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jueves, 6 de enero de 2011

No hubo regalos de Reyes

Ni kilómetros de guirnaldas

Ni papás Noeles en las ventanas

Ni cenas, ni comidas, ni cotillones

Ni brindaron con sidra y con cava


No hubo mazapanes ni turrones

Ni uvas ni polvorones

No hubo mesas ni manteles

Ni brillos ni oropeles


Por no haber no hubo nada.


Nada distinto a otros días

Que ahora nos puedan contar

No hubo regalos de Reyes

Volvimos a fracasar


Seguimos igual que siempre

No aprenderemos jamás,

Y digan lo que nos digan

Tampoco fue Navidad.




miércoles, 5 de enero de 2011

Cadena Perpetua

Despierta la mañana de otro día en que no pensaba crear entrada alguna. Como tantas. Y la realidad me presenta en bandeja una noticia desgraciada, la de un hombre Cornelio Dupree, un hombre de 51 años que pasó 30 años en prisión siendo inocente. Mirando los números fríos que dejo a la izquierda queda claro que casi la mitad de su vida la pasó entre rejas por error. Unas pruebas de ADN constataron su inocencia. El hombre cuenta que no hay palabras para explicar lo que sufrió, y señala que sus padres murieron mientras estuvo en prisión. Es todo cuanto dice por ahora. Suficiente para quien quiera entender. Más que suficiente.

Hace tiempo que mi hijo me insistió en que viese la película Titulada Cadena Perpetua, protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman. Me negué en rotundo cabezonamente justamente por eso, por toda la gente que a día de hoy está en prisión. Después de insistirme durante semanas accedí a verla, y tuvo que sujetarme al sillón la primera media hora porque me era del todo insoportable quedarme frente a la pantalla. Únicamente me quedé porque cuando mi hijo, que me conoce mejor que nadie, me hace una recomendación sé que me está brindando algo que puede servirme para ambientar una historia. Una historia que late en paralelo con algo que escribo, o con el hilo que contiene.

Cadena Perpetua pasó a ser desde entonces una de las mejores películas que haya visto. Por la lección de vida que representa sin dejar de lado la crudeza. Mientras la veía no podía olvidar que a esa hora y en algún lugar alguien estaría siendo protagonista de una historia como esa, sin esa suerte final. No podía olvidarlo y un escalofrío intenso me sacudía de vez en cuando. El mismo escalofrío que esta mañana sentí al ver a Cornelio Dupree en televisión. El escalofrío de saber que a esta hora y en algún lugar alguien está siendo protagonista de su misma historia, sin la misma suerte... eso si en algún momento pudiera considerarse suerte a pasar 30 años de tu vida en la cárcel siendo inocente.

martes, 4 de enero de 2011

Crecer

Ella comenzó a crecer cuando vislumbró por primera vez esa gran pizarra verde de la escuela de verano a la que acudían sus hermanos y otros niños del pueblo. Junto a la planta verde que trepaba hasta el techo, adivinó un jeroglífico en tiza que le sonó a un idioma aprendido en otra vida, y se soltó de la mano de su abuelo para estudiarlo más de cerca, e intentar interpretarlo. Fue entonces cuando la maestra tradujo para ella lo que decía ese conjunto de letras blancas entrelazadas que destacaban sobre el verde oscuro. La frase resonó dentro de su cabeza de tal forma que nada volvió a ser igual desde entonces, quedó fascinada por otra especie de mundo cifrado al que desde ese mismo instante perteneció. Y quiso saber de que modo podían nombrarse otras cosas que le fascinaban, como estrella, mar, cielo, sol o arena, la maestra con gesto sonriente las escribió en la parte superior de la pizarra. Entonces Ella le rogó a su abuelo que la dejase quedarse esas dos horas para saborearlas como si de un plato exquisito se tratase, y su abuelo accedió, porque siempre la había entendido como nadie. Sobre la pizarra la maestra escribió números toda la mañana, pero los números no representaron nada para Ella que seguía sumida en la fascinación de todas las estrellas, mares, cielos, soles y arenas conjugados en la enorme pantalla. Y finalmente Ella decidió que ese mismo verano aprendería a leer, para poder entender el concepto de todo cuanto alguien hubiese escrito alguna vez. Y aprendió a leer ese mismo verano y leyó y leyó, pero años más tarde de la nada surgió otro férreo propósito igual de cabezón, escribir sus propias palabras para que cobrasen vida en otros lugares del planeta. Palabras que una vez sembradas pudiesen crecer y enredarse en otras, dando forma a todos los sueños, porque un sueño escrito siempre es más sencillo de recordar, de afianzar y de llevar a buen término. En medio de un mundo que Ella a veces no entiende sigue encontrando maravillosas noticias que la hacen creer, y ya se sabe, creer es crecer.

sábado, 1 de enero de 2011

Propósitos

A veces uno tiene propósitos que no se entienden, que quisiera no tener, pero que mantiene haciendo acopio de su cúmulo de energías, porque son necesarias muchas energías para convivir con ellos acomodados, sin que se enerven y se eleven continuamente, dispersándose por todas partes y sin dejarse plegar debidamente para guardarlos en un compartimento mínimo, donde no ocupen primero un poquíto espacio y después más y más, hasta hacerse con todo el espacio a su disposición y dejarnos apenas un huequito donde ser aquello que se supone que somos y no lo que siempre hemos querido ser, que surge y resurge una y otra vez de sus cenizas, después de haberlo quemado a sangre fría con nocturnidad y alevosía por enésima vez.

