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lunes, 4 de noviembre de 2013

Guille Silva, 20.000 palabras

Acabo de leer ahora la entrada en su blog, ya tiene lista su novela para la venta. Mientras otros seguimos dudando sobre todo lo que hacemos, él ha conseguido hacer todo el trabajo que se propuso y presentarlo al mundo. Desde su blog, Diario de mi primer libro, ha ido dejando claro que es un buen escritor y siguiendo sus pasos puede verse que su vocación va en serio.

Vamos, que el libro 20.000 palabras, de Guille Silva ya está listo. Le deseo mucha suerte en su aventura y me hago eco de la noticia desde aquí. Le iré siguiendo de cerca, como siempre.

Os dejo la entrada en que lo cuenta

domingo, 3 de noviembre de 2013

Un titular:

Al final nos define tanto lo que aceptamos como lo que rechazamos.

Julia Otero


Premio Ondas 2013 a la trayectoria en radio más destacada.



En ellas se esconde, resumida, la gran lección de una profesional de la radio española, siempre tan inteligente como educada. Mi más humilde enhorabuena desde aquí.




sábado, 2 de noviembre de 2013

Admiración y amistad

Acabo de ver esta entrada, tan corta, pero que dice tanto y volví a decirme que hay personas que tienen la cualidad de elegir para ti, aquello que aún no conoces pero que te llena. Volví a decirme cuan importante es en la vida saber mirar. 

Sobre ese vídeo podría escribir mucho esta mañana, sobre todo lo que me produce, sobre todo lo que significa, pero a veces no hay palabras, hay que guardar silencio y sentir por dentro. Y no dejar de intentar ser buenos compañeros en la vida, siempre, para todos los que nos rodean. Porque nunca sabremos el tiempo que andaremos por aquí.

No se pierdan esta entrada

viernes, 1 de noviembre de 2013

Retazos...

Qué complicado se hace acostumbrarse a una persona importante en pasado. 
Pero qué bonito también sentirle cerca, aunque ya no esté.

jueves, 31 de octubre de 2013

Condenados al olvido

Hace cosa de un año, tiempo arriba o abajo, cuando entraba en la cuidad le veía pedir en un semáforo. Era un hombre de unos cincuenta y tantos, bajo y gordito que se acercaba a mi ventanilla con una sonrisa; a veces por los gestos de la gente, por su forma de desplazarse, su forma de mirarte, sabes ante quién estás. Yo buscaba algunas monedas que siempre llevo sueltas junto a la palanca de cambios y se las ofrecía.

-Buenos días señora, ¿necesitas pañuelos?
(Se arma un buen tinglado con el usted y el tú, a mi ver muy gracioso).
A veces en ese momento no llevaba, pero le decía que sí.
-Muchas gracias por la ayuda señora, se ve que es usted muy buena. Que tengas un buen día.

Y se quedaba allí, afrontando con una sonrisa otras ventanillas, negaciones de saludo, de ayuda, aguantando algunas broncas, soportando el sol abrasador, o el orbayo, el granizo o el frío de congelador, lo que tuviera a bien presentarse en el día.

Estos últimos días, cuando entro a la ciudad, a veces no le veo, otras veces le encuentro demacrado, triste, venido a menos, mucho más delgado y lo que más me duele, vencido. La gente ha dejado de responderle al saludo, hace que no le ve, gira la cabeza enfurruñada cuando él saluda con amabilidad y si acaso responden con palabras hirientes, o gestos toscos, que le hacen bajar la cabeza y rumiarlas para sus adentros; asiste al balance con más recriminaciones que ayuda. Y eso me duele. Me duele que hayamos dejado de ser un pueblo amable para ser un pueblo ciego. Que no ve las necesidades de otros, de tan enfrascado que anda en las propias.

