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sábado, 10 de mayo de 2014

Hora de abandonar o de comenzar en serio

De un tiempo a esta parte me pregunto más que nunca si es hora de dejar este sueño de escribir o de comenzar a hacerlo de la forma en que requiere. Cada vez soy más consciente de que escribir no es un sueño, es un trabajo, si se quiere hacerlo bien hay que formarse y estar inmerso en un continuo aprendizaje, que también tiene mucho de voluntad.

Es una inversión de tiempo que si se utiliza para ello restará para lo demás y a veces los demás son muy exigentes con nuestro tiempo, más si se es mujer, porque las tareas que nos caracterizan a lo largo de la historia nos esperan a nosotras; de tan aburridas ni las voy a mencionar, las sabemos de sobra.

No sé lo que opinaréis, a mí me gusta ser libre para decidir qué escribo y cómo lo hago; pero sé que sola no puedo, que necesito ayuda profesional. Solo quienes nos exigen ser mejores logran que lo seamos, eso en todos los campos. En este momento, no sé para cuando, opino que necesito ingresar a este lugar:

Por si no lo conocéis, lo comparto, tal y como me decían de pequeña, el saber no ocupa lugar.

jueves, 8 de mayo de 2014

Mirando con lupa alrededor

De un tiempo a esta parte Margarita se dedica a apuntalar su tesis de que la ley no es igual para todos. Un día tras otro lo constata en las noticias, te muestra claros indicios y te anuncia que de momento dejará sus sueños en barbecho.

 -Así no se puede soñar.
-Deberías dejar de obsesionarte con eso- le dices-. La vida siempre fue así.
-Pero a mí me deprime de una forma que no te podrías imaginar.
-Ya, pero a nadie le arregla nada tu depresión. Es una etapa, al final todo cambia.
-No. Lo malo es que nada cambiará.
-Puede, pero no debemos ir perdiendo la esperanza. Ella es todo lo que nos sostiene...

De un tiempo a esta parte tiemblas cada vez que Margarita dice que se pasará por tu casa a verte. Te dices que no se debería quejar, porque a ella nada le va mal. Intentas animar todos sus días ofreciendo cada día una sonrisa recién comenzada, y al cabo puedes hacerlo porque tienes vida.

Cuentas marcha atrás todos los días que desde hoy pueda tardar en dejar atrás esta etapa de lamentarse por la situación del mundo. La esperas con ilusión porque al menos ella puede formular en voz alta todas las quejas que para otros son puro conformismo. Apuras los rayos de sol antes de que ella llegue cargada de nubes negras, con ellos, llenarás sus bolsillos antes de que se vaya, a escondidas de la misma primavera de tallos en flor.

sábado, 3 de mayo de 2014

Dichosas cookies

De un tiempo a esta parte cada página que consulto avisa de que la página web que visito hace uso de las cookies para facilitar la navegación. Tengo un empacho de cookies que ni os cuento. En general empieza a cansarme bastante este mundo internáutico cuyas terminologías no entiendo, creo que es un síntoma inequívoco de que en cierta medida me estoy cansando de todo lo que nos controla, no sé. El caso es que hoy es mi propio espacio, Días de lluvia, el que avisa de eso, de que hace su propio uso de cookies. ¿Dónde está la tecla que me permita quitarlo? De momento no lo entiendo y solo acuso el cansancio de que se nos controle tanto y nos lancemos de lleno hacia ello.

Creo que no hace falta que diga que soy de pueblo y que cada vez estoy más contenta de vivir rodeada de naturaleza, aquí donde casi todo es silencio. Rumor de ríos, irrupción de flores silvestres que crecen lentas lo mismo que el tiempo, trinar de pájaros por doquier, verdes campos; frondosos árboles, nubes que se dibujan y desdibujan todo el tiempo.

Dichosas cookies, dichosa forma de controlarnos todo el tiempo, que no sé de qué modo se detiene; luego me quejo.

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lunes, 28 de abril de 2014

Aprender es insistir




Eso resolví después de conseguir añadir letras a una fotografía tomada hace unos meses en uno de mis rincones preferidos del Cabo Peñas. Lo de añadir letras lo conseguí, pero ponerlas abajo a la derecha que era donde quería, no hubo forma.

