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jueves, 31 de enero de 2013

La sospecha de Remigia

A Remigia la tildan de loca, esta mañana ha estado viendo el primer telediario y ha vuelto a tener la misma sensación: que todo es un complot para despojar a unos de lo que han conseguido a lo largo de años de duro trabajo, en beneficio de otros, que han saqueado a diestro y siniestro por todos lados; y que escondido en su cajón echarán mano, más tarde que temprano, de todo ese dinero con que comprarán lo que a ella misma, recientemente le han embargado.

A ella como a tantos.

miércoles, 30 de enero de 2013

Sobre lectura

Comencé el año leyendo De mis pasos en la tierra, de Francisco Ayala, que es una lectura que estoy disfrutando muchísimo. La estructura de los capítulos bien podría ser la de un blog cualquiera, un título y unas pocas páginas sobre esos recuerdos. Su escritura es sencilla y la vez elaborada, su visión del mundo inteligente y al leerle uno se encuentra ante una persona culta, porque de todas sus reflexiones se extrae que es alguien que ha vivido y ha filtrado muy bien todas sus vivencias. Lo recomiendo porque es un libro con el que se disfruta y se aprende a partes equitativas.

Sin embargo diré que como lectora leo con igual pasión a un escritor mayor e inteligente, que a una chica muy joven que habla de la tristeza del primer amor-desamor, que muchas veces llegan de la mano. Disfruto igual de la lectura de un clásico que de una entrada de blog tan impulsiva que después desaparece de un borrón; porque en la escritura subyace la vida. Siempre la vida y las impresiones acerca de ella.

Es por eso que celebro lo mismo un libro de alguien con renombre encontrado en una biblioteca que una entrada de blog de alguien de quien solo sé lo que escribe cuando decide darle al botón publicar de su blog. Nunca y casi en ninguna circunstancia le hago un feo a la palabra escrita cuando es educada o consecuente, porque todo escrito nace del corazón, más deslumbrante cuanto mejor sea.

Renovarse o morir

Últimamente estaba buscando la forma de no necesitar tanto aparecerme por este lugar para poder dedicarme de lleno a preparar un escrito que de verdad necesitara publicar dada su perfección a mi ver. Estoy en ello porque creo que lo que me hacía falta era estar dispuesta no a corregirlo, sino a completarlo y darle a guardar los cambios. Algo en lo que siempre me detenía.

Pues bien, estoy en ello, y ese quedarme con los cambios me obliga a seguir más allá y ese explorar arenas movedizas hace que esté creando una historia mejor. Una que se asemeja más a la que encuentro en los libros que leo o se aleja más de los que escribo; por lo tanto mejor.

Pues bien, soy sincera si digo que buscaba la forma de despegarme un poco de este blog para apostar no por lo que quiero escribir aquí, sino lo que intento publicar en una plataforma que me obligue a avanzar en otra dirección, menos complaciente que esta digamos. Y esta mañana me tentó el demonio y me puse a mirar plantillas y sin querer le di a guardar, con lo cual me es imposible recuperar la que tenía. La parte que no me gusta del resultado de momento no la sé cambiar -ole yo, siempre metiéndome en líos-, de modo que tendré que ir probando poco a poco a ver si un día lo consigo, mientras tanto es lo que hay. Quizá esto me anime a finalizar esos escritos que no me atrevía demasiado a abordar por no llegar a este punto, uno desde el que no consiga retornar.


lunes, 28 de enero de 2013

Un nacimiento

Creo que algo bueno podría partir de aquí, un padre que escribe una historia y una hija que la dibuja. Una gran diferencia de edad desde donde mirar la vida y verla distinta. Desde donde crear y retratar una realidad, cada quien con sus preferencias, con su experiencia, con el sabor de lo vivido. Creo que toda escritura parte de nuestras preocupaciones, que actúan como una rueda que da vueltas hasta que encuentra su fin. Hasta que nace una frase que pueda calmarlas o dejarlas a parte al menos por el momento, poner en palabras lo que se piensa hace que alguna vez para nosotros tenga un sentido, y nos da un nuevo margen para comenzar desde ahí.

Para mí atreverse de un modo definitivo a dejar que tu historia recorra el mundo ya es una muestra de mucho valor, porque soy una miedosa compulsiva aunque no lo parezca. Y aún me sigue dando un poco de miedo eso de poner algo mío en una editorial porque a partir de ahí te cambia la vida, tu sueño verdadero echa a andar y ya deja de ser algo tuyo para pasar a ser de los demás. Supongo que hay algo de egoísmo en aferrarte a él y no dejarlo marchar, o temor de que otros te lo pisoteen, o quedarte sin tu mayor impulso vital al ver que eso que para ti era tanto no encuentra hueco y lo mismo que lo inflaste se desinfla y queda muerto. Aunque en definitiva me pasó lo mismo con este blog, nació de la nada, para muchos es nada y para mí lo sigue siendo todo, porque todo lo que quiero es escribir, sin saber por qué, solo sé que debo hacerlo y que al hacerlo me doy sentido a mí misma; siempre tan sin sentido.

