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martes, 31 de marzo de 2015

Una canción capaz de atravesar las nubes, por favor

Podría decir muchas cosas, pero a veces consigo callarme y no decir nada porque entiendo que no es necesario. Quizá porque todo lo que puedo decir ya está escrito en mi mente y recopilarlo sería demasiado doloroso, quiero pensar que de alguna manera todo está recopilado en alguna parte de este blog tendente a recopilar todo.

Hoy voy a ponerte la canción que más veces canté durante mi infancia. Era mi cantante preferido y nunca me cansaba de escucharlo, eso me sucede aún hoy. Alguien que por fortuna aún sigue cantando con su propia voz. La vida está poblada de contradicciones que hay que asumir. No está mal ponerte una canción en un día como hoy, en el XXI aniversario del día que te sumió en el silencio para siempre, o tal vez no.



Un beso y una flor, de Nino Bravo


www.youtube.com/watch?v=r-OvqPW3j6c

lunes, 30 de marzo de 2015

Con el retumbar de pasos aquí y allá

Llega la Semana Santa con todas las contradicciones que en mí se producen, pero con una sola conclusión: Dios está en todas partes, eso es lo que llevo oyendo desde que tengo la capacidad de entender lo que me dicen. De modo que me siguen fascinando las iglesias, si bien no frecuento misas ni rituales, me atraen por el conjunto de belleza y antigüedad que respiran, algunas me producen una paz intensa y otras enorme inquietud. Hay imágenes que parecen tan reales y que contienen tal carga de sufrimiento que me escalofrían, me llevan a mirarlas de reojo y a salir pitando; aunque es algo que pocos llegan a comprender.

-Jesús, mujer, ni que acabaras de salir de la casa del terror.
-Nuestros terrores nos siguen a donde vamos, y a veces nos espantan donde menos nos lo esperamos.

El viernes por la tarde, que ya era noche cerrada, con un cielo cargado de nubes sobre un mar oscuro y una media luna en lo alto, iba caminando sola junto a la iglesia. El frío era intenso y M. se quedó aparcado con unos amigos. Prefiero pasear acompañada, porque eso me da pie a decirle a alguien en voz alta aquello que se me ocurre y también puedo escuchar opiniones distintas a las mías o procurarme algún escudo contra algunos de mis miedos y hacerlos desaparecer tal como desparece el humo de la cocina cuando abrimos una ventana. Iba caminando sola, decía, por un lugar tan solitario siempre en cuanto cae la noche y concurrido durante el día, cuando el grupo de ensayo de los pasos de Semana Santa comenzó con su pum-pum-pum requetepúm, requetepúm, pum pum, y vuelta a empezar, que hace unos años me hacía salir de allí escopetada. Envuelta en un terror incomprensible pero seguro que hasta ancestral. Ese que alguna vez te resultó tan absurdo cuando te aseguraba que ese retumbar en plena noche junto a la iglesia y la vera del mar, tenía una mezcla de tantas cosas que me era imposible de aguantar. Aún podía sentir la forma en que solías agarrar mi mano y me hacías andar, como tratando de que caminara no ya sobre las baldosas grises, sino sobre mis miedos.

El viernes no estabas allí para verme, pero recordando la charla que tuvimos en años pasados acerca de lo mismo, seguí caminando, diciéndome aquello que desde el púlpito de la misma iglesia me contaron cuando era niña: Dios está en todas partes. Desde el mismo momento en que pude racionalizarlo me hice egoísta; lo llevo conmigo siempre y cuando estoy sola sé que aunque no pueda verlo ni oírlo, él me comprende. Admito que es difícil, pero entre su cúmulo de virtudes se le atribuye la de un poder infinito de comprensión. Así que por qué no. En medio de aquel redoblar de tambores que el eco de las olas llevaba desde una esquina a la otra del puerto con su pum-pum-pum requetepúm, requetepúm, pum pum hice el paseo un kilómetro entre ida y vuelta. Antes de regresar hacia la multitud que tanto te apasiona, volví a pedirle que me cuide a aquellos que ya no están, y que les envíe recuerdos. No tuve necesidad de rogarle que les cuide bien; sabiendo como me cuida lo doy por hecho.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Nieve de primavera

Es curiosa la mezcla que se produce en estos días, nieve en las montañas, cielos despejados junto al mar, dientes de león creciendo por doquier, con sus amarillos soles bajo la luz del único y resplandeciente sol, allá entre los tules que se juntan para formar nuevos algodones de agua, que se van oscureciendo paulatinamente para dejar paso al aguacero.

