuevo que nunca estuvo tan guapa. Ella sonrió porque sabe bien que no miento, que a mí no me gusta mentir. Y que si digo que la veo guapa es solo porque la estoy viendo. Más guapa que nunca, y nunca tan feliz.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Querer es lo contrario de maltratar

Creo que en nuestra sociedad hay cosas que no terminan de quedar claras. Y que ocurre porque durante muchos años hemos vivido confundidos y afortunadamente son otros tiempos; vaya si lo son. Ahora sabemos que nadie tiene poder sobre nadie. Es un principio, sabemos que si no somos felices con nuestra pareja siempre podremos cortar esa relación. Que si no queremos permanecer a su lado nada nos ata. 

Hoy sabemos mucho más que ayer, y es que ahora sabemos que por mucho que nos prometa la religión, vida demostrable solo hay esta, y es esta, justo por eso la única que nos debe importar vivir con ilusión. La eternidad en caso de que la hubiere, nos conviene tenerla lejos, pero lejos, lejos. Y hacer de esta única vida que tenemos ese lugar que queremos, un lugar de continuo respeto y admiración.


En sociedad existen muchos modos de vacunarnos, el más importante de todos yo diría, es la información. Estando bien informado los males son menos males y existe el remedio. Afortunadamente son otros tiempos, a veces un buen diagnóstico depara la solución.


sábado, 23 de noviembre de 2013

El diario de Ma Yan

Este es un libro que compré hace tiempo y que hace tiempo comencé a leer. Lo leo con la respiración entrecortada porque aunque es libro sencillo y a su modo maravilloso, se me encoge el corazón sabiendo que lo que contiene entre sus páginas fue realidad.

Es un libro formado por fragmentos escritos por una niña que aprendió a leer y a escribir. Es un libro que a mí me costó solo un euro en una librería de viejo, pero que creo que ni con todo el dinero del mundo podría pagar. Es un libro triste y delicioso, de lucha desesperada y también de mucha ilusión. Tiene dentro todos los contrastes del universo, quizá por eso cuando miro el mundo que me rodea con esos contrastes que en su libro Ma Yan me cuenta, me duelen mucho más aún de lo que me dolían. Porque el mundo necesita ser sobre todo equilibrado, y me pregunto si alguna vez lo será.

Hace tiempo yo soñaba con escribir y publicar mis propias historias, intento no abandonar ese sueño, pero ahora me conformo con leer libros que me hagan mejor persona. Y este libro es de esos, después de lo que se quiere hacer aquí con la educación, al señor Wert le recomendaría encarecidamente leerlo, y después salir a defender esos cambios que no quiero entender.

Tendréis que perdonarme que os hable de un libro que lleva tres meses sobre mi mesilla de noche y leo a pedazos sin avanzar demasiado. Es tan crudo que tengo que intercalarlo con otras lecturas, porque leerlo muy de seguido me rasga el corazón. Pero resumo lo que su editorial resume en la solapa interior:

"En mayo de 2001, un grupo de viajeros, entre los cuales se encontraba el corresponsal de libération en Beijing, Pierre Haski, se detuvo en Zhang Jia Shu, un pueblo perdido en el sur de la remota región china de Ningxia: eran los primeros extranjeros que visitaban aquella zona aislada y mal comunicada desde hacía setenta años. Justo cuando se disponían a abandonar el pueblo, una campesina les entregó una carta y tres pequeñas libretas marrones, rogándoles encarecidamente que se los llevaran. Aquellos sencillos cuadernos eran el diario de una adolescente llamada Ma Yan, y en ellos plasmaba la inclemencia de su vida cotidiana pero también sus esperanzas para el futuro y su convencimiento de que lograría salir de la miseria gracias a la educación. La carta que los acompañaba, sin embargo, era en la que pedía a su madre que le permitiera volver a estudiar, revelaba el drama de la pequeña Ma Yan, obligada a dejar la escuela para ayudar a sus padres, incapaces de mantener a sus tres hijos y pagar la educación de su hija mayor.
Aquel grito de desesperación no se perdió en la nada: la historia de Ma Yan aparecía en Libération en enero de 2002, y Occidente descubría la triste realidad de millones de chicas anónimas de la olvidada China rural. Un mundo ajeno al espectacular desarrollo del país y en el que, como en tantos otros lugares del planeta, la educación sigue siendo un lujo a la vez que el único camino para vencer la miseria".

Sirva a modo de grito que defiende la enseñanza pública de cualquier pueblo. Algo que ningún gobierno debería negar. Amén.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Sobre la Ley Wert

No salí a la calle a manifestarme, me quedé en casa manifestándome, eso es leyendo mucho, sigo leyendo Mi vida querida, de Alice Munro, y no me parece una mala forma de manifestarme. Dentro de ese libro hay muchas manifestaciones distintas a diferentes niveles de la vida. Leo muchos blog de escritores españoles, de gente normal, como tú o como yo que tiene mucho que decir, y de cantantes y de personas interesantes que pertenecen a ramos muy variados, que dicen mucho y lo dicen bien.

Ese fue mi modo de manifestarme ante una ley que hace más fácil estudiar para quienes se lo pueden pagar, e imposible para quienes no pueden aunque quisieran. Ese es en mi opinión el veto peor, desperdiciar el talento de algunos favoreciendo el alcance de otros, todo medido por posición económica, pero no con verdadero rigor.

Y lo que es por posición económica, si todo sigue como va, siempre alcanzarán las cumbres los mismos. Basta ya. Hay una frase que nunca deberíamos olvidar y que debería volar tan lejos como vuela el viento:


"El peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto."

Mahatma Gandhi


Quizá el peor enemigo de un pueblo culto sea un gobierno corrupto...a saber.