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viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentin sin tu rosa

Cada San Valentin pasaba por la casa de Manuela y la encontraba demasiado atareada para celebrarlo. La esperaban tantas faenas, que cuando su marido llegaba de la huerta con una rosa roja de terciopelo para ofrecérsela con esa mirada, ya más de complicidad que de amor, o eso pensaba ella, le regañaba. Solía decirle que se dejara de tonterías y buscase algo productivo que hacer.

Hasta esa mañana de San Valentin de 2014 que despertó al sol de la mañana y quiso su rosa de cada año...y él ya no estaba para dársela. Entonces lloró rememorando cada rosa aterciopelada que recogió durante sus cuarenta y seis años de matrimonio. En la casa del valle, donde los cerezales custodiaban los cuatro puntos cardinales y la lluvia regaba los campos para volverlos más verdes en cada primavera. LLoró al pensar en el ramo de rosas rojas que a mediodía dejaría sobre la tumba de Francisco, con esa mirada triste, con que esperaría reposar a su lado, para pasar juntos la eternidad entera.

jueves, 13 de febrero de 2014

Un libro que quiero leer

A mí si me suena la palabra linfoma. El por qué es tan triste que no lo diré, escribí alguna vez una novela sobre todo ello. La única que terminé, lo cual quiere decir que no la volví a leer. O que al hacerlo no volví a cambiar ni una coma. Todo lo que está en ella, está. Fue un modo de coser una herida que lleva un gran costurón. De modo que no sé si en realidad la terminé o si nunca estará terminada. Intuyo que lo segundo.

A veces todo lo que llega a nosotros llega relacionado de una forma encadenada. Lo aseguraba Rosa Montero en su hermoso libro La ridícula idea de no volver a verte; y es cierto. Acabo de leer un tuit que me lleva a la pista de un libro que quiero leer un día, no sé en qué momento, pues cada libro tiene su momento. La lectura, como la escritura es algo que no se puede apurar.

Rafael Martínez Simancas es un antiguo colaborador de La radio de Julia. Y son incontables las veces que me hizo reír desde su programa de las tardes. Hace tanto tiempo que incluso me consideraba joven. Desde aquí quiero desearle una pronta recuperación a él; y a vosotros dejaros su entrevista, y su libro.

Cuando la sanidad intenta ser negocio

Quizá no siempre tengamos claro cómo funciona el mundo, pero sabemos distinguir cuando los dulces corderitos que iban a salvarnos se quitan las máscaras y dejan asomar al lobo que llevaban dentro. Lo vemos todos los días, y de tan visto, hemos desarrollado la faceta de descubrirlo primero. Tal vez los embrollos que les cubren hasta el cuello lo pongan de manifiesto, hasta dar la impresión de que cada vez son más los que se ponen a la cabeza de un ministerio y lo van tiñendo con colores que pasan del blanco al negro. Aunque pudiera ser que atravieso una etapa gris y todo a mi paso va perdiendo lustre; que sea solo una impresión llegada de adentro.

En cualquier caso, sigo agradeciendo encontrarme con diversos escritos que me aportan claridad. Porque lo claro, de toda la vida, lo prefiero a lo opaco. Así como la inteligencia la prefiero a lo lerdo. Que me expliquen lo que está próximo a pasar me prepara para tomar partido e intentar remediarlo. En la medida en que una sola persona lo pueda lograr. Y es que tal vez por una persona tras otra se forman los más invencibles ejércitos; esos en los que vale tanto el último como el primero.

Hace días leía esta entrada sobre lo que está pasando en nuestra sanidad. Desde entonces no puedo dejar de pensar en ello. Tal vez porque hace poco leía Mujer en guerra de Maruja Torres, que dice durante todo el libro que lo importante para un pobre es tener salud. Mucha salud. Porque teniendo salud puede trabajar le paguen mucho o poco; y puede ir sobreviviendo.

¿Qué está pasando en la sanidad? Léanlo  Y después extraigan su conclusión.


martes, 11 de febrero de 2014

Nuevas formas de recortar derechos

Cada día al levantarnos, este país se va pareciendo más a otros países que antes criticábamos. Esos en los que la vida unos vale más que la de otros y por supuesto los más desfavorecidos siempre salen perdiendo. Lugares en los que la igualdad es imposible de llevarse a cabo o incluso imaginarse. Cada día lo impensable nos acorrala más, lo no imaginado, lo no querido, lo que nos envuelve más y más en la madeja de la indefensión. Nos dejan sin formas de defendernos, de rebelarnos, de luchar contra todo lo que ni podremos asumir, llegado el caso.

Creo que como madre de familia, si sucede, me dejaré morir. Y creo que esa será la forma en que lucharé contra lo impuesto. O quizá me cambie de país, prepare las maletas y me vaya a otro lugar en que mi vida se valore, como antes se valoraba en España.

Antes, vimos a gente enfermarse, a veces a personas que tenían toda la vida por delante.  Fue duro, demasiado duro y demasiado injusto, pero al menos sabíamos que costara lo que costase su tratamiento se haría y se lucharía hasta el final tuviese la familia pocos o muchos ingresos. A veces se logró la curación, a veces se negó, siendo igual de anhelada en todos los casos. Pero fue algo exterior a la pericia médica lo que lo decidió, unos culparon a los dioses, otros al destino, otros a la fatalidad...cada cual lo fue superando como pudo y algunos tendremos heridas que ya nunca cerrarán, se abrirán de cuando en cuando ante cualquier suceso, recuerdo desatado de origen desconocido o lo que fuere. Hay heridas que nunca curarán porque el cáncer es lo bastante duro para el paciente y el propio entorno, se encuentre o no se encuentre curación, siempre lo preferible es que nunca llegue.