Verde aterciopelado salpicado de blancas margaritas silvestres. Fuertes contrastes entre cielo, mar y tierra. Hay que dejar un espacio diario para mirar alrededor y recargar pilas. Para detenernos a pensar en que somos afortunados por poder disfrutar de un nuevo día. Solo eso, que incluso alguna vez se nos olvida. Es imprescindible recordar que a veces lo que parece tan sencillo no lo es tanto

...y que un día no será.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Criadas y señoras, de Kathryn Stokett

De nuevo vuelven a demostrarnos lo fácil que es despedir a los trabajadores, dejarlos en la calle después de veinte o treinta años de desempeñar el mismo oficio. Algo de verdad impensable hace unos años. Parece tan sencillo inventar fórmulas para que las mayores atrocidades sean cometidas tal como si nada pasase, que a veces uno cree que ya no podrán volver a sorprenderle, pero sin duda lo conseguirán.

Con este panorama por delante uno va dejando de leer e incluso de escribir, para no tener que chocarse con una irrealidad relatada en diversos libros, que nada tiene que ver con la realidad que sucede a tiempo total. Uno deja de escribir para no terminar escribiendo sobre lo mismo, salpicando al mundo su desencanto, o su inconformidad. O para intentar ocuparse en lo que se considera "fructífero" en nuestra sociedad. Aunque sea pulir y abrillantar. Pulir y abrillantar tu hogar desde la mañana a la noche, si eres mujer, está realmente cotizado, en eso poco o nada hemos avanzado. Pulir y abrillantar siendo hombre estaría considerado fatal.

Para quienes recargamos pilas leyendo, es imposible mantenernos alejados de los libros. Hace semanas intentaba leer un libro cuyo título no desvelaré, en el que una autora extranjera no hacía más que relatarme las vidas perfectas de sus personajes, todos altos y guapos, todos ricos; a los que les pasaban las cosas más inverosímiles que puedan hallar lugar en los fenómenos de la naturaleza. Un libro mal escrito, mal contado, aburrido a rabiar, que abandoné pese a que en el fondo deseaba saber qué pasaría con todos ellos, dentro de sus trescientas y tantas páginas...pero me faltó el cuajo necesario para desear saberlo de verdad. Mirando en wikipedia los libros publicados por esta escritora me sorprendí, pasaban de los cien. He aquí alguien que vive sobradamente de sus ventas, juzgando el libro que tengo en casa jamás me lo hubiese creído, doy fe. Si bien tengo que decir que la editorial en que publica no es de las buenas. En las buenas cualquier criba la dejaría atrás.

Junto a ese libro del que hablo, que compré por veinte céntimos junto a una remesa de libros bastante recientes, compré otro a la tercera parte de su precio real: "Criadas y señoras", de Kathryn Stokett, una verdadera delicia para los sentidos, con una portada exquisita literalmente y un contenido contundente y divertido. De una realidad aplastante y un ingenio que lo hace muy valioso a mi ver. Es el libro perfecto para mi ánimo en estos tiempos en que dejar a los trabajadores en la calle resulta tan barato y tan sencillo, con esas fórmulas que los interesados actualizan de vez en cuando, junto a otras fórmulas que legalizan ciertos dineros obtenidos de manera fraudulenta. Parece que todo vale para según quién. Aquí el que no se deprime es porque anda demasiado ocupado; ocupémonos pues.

Os dejo información de Criadas y señoras, de Kathyn Stokett un libro que ocupará un lugar importante entre mis estantes, el libro que en este momento más me apetece leer ;)

http://www.quelibroleo.com/criadas-y-senoras


jueves, 12 de marzo de 2015

Un recordatorio sin más

Seguiremos adelante con cada sueño
sin darnos por vencido
porque un propósito firme
no se debe abandonar
ni en tiempos tan nefastos 
como estos.

