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miércoles, 12 de septiembre de 2012

La industria asturiana y la tarifa de la luz

La principal industria asturiana, dedica el 45% de su productividad a pagar la tarifa de la luz - datos que se han hecho públicos-. Ello hace que se esté planteando emigrar, poniendo en riesgo a las familias que sobreviven con su trabajo. Asturiana de cinc, Arcelor Mittal y Alcoa, están en la misma situación: negociando una tarifa de luz más económica, para según dicen, poder seguir teniendo abiertas sus factorías en las condiciones que están dispuestas a seguir.

Y las familias que dependen de ese trabajo, están pendientes de esa negociación, porque se hace imprescindible para sus vidas. En definitiva, siguen estando en jaque, a la espera de que algo comience a mejorar.

Y esperemos que mejore...

martes, 11 de septiembre de 2012

El mundo, de Juan José Millás

Dediqué estos días a leer ese libro, que vino a ser como introducirme en su relato y estar a su lado en cada momento que relataba. Más que leer un libro, al leer El mundo, tuve la sensación de vivir unas vacaciones en un lugar donde nunca había estado. Terminarlo y volver de nuevo a la realidad, fue como llegar a una realidad nueva, partiendo desde muy antiguo. Constatar que de la vida de ahora y la de cuando fuimos niños no tiene nada que ver, puesto que mientras leía reconocía en su voz, la voz de otro tiempo, la que usaron personas de más edad que yo, para relatar sus tiempos.

El libro está lleno de reflexiones y de frases de nota. Y suena a verdad. Suena a verdad vuelta atrás y vuelta a enfocar de nuevo, bajo el prisma de alguien que vuelve sobre sus pasos y reconstruye su realidad. ¿Truco de escritor prestidigitador?, he ahí la pregunta. La balanza no sabría qué lugar ir a ocupar, si la de fantasía novelada o realidad contada, o realidad-fantasía mezclada. Pero ya dije que es un libro que de principio a fin suena a verdad.

Cuenta la historia del narrador vista por sí mismo, Juan José Millás, pasa por su infancia acompañado del Vitaminas, apodo que le han puesto a su mejor amigo, enfermo del corazón, del que se sabe no aguantará el desarrollo. Se dice que para él desarrollarse del todo sería explotar. Juntos van y vienen todos los días, describiendo en sus peripecias un tiempo y un lugar. Hay que dejar atrás Valencia, con su sol, con su playa, e irse a vivir a Madrid, con sus edificios y su vida gris. Eso nos cuenta este niño, esa infancia que no termina de gustarle, esos adultos que no termina de encajar. Ese entorno que siempre le resulta raro a pesar de todo.    
Y esa forma de inventarse, o al menos intentarlo, otra realidad.

Al devolver este libro a la biblioteca, me encontré con muchos títulos de Juan José Millás. Leer El mundo, me ha tenido silenciosa todos estos días, como aplastada ante la conciencia de encontrarme un escritor real  -a veces aunque sean muy laureados no me lo parecen-. Dejo este aviso por si tardo en asomarme de nuevo. Nadie se preocupe, me hallo fascinada bajo el embrujo de ese arte que es saber contar. El único que consigue que no escriba una línea, pues me sumerge de lleno en unas vacaciones, tan distintas a todas, que aunque quisiera no puedo regresar.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Sobre edición

De alguna forma, intuyes que el mundo editorial es igual al mundo que observas cada día. Otras veces se te antoja una jauría. Unas veces quieres formar parte de sus entresijos. Y otras veces te dices que deberías conformarte con ser quien eres, erradicando esa fuerza invisible que te lleva a impulsarte sobre tus pies. Te dices que lo único importante es estar despierta cada segundo de tu vida, siendo consciente de lo que pasa a tiempo real, bajándote de las nubes y mirando ese presente que si no cazas puede escapar. Sabes que tu estancia está definida, y no quieres distraerte de aquellos que tienes; no quieres perderte tiempo de estar con ellos por buscar sueños. Y eso de cuando en cuando te retrotrae, y aún pese a ello, no dejas de avanzar.

Mientras decides si disfrutar del ahora todo el tiempo, o si dejar volar tus sueños más allá de tu vida. Lees todo lo que te llega sobre edición, como un pez que ya respira dentro del agua, y fuera.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lugares con la capacidad de curar

Casi a diario, salgo a pasear por rincones idílicos. Y más de una vez pensé en regalaros esa instantánea entre tantas que me llena de paz. No sé ni cómo he conseguido ponerla, pero ha salido demasiado ancha y de momento no la sé cambiar. Eso que hay entre los bloques de hormigón y la costa, es una capilla erigida a La virgen del Carmen, sobre un islote pequeño en medio del mar. La fotografía la tomé hace unos días sobre las ocho de la tarde.

A veces uno carece de riquezas, pero tiene la conciencia de que haber nacido rodeado de tanta belleza inigualable, es lo mejor que le pudo pasar. Pues solo la naturaleza, con sus miles de acertijos, a veces tan impresionantes, contiene dentro de sí toda la esencia sanadora que pueda necesitar. Mientras tomaba esta fotografía y otro montón junto a ella, tuve esa conciencia: que cada paisaje que me rodea tiene el don de sanarme de todas las heridas pasadas o presentes, y es como ser tocada por una mano invisible que dijera, estoy contigo y camino a tu lado, nunca estás sola y créeme; nunca lo estarás.

Soy un ser extraño demasiado común y lo sé. Esta cabecera queda un poco rara, por ser demasiado alta, y tal vez la vaya sustituyendo a lo largo del tiempo por otros parajes inigualables que os quiera regalar. Uno se conforma de todo cuanto le rodea, de todo lo que aún sabiendo nunca sabrá expresar.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Diría que no...

