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martes, 16 de abril de 2013

Hombres asustados

Sí, es cierto lo que reza en el título, hay hombres asustados porque las mujeres han salido de su encierro ancestral y saben el tipo de vida que quieren. Ese tipo de mujer les parece muy peligrosa porque no son ellos los que condicionan su vida a voluntad. Hay hombres asustados, es cierto, pero también hay hombres encantados con ese cambio y ese tipo de hombre es mucho más inteligente y especial, porque es el que deja que la mujer crezca a su lado y se expanda, dé lo mejor de sí misma, que es mucho, y no solo a un hombre; sino a la humanidad.

Afortunadamente hay mujeres seguras de lo que quieren; y hombres que no se asustan.

Os dejo un ejemplo.

lunes, 15 de abril de 2013

No quiero que gobiernen mi país, sino que lo escuchen

Creo que cualquier gobierno que se precie de serlo debe saber escuchar. Y que es preciso que esté dispuesto a negociar. A ayudar a los ciudadanos de componen su país, le hayan votado o no. Y debería además elegir bien las palabras cuando habla, sobre todo para no sembrar el terror o en su caso la indignación. Creo que cualquier gobierno debería esforzarse sobre todo en lo contrario a lo que su nombre indica, que no debiera gobernar, sino encabezar un país y buscar solución a sus problemas intentando no acentuarlos. Claro que quizá eso ya no fuese política, no sé, porque yo no entiendo de políticas, a mí lo que me gustan son los consensos.

Pues bien, ante mí un titular desde el periódico de papel ahora desplegado junto al teclado: Cospedal califica de "nazismo puro" los escraches a populares. Sé, por lo que el tema me ha interesado que el nazismo es algo muy diferente a lo que vienen siendo los escraches hasta ahora y espero que nuestro país - que ningún país de esta fecha en adelante- vea repetido ningún tipo de nazismo, porque eso sería no haber aprendido nada de la historia, entre otras cosas.

Quizá para que estos escraches que son ante todo una queja social por la falta de dialogo entre quienes gobiernan y el pueblo llano -el de a pie, el que vive de su trabajo, el que sufre las consecuencias de muchas decisiones que a fin de cuentas no tienen en cuenta su situación personal-, dejen de producirse o pasen a ser una protesta menos molesta, habría que dialogar. Sin diálogo hay siempre una parte que se hace escuchar y otra que ha de permanecer silenciada, eso claro, si es que lo puede soportar.

Os dejo una muy buena reflexión que hace Miguel de Esponera en esta entrada de blog sobre los escraches. 

domingo, 14 de abril de 2013

Tercer Cumpleblog

Parece mentira que el tiempo corra a tal velocidad y que siga a este lado de la pantalla, yo que suelo aburrirme tanto de lo que escribo que siempre estoy deshaciéndome de escritos, quizá en un deseo absurdo de escribir algo nuevo, otra vez, como si los escritores la mayor parte del tiempo no estuviésemos escribiendo sobre aquellos temas que nos elevan hacia lo alto o nos echan por tierra y que quizá vengan a ser siempre los mismos; aunque no todos nos obsesionamos con los mismos temas...esto solo lo imagino...

Pues bien, ya van tres años de asomarme a esta pantalla y de tratar de iluminar todos los días de lluvia, aunque a veces sé que no lo consigo, intento no apartarme de ese objetivo. 

Durante todo este tiempo hice descubrimientos que tal vez no hubiese podido hacer lejos de aquí y me he afirmado en la idea de que lo que quiero es escribir. Cierto que mi trabajo lejos de esta pantalla permanece bastante estancado porque no termino de dar nada por válido, pero aquí no me bloqueo en absoluto, sin saber si eso es bueno y solo lamento lo mucho que termino hablando de mí. Y de aquellos que me rodean. Eso es lo que me recrimino, que sé que detrás de tantas letras me reconozco en cada entrada, y eso sí, soy la misma desde ese lado que desde éste de la pantalla, para bien o para mal. Si tuviese que hablar de cambios en estos tres años, hay uno muy significativo; yo comenzaba el 14 de abril de 2010 este blog con la infinita paz de un mundo que se me antojaba ideal. Me sentía en un lugar privilegiado del globo terráqueo donde todo me parecía perfecto alrededor, menos aquellas muertes inevitables que nunca superaremos y que todos tenemos. Contra la muerte nada hay que podamos hacer, salvo intentar seguir queriendo a quienes perdimos y pensar que allá donde estén nos cuidarán. Esa, lo confieso, es la única fórmula que me funciona un poquíto y me siento protegida por quienes perdí; aunque no sepa si desde el pasado o desde el presente me llega  esa sensación de ayuda, el caso es que está. Volviendo a lo que decía, ahora el mundo en el que vivo no me parece nada seguro, a título general. Cuando ves por todas partes a gente perdiendo su empleo hay una especie de ahogo que no te deja inspirar con toda la capacidad; esa es una enorme diferencia que creo que se nota en lo que escribo, antes me costaba menos soñar y mantenerme flotando sobre la nube de ensueño, aunque ahora no lo deje de intentar. Sé que sin soñar pierdo mucho.