Hay escritores que tienen la habilidad de aportarnos todo el tiempo aquello que nos sirve. Lo que hemos de almacenar en bien de nuestro objetivo, ese que nos sobrevivirá - me temo- incluso cuando ya nos hayamos extinguido - que es lo que pasa con un escritor, sus escritos permanecerán y seguirán siendo cuando él no esté, eso los hace seguramente tan insistentes, su intención de ser inmortales y dejarse ser-.

Espero que a este escritor no le moleste que deje en lugar tan humilde este enlace, pero es que me lo quise traer, porque por algo es uno de los mejores escritores españoles, sino el mejor:

Frase

El comienzo de un año es como un libro por escribir.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Nochevieja

Para mí la Nochevieja es el día por excelencia. La noche más especial de todas porque trae consigo un año nuevo. Y un año nuevo es algo, que como todo lo nuevo, me llena de ilusión. A veces durante su transcurso descubro que ese año no era tan bueno, por alguien que se me fue. Ese es el único motivo que puede hacer cualquier año un año malo, ese y ninguno más. Lo demás tiene arreglo.

A última hora del día mi casa se llenará de toda la gente que quiero. Aquella a la que pertenezco. El resto llegará a través de mensajes de móvil, y todos estarán aquí. De modo que toca dejar un mensaje para todos aquellos que habéis estado aquí. Los que estáis en la ventana de seguidores y aquellos que pasaréis.

Brindo por vosotros, porque este año que hoy comienza todo sea felicidad.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Finaliza el año

Viendo un programa de televisión el otro día me enteré de que los ricos pueden gastarse hasta 50.000 euros en marisco sin que les tiemble una pestaña. Y que ellos aún no se han enterado de la crisis, esto lo decía un pescadero poco menos que en susurros después de que el periodista le tirara muy mucho de la lengua. Alguna víscera me chirrió por dentro con el sonido de un violín desafinado porque mi yo iluso y mi estupidez supina jamás alcanzarían ni a imaginarlo: los ricos ni se han enterado de la crisis ¿que te parece?

Ni los ricos, ni los enchufados, ni los defraudadores de hacienda, ni los buenos negociantes, esos que te venden un articulo a siete veces su valor. Ni los ladrones, ni los estafadores, ni los políticos ( se ve por las decisiones políticas que toman sin despeinarse una ceja), y se me ocurren muchos más que ni se han enterado de la crisis. Eso me lleva a pensar que aunque no lo sabía vivo en un barrio de pobres. Es más, nací en un concejo de pobres, y de un modo insistente me fui quedando a vivir en él, convencida de que no hay lugar mejor. Pero hay lugares donde puedes gastarte 50.000 euros en marisco sin que te tiemble la mano porque tienes más dinero del que te puedas gastar. La realidad es como una bofetada. No puedes ni imaginarte la realidad.


Pues bien, finaliza un año en el que la gente a la que conoces ha ido de mal en peor. Todo comenzó cuando anunciaron que no habría más horas extras y tuvo que apretarse el cinturón, después despidieron a varios compañeros y hubo que trabajar más horas cobrando menos, y llegaron los del sindicato asegurando que lo importante era conservar el trabajo. Todos a callar. Después fueron llegando algunos enchufadillos que no sabían ni papa de su trabajo, por eso se quedaron el puesto mejor. Desde la directiva se llenan la boca repitiendo que están contratando a gente nueva, pero son los viejos los que se ocupan de todo el marrón, y los trabajos malos siempre se los quedan los mismos. Que llevan un año puteados y suma y sigue, si no te gustan las cosas deja sitio porque tenemos obreros a mogollón haciendo cola en el paro.

En la cola del paro siempre está la solución, hay miles de obreros parados que no tienen ni pa chicles, parece que desde arriba se han encargado de tener repuestos a millones para mantener a la gente en sus puestos y sin mover la cabeza. Estamos hablando de quienes no pueden gastarse 50.000 euros ni en una mala vivienda. Ni hacer gastos extras sea la fiesta que sea, ni hacer planes de cambio, ni exigir, ni protestar y mucho menos cambiar de trabajo. Hablamos de la clase obrera, esa que ha entendido tarde que ser artesano no basta para vivir, ahora además de artesano hay que ser poeta.

_ ¡Que lujo de luna tenemos esta noche, Mariano!
_ ¡Que lujo de luna!, ¡hace un frío que pela! ¿por qué no te vas a casa?
_ A casa no puedo irme, me la quitaron ayer, ¿Verdad que hace un lujo de noche?
_ Estamos a dos grados Bertino, ¿dónde duermes hoy?
_ Tengo dos cartones debajo del puente. ¿Verdad que hay un lujo de estrellas?
_ Un lujo de estrellas, sí. ¿ Donde tienes a Mari y los niños?
_ Están en casa de mis suegros, y por mi que ni esperen, que uno aún conserva su dignidad. Ya verás cuando encuentre un nuevo trabajo...¿Verdad que hay un lujo de nubes?
_ Y un lujo de viento Bertino, ¿No te parece que hay un lujo de viento?