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lunes, 11 de junio de 2012

Una frase para la reflexión

Hay una paz maravillosa en no publicar -dijo-. Es tranquilo, sereno. Publicar es una terrible invasión de mi intimidad. Me gusta escribir; amo la escritura. Pero escribo sólo para mí y para mi propio placer.


D.J Salinger


Acabo de leer la reseña de un libro que buscaré.

http://thekankel.blogspot.com.es/2012/06/j-d-salinger-una-vida-oculta-de-kenneth.html

domingo, 10 de junio de 2012

Este ahora que es huérfano, mañana será adoptado

Todo aquello que en este momento te está causando desazón mañana será pasado. Y aunque no repares en ello es curioso como de pronto, por ser pasado, se te antojará mejor que este ahora mismo; que no sabes a qué viene encadenado.

viernes, 8 de junio de 2012

El tiempo da las respuestas

Philip Roth ha sido elegido Premio Príncipe de Asturias de las Letras, 2012. Admito que nunca leí un libro suyo, pero hace tiempo me encontré una entrevista que le hicieron, y desde entonces tengo pendiente leer algo de este autor.

El tiempo termina dando todas las respuestas a esas preguntas que nos hicimos una vez. Es un hecho. Y quizá por eso mientras nos hacemos preguntas sin tener la respuesta aún, sentimos esa especie de centrifugado en el estómago. Ese temor a que la respuesta del tiempo sea cruel.

Hace tiempo leí esta entrada de blog y sonreí. Leí la pregunta que deja Philip Roth al final con ese deje de casi amargura y me sentí menos sola. Es por eso que tras releerla tuve que dejarla aquí, pues hasta toda pregunta llega siempre su respuesta. Que a veces no llega sola, sino acompañada de más. De más premios literarios, incluso.

http://discretoencanto.blogspot.com.es/2009/04/el-calvario-diario-del-escritor-philip.html

jueves, 7 de junio de 2012

Es curioso

Cuando un escritor, o aficionado a crear sus propios relatos, está llegando al final de una historia se decanta entre varios posibles finales. Y puede costarle mucho decidirse por uno, hasta quizá aparcar la obra durante muchos años en espera de cual de ellos se materializa por fin. Aunque bueno, esto tal vez si dicho escritor o aficionado es de esos que creen a pies juntillas que la obra se va escribiendo sola. Como por una especie de conexión llegada desde algún lugar, ajeno a quien la crea; de la cual él solo es receptor.

Hace unos días leía en un twitter una frase que no ponía autoría. La frase es la siguiente:

Los finales felices son historias sin acabar


Y esa es la sensación que nos dejan algunos libros después de leídos. Que todo fue tan maravilloso y perfecto dentro de ese libro, que o es impostado, o bien está sin terminar. Creo que a mi escritura le faltaba contrastar la realidad, esa realidad que a medida que cumplo años, la vida me da.

miércoles, 6 de junio de 2012

Precios que suben sin parar

Ella es ama de casa, cada día acude a la compra pensando que lleva dinero suficiente para aquello que necesita. Va mirando los precios y contabilizando más o menos lo que echa en la cesta de la compra. Da la casualidad de que en la escuela jamás le cuadraban las cuentas, cuando solo eran un número inocente, y ahora que son dinero contante y sonante, pues tampoco mucho. A diario cree llevar dinero suficiente para aquello que necesita y le sobran algunos céntimos, 80 cuando más. Su medida de ahorro es entrar en aquellos comercios donde solo hay comida, comprar marcas blancas, limpiar la casa con los productos de toda la vida, y comprar los geles y champús que le van dando mejor resultado en cuanto a calidad precio. Y así hace con los demás productos que necesita a diario y que no son de comer.

En la casa va apagando las luces que no necesita. Apurando a los niños para que se duchen sin quedarse dos horas enteras bajo el agua. Calculando la comida para que no le sobre demasiada de cada vez. Amén de efectuar pequeñas estrategias para intentar evitar todo lo que sea derroche. Y pese a que mes tras mes lleva a rajatabla su sistema, mes tras mes se desbarajusta, porque los precios cada vez están más altos. Y van subiendo los impuestos y el precio de la gasolina. Aquello que antes consideraba pequeños lujos, hace tiempo que no se encuentran al alcance de su mano. En las noticias recientes escuchó que ya una de cada cuatro familias españolas es pobre. Y comienza a preguntarse en qué momento la suya cruzará esa linea divisoria que lleva hasta el otro lado.

martes, 5 de junio de 2012

Descubriendo las pompas de jabón

Rosana siente cierta aversión por las romerías y a su marido le encantan. Son polos opuestos que de forma irremediable se atraen, es por eso que él espera paciente cuando ella quiere acudir a una exposición de pintura, o a lugares que a él no le atraen gran cosa, lo hace por ella; del modo en que ella se acostumbró a ir de romerías porque a él le gustaban. A veces lo hacen con mejor o peor ánimo, pero intentan que lo suyo funcione y lo hacen porque sí, no porque alguna vez hayan firmado un contrato; es porque separados no saben vivir.