Sé que un blog pierde seguidores con mucha mayor rapidez que los gana. Pero desde este tercer cumpleblog quiero dar las gracias a todos los que se asomaron a comentar, porque cada uno de ellos me hizo sentir que no estaba sola tras esta pantalla y supongo que eso me animó a continuar. Eso aún cuando no sé si estar aquí me beneficiará o no a larga, todo lo que sé es que quiero estar para poder dejar por escrito mi sueño: el sueño de un mundo mejor. O al menos uno donde el dinero no haga ninguna distinción entre los seres que lo habitamos, porque todos partimos de la misma sangre y la misma carne, venimos del mismo lugar y al mismo lugar nos iremos cualquier día sin avisar. Tenemos que intentar que el recorrido de la vida valga la pena.

Con eso me quedo.

...aún me sigue sorprendiendo que haya gente que me quiera leer. Gracias por estar.


viernes, 12 de abril de 2013

Por tantos retratos como cabe hacer

Se intenta mirar a la vida con alegría, pero esta misma mañana me sorprendía una noticia: en España se produce un desahucio cada quince minutos. Es decir, cada cuarto de hora.

Me parece una cifra alarmante, porque eso significa que cada quince minutos alguien se ve forzado a abandonar su hogar, la mayor parte de las veces porque ese alguien antes perdió su empleo y no encuentra respaldo económico para seguir pagando su hipoteca. Y se ve abocado a abandonar lo que antes era su mejor sueño, junto a su mejor ilusión: el deseo de prosperar.

No son buenos tiempos para la prosperidad aunque abunde el maquillaje. Aunque se sigan disfrazando datos. Aunque las fotografías a primera página sigan haciendo distinción entre unos y otros. ¿Cuando comenzaremos a darnos cuenta de que todos somos todos y que entre nosotros, y quizá más que nunca nos necesitamos?

Os dejo el enlace a una entrada que acabo de leer y que sin saberlo me rescató del mundo desanimado en que me encontraba hoy.

miércoles, 10 de abril de 2013

Muere José Luis Sampedro; sus letras permanecen vivas

Ayer se conocía la noticia de la muerte de José Luis Sampedro, que había sido incinerado y enterrado en la más estricta intimidad, tal y como quería, de modo que cuando nos enteramos ya descansaba en el lugar desde donde dormirá el sueño de la eternidad. No es raro que muera tal y como vivió, con la coherencia de quien dicta sus propias normas y no se vende a la fama, ni al dinero, ni al ruido mediático del exterior. Es curioso como a través de un libro un autor puede ganarnos para siempre, por haber extendido a lo largo y ancho de sus páginas esa escritura que suena a verdad porque parte del convencimiento propio. También curioso, cómo cuando un escritor escribe desde la honestidad, toda su andadura se despliega desde los mismos convencimientos. El libro del que hablo es Escribir es vivir, del que recuerdo la comparación que él hacía entre el escritor y una vaca; que sólo recibe en pago un diez por ciento de lo que crea, lo justo para que subsista y vuelva a escribir. Si bien todo el libro es un canto a la escritura y un análisis amplio de su engranaje. Recomendable sin duda.

 Después de leer Escribir es vivir, me leí todas las entrevistas de José Luis Sampedro que encontré y en todas hallé la misma coherencia y sencillez, el mismo sentimiento humilde de quien entiende que lo importante en la vida no lo compran ni el dinero ni el poder; aunque estos aten la libertad de la persona con un yugo fuerte y aunque limiten en cierta forma lo que pudiera ser.

