Powered By Blogger

lunes, 13 de diciembre de 2010

Miedo escénico

Lo primero que el ser humano debe hacer es reconocer ante sí mismo sus propias limitaciones, sean de la índole que sean. Es algo que, si nos detenemos a estudiar a la gente de nuestro alrededor, -vicio de cualquier escritor- nos cuesta mucho, siempre somos los últimos en enterarnos de aquello que nos adolece hasta el centro mismo de nuestro ser. Y por supuesto no me libro.
Recientemente, debido a que todo cuanto trate de la red es un descubrimiento reciente, me di cuenta de algo que me tiene en un ay. Sucedió cuando al leer el comentario de un blog, me hallé una fotografía tan divina que quise agrandarla para contemplarla en toda su magnitud, y ante mi sorpresa no hubo fotografía mayor, sino llegada al perfil de blog de ese hombre, algo que me llenó de alegría porque si la fotografía es espectacular el blog no lo es menos.Y de ahí llegamos a mi miedo escénico porque si yo he podido hacerlo, alguien puede hacerlo, y eso significa que esto puede ser un pasar de lugar a lugar incontrolable, vaya, que esto pasar de una simple charla desde la comodidad de mi dulce - y en ocasiones agrio hogar- a váyase a saber dónde y qué lugar donde pueda provocar a saber qué tipo de reacción, pensamiento, convicción, etc etc.
Y como dentro de mi mente todo se embarulla, enreda, complica, simplifica, resume y concluye, sucede que si comento en otro blog como hasta ahora, aparece la foto de mi perfil, Cabo de peñas en toda su magnitud en la foto que saqué a última hora de un día de verano encapotado junto a tropecientas más. Y de ahí quien quiera puede entrar en mi blog. Claro está que si comento como Anónimo esto no sucede, incluso puedo inventarme una identidad a voleo, y tener ese nombre que siempre quise tener al final de lo que diga, mi miedo escénico me ha llevado en alguna ocasión a ello y me arrepentí al instante, uno porque me gusta hacerme cargo de mis propias palabras, para eso escribo, y dos porque al leerlas después me doy cuenta de que eran preciosas, quizá porque eran mías, y me arropan de forma especial.

Podéis llegar al blog de la fotografía preciosa desde aquí, y arriba a la derecha os encontraréis esta invitación:

RECIBE MI ABRAZO

Todo lo que encuentres en este blog es tuyo, te lo puedes llevar; nada me halagaría más que alguien que me ayude a propagar los ideales y conceptos que, siento, estamos perdiendo como sociedad. Gracias por venir.

Con eso ya sabréis que no es simplemente otro blog, es un blog de lujo.




domingo, 12 de diciembre de 2010

Pregunta al aire

¿Por qué se hace tan difícil poner el punto final, aún cuando es ya tan necesario?

sábado, 11 de diciembre de 2010

Las palabras de un maestro

Me gustan los buenos escritos, aquellos que me aportan algo, los que me aclaran de forma brillante en que consiste el oficio de escritor, los que me sacuden, los que me hacen pensar, los que me emocionan, los que de pronto me afirman que mis sueño es el mejor, y que además de ser un sueño es una forma completamente válida de vivir la vida, aunque desde alguna parte de mi subconsciente me adviertan que no, y ese no suene tan rotundo como el mismo trueno.

Desde su blog ella me ha ido aclarando muchas cosas acerca de la pasión de escribir y de la construcción de una historia. También sobre lo que es un blog, y la templanza que es una con la elegancia, el saber medir la palabra justa y los silencios. Que es justamente lo que jamás aprenderé porque mis tiempos son siempre urgentes.

Desde su última entrada ha dejado un link para leer las palabras de Vargas Llosa, el flamante ganador del Premio Novel de literatura. Son muchas páginas, y en ellas se reconoce a un hombre que ha llegado a la cumbre de su profesión por méritos propios. Reconozco -me gusta reconocer mi inmensa ignorancia porque se advierte al fondo de todo cuanto digo- que es lo primero que leí de este escritor, y también uno de los mejores textos que he disfrutado. En él se unen valor y convicción, claridad mental y expositiva, pasión, destreza, sentimiento, justicia, amor universal, y me estaría así hasta agotar todas las páginas a mi disposición. Para encontrar la única palabra que me iba repitiendo mientras leía: Sublime.