-Buenos días señora, ¿necesitas pañuelos?
-No se preocupe, ya llevo.
-Gracias, muchas gracias señora. La gente ya no ayuda. No se gana para comer.
-Todos andamos mal y se diría que esto va a peor. Se pierden trabajos por todas partes. La gente está sin dinero.
-Lo sé. Eso se ve desde aquí.
Abre el semáforo y sigo mi ruta, y aunque este hombre hubiese tenido tiempo no se quejaría, no hubiese dicho que ser educado es gratuito y a mucha gente no es educada no porque estemos en crisis, porque la crisis no alcanza a todos; si no porque carece de educación según la escala de posibles de quien tenga enfrente. (Si a algunos les saludan vestidos con un buen traje de Armani y una cuenta en Suiza, incluso se bajan los pantalones sin problema. Se dejan incluso perder el trabajo sin una sola protesta).

A veces cuando voy a la ciudad ya no le veo, porque los que andan puestos al día saben que ahora multan a quienes piden en la calle. Es lo que algunos le gritan a modo de saludo, para que se vaya a casa y deje de molestar. A mí me gustaba encontrarlo en el semáforo e intercambiar una mínima charla, porque quien vive a pie de calle tiene la medida exacta de la situación. No molesta a nadie. No quita ventas en los comercios. Y tiene derecho a buscarse un medio de subsistencia cuando se le niegan otros. Vamos, lo tengo muy claro, esa es mi opinión.

Como somos muy adelantados, la capital regional ha comenzado a multar a los mendigos con multas que van de los 200 a los 750 euros. Se les echa de las calles como si fuesen apestados. Porque las calles ahora son de otros. Me parece tan aberrante que voy a intentar lo imposible, entrevistarme con el director de un periódico local, de escasa tirada que da colaboraciones al pueblo, a gente como tú o yo, para que ponga allí sus poemas, reflexiones, artículos, desconozco si pagan; pero este tema quiero trabajarlo, pulirlo y enviarlo.

Me quema por dentro. Me enerva la sangre. Me paraliza el corazón. Pagan justos por pecadores.

Y tengamos en cuenta que si un día de estos, usted que lee o yo, perdemos nuestro trabajo -porque todo esto va de mal en peor- no tendremos abierta ni tan siquiera esta opción, salir a la calle con una sonrisa y buena educación, y mostrarnos tal como somos a la gente que pasa, para sufrir la inclemencia de lo que tenga a bien darnos o negarnos. Para someternos a la indigencia con toda su crudeza, como única tabla de salvación.

Si, ahora me dirán que están los comedores sociales, los albergues y toda esa solución de lugares que tengan a bien contarme. Pero yo hablo de independencia. De piso alquilado y familia que subsiste con sus propios recursos aunque casi no lleguen. Yo les estoy hablando de dignidad. La que da salir adelante tal y como se puede sin depender de nadie, solo de esa mano tendida que a veces da más o a veces menos, pero que aún le quedan algunas monedas para colaborar. Y colabora con una sonrisa. Hasta eso ya quieren negarnos.

A ver cuando comienza a multarse a los ladrones de toda calaña. Y se les multa de veras, y se les insulta, y se les agravia y se les persigue y humilla de forma constante. A ver cuando se les trata como algunos tratan a los mendigos. A ver si este mundo, a veces tan repulsivo, comienza a cambiar.

Intento no aparecerme mucho por aquí y escribir "en mi eterna obra", pero a veces mientras la escribo, corrijo y pulo, dentro de este marco de noticias, les juro que mi sueño se me antoja absurdo. Escribir en historias idílicas en cierta forma, contiene muy poco o nada de realidad. Por eso vuelvo a asomarme para dejar mis reflexiones buenas o malas, pero que son propias, para compartirlas con quien quiera leer.

Les dejo con un poema de Toro Salvaje, espero que con su permiso, que ilustra todo lo dicho.