 Desde ahora ya no tendremos para leer nada nuevo de José Luis Sampedro, que salió a la calle entre los indignados para protestar por un sistema que sólo favorece a unos cuantos en detrimento del resto, algo que estamos viendo; un hombre que quizá por eso, por lo poco que le quisieron escuchar, decidió partir en silencio, para que nadie fuese a sacarse la foto junto a su féretro, intentando silenciarle a título póstumo. Nadie podrá conseguirlo, porque todo cuanto aportó al mundo desde su convicción permanece ahí y todo lo que debemos hacer es buscar, para intentar seguir siendo libres de pensamiento; que hoy por hoy quizá represente la única libertad.

 Una vez dijo: 
“Solo los ingenuos y algún premio Nobel de economía llegan a creer que nuestro mercado encarna la libertad de elegir, olvidando algo tan obvio como que sin dinero no es posible elegir nada”.

Puede que se haya muerto, pero sus palabras para siempre estarán vivas, con esa vigencia exacta que nace de una inteligencia imperecedera, que como cualquier clásico, sirve para tiempos presentes y futuros porque resume las claves de la convivencia en la humanidad. Os dejo el enlace a una de sus entrevistas, porque sólo vivirá si se le sigue leyendo, si se le sigue recordando vivo; tal como para mí siempre lo estará. Para mí sólo se mueren quienes escriben letras muertas y las suyas, no exagero, laten a voluntad.

Entrevista de la que extraje sus palabras.

martes, 9 de abril de 2013

De momento es lo que hay



Quizá algún día logre entender por qué tipo de proceso una fotografía tal que así, en la cabecera del blog sale de un tamaño tan exagerado. Solo quizá.



lunes, 8 de abril de 2013

La loca de la casa



Este libro de Rosa Montero es el primero que leo de esta autora, lo encontré en la misma estantería en la que estaban Las pequeñas memorias de Saramago y donde buscaré más libros similares para leer. Decir que la foto de la portada la saqué yo esta misma mañana bajo luz artificial y que supongo que puede hacerse, si bien es algo que no puedo asegurar con seguridad y que por supuesto, si fuese una ilegalidad, el hecho de no saberlo no exime de responsabilidad; por eso si alguien pudiese aclararlo, lo agradecería.

Está editado por Alfaguara, tiene 271 páginas llenas de inteligencia, de buen humor, buena escritura y reflexiones que hacen pensar. Habla de muchos temas, la vida, los sueños, el amor,  las oportunidades que se presentan solo una vez, del triunfo y el fracaso; y además, de escritura. Es a su modo una agenda de lecturas que han marcado a la escritora o le han aportado un foco de luz. Y si tengo que confesar algo, hay solo un "personaje" que de veras me preocupó y se llama Martina. Al final del libro Rosa Montero dice algo que un escritor jamás debe de hacer y es reflejar en sus libros su vida, cree primordial para alguien que relate, mantenerse bien alejado de su vida cotidiana mientras escribe, cuanto más lejos mejor. Creo que como todos los consejos de escritora que desde su amplia experiencia ofrece, es sumamente acertado; y es que no por mirar desde más cerca se ve mejor. Y no por contar desde más lejos se pierde distancia, sino que a veces se gana. Para escribir siendo efectivo a veces hay que alzarse sobre los cielos, como a bordo de un aeroplano. Subir más alto para tener una mejor perspectiva y enfocar mejor. 

Del libro podría anotar, como de hecho voy a hacer en una libreta, frases que iluminan de un modo sublime lo que es la creación literaria, pero no voy a hacerlo porque éste al igual que todos los libros escritos necesita un lector y dentro de un mismo texto no todos subrayamos lo mismo. Creo que con el gobierno que nos gobierna y los tiempos que corren se necesita leer y mucho, necesitamos más que nunca mentes despiertas y escritores que nos sacudan los ánimos y no nos dejen dormirnos en los laureles. Afirmaría que este libro es de esos y si no te explico más es porque creo que tú podrías exprimirle aún más jugo y mejor que yo. Esta entrada no es más ni menos que las otras, una invitación a descubrirlo todo con tus propios ojos ;)