Vaya por delante mi indignación. Mi pensamiento de que si el dinero de todos se hubiese administrado por otras gentes distintas a quienes lo tuvieron, este nuevo recorte no sería necesario y no solo eso, sino que a nadie se le hubiese pasado jamás por la imaginación. La rabia me consume en este momento, para qué negarlo, es una noticia que me duele y me duele demasiado. Me duele por quienes no superaron la enfermedad, por quienes tuvieron que luchar contra ella logrando la victoria, por quienes en este momento están enfermos; por quienes se enfermarán o nos enfermaremos. NO HAY DERECHO A ESTO.

La mala noticia AQUÍ

sábado, 8 de febrero de 2014

Soñar, y lograr un sueño

Hace unos días que se produjo algo bueno en mi entorno cercano. Desde ese momento me mantengo en una continua conversación conmigo misma -que raro-, porque me ha dado pie para creer en esos sueños que se proyectan, sin esperanza, pero que en cuanto se ponen en marcha se cumplen solos. La pregunta conmigo misma es ¿ fue el destino? o ¿fue la valentía? lo que hizo que Ella (llamémosle Ella, ?qué importa su nombre?), cumpliese su sueño.

Un sueño que no solo la beneficiará a ella, sino a toda su familia. Qué bueno :)

jueves, 6 de febrero de 2014

Cantar y alegrar el ánimo

Se dice que la piratería en Internet ha cambiado las situación de los cantantes, que tienen que hacer más giras para poder seguir ingresando dinero y dedicándose a su trabajo. Tal vez por eso sorprenden ciertas cifras, aunque está claro que yo no tengo ni la menor idea del dinero que han dejado de ingresar. Hay quien sostiene que estar las veinticuatro horas disponibles a través de Internet, incluso a algunos les ha favorecido porque antes nadie les conocía y ahora les conocen. A la vista está, a mí el nombre de muchos me sonaba, pero de encontrarlos en alguna parte ni hablar, hasta que un día probé en el mundo que une enlaces en la red y en un segundo no solo te muestra cómo son, sino cómo cantan. Para muestra un botón: el de la foto, claro.

A este lado de la crisis, mucha, cuando siguen quebrando empresas y no se encuentra dónde trabajar, o donde se trabaja lo mismo por la mitad que antes, se mira las cifras que alguien da y pudiera pensarse que no se está en crisis. Aunque solo cada uno de ellos podría decirnos después de restar los gastos, quizá ignorando cuándo volverán a ingresar, después de esto, si las veinticuatro horas en línea compensa o arruina. O si son ciertas esas cifras que se dan...

Cada loco con su tema

La crisis es menos crisis cantando o escuchando música, eso lo tengo claro.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Sobre operaciones urgentes y retuiteos

A veces las instituciones ¿más inteligentes? tardan en darse cuenta de lo que ocurre. Puede que para entonces la ciudadanía haya perdido su casa, haya visto cerrar la empresa en la que llevaba trabajando toda su vida -cincuenta años incluso-, y bajando en esa escala que lleva directo a la nada, haya perdido incluso el derecho a comer una vez al día. Los datos hablan de uno cada tres niños, y aunque nadie lo diga, eso incluye a su familia.

Cuando a alguien se le detecta un cáncer, se le pone inmediatamente en tratamiento. Conozco a una mujer a la que le salió un bulto en un pecho y fue al médico. El médico le extendió un volante para que se lo extrajeran inmediatamente, en cuanto llegase en ambulancia al hospital. Y ella no estuvo de acuerdo, pasó a enumerarle al hombre las cosas que tenía pendientes para las siguientes horas: atender a sus cuarenta vacas, hacer la comida, la limpieza de la casa y la colada, porque después de muchos días lloviendo hacía buen día. Consideraba que lavar y secar la ropa sucia era más importante que un simple bulto de nada. Esto sucedió en la consulta de la Seguridad Social. (Esa que ahora quieren quitarnos).

Me contó que el médico llamó desde el teléfono a la ambulancia, firmó el ingreso y le dijo que no existían más opciones, que se olvidara del ganado, de su familia, e incluso de ella misma y que hiciese el favor de acompañarle. Salió de la consulta y esperó junto a ella a que llegase la ambulancia, entregó el volante con las indicaciones a los operarios de la ambulancia y trató de tranquilizarla diciendo que la intervención sería un momento de nada. Ella no tuvo más remedio que acatar las órdenes que le daban y en menos de una hora estaba en el quirófano donde le extrajeron el tumor. La convalecencia no fue sencilla, pero sobrevivió. El tipo de cáncer que tenía confirmó la seriedad última del doctor: o te subes de una vez a esa ambulancia o harás que te suba yo. Será más cómodo, desde luego, que lo hagas por ti misma. Quizá tú no quieras vivir, pero yo sí quiero que vivas y todo lo que tienes que hacer puede esperar. Esto no.

Y bien, una vez dicho todo esto, solo una pregunta: ¿Para cuándo la operación que pueda quitarnos el tumor que está padeciendo el país entero:


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HOY SERÉ UN REPRESALIADO POLÍTICO. La Comisión Europea señala a España como país con más corrupción vía