Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
viernes, 16 de julio de 2010
¡Foto del comienzo!
Por entre esas cabezas andaba la mía, no se cual de ellas sería, pero todas mis fotos salieron así, bueno, las que pude sacar mientras tuve batería. Para el traje de charro no me llegó la pila.
¡Apoteósico Oviedo!
Ayer Oviedo me cautivó, me cautivó su gente, el perfil del aficionado que sigue a Alejandro Fernández. Me cautivó toda la gente que llenaba el estadio a rebosar, la gente que coreaba sus canciones, silbaba y aplaudía. Me cautivó el modo en que él salió al escenario y comenzó a cantar, pese a ver muy poquíto a su yo real, y muy mucho las imágenes de los leds gigantescos, dos a los lados, uno justo encima de su cabeza, que permitía grabarle a él a medias y su reflejo en la pantalla total.
Me encantan los conciertos y la gente que acude a ellos, la calidad humana sobresaliente de todos los que acudieron ayer, todos menos uno. No se puede ir al concierto de un artista que tu chica idolatra siendo un celoso de la pradera, o un gilimemo total, o el tío más incongruente sobre el planeta, o una especie en extinción, cual cromañón recién sacado de la cueva.
Mi visión de un concierto era totalmente errónea, podría haber ido sola perfectamente, el número de asistentes no lo sé, pero era descomunal, andar por el Carlos Tartiere era lo mismo que andar por casa. Eso me impactó. Los asistentes eran los seres más amorosos que haya visto juntos en mi vida, los más serenos, apacibles, radiantes, bien vestidos, guapos y más sencillos. De todo el concierto es lo que tengo que destacar. Acudí para ver a un Dios y había millares de Dioses, tal vez millones. Todos juntos esperando sin una queja esa más de media hora de retraso, y después coreando perfectamente afinados cada canción.
Alejandro Fernández se emocionó ante esa respuesta y ya en sus primeras canciones nos volteó el micrófono para escucharnos, sus risas fueron las de un niño ante una tarta suculenta de cumpleaños, se quedó maravillado y así nos lo agradeció cuando dijo estar encantado de estar por primera vez en Oviedo y nos felicitó a todos por el triunfo de España en el mundial.
Tocó verlo bastante de lejos, con lo cual la impresión que me llevo de él es que es un tipo completamente normal, un encanto de tío, pero un tío como cualquier otro que pueda verse por la calle, ni más ni menos. Un cantante que tras cantar más de dos horas mengua su voz. Sí, ya sé que incluso en esto resulto de perogrullo, pero es cierto, me sorprendió que sea una persona como cualquier otra, porque me hallaba convencida de que era un Dios. Nombras Dios al hombre que es capaz de cantarte y volverte a la vida cada vez que las nubes de tu mundo se tornan marrón, se oscurecen y se hacen noche en pleno día. Qué hubiera sido en algunos momentos del pasado sin el empuje de esa voz. Cuando tantas muertes se sumaron a las que ya había creí no poder reconciliarme nunca con la música, y él solito me reconcilió, eso le debo, y eso no es poco, porque en mi vida la música es tan importante como la escritura, van de la mano. Los porqués no importan, solo importa lo que es.
Las canciones escogidas en la parte pop fueron todas mis preferidas, ese Te lo dije cantando nos enloqueció a todos, creo que no es a mí sola a quien le apasiona esa canción. Qué voy a hacer con mi amor más de lo mismo. Resumo: o me gustan todas sus canciones o escogió mis preferidas, eso no lo sé, fui yo la que cargó su videocámara con el cargador que no era, y se quedó justo a los veinte minutos sin grabación. Pero eso me dio la opción de quedarme sin manos de aplaudir tanto y sin garganta, y de cantar de verdad junto a esa voz, de hacer un conjuro a mi próxima vida aunque no se cumpla y de pedir de nuevo que se cumpla mi sueño imposible, y contradecirme al instante pidiendo que no se cumpla jamás, porque no quiero dejar de ser yo para ser otra cosa, quiero encajar en el mundo tal como soy.
