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sábado, 16 de marzo de 2013

La fábrica de armas de Trubia

Recuerdo lo mucho que de pequeña me impresionaba ese lugar, semejante a una cárcel. Y lo extraño que se me hacía que allí se fabricasen armas con las que ir a una guerra y matar gente. Lo mucho que me oponía a esa idea de ir por ahí sembrando muertos.Y todas las preguntas que de cuando en cuando volvía a hacerle al abuelo sobre esa guerra en la que una vez participó, donde se usaron armas de aquellas. También sus silencios tristes y sus deseos de que algo así no volviese otra vez.

Sigo pasando de cuando por esa fábrica de armas y sigo sintiendo más o menos lo mismo después de treinta y siete años, la diferencia es que ahora sé, que sea en el lugar que sea, se seguirán fabricando armas y que aquí, en este momento 600 puestos de trabajo peligran. Otros 600 más de toda una larga suma. Mala época para mantener un trabajo y vivir de un sueldo.

La noticia aquí aquí el impresionante lugar.

viernes, 15 de marzo de 2013

Ingredientes necesarios para la vida

Todo  va bien, con sus más y sus menos todo va bien, dirías que tu vida es perfecta hasta que sucede algo que la pone patas arriba y te das cuenta de que por ti solo nunca lo vas a poder solucionar.

Por favor, leer esta entrada

miércoles, 13 de marzo de 2013

Los héroes invisibles de cada día


Nueve de la mañana, hace un frío espantoso y además graniza de cuando en cuando. Una mujer que no es del país, se le ve en sus rasgos y la forma de vestir, está sentada en una caja de plástico, que seguramente le prestó una cajera del supermercado. Y que sin embargo no le dejó pasar, es por eso que pide en el exterior del supermercado. Lleva un pañuelo anudado en la cabeza, viste una falda verde y un jersey amarillo, sobre la ropa lleva un delantal negro. Y calza unos zapatos muy gastados de los que asoman unos calcetines cortos de color rojo.

Hace un frío tan insoportable que se mete bajo la piel, ella está sentada con gesto desesperado mientras la gente sin mirarla atraviesa la puerta del comercio, sabe que a la gente que pasa hacia adentro, casi todo el tiempo le resulta invisible. Cada quien pasa con sus propios problemas, acuciados por una crisis que solo pesa a un lado de la balanza, el otro mientras tanto rebosa, pero quienes le pueden ayudar se encuentran situados en el lado más bajo, de ahí su desesperación. Sabe que la mayoría aunque quisiera no le puede ayudar, que lo cierto es que están para que les ayuden. Pero la suya es una situación tan precaria que hace, que incluso un día como hoy, esté allí. Sin un chaquetón que le proteja del frío, o unos guantes que descongelen las yemas de sus dedos aunque sea por una vez.

Ella sale de hacer su compra con lo justo. La ve mirar hacia la nada, creyendo estar encerrada en su eterno halo de invisibilidad, y deja caer unas monedas en el pequeño cesto de mimbre que conserva entre las manos. La mujer le da las gracias y le desea un buen día. Ella creía hasta ese momento que las cosas no le podrían ir peor, también sabe que si se encontrase en la situación de esa mujer esperaría una ayuda mínima, lo que fuese. Sabe que si hubiese una historia de heroínas para contar, esa mujer la tendría, pero es una historia que ella nunca escribirá, no tiene necesidad, la vive porque es su vida. Se trata de la historia que nadie quisiera protagonizar. 

Ella tiene un pensamiento fijo en su mente: una chaqueta mullida por dentro e impermeable por fuera, es todo lo que puede pensar durante su regreso a casa. Una chaqueta que tiene localizada en su armario para ella, sólo piensa en llegar rápido a casa para regresar con ella antes de que se enferme. ¿Acaso tendría para medicamentos viviendo en la calle y de la caridad? ¿Quién la cuidará si se enferma? Es en todo lo que puede pensar.

Hay historias que piden ser escritas, pero que quizá nunca lo serán, podrían ser oídas sólo con que alguien se detuviese a escuchar. Porque hay historias que gritan. Golpean fuerte, crujen ante los ojos sólo segundos. Pero se llevan por dentro la eternidad.


martes, 12 de marzo de 2013

Retazos...


A veces no somos conscientes de que la vida va pasando a ratos, que en ese momento en que aparentemente no pasa nada, nos están pasando instantes que jamás volverán. Y que una vez pasados nos dejarán el sabor de algo dulce y paladeado.

Momentos que un día volverán cuando ya no estén, para que sepamos que lo que fue importante no muere.

Momentos que vivirán siempre

domingo, 10 de marzo de 2013

Construcciones añejas

Me gusta viajar porque el hecho de desplazarse en coche por este paraíso natural asturiano supone verse deslumbrado por tanta belleza. Algo que me apasiona son las viejas construcciones que perviven siglo a siglo, dejando una impronta de otros tiempos ya lejanos.

Estoy documentando con mayor precisión mi eterna novela y os dejo una maravilla que encontré: un blog, que sigue la estela de otros blogs, que tratan el mismo tema. 

Espero que os apasione tanto como a mí.

O quizá siempre

A veces uno lee un poco de aquí y un poco de allá y recupera la esperanza en el ser humano.
Por eso lee.

sábado, 9 de marzo de 2013

Sobre literatura

Puede que alguien a quien le guste escribir no sepa muy bien qué es la literatura. Pero a buen seguro alguien a quien le guste leer, reconocerá las palabras que contienen sabiduría solo con leerlas. También sucede lo mismo con las palabras que contienen corazón, que no son huecas, ni resuenan de cualquier manera. 

No quiero extenderme mucho porque quiero que leáis el enlace que os dejo a continuación. 

Y si queréis saber algo más sobre escritura os aconsejo que indaguéis por su blog, en el apartado Bibliografía y Artículos, así como para empezar. Hay entre todos esos escritos mucho espacio para la emoción y la reflexión.