Ese día el sol irradiaba con tal fuerza que dejó unos bordes como de pintura, adelantando un verano que parece teñirlo todo de alegría y que ya puede intuirse desde aquí.


viernes, 25 de abril de 2014

En el caso de mi muerte...

Me hubiese gustado que la paz
se hubiese hecho entre los países
y morir entre tus brazos,
no en este evitable ristre

Me gustaría que el sol
se filtrase por la ventana
mientras aferrado a tu mano
te digo que hasta mañana

Me gustaría decir
que en el caso de mi muerte
te lo dejo todo a ti,
y decírtelo de frente

Pero estoy en esta guerra
temblando de miedo y frío
con hambre en el estómago,
y mucha más de los míos

En el caso de mi muerte
no quisiera estar aquí
sino en mi pueblo bendito,
en mi casa y junto a ti

Todos en paz como hermanos
hermanos todos en paz,
en el caso de mi muerte
nada desearía más.


Pd: Surgió de aquí:

"En el caso de mi muerte..." Los testamentos de los soldados de la I Guerra Mundial



jueves, 24 de abril de 2014

Estoy barriendo el desierto

De entre todas las cosas que tuve que oír por parte de mis hijos -hay que tenerlos para saber que siempre serán nuestros mayores críticos porque son quienes más tiempo dedican a observarnos, aunque tal vez nunca lleguemos a agradecerlo-, anteayer escuché la que más me impactó, justo eso, que mientras recorro incansable mis archivos intentando terminar a mi gusto una novela, me dedico a barrer el desierto.

No me quejo, porque quejarse no conduce a nada, pero no dejaré de escribir básicamente por dos causas, la primera, porque mientras recorro incansable mis archivos creo que otra forma de vida es posible, una en la que los dirigentes puedan dirigir bien el mundo, esto es: hacer más agradable el mundo en el que todos vivimos, algo que solo es posible si todos tenemos los mismos derechos: al trabajo, a un salario digno y a la sanidad; en el mundo entero, claro. Y otra es que mientras escribo intento superarme todo el tiempo, en mi propio intento de poder hacer visible esa historia a la que dedico tantas horas que no me sobran. A la pregunta de si seré capaz de hacerlo, creo que no importa, que soy feliz mientras lo hago y que con eso cumplo conmigo y con los demás. Vuelvo plena de felicidad al mundo después de ello.

Ahora pasaré a enumerar algunas de las muchas veces que en verdad barro el desierto (Ya no es que barra en el desierto, lo cual sería barrer un trocito, no, es que barro el desierto entero, algo tan agotador como inútil; esa imagen me agota):

- Cuando intento ver algo bueno en televisión y solo emiten programas casposos en los que la gente chilla, patalea, miente, y además cobra una pasta gansa sin aportar nada que sirva a la sociedad. Lo único bueno es que puedes accionar un botón y mandarlos a la porra, vayan juntos o revueltos.

-Cuando voy a la compra y los precios de todo han vuelto a subir y mi sueldo vuelve a quedarse tan pequeño. Algo que quienes manejan las estadísticas generales saben que ocurrirá pero no pierden el sueño.

-Cuando recojo la casa en la que vivo una y otra vez sin resultado alguno porque quienes viven conmigo vuelven a dejarla como una leonera, como si mi tiempo y mi energía fuesen inagotables y no me restasen minutos de hacer lo que en verdad prefiero. Que por lo que parece es barrer el desierto.

-Cuando sé lo cerca que están las elecciones y escuchando a unos y a otros, todos me dan tanto miedo, porque en cuanto ganen por mayoría volverán a tener el poder de hacer con mi vida lo que les de la gana. Con subir los precios o bajarlos tienen el poder de hacernos felices o desgraciados; variando las leyes, ya ni te cuento.

Podría hacer una lista tan larga que no quedase pantalla para abarcarla, pero este lado del desierto me aburre, me voy al otro, aquel en el que se supone que he de vivir todo el tiempo ;-)



martes, 22 de abril de 2014

Verbo retuitear

Es gratificante que un libro que te gusta traspase las fronteras para llegar hasta nuevos lectores y conseguir emocionarlos en su propia lengua. Son muchos los libros, pero hoy se celebra este:

DERRIÈRE LES MASQUES, la edición francesa de BUSCA MI ROSTRO. Lanzamiento el 5 de mayo de 2014. Mon nouveau...