Es una de esas alegrías que uno se encuentra en su blog. Algo que agradezco infinitamente.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuando digo tu nombre

Hay canciones que parecen escritas para quienes están y para quienes no están porque se han ido más allá de las nubes. Es una sensación extraña conducir en soledad a primera hora de la mañana, escuchando de fondo esta voz de seda y terciopelo, pese a llevar dos años largos escuchándola ininterrumpidamente. Si en algún momento de mi vida alguien me hubiese dicho que alguien conseguiría cantar todo cuanto yo hubiese querido escribir no habría podido creérmelo, y sin embargo pese a que a estas horas deberían ser discos rayados me siguen sorprendiendo y desatando sin cesar nuevos pensamientos al fondo de mi mente, que parecen rescatados desde un lejano lugar, allá donde ni sabía que los albergaba.

Esta canción como tantas otras me trae recuerdos frescos a la mente, esos recuerdos que intento no desenterrar porque duelen demasiado. Y por muchos años que pasen dolerán. Esta canción me recuerda el silencioso estar de Estrella en su tiempo de enfermedad, su tiempo de tratamientos y hospitales. Con la presencia serena de Ángel siempre a su lado, esperando que al final de todo se curase para seguir adelante en su comienzo de vida, porque lo suyo no era más que un comienzo del que no se habían recuperado aún, estaban deslumbrados de conocerse. Un comienzo que no fue más allá porque a sus recién estrenados veinte años Estrella dejó de respirar, justo al comienzo de siglo. Me imagino que a él se le sigue atragantando la respiración desde que también a sus veinte años la perdió, y me imagino que nunca se ha recuperado de aquel dolor con que tuvo que dejarla en una tarde de intensa lluvia en un cementerio. También imagino que si algún día por casualidad escuchase esta canción sentiría lo que yo, que hay canciones capaces de decir por nosotros aquello que nunca diremos. Y que al saberlas cantadas de algún modo indefinido nos consuelan.





Frase

En la vida de cada hombre, sólo existe una mujer con la cual puede conseguir una unión perfecta, y en la vida de cada mujer sólo hay un hombre con el que ella puede ser completa.

Susana Tamaro

jueves, 9 de diciembre de 2010

A vueltas con el desamor

Nati llamó a media tarde y Paula lo temió, de nuevo más de lo mismo, lanzó una mirada a su marido y él asintió con esa sonrisa enigmática que no dejaba lugar a dudas.

- Sin problema, pero sólo si vamos a la cafetería que está junto a la playa, pago yo.

Nati asintió desde el otro lado de la línea, y Paula se despidió de su marido intentando desoír su queja muda, no le gustaba que lo dejase solo a media tarde de domingo. En general no le gustaba que lo dejase solo, pero sabía que Paula no se podía abstraer de una llamada de urgencia por el motivo que fuese, le gustaba demasiado colaborar en recuperar de nuevo la calma a su alrededor. Se despidieron con un beso hecho risas y se marchó. El viento fresco en las mejillas la reanimó mientras recorría el pueblo de orilla a orilla y cruzaba el parque en que los niños y no tan niños se habían reunido para charlar. Después cruzó por las vías del tren para atajar camino y vio al grupo de siempre consumiendo todo tipo de drogas, solo que cada vez era más, algo se le removía por dentro cuando les contemplaba, ellos la insultaban y la obligaban a darse prisa, como si el hecho de ser testigo de sus trapicheos fuese algo digno de contemplar. Por muchas veces que los viese ni en una ocasión dejaban de parecerle meros esclavos de su adicción.

