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martes, 1 de diciembre de 2015

La vida es un vals, un paso adelante y otro paso atrás

Al teclado del ordenador se le estropearon los acentos. Tal vez sea casualidad, o un grito mudo. Poco a poco me voy envolviendo en el silencio. No me gusta nada la realidad global, no me gusta la brecha que crece entre los poderosos y los carentes de poder. Voy enmudeciendo en un recoger las fuerzas que me quedan para los trajines diarios. Los sueños subyacen aparcados a la espera de que vuelvan a tener sentido alguna vez o a que se acomoden para dejar paso a la cotidianidad. Es cierto que antes escribía para rellenar algunos huecos y que ahora las palabras escritas se han quedado al margen para dejar paso a las palabras dichas. Y que lo dicho con delicadeza extrema ha surtido efecto. Dicho efecto ha movido montañas de nubarrones negros que no dejaban apenas asomar la luz. Y ahora la luz es tan diáfana que escribir es casi innecesario. También es cierto que en el fondo nunca deje de luchar contra esta necesidad de escribir en la que lo escrito necesitaba de otra corrección y luego otra, y otra mas. Había mucho desgaste en ello que acabo matando la ilusión.

El presente necesita tanto esfuerzo que siempre me pareció que iba perdiendo fuerzas que necesitaría después para algo importante de verdad. ¿Que es importante se dirá? La casa y su mantenimiento, la familia, los amigos, los animales que tenemos, el confort. Ver atardecer desde la terraza sabiendo que cada día nace y muere, que cada instante es irrepetible y que es sano no desear nada mas que ser y estar sin que nos falten aquellos que tenemos y consideramos nuestros. Es prodigioso rodearnos de ellos y saberlos nuestros, mientras ellos viven su vida intentando dejarnos atrás.

Estoy -estamos- en ese momento en que nuestros hijos miran hacia otros horizontes y quiero acaparar cada momento. No quiero perderme ese momento en el que me miren a los ojos y me noten ausente mientras pienso en un comienzo de relato o un final. Ya hubo mucho de eso. Quiero estar en el presente de sus vidas, de mi vida, sabiendo que no preciso nada mas que verlos felices con sus sueños mientras velo que les lleven a buen puerto. A días felices donde salgan fortalecidos de cada dificultad.

Son días sin sobresaltos, sin prisas, sin pausas, días de planes por proyectar. De noches con sus estrellas, de grandes heladas que preceden mañanas bien soleadas. Días que se viven sin presenciar las horas del minutero. Sabiendo que el pasado ya no retorna y que este presente privilegiado, sin que nos demos cuenta se queda atrás.

Eso, que como canta Diego Torres, La vida es un vals

Una canción llena de alegría y mucha verdad. Que nos recuerda que llegan las votaciones y hay que salir a votar, para intentar cambiar todo aquello que nos gusta de esta sociedad. Por ejemplo que unos tengan tantos privilegios y otros tan pocos. Nos hace falta un poquito de equidad. Y dejar atrás pasados turbios de personas que usaron su poder para enriquecerse a costa de la pobreza de los demás. Unos pocos que dañaron a tantos y con tan poco escrúpulo.
Con ellos tolerancia 0


martes, 17 de noviembre de 2015

Una llamada a la sensatez

A veces uno ve la televisión, lee la prensa, escucha la radio o habla con sus vecinos y se siente un tipo raro. Alguien que percibe cosas que nadie dice, que nadie piensa, que nadie ve. Y se siente mas solo que nunca, como escapado de un tiempo al que no puede volver. A veces uno querría decir muchas cosas pero se mantiene en silencio, porque solo el silencio parece amoldarse a la sensatez. Después de eso, indaga y espera que alguien sepa sentir o explicar mejor aquello que siente el. 

Desde este espacio modelado a mi manera quisiera darle las gracias a Miguel Pascuau por tener la sensatez de saber pensar y saber comunicar con esa aparente facilidad y absoluta perfección aquello que piensa. Que es sin duda lo mismo que pensamos muchos, aunque a veces hasta nos mantengamos callados para lo mas peligroso de todo, volvernos silencio cuando todo lo que nos pide el cuerpo es gritar. Todas las victimas de cualquier conflicto son igual de victimas. Igual de dolorosas. Igual de necesarias en un mundo que han dejado atrás. 

Os dejo la entrada de blog de un escritor que convierte las palabras escritas en reflexiones, capaces de hilvanar un mundo lleno de rotos por coser. 











domingo, 8 de noviembre de 2015

Los besos en el pan, de Almudena Grandes

En los últimos tiempos en nuestro país se ha ido escribiendo una historia de penurias que algunos nunca imaginamos llegar a contemplar. Que otros nunca imaginaron llegar a vivir. Si bien hay quienes ni lo vieron ni lo padecieron, a fuerza de mirar para otro lado y poder gozar de otro poder adquisitivo, que ademas de elevar la mirada, les sostiene en el confort, cuando no en el lujo.

