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domingo, 30 de diciembre de 2012

A punto de despedir un año pésimo

Pese a todas las idas y venidas es lo que concluyo, que el año fue pésimo porque poco a poco nos fueron imponiendo recortes que nos restan los derechos a los que desde que tengo memoria teníamos acceso. No haré ahora un despliegue de medios que no tengo porque me falta inteligencia para ello, pero salta a la vista que se han perdido empleos a un ritmo trepidante, se han perdido viviendas a de un modo vertiginoso, el otro día se daban datos: 300 desahucios por día; se paga 5 euros cada traslado en ambulancia para ir a diálisis o a radioterapia, si queremos enviar a nuestros hijos a la universidad nos toca trabajar en serio para pagarnos la factura y no es que hasta ahora lo regalaran. Y a esto le sumamos todo aquello, que no nos cuentan, pero vamos viendo.

De modo que no me importa que se diga desde el atril político que 2013 va a ser mucho mejor, porque todo apunta a que no. Quienes se han quedado sin empleo, sin vivienda, sin derechos en sanidad, sin facilidades para seguir estudiando a sus hijos y asumiendo la subida de la carestía de vida, al tiempo en que su jefe decide pagarle menos, porque aprovechando que estamos en crisis y no lo tiene sencillo para buscar otro trabajo también se aprovecha de la situación, dejando en el aire lo que parece una elección: o te quedas o te vas. La respuesta silenciada es que no hay a donde ir y que no queda remedio que seguir trabajando por lo que dan. Esa es a fin de cuentas la realidad, la que la gente que te encuentras a diario te cuenta de viva voz. Y en mi caso os aseguro que no es nada halagüeña.

Como digo estoy a punto de despedir un año pésimo, no tanto a nivel personal, si no a nivel de la gente que me importa y que me rodea; y confío tanto en la política que diseña el proyecto que queriendo o sin querer tendremos que seguir, que creo que 2013 será peor. Por eso de que después de los barros llegan los lodos.

Hoy como tantas veces, de veras que me quisiera equivocar, pero miro hacia 2013 de reojo, pensando en qué nos traerá en la saca, de todos los días que viene dispuesto a desgranar.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Preguntas sin respuesta

Antes lo eran todo el uno para el otro y ahora ya ni se hablan. Al cruzarse de casualidad por la calle miran a cualquier lado intentando no recordar aquel tiempo en que fueron más que amigos y planearon un futuro juntos, mientras la adolescencia asomaba a sus mejillas siempre arreboladas. Al verlos cruzarse como si quisieran borrar de un golpe toda su historia no dejarás nunca de preguntarte hasta qué punto el entorno influyó en su enemistad. Y si quizá en otro tipo de entorno pudieran permanecer para siempre como en aquel periodo en que fue todo felicidad.

A fin de cuentas, te preguntas sin saberlo, cuánto de planta tiene el amor, qué cuidados necesita para prosperar, si es de sol o de sombra, de mucho o poco regadío; haces conjeturas imposibles de descifrar.

Una historia distinta aquí


viernes, 28 de diciembre de 2012

La enorme fatalidad

Creyó que había encontrado el amor
 y solo encontró al asesino de su hija 
de dieciséis meses. 
A veces la realidad 
es tan horrible
 que uno quisiera
 vivir para siempre
 en la fantasía;
 que imagina
 que algo tan terrible
 no puede pasar.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cuando publicar no es lo que se esperaba (aún)

El mundo literario es complicado incluso para los escritores que publican en una editorial de toda la vida. Es un oficio en el que siempre prevalece el amor del autor sobre su obra, algo que no siempre los lectores pueden sentir a igual nivel. A fin de cuentas un trabajo que se sostiene en pie por el solo sentido que el autor encuentra en sus libros, y que quizá no halle ese nivel en nadie más. Ese es el riesgo final de publicar: quizá descubrir que nadie se entusiasma igual. Creo que aquí cabe recordar que para que un libro pueda suponer lo mismo para el lector que para su autor, ha debido leerlo hasta el final; algo que no siempre se da. Lo digo como lectora que termina de leer muy pocos libros de todos los que comienza.

Cuanto más leo más complicado es sorprenderme desde el principio hasta el final, único requisito que poseo como lectora; que la obra que empiezo logre interesarme en igual medida desde la primera letra hasta su letra final.

Decir que de Sergio G. Ros no leí nada aún. Pero quise traeros sus reflexiones en voz alta.

En esta entrada

domingo, 23 de diciembre de 2012

Si puedo sentirte aquí es porque estás aquí

Puede haber distancia
puede haber dolor, 
pero nunca hay
un dolor tan grande
que borre la distancia
que nunca nos separó.
Siempre seré la sangre
de tu sangre, así, 
como el primer día.



sábado, 22 de diciembre de 2012

Superación de un reto

Creo que cuando alguien tiene un plazo de tiempo para ejecutar un trabajo necesita sobre todo que le den ese espacio que precisa. De momento no sé la fórmula para reclamarlo y que todos lo cumplan, supongo que se necesita tomar tan en serio tu tarea que no quepa otra opción que dejarte unas horas al día de libertad para dedicarte a eso que deseas realizar. Quizá se necesita un mayor compromiso con uno mismo y ya. O haber avanzado tanto en un oficio que ya sea el tuyo.

Hace relativamente poco tiempo ella anunció que le habían otorgado una beca, pero le faltaba escribir el libro. Que estaba comenzando a documentarse y lo que hoy encontraba, mañana no le servía, pero que estaba decidida a tenerlo listo dentro de plazo.

Nos explica el proceso

viernes, 21 de diciembre de 2012

Si el mundo no se acaba hoy...

Me quedará por delante un nuevo año con mucho trabajo, con muchos proyectos, con muchas sorpresas buenas y malas, con mucho por contar, aunque intente mantenerme callada y portarme bien. Me quedará superar muchos pros y contras antes de lanzarme de lleno a algo que quiero hacer. Seguiré necesitando este silencio en la casa, esta sensación de libertad que me produce hablar desde aquí, sé que es un contrasentido, pero es una dualidad extraña la que habita en mí; es una forma de escribir algo y no tirarlo meses después a la basura, porque sólo sirve para mí, en el fondo espero que le sirva a alguien.

Siempre que me siento a escribir lo hago para descubrir algo que antes no sabía, para interrogarme, para dialogar conmigo, para sacarme de adentro algo que me escuece, para comunicarme la alegría de estar viva, para soñar en voz alta, o para bajar hasta los subsuelos de lo que hay en mí. Hacerlo en este espacio es hacerlo visible para otros por si se interrogan sobre lo mismo y pueden hallar sus respuestas, aunque sea desde su oposición a las mías. Eso es lo que hace que esto tenga sentido aun cuando a veces ni yo misma parezca hallarlo, ni entender la insistencia irresistible a volver por aquí. Creo que de alguna forma es un paso previo para otra opción, otra que durante 2013 espero que se haga lo mismo de urgente que ésta de publicar desde aquí.

Un lugar donde publicar mis libros