Daniel hablaba con un amigo sobre trabajo. Rosana se aburría de escucharles hablar siempre de lo mismo, y casi siempre con las mismas palabras. Era una tarde de verano soleada, alrededor de las ocho. Una orquesta tocaba con más pena que gloria sobre un escenario desvencijado. Isac se estaba poniendo nervioso con tanto ajetreo, aunque de pronto calló, y sonrió, con una risa de gorgoritos propia de bebés. A sus ocho meses de edad estaba descubriendo un milagro: las pompas de jabón. Una niña de unos cuatro años lo había escuchado protestar y se acercó para ofrecerle el espectáculo más grandioso, que desde su silla, un niño pudiese contemplar. Pompas de jabón que nacían de un redondel amarillo, y que enérgicas se elevaban al sol, tornándose iridiscentes a medida que se alejaban. Cuando mayor era el interés de Isac por aquel espectáculo,  vinieron a buscar a la niña morena, de ojos despiertos y tirabuzones negros. Se despidió de la madre y del niño con un gesto simpático, y se marchó.

Rosana lo tomó en brazos y buscó entre los chiringuitos cercanos un bote idéntico al de la niña para hacerle pompas de jabón. Se apartó a un lugar lejano, porque se estaba levantando viento, y sopló una hilera perfecta de burbujas pequeñas que el niño atrapó con sus manos. Rosana estudió esa carita que iba cambiando de expresión muchas veces, y esos ojos abiertos y brillantes, y escuchó su risa simpática en gorgoritos exóticos, y le invitó a soplar. Pero solo le salían medios círculos que engordaban y enflaquecían, mientras ella trataba de hacer equilibrio entre el cuerpo rechoncho del niño, el bote de líquido, y el redondel amarillo. Ante la insistencia de Isac, Rosana comenzó a hacer pompas y más pompas de jabón. Solo escuchaba su risa, solo veía sus ojos, solo creaba ilusiones esféricas para mostrarle un mundo mágico alrededor. De vez en cuando daba vueltas sobre sí misma y las burbujitas los rodeaban a los dos, las carcajadas de Isac iban en aumento; era un momento precioso para los dos.

Fue entonces cuando alguien gritó a su lado, y vio a una mujer enfurecida que le tiró por encima un vaso de algo con hielos y todo. La misma mujer que le recriminó el cubalibre de ron que había perdido de beber por su culpa. Rosana se disculpó, le dijo que en verdad no se había dado cuenta de que todas las pompas de jabón iban a parar a su mesa, donde cenaba con su marido y unos amigos. Pero la mujer insistió en que todo eso lo estaba haciendo a propósito. Estaba bastante ebria y soltaba palabrotas por la boca mientras Rosana equilibraba a su hijo, el bote de líquido, el redondel amarillo; y mientras se quitaba de encima la rodaja de limón, y los cubitos de hielo, bastante frustrada porque era abstemia, y detestaba el olor del alcohol. Daniel le hizo saber a la mujer que Rosana estrenaba una chaqueta que se había ido haciendo por las noches mientras el niño dormía. Que llevaba cosiendo una semana sin descanso y que si era capaz de insultarla así era porque no tenía ni idea de la clase de persona que era su mujer.

Desde ese día Rosana aprendió una lección que jamás olvidó; que puedes ofender a una persona hasta límites insospechados sin tan siquiera darte cuenta. Cuando lo único que está intentando es ofrecerle a tu hijo, un sueño, una ilusión.

Para reflexionar

La gran verdad es que hoy día todo el mundo cree que puede escribir un libro y publicarlo, y que además es el mejor...
Nunca había dejado tantos libros a medias.
Creo que en lugar de preguntarse cómo tener éxito, algunos deberían preguntase si deben publicar lo que escriben.

Lola Mariné

Este comentario me lo traje aquí desde esta entrada, espero que no le moleste.

Lola Mariné tiene Un blog: Gatos por los tejados. Y además de escritora -si no me equivoco- es correctora.