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viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuando digo tu nombre

Hay canciones que parecen escritas para quienes están y para quienes no están porque se han ido más allá de las nubes. Es una sensación extraña conducir en soledad a primera hora de la mañana, escuchando de fondo esta voz de seda y terciopelo, pese a llevar dos años largos escuchándola ininterrumpidamente. Si en algún momento de mi vida alguien me hubiese dicho que alguien conseguiría cantar todo cuanto yo hubiese querido escribir no habría podido creérmelo, y sin embargo pese a que a estas horas deberían ser discos rayados me siguen sorprendiendo y desatando sin cesar nuevos pensamientos al fondo de mi mente, que parecen rescatados desde un lejano lugar, allá donde ni sabía que los albergaba.

Esta canción como tantas otras me trae recuerdos frescos a la mente, esos recuerdos que intento no desenterrar porque duelen demasiado. Y por muchos años que pasen dolerán. Esta canción me recuerda el silencioso estar de Estrella en su tiempo de enfermedad, su tiempo de tratamientos y hospitales. Con la presencia serena de Ángel siempre a su lado, esperando que al final de todo se curase para seguir adelante en su comienzo de vida, porque lo suyo no era más que un comienzo del que no se habían recuperado aún, estaban deslumbrados de conocerse. Un comienzo que no fue más allá porque a sus recién estrenados veinte años Estrella dejó de respirar, justo al comienzo de siglo. Me imagino que a él se le sigue atragantando la respiración desde que también a sus veinte años la perdió, y me imagino que nunca se ha recuperado de aquel dolor con que tuvo que dejarla en una tarde de intensa lluvia en un cementerio. También imagino que si algún día por casualidad escuchase esta canción sentiría lo que yo, que hay canciones capaces de decir por nosotros aquello que nunca diremos. Y que al saberlas cantadas de algún modo indefinido nos consuelan.





Frase

En la vida de cada hombre, sólo existe una mujer con la cual puede conseguir una unión perfecta, y en la vida de cada mujer sólo hay un hombre con el que ella puede ser completa.

Susana Tamaro

jueves, 9 de diciembre de 2010

A vueltas con el desamor

Nati llamó a media tarde y Paula lo temió, de nuevo más de lo mismo, lanzó una mirada a su marido y él asintió con esa sonrisa enigmática que no dejaba lugar a dudas.

- Sin problema, pero sólo si vamos a la cafetería que está junto a la playa, pago yo.

Nati asintió desde el otro lado de la línea, y Paula se despidió de su marido intentando desoír su queja muda, no le gustaba que lo dejase solo a media tarde de domingo. En general no le gustaba que lo dejase solo, pero sabía que Paula no se podía abstraer de una llamada de urgencia por el motivo que fuese, le gustaba demasiado colaborar en recuperar de nuevo la calma a su alrededor. Se despidieron con un beso hecho risas y se marchó. El viento fresco en las mejillas la reanimó mientras recorría el pueblo de orilla a orilla y cruzaba el parque en que los niños y no tan niños se habían reunido para charlar. Después cruzó por las vías del tren para atajar camino y vio al grupo de siempre consumiendo todo tipo de drogas, solo que cada vez era más, algo se le removía por dentro cuando les contemplaba, ellos la insultaban y la obligaban a darse prisa, como si el hecho de ser testigo de sus trapicheos fuese algo digno de contemplar. Por muchas veces que los viese ni en una ocasión dejaban de parecerle meros esclavos de su adicción.