Presten mucha atención

lunes, 28 de octubre de 2013

Antonio Muñoz Molina

Este nombre resonaba el otro día en mis oídos porque obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las letras. Soy asturiana y de normal no sigo los premios, pero en la televisión regional, que es la que suelo ver, algo me tocó ver de ellos. Es curioso que la TPA con su escaso presupuesto ofrezca la televisión mejor informada y más entretenida, a lo bueno hay que apoyarlo para que siga. De modo que escuché los gritos de los manifestantes, que aprovechando que asistían a la retransmisión en directo de un acto tan protocolario, gritaron con estruendo por la situación de crisis que atravesamos. El griterío de los allí convocados, contrastaba con la seriedad e impecables galas de quienes en ese momento caminaban sobre la alfombra roja. Y es que en Asturias somos así, cuando tenemos algo que decir lo decimos, pese a quien pese; manifestarnos es algo que va en nuestros genes. Me quedé un rato viendo las dificultades de los periodistas para escucharse a sí mismos entre aquel jaleo, mientras retransmitían en directo a otras televisiones nacionales aquel momento, y no pude evitar sonreír. Escuchaba de fondo a quienes reclamaban que el dinero de ese acto bien pudo ser canjeado por alimentos para todas las familias que no tienen qué comer por motivo de la crisis. Y pensé que bien podría ser. Cuando se pasó a retransmitir lo del interior, lo dejé. Prefiero leer el periódico del día siguiente, porque así me informo de lo que quiero saber.

Sobre mi mesa ahora mismo, el discurso del nuevo Premio Príncipe de Asturias de las letras, Antonio Muñoz Molina. Es un rato largo, es verdad, pero es aleccionador y como no podía ser menos, habla del oficio de escribir. Es entretenido y didáctico, sereno y conciso. Hace un repaso rápido por la España que él conoció y la de ahora, cuyos privilegios, nos recuerda, no debemos olvidar. Sin pasar por alto lo que se hace mal y todo lo que aún nos queda por cambiar.

No voy a dejar enlace a su discurso, porque no sé si puedo hacerlo, (siempre temo meterme en problemas con esto de lo legal o ilegal de Internet que sigo sin tener muy claro), pero esta entrada es solo una excusa para que queráis leerlo, lo busquéis, y lo disfrutéis. Yo enmarcaré aquello que pronunció: "Escribir porque a pesar de todas las negaciones y las imposibilidades la escritura, como cualquier oficio es un acto de afirmación. Escribir porque sí".

Hoy buscando más información sobre Antonio Muñoz Molina, que me ganó con este discurso que recortaré y guardaré entre mis tesoros, lo tuve fácil. Y esto creo que lo puedo compartir:

Lee y disfruta

Pero no te pierdas esto por favor

domingo, 27 de octubre de 2013

Lugares que no hay que perder de vista.

Hay lugares que están llenos de buenos valores. Lugares que no se deben dejar de visitar suceda lo que suceda. Sitios proyectados, quizá sin pretenderlo, a construir un mundo mejor. Esos vale la pena seguirlos de cerca. Por atareados que estemos, aunque a veces vayamos con tanta prisa que o estemos tan inmersos en nuestros propios problemas que ni se nos ocurra qué comentar. Hay entradas a las que poco se puede añadir ya. Pero siempre vale la pena la visita, siempre cercana a la actualidad.

Según las últimas noticias, España sale de la recesión, espero que sea cierto, pero creo que queda un gran trecho hasta que las familias más desfavorecidas lo noten, precisamente quienes más lo necesitan notar. También es necesario seguir de cerca su blog, para no olvidarnos de todo lo que podemos aportarles a ellos, porque esta mujer licenciada en psicología vive muy pendiente de sus noticias, tanto a través de su blog como de su twitter. Aunque a parte de este que les dejo, tiene otros blog, dedicados al cine, a la psicología, la literatura... Y por si todo esto fuese poco, tiene libros publicados, tanto en editoriales tradicionales, como en Amazon. Recomiendo no perderla de vista en estos tiempos complicados, que según nos cuentan, van a mejor. Crucemos los dedos.


Blog de Pilar Alberdi