Apoteósico Oviedo, bello, perfecto, limpio, monumental, lleno de vida. Capital de capitales. Ayer tan solo pude disfrutar. Bueno, todo lo que el cafre que andaba cerca pudo dejarme, su chica me miraba y me decía que pasara de él, de modo que pasé, pasamos todos, y si hay algo con lo que no puedo es con el berrinche de un hombre bien mayorcito, un berrinche idéntico al de un niño de cuatro años, patético. Hay personajes que nunca olvidarás, de modo que llenarás muchas páginas con ellos, y es algo que ni imaginan, es tu disfrute, es tu desquite, es tu modo de pagar una vileza con arte; eso y nomás.
Resumiendo: vestido de pop, de charro, o de lo que quiera es un cantante. Eso fue lo que vi y desde el lugar que ocupaba llegué a una conclusión, el mejor Alejandro Fernández sigue siendo el del concierto Acapulco 2005. O el del video oficial de Qué voy a hacer con mi amor.Tal vez si hubiese estado a pie de escenario hubiese visto otra cosa, pero no me ocupa, sigo creyendo en la magia del mundo, pero en el príncipe azul no.
jueves, 15 de julio de 2010
Se presenta solito
Se escucha una frase al final que cruje un poquíto a cualquier mujer, pero que define que está muy orgulloso de su mujer actual, por eso se la perdono, pero que siempre me crujirá, se siente. Aún así es bueno saber que un artista de talla internacional sabe presentarse solito, y titubear, ponerse nervioso e incluso trabarse un poquíto ante su público. Eso le hace humano, y me gusta la gente que sabe encajar su humanidad.
Ya sabemos que rehúso en lo posible de enlazar lugares por temor a meter la patita en temas legales que desconozco mucho, pero si él personalmente agradeció que alguien subiera este vídeo, no creo que se enfade porque lo ponga aquí, y si no que me lo diga, que primero me muero y después lo quito :)
Carlota me decía que le escriben los guiones, yo lo niego, no me parece de quienes se dejan dirigir, yo creo que pertenece a la estirpe de los que pilotan sus propios aeroplanos aunque se estrellen a menudo. Eso le honra.
Frase
El valor de las palabras
Las palabras pueden arreglarlo o estropearlo todo, hay que cuidar el modo de enviarlas porque no siempre son entendidas en el modo en que han sido dichas. A veces se transforman en relámpagos que cortan todo a su paso, y ni me doy cuenta.
En este momento me llega a la mente el único rayo cuyas consecuencias pude ver de cerca, y fue desolador, en medio de un prado surgió un lago que nunca hubo, y un árbol enorme quedó partido a la mitad, una mitad a cada lado del ancho lago. Quitaba la respiración de solo contemplarlo. Pues tal que así podemos dejar a la gente con nuestras frases expresadas con espontaneidad. Y después no hay modo de borrarlas, disculparse a veces da la sensación de querer exprimir, o ganarnos de nuevo la confianza que nos había sido ofrecida de modo voluntario, y forzar las cosas es también remendarlas. Todo lo remendado si hablo por experiencia tiende a quebrarse de nuevo, por eso a menudo ni aprendo ni remedio, lo dejo estar, creo que al final sólo se nos enfadan quienes nunca supieron entendernos y que no se puede contentar a todo el mundo. Hay gente a la medida de cada uno. Pero me apunto el tanto para intentar no fallarme a mí misma de nuevo, porque cuando ofendemos a alguien nos ofendemos siempre a nosotros mismos.
Ese viejo dicho de no hay palabra mal dicha si no es mal interpretada cobra mayor relevancia cuando se habla de palabra escrita, porque una palabra puesta en el lugar equivocado cambia drásticamente el sentido de una frase entera. A fin de cuentas las palabras tienen un valor inequívoco, el que cada uno quiera darles, por lo tanto un valor incalculable.
miércoles, 14 de julio de 2010
En riguroso directo
Mientras los periódicos se hacen eco, tal como pueden del Tour dos mundos afirmando que empieza el día 17 en Valladolid, o afirman que su disco se llama Transición en vez de Tradición, le llaman el platino misógino o lo cuentan como quieren, él saca fotos, enamorado de la belleza de mis paisajes, los paisajes asturianos. Me gusta la muestra.
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