El mar estaba tan quieto como una piscina y tan gris como el cielo. Nati tan derrumbada como la última vez, no terminaba de encajar que a sus cuarenta y dos años hubiesen vuelto a engañarla, no podía culparla porque esta vez ella misma lo creyó, hubiese jurado a pies juntillas que Alfredo era en verdad el hombre de su vida, solo que a los dos años de conocerlo fue y se esfumó. No respondía al teléfono y se había cambiado de ciudad, a través de un amigo leal terminó sabiendo la verdad, convivía desde hacía meses con otra mujer. Él se había llevado todas sus cosas al nuevo hogar, y a Nati le había dejado todas las preguntas, que se sublevaban una y otra vez en cuanto abría las ventanas para ventilar, en cuanto se metía en la cama con su soledad, o en cuanto preparaba un plato para dos en vez de para uno. Y es que Nati nunca tuvo suerte alguna para el amor. En eso pensaba mientras la escuchaba hablar y hablar dando vueltas sobre lo mismo una y otra vez, porque en realidad la llamaba para tener un oído al otro lado de ese monólogo interior que daba vueltas como el bombo de una lavadora, un bombo donde en lugar de lavar ensuciaba cada recuerdo, cada frase, cada palabra.

- En verdad te quiso, eso no lo puedes dudar.

A cada frase pronunciada se incendiaba todo alrededor, Paula lamentó haber sido traicionada por su deseo de escucharse defender una verdad, Alfredo la había querido de veras, solo que en su forma de amar iba impuesta una cierta libertad que ella no supo concederle. Por eso le terminó asfixiando entre sus muchas peticiones que solo eran miedo, miedo a quedarse sola de nuevo, que fue lo que finalmente consiguió.

- Tú no puedes comprenderme.

Esta aseveración la pilló distraída en un tímido rayo de sol que atravesó las nubes desde lo lejos, y pintó de pronto todo el paisaje a su alrededor, en verdes más verdes y azules más frondosos.

- ¿No puedo comprenderte por qué?
- Porque tú eras una niña cuando empezaste a salir con Rubén y jamás os habéis separado desde entonces, no puedes saber lo que se siente.
-¿Qué es lo que se supone que no puedo entender?
-Lo que se siente cuando te abandonan.

Paula había caído más veces en esa trampa en los últimos meses, por eso mismo negó con la cabeza y siguió escuchando las eternas quejas de Nati mientras miraba disimuladamente el reloj que había al fondo de la cafetería, le quedaba aún una hora de reunión. Dejó dos euros sobre la mesa y propuso ir a dar un paseo hasta el nuevo embarcadero, y desde allí a la iglesia, Nati asintió sin demasiado entusiasmo. El viento fresco en la cara las reanimó.

-¿De verdad te parece que no puedo comprenderte?_ Nati asintió_ pues te aseguro que en treinta años de matrimonio hay también mucho desamor.
- Nunca te escucho quejarte.
- No puedo quejarme, ha sido mi decisión, es la decisión que escojo cada día y hay etapas para todo. Pero no siempre es tan idílico como pueda parecerte. A veces hay que renunciar a muchas cosas por las dos partes por un bien común.
- Nunca te oí decirlo.
- Nunca me escuchas.

La risa de Nati llenó la tarde de alegría repentina, y Paula estuvo dispuesta a exagerar para devolverle de una vez por todas ese entusiasmo que dormitaba escondido en algún rincón.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El lugar de los sueños

El lugar donde nacen los sueños es un lugar que nadie podría asegurar, ¿quien sabe donde nacen los sueños, o por qué instalan en nosotros por primera vez? Estoy segura que a cada persona le persigue un sueño del que no puede descabalgar ni aunque quisiera. No quedará más remedio que galopar, ir al paso o trotar en pos de él, por grande que nos quede. Nosotros no elegimos el sueño que hemos de perseguir toda la vida, estoy absolutamente segura - por lo mucho que he luchado y sigo luchando contra mi sueño- que es él quien nos sigue a nosotros. Allá donde vayamos estará, susurrará a nuestro oído y nos hará ver, dormidos o despiertos, aquello que nos brotará.

Al menos esto es lo que he encontrado en sus palabras. Maravillosa forma de escribir.

martes, 7 de diciembre de 2010

El respiro quieto

En este libro se recogen las impresiones de Susana Tamaro acerca de su oficio. El precio que ha pagado por ser una de las escritoras más leídas en su país. Su concepción de la escritura, sus recuerdos de infancia y su visión del mundo actual.
Es una gran entrevista en la que responde a preguntas muy concretas sin irse por las ramas. Afrontando un modo muy personal de hacer las cosas y donde sorprende por su sencillez y profundidad en los planteamientos. Reconozco que nunca leí nada suyo, pero conecto con su modo de entender la literatura.