A lo que iba, unos sueñan y otros cumplen los sueños. Espero que esto sea solo el principio y que a partir de esta colaboración -como madre no se me ocurre otra mejor- nazcan nuevas historias, escritas entre los dos tal vez, dibujadas entre los dos también. Porque si publicar un libro es un sueño, hacerlo en colaboración de un padre, o de un hijo, es ya un sueño de entre los sueños; unir la experiencia en la vida y la innovación. Es trazar una línea fehaciente entre el ayer y el hoy. Es dar paso a una nueva forma de mirarlo todo, porque los niños de hoy ya no ven las cosas como las vimos ayer, la vida ha evolucionado y necesitamos que le den expresión, que conformen sus propios mundos en nuestra colaboración. De momento es la historia de Mián Ros, dibujada por Eva. Quizá dentro de un tiempo nazca la historia de Eva, dibujada por Mián Ros. Como digo es algo que particularmente y sin que me venga a cuento, me emociona, porque creo en las nuevas generaciones a las que estamos dejando un mundo de pena. Ellos tienen que tener el talento de crear el mundo a su medida, y también el valor.

domingo, 27 de enero de 2013

Sobre balanzas y rehacer escritos

Estoy bloqueada, mis errores me bloquean y no salgo de ellos, siempre quiero volver a ese justo momento en que metí la pata por no saber callarme. En que convencida aconsejé sobre la vida de los demás. Error. Gran error. Nunca des un consejo a quien te lo pida. Hay una balanza dispuesta a sopesar cada lado, pero en definitiva tú no puedes saber qué lado pesa más, sí el que abulta más, pero no es lo mismo.

Hay una materia prima puesta en la balanza, se está intentando sopesar cuando alguien te pide opinar. No opines. Es mejor que lo dejes estar, porque al final, solo al final de un largo proceso se verá con claridad. Y puede que lo que veas no te guste. Solo puede, pero da igual, esa balanza será un peso tan grande que a diario no te dejará avanzar, has entrado en un largo dilema contigo mismo.

A esa hora sigues encerrado en esa cuestión, los demás han avanzado y ya no están en ese momento odioso, pero tú sigues ahí, estancado en ese momento en que no debiste opinar y en que tu opinión dispara contra ti mismo.

Estoy bloqueada. Me volví veleta porque nada de lo que escribo halla un final. Nada de lo que corrijo se asienta en su versión final. Concluir una novela o un relato corto se torna demencial a medio camino. La razón es que la balanza sigue en el medio, medio bien y medio mal, alegría y pesar; acierto y error pesan lo mismo. O quizá no, es más, seguro que no, la persona aconsejada te dice que dejes de pensar en eso, que estaba claro que tenías razón de sobra y te lo dice con un convencimiento claro. Pero ahí estás tú con esa manía de hacer y rehacer historias estancada en esa, que se hace y se deshace en tu cabeza una y otra vez. Estás enferma. Debes curarte sin saber cómo. Mientras tanto estás gestando tantas historias en tu cabeza que un día estallará y llenará de manchas todo el universo.

Ella consiguió lo que tú no fuiste capaz ni por asomo. Y lo cuenta en una entrada tan breve y tan concisa que hace que parezca sencillo, pero no lo es, es una tarea titánica, esa de volver sobre marañas de escritos otra vez para hacer y rehacer... Pienso que quizá también algún día lo conseguiré.

Os dejo su entrada `y mi admiración.

sábado, 26 de enero de 2013

Solo estaba preñada

En estos días saltó la noticia, la osa Tola había parido un osezno que sus cuidadores encontraron aplastado. La cosa no sería tan deprimente si Paca y Tola no hubiesen sido encerradas en un espacio de belleza incomparable, para precisamente, parir. El oso pardo está en serio peligro de extinción, por eso se trasladó a un oso llamado Furaco desde el parque natural de Cabárceno con el propósito de fecundarlas y lograr nuevas crías.

Durante todas las estaciones del año el lugar donde se encuentran ahora los tres osos recibe cientos de visitantes, dando vida a una zona que sin ese turismo quizá no habría. El lugar es un paraje natural que a simple vista impresiona y este mismo verano estuvimos allí. El día era de sol aplastante y a los osos les habían puesto una piscina, el rumor circundante versaba sobre si alguna de las osas preñaría. Por lo tanto la noticia de un nuevo osezno sería algo muy bien recibido y otra excusa para no perder de vista ese lugar durante mucho tiempo.

Y bien, resulta que según sus cuidadores Tola andaba muy lenta, se comportaba de una forma extraña y  pusieron una etiqueta a esos síntomas diciendo que la osa estaba senil, a ello contribuyó su edad, según ellos muy avanzada. Pero resulta que no estaba senil, sino preñada y ante el infortunio de ese osezno tan esperado y hallado muerto, la tienen en observación porque estas osas suelen parir entre un oso y tres.

Os dejo un breve resumen de su historia

viernes, 25 de enero de 2013

Cometió un solo error

Ser demasiado joven para entender que una chica solo se queda junto a quien la hace sentir todo el tiempo única. 

Ahora canta todo el tiempo esta canción