El mar estaba tan quieto como una piscina y tan gris como el cielo. Nati tan derrumbada como la última vez, no terminaba de encajar que a sus cuarenta y dos años hubiesen vuelto a engañarla, no podía culparla porque esta vez ella misma lo creyó, hubiese jurado a pies juntillas que Alfredo era en verdad el hombre de su vida, solo que a los dos años de conocerlo fue y se esfumó. No respondía al teléfono y se había cambiado de ciudad, a través de un amigo leal terminó sabiendo la verdad, convivía desde hacía meses con otra mujer. Él se había llevado todas sus cosas al nuevo hogar, y a Nati le había dejado todas las preguntas, que se sublevaban una y otra vez en cuanto abría las ventanas para ventilar, en cuanto se metía en la cama con su soledad, o en cuanto preparaba un plato para dos en vez de para uno. Y es que Nati nunca tuvo suerte alguna para el amor. En eso pensaba mientras la escuchaba hablar y hablar dando vueltas sobre lo mismo una y otra vez, porque en realidad la llamaba para tener un oído al otro lado de ese monólogo interior que daba vueltas como el bombo de una lavadora, un bombo donde en lugar de lavar ensuciaba cada recuerdo, cada frase, cada palabra.

- En verdad te quiso, eso no lo puedes dudar.

A cada frase pronunciada se incendiaba todo alrededor, Paula lamentó haber sido traicionada por su deseo de escucharse defender una verdad, Alfredo la había querido de veras, solo que en su forma de amar iba impuesta una cierta libertad que ella no supo concederle. Por eso le terminó asfixiando entre sus muchas peticiones que solo eran miedo, miedo a quedarse sola de nuevo, que fue lo que finalmente consiguió.

- Tú no puedes comprenderme.

Esta aseveración la pilló distraída en un tímido rayo de sol que atravesó las nubes desde lo lejos, y pintó de pronto todo el paisaje a su alrededor, en verdes más verdes y azules más frondosos.

- ¿No puedo comprenderte por qué?
- Porque tú eras una niña cuando empezaste a salir con Rubén y jamás os habéis separado desde entonces, no puedes saber lo que se siente.
-¿Qué es lo que se supone que no puedo entender?
-Lo que se siente cuando te abandonan.

Paula había caído más veces en esa trampa en los últimos meses, por eso mismo negó con la cabeza y siguió escuchando las eternas quejas de Nati mientras miraba disimuladamente el reloj que había al fondo de la cafetería, le quedaba aún una hora de reunión. Dejó dos euros sobre la mesa y propuso ir a dar un paseo hasta el nuevo embarcadero, y desde allí a la iglesia, Nati asintió sin demasiado entusiasmo. El viento fresco en la cara las reanimó.

-¿De verdad te parece que no puedo comprenderte?_ Nati asintió_ pues te aseguro que en treinta años de matrimonio hay también mucho desamor.
- Nunca te escucho quejarte.
- No puedo quejarme, ha sido mi decisión, es la decisión que escojo cada día y hay etapas para todo. Pero no siempre es tan idílico como pueda parecerte. A veces hay que renunciar a muchas cosas por las dos partes por un bien común.
- Nunca te oí decirlo.
- Nunca me escuchas.

La risa de Nati llenó la tarde de alegría repentina, y Paula estuvo dispuesta a exagerar para devolverle de una vez por todas ese entusiasmo que dormitaba escondido en algún rincón.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El lugar de los sueños

El lugar donde nacen los sueños es un lugar que nadie podría asegurar, ¿quien sabe donde nacen los sueños, o por qué instalan en nosotros por primera vez? Estoy segura que a cada persona le persigue un sueño del que no puede descabalgar ni aunque quisiera. No quedará más remedio que galopar, ir al paso o trotar en pos de él, por grande que nos quede. Nosotros no elegimos el sueño que hemos de perseguir toda la vida, estoy absolutamente segura - por lo mucho que he luchado y sigo luchando contra mi sueño- que es él quien nos sigue a nosotros. Allá donde vayamos estará, susurrará a nuestro oído y nos hará ver, dormidos o despiertos, aquello que nos brotará.

Al menos esto es lo que he encontrado en sus palabras. Maravillosa forma de escribir.