El proceso de escoger un libro dentro de una biblioteca es algo que me fascina, ese buscar un mundo que amplíe el tuyo sin saber donde hallarlo, y esa casualidad que hace que te lleves a casa justo aquello que buscabas. Pues bien, esta temporada a penas puedo leer, pero es que sin saberlo busco algo muy concreto, y solo cuando lo encuentro me quedo a leerlo hasta el final. He necesitado muchos marcapáginas para quedarme con aquellas palabras que he destacado. Ha sido un enorme placer encontrarme con un libro así. Dejo algunas frases de este libro:

No se escribe porque se conozcan "trucos", se escribe porque se tiene una visión del mundo y esa visión tiene algo que decir.
Escribir es muy fatigoso, a veces aburrido, duro, lento, y casi nunca proporciona un reconocimiento social inmediato ni ganancias para permitirse vivir de ello. Yo necesité diez años para encontrar un editor dispuesto a publicar, y en estos diez años ni por un instante pensé que escribir no fuera mi vida.

De su evolución como escritora asegura que ha recorrido un camino hacia la simplicidad porque considera que es el estado más difícil e importante de conseguir. " Todo mi trabajo ha crecido y se ha desarrollado alrededor de una reflexión espiritual, y mi estilo se ha modificado y crecido al compás de esta reflexión".

Me han sorprendido varias cosas en este libro:

Que ha sido perseguida por la visión religiosa que aparece en todos sus libros, desde el enfoque de alguno de sus personajes. De la cual parece que la crítica ha deducido que es un modo de espolear la venta de sus libros, y de la cual se defiende asegurando que hay una firme coherencia entre lo que piensa y su estilo de vida. No entiende el porqué se la ha tratado tan mal desde una parte de la crítica en su país cuando su existencia entera está dedicada a la espiritualidad , y por lo tanto sus libros están fuertemente influenciados por esa visión del mundo. Que es algo que irrita sobremanera - en su opinión- a casi la totalidad de los medios de comunicación.

Afirma que la escritura le ha mejorado únicamente la cuenta bancaria. Por lo demás no considera que haya obtenido beneficio alguno por publicar, más bien lo contrario. Y afirma que no tiene hijos porque no podría dedicarse a escribir y al cuidado de los niños, por lo duro que es un oficio al que hay que dedicarle absolutamente todo.

Este es el modo en que intento resumir el contenido de 94 intensas páginas en que ni una sola línea tiene desperdicio. Me encanta la visión del mundo de esta mujer, que asegura que un hombre escritor suele tenerlo más fácil porque es más fácil que una mujer renuncie a sus ideales por el de la persona que ama, y cuide de todo su entorno, casa y niños mientras él escribe.



domingo, 5 de diciembre de 2010

Dudas

Un itinerario de eternas dudas casi todo el tiempo. Preguntas sobre lo correcto o lo incorrecto. Lo bueno y lo malo, la necesidad o la no necesidad de estar aquí, en este ahora virtual. Un sí pero no, un tal vez acompañado de un quizá y de un no sé.
¿Puede prepararse un plato de comida con todo esto? ¿Y si se puede qué tipo de plato saldría?
¿Un libro?; ¿Qué tipo de libro saldría?, ¿Un silencio? Sería un silencio acompañado lleno de agujeros como un queso holandés.
Sin respuesta válida por el momento...

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sí podrás

Podrás sembrar paz donde sólo había guerra
seguridad donde sólo había duda
bienestar donde sólo había inseguridad
calor donde sólo había frío
risa donde sólo había dolor,
palabras donde sólo había silencio.
Lo sé porque lo he intentado y lo he conseguido,
inténtalo y también tú lo conseguirás.
Cuatro ojos siempre ven más que dos,
hay una orilla donde nunca mirarían,
descríbela y la verán por ti.