Desde hace mucho tiempo me ronda una novela que no me puse a escribir. Es una novela llena de ingredientes sacados de la áspera realidad. Extraída de la desolación de ver como las injusticias siguen campando a sus anchas, eso por un lado, por otro la corrupción de distintas formas pertrechada, que si algo conserva en común es su irresolución.

A veces hay palabras que nos rondan por la cabeza mientras seguimos con nuestra vida y las tareas que nos impone. Palabras que masticamos una y otra vez. Mientras esperamos que pasen de largo y suceda el milagro de que alguien las recoja y tenga el talento necesario de hacer algo útil, o hermoso, o fructífero con ellas. Si algo hemos aprendido es que la vida guarda una misión para cada uno de nosotros y que no todos podemos ocupar el mismo lugar. Cada cual ha de ocupar el suyo. Y todo es cuestión de paciencia.

Esta entrada es solo una excusa para dejaros una entrevista de alguien que escribió un libro que ahora presenta:


Almudena Grandes y su última novela, , en

lunes, 26 de octubre de 2015

Miedo

Como un freno dispuesto
a no dejarte ser
aparece de nuevo
una y otra vez

deberías aprender
a no hacer caso

deberías atreverte
a tomar tus decisiones
y equivocarte tantas
veces como necesitaras

para saber que la vida pasa
y no es tanto acertar
como vivir plenamente
cualquier circunstancia

el miedo es el reto a vencer
en esta sola oportunidad
que se desliza despacio
mientras la alcanzas.

martes, 20 de octubre de 2015

Pequeños grandes talentos

Hace unos días mi hijo me recomendaba un vídeo de una niña que aprendió a cantar ópera sin haber dado jamás una clase de canto, solo siguiendo los tutoriales de YouTube. No siempre tengo tiempo para ponerme a ver en el momento las cosas que me recomienda porque a veces el tiempo nos parece más necesario para usarlo en todo aquello que se nos dijo desde siempre que tiene más prioridad.
(Debemos aprender a determinar qué es para cada uno de nosotros lo MÁS importante; aquello que de verdad nos enriquece la vida tras su descubrimiento).

A veces los mejores regalos son gratuitos, de modo que podemos regalarlos a otros para que los disfruten. Este regalo en concreto fue de los mejores que disfruté en mi vida. Tal vez porque es de los que uno jamás podría llegarse a imaginar. Si antes me entusiasmaba leer o escribir, ahora me gusta recopilar trozos de belleza que me recuerden que este lugar al que venimos, desde donde ni sabemos, es de veras especial.

Amira Willighagen, la niña que aprendió a cantar con tutoriales de YouTube, cantando una de las canciones más bonitas que ha creado la historia:

www.youtube.com/watch?v=FR3-qDDEfwQ



sábado, 10 de octubre de 2015

Entre el adiós y el hola

La vida resta y la vida suma,
incluso usando el mismo día.

Me hago preguntas 
que no puedo responder,

pero a la larga la vida
termina respondiendo:

Acepta y sigue adelante
aunque no puedas comprender

Y vive, pues ten por seguro
que solo se vive una vez.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ayudas que tardan mucho en llegar

Huyen de la guerra, buscan un país que les acoja con amabilidad mientras quienes destruyen su país desaparecen de su faz, para poderlo habitar de nuevo en paz. Las imágenes se repiten a diario y causan escalofríos de solo imaginar que tú y yo también podríamos correr la misma suerte mientras las manos indecisas se frotan sin ayudar.

No sabemos si acaso podemos elegir nuestro destino o si acaso estamos atados a lo ya previsto.

Pero en todo caso hay algo cierto, estamos terminando el mes de Septiembre de 2015 y nuestra obligación es la de ser tan solidarios como podamos. Nuestra obligación es dejar de mirarnos el ombligo y ser capaces de ayudar a quienes nos necesitan de la forma en que podamos. Hay que buscar nuevas fórmulas de seguir soñando un mundo más justo y ponernos en marcha. Hay tantos niños sufriendo y tantos padres cargándolos en sus espaldas con tanta incertidumbre que hasta el corazón más fuerte está a punto de reventar. Hay sufrimientos tan inconmensurables que solo cabe confiar en que sabremos resolverlo todo antes de que sea muy tarde.

Quienes no somos inteligentes esperaremos que quienes presumen de ello se pongan a inventar esa fórmula que de cabida a eso de lo que presumimos: Somos humanos. Todos venimos del mismo sitio e iremos al mismo lugar cuando terminemos la cuenta atrás. Solo podemos ayudarnos los unos a otros porque todos venimos dotados de esa capacidad.

Demostremos que todo aquello de lo que presumimos es real. No esperemos más.