Llega el momento en que las personas que jamás han cuidado su salud, tienen que ir al médico. El momento en que frente a su médico de cabecera han de reconocer su verdad, esa verdad que han ocultado durante tanto tiempo al resto del mundo. Y que, en un gesto de imbecilidad, se han ocultado siempre a sí mismos. Otras veces en que fueron no lo hicieron, se pelearon con el mundo y escondieron la cabeza debajo de la tierra.

Llega un momento en que la verdad pide ser dicha, para comenzar a cuidarse la salud, para asegurarse en lo posible un futuro...Y yo me pregunto: ¿Hoy lo harás? ¿Hoy tendrás el valor? ¿De veras lo tendrás?

lunes, 3 de septiembre de 2012

De toda la vida o no

Si hablamos de editoriales yo preferiría publicar en una editorial de toda la vida. Por varias razones: en una editorial de toda la vida cada quien tiene su función, y tengo asumido que hay alguien encargado de hacer saber al autor qué vicios debe erradicar de su escritura. Que a su vez es alguien que exige cada vez una mayor calidad en los textos del autor y no le deja dormirse entre las ramas.

Si hablamos de si lo veo posible, diría que no, hay demasiada calidad por ahí, demasiada inteligencia unida a esas cualidades que hacen bueno a un autor, y por lo tanto creo cuasi imposible que una editorial de toda la vida me publicara. Y entre no publicar mi obra favorita, y poder publicarla -sea o no por ego de autor- elegiría autopublicar, que es difundirla.



sábado, 1 de septiembre de 2012

Fotografiando momentos eternos

Hoy se nos casa Julián, tal y como anunció hace dos años. En aquel tiempo él tenía un trabajo muy bien remunerado, porque para eso fue para lo que estudió, para labrarse un buen futuro. Tenía bastantes ahorros y un buen sueldo, de modo que se compró un piso nuevo y un coche nuevo; eran los comienzos de una nueva vida que comenzaba a planear junto a su novia. Ella también tenía un trabajo, menos remunerado como también menos peligroso, puesto que trabajaba de oficinista y llevaba cinco largos años sentada en la misma silla, frente a la misma pantalla de ordenador. En cambio un error de cálculo en el trabajo de Julián y una pieza pesada le cortaría la cabeza, y no de forma figurada, sino real. A un chico de casi su edad, en la otra parte del país le había sucedido meses antes, y eso hizo que extremara aún más las precauciones desde entonces; llegaba al trabajo y en los primeros segundos se dedicaba a poner todos los candados de seguridad, después comenzaba la tarea. Como una costumbre que se automatizara en adelante, lo primero preservar la vida, y después todo lo demás.

Como digo, hace dos años de aquello. Después llegó el ministro y anunció el abaratamiento del despido. A los pocos días de aquello a Julián le dieron una carta y le explicaron sus razones, y a cambio de aquello quedó en la calle. Después tuvo que acudir a un abogado para pelear por sus derechos, porque a todo ello le hicieron rebajas, y no estaban los tiempos para regalar lo sudado. Conseguir que la justicia lograse el despido justo le dio una especie de alegría. No conseguir un nuevo trabajo en lo que había estudiado le fue estropeando los días, pero salir a correr por los parques de la localidad cada nueva mañana, le libra de tensiones. Así como seguir visitando empresas y echando currículos un día tras otro. Lo cierto es que cobra más al paro que en el único trabajo en que le contestaron, en la otra punta del país, sin dietas ni nada. No es que quiera estar al paro, es que no quiere que le tomen el pelo, y sigue esperando por ese trabajo en el que le paguen lo estipulado en el convenio al que pertenece; ni menos ni más.

A solo tres meses de la boda le hicieron lo mismo a su novia, le dieron un sobre en el que escribieron un punto y final. Lleno de irregularidades y contradicciones, aprovechando el abaratamiento del despido y el bla bla bla. También en su sobre incluyeron rebajas, fue al mismo abogado que Julián y él le dice que tendrán que readmitirla, porque hace tan solo unos meses su empresa alardeaba de sus muchos beneficios, y ella guardó esa carta; eso por un lado. Por otro lado tiene unos derechos que su empresa no ha respetado y debe respetar. Ella dice que si al menos ella lograse conservar su trabajo, les vendría de perlas, y vive en esa esperanza desesperanzada en que la lenta espera consume sin más. 

Los más agoreros le dijeron a Julián, cuando lo despidieron, que dejase la boda. Él los miró con incredulidad y les dijo que nada tenía que ver lo uno con otro, de modo que se pensaba casar. Cuando despidieron a su novia, los mismos agoreros recrudecieron su mandato, y él volvió a repetirles que no mezclaran las cosas, que con trabajo o sin trabajo, se pensaba casar. Y es que el amor no sabe de leyes ni de rebajas, cuando uno quiere quiere de veras y punto. Así lluevan mares del cielo o se abran las tierras de mitad en mitad. 

Hoy no sé si iré bien vestida o bien peinada, eso no me importa, sé que estrenaré zapatos e iré subida en tacones, al menos cuando llegue a la ceremonia. Cámara en mano para sacar cientos de fotos a ese momento, para retratar ese ahora eterno, congelado en foto, en el que estamos todos los que estamos y podemos celebrarlo aún como si nadie nos faltase; aún faltando tantos. Que aunque no nos lo hayan dicho también estarán. Para brindar juntos por un futuro alegre, en el que juntarnos muchas veces y celebrar que nos vaya como nos vaya nos seguimos viendo. Quizá sea ese el único futuro que valga la pena asegurar.

Suerte que en eso no hay gobiernos que tengan arte ni parte, y que Dios nos pille confesados. Amén.