martes, 10 de marzo de 2015

Apretando tuercas otra vez

De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que jugar con los empleados de cualquier fábrica, o de cualquier empresa, o de cualquier negocio es demasiado fácil. Que la palabra dada no sirve de nada cuando no existe conciencia de debilidad. Que cuando se tienen todas las cartas sobre la mesa es muy sencillo hacer trucos de magia en los que siempre pierda el asalariado.
Porque ¿Quién defiende al trabajador? En teoría muchos grupos, pero en realidad nadie, cada uno está indefenso ante su propia suerte y cuanto más endeudado peor. Así se vuelven más manejables incluso y venden a quien tienen al lado. De todos los trabajadores, para un empresario, este es siempre el mejor, y van a la caza y captura. Digamos que en este punto los bancos y los politicuchos baratos, que se venden mejor que nadie, son quienes aguillotinan. Quienes condenan a los estropicios que a diario suceden dentro de cualquier empresa. Si esta da beneficios se pasan directos a la cuenta del jefe y si los beneficios no son tantos se comienza a recortar el salario de los trabajadores. Si unos aguantan el tirón, se prueba con otros, y si no hay igualdad, tanto da. Con la excusa de los malos tiempos estiran más y más la cuerda hasta llegar a ahorcar. Uno menos no les duele, cuando hay una lista interminable de gente queriendo entrar.
La sensación que tengo es que la palabra dada no sirve. La gratitud no existe. Un empleado nunca se exprime lo suficiente. No sangra lo suficiente. No se rebaja lo suficiente. Y suerte de aquel que se hace valer. Que ya no cree en esa educación que se usa de forma tan subrepticia para extorsionar. Suerte de aquel que conoce a su jefe y hace que este le conozca a su vez. 
Suerte de aquel que con mucho esfuerzo ha ido pagando sus cuotas y sabe cuanto le necesitan y cuanto vale. Suerte de aquel que comprende que el jefe tiene el puesto de trabajo, pero él la mano que obra que los saca adelante. Y que dentro de su empresa, diga lo que diga el jefe, todo depende de él.
De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que en pre campaña electoral intentan idiotizarnos con trucos de magia, pero aquí lo que cojea es el trabajo, y sin trabajo no se come. Sin trabajo de un día para otro te quedas tirado en la calle. Nos sobran los ejemplos.
Leo un titular en la prensa: "Incertidumbre en Alcoa tras anunciar la firma que proyecta cierres de fábricas". (En diciembre de 2014 juraron un año entero de tranquilidad. Parece que ahora los años solo duran tres meses, si quienes se creen con todos los derechos del mundo lo quieren): Podríamos cambiar el nombre de Alcoa por tantos como queramos, la cosa está mal, pero parece que no hay que alarmarse, los bancos y los politicuchos están felices. De un tiempo a esta parte parece que vivo en Marte,  o en una pesadilla, da igual, si tuviese la cordura suficiente para pensar, pensaría que me cambié de país por despiste. Siento que la palabra dada no sirve, pero quién soy yo para decirlo, si hace años me comprometí a tener un libro listo en el plazo de un año y no lo cumplí. La realidad me abofetea a cada paso, y lo siento si no puedo meterme de lleno en esos mundos gloriosos que alguna vez imagino y contrastan de tal forma en el presente que incluso lo insultan. Lo siento si regreso al presente para quedarme aquí.

Lo bueno es que al final venceremos...o en su versión peor, tendremos que cambiar de país. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Reflexión en voz alta

Escribir significa verter el alma, dejarte un trozo de la misma y compartirla con el mundo. Escribir exige desnudarte ante ojos curiosos y perder el miedo, aunque éste nunca se pierda . Escribir es el acto más profundo de confesión que pueda existir. 


Miguel Ángel Moreno



Comparto esas palabras al cien por cien. Se puede decir más alto pero no más claro. Escribir, para quienes hemos adquirido el vicio es irnos dejando jirones de piel. A veces es extenuante. Agota hasta los límites de uno mismo. Pero no sabríamos vivir sin escribir.

A veces, si se es lo suficientemente bueno y constante se obtiene un premio. Pero para poder llegar a eso lo primero de todo hay que saber concluir. Sin concluir una obra no podría presentarse ante el mundo. No obtendría ni un solo lector. Son los lectores quienes obran la otra parte del milagro necesario para que se conozca la obra de cualquier autor.

Si quieres saber lo que cuenta y como lo cuenta, aquí te dejo una invitación a su Blog