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martes, 29 de diciembre de 2015

El descanso virtual

A veces uno se pregunta qué será de aquellos lugares a los que no volvió desde hace tiempo. A los que cada vez necesita menos volver. Que quizá en un momento dado solo cumplieron su misión.

Ha quedado atrás la fascinación primera de todo espacio virtual. Se han desinflado algunos sueños vencidos por la magia infinita de la realidad. Subyace la sensación de que no hay imaginación capaz de competir con todo lo que siente un corazón que se rodea a diario de lo que la vida le ofrece. Muy superior a lo que alguna vez creyó alcanzar.

Cabe preguntarse si acaso la vida es capaz de darnos aquello que nunca nos atrevimos a soñar; puede que no. Tal vez cuando uno entierra al fondo de la mente la semilla de algo ansiado, ese fruto tarde o temprano germina.

En un momento en que tengo congelados tantos brotes para que no ocupen espacio inexistente, me queda tanto margen de maniobra que los días pasan lentos, dejando que los pueda disfrutar. Los segundos que van marchando nunca regresan, he ahí el imperioso motivo por el que se deben vivir con la conciencia de que son únicos.

Nada tan exquisito como ese momento en que se apagan los ruidos y todo lo que que queda en el silencio es algo parecido a la felicidad. Algo tangible. 0% digital.     

domingo, 20 de diciembre de 2015

Votar por la posibilidad de un mañana mejor

Hoy son ellos quienes nos necesitan porque somos nosotros quienes decidimos. Durante una legislatura entera vimos cosas que quisimos cambiar. Y hoy -en la medida que nos es posible- vamos a ir decididos a cambiarlas.
Vamos a ir a votar por aquello que decidimos que traerá hasta nosotros un futuro mejor comenzando desde abajo. Nunca creímos posible comenzar las casas desde los tejados.

Hay que intentar sostener a los débiles hasta que logren afianzarse sobre sus propios pies y valiéndose de ellos comiencen a caminar más lejos cada vez al compás de su determinación.

Con esa sola idea fija en la cabeza voy. Quiero que al intentarlo sea posible.

martes, 15 de diciembre de 2015

El infinito cansancio

Cuando se necesitan las explicaciones no aparecen por ningún lado.
Cuando todo está bien claro asoman para confundir.


martes, 1 de diciembre de 2015

La vida es un vals, un paso adelante y otro paso atrás

Al teclado del ordenador se le estropearon los acentos. Tal vez sea casualidad, o un grito mudo. Poco a poco me voy envolviendo en el silencio. No me gusta nada la realidad global, no me gusta la brecha que crece entre los poderosos y los carentes de poder. Voy enmudeciendo en un recoger las fuerzas que me quedan para los trajines diarios. Los sueños subyacen aparcados a la espera de que vuelvan a tener sentido alguna vez o a que se acomoden para dejar paso a la cotidianidad. Es cierto que antes escribía para rellenar algunos huecos y que ahora las palabras escritas se han quedado al margen para dejar paso a las palabras dichas. Y que lo dicho con delicadeza extrema ha surtido efecto. Dicho efecto ha movido montañas de nubarrones negros que no dejaban apenas asomar la luz. Y ahora la luz es tan diáfana que escribir es casi innecesario. También es cierto que en el fondo nunca deje de luchar contra esta necesidad de escribir en la que lo escrito necesitaba de otra corrección y luego otra, y otra mas. Había mucho desgaste en ello que acabo matando la ilusión.

El presente necesita tanto esfuerzo que siempre me pareció que iba perdiendo fuerzas que necesitaría después para algo importante de verdad. ¿Que es importante se dirá? La casa y su mantenimiento, la familia, los amigos, los animales que tenemos, el confort. Ver atardecer desde la terraza sabiendo que cada día nace y muere, que cada instante es irrepetible y que es sano no desear nada mas que ser y estar sin que nos falten aquellos que tenemos y consideramos nuestros. Es prodigioso rodearnos de ellos y saberlos nuestros, mientras ellos viven su vida intentando dejarnos atrás.

Estoy -estamos- en ese momento en que nuestros hijos miran hacia otros horizontes y quiero acaparar cada momento. No quiero perderme ese momento en el que me miren a los ojos y me noten ausente mientras pienso en un comienzo de relato o un final. Ya hubo mucho de eso. Quiero estar en el presente de sus vidas, de mi vida, sabiendo que no preciso nada mas que verlos felices con sus sueños mientras velo que les lleven a buen puerto. A días felices donde salgan fortalecidos de cada dificultad.

Son días sin sobresaltos, sin prisas, sin pausas, días de planes por proyectar. De noches con sus estrellas, de grandes heladas que preceden mañanas bien soleadas. Días que se viven sin presenciar las horas del minutero. Sabiendo que el pasado ya no retorna y que este presente privilegiado, sin que nos demos cuenta se queda atrás.

Eso, que como canta Diego Torres, La vida es un vals

Una canción llena de alegría y mucha verdad. Que nos recuerda que llegan las votaciones y hay que salir a votar, para intentar cambiar todo aquello que nos gusta de esta sociedad. Por ejemplo que unos tengan tantos privilegios y otros tan pocos. Nos hace falta un poquito de equidad. Y dejar atrás pasados turbios de personas que usaron su poder para enriquecerse a costa de la pobreza de los demás. Unos pocos que dañaron a tantos y con tan poco escrúpulo.
Con ellos tolerancia 0


martes, 17 de noviembre de 2015

Una llamada a la sensatez

A veces uno ve la televisión, lee la prensa, escucha la radio o habla con sus vecinos y se siente un tipo raro. Alguien que percibe cosas que nadie dice, que nadie piensa, que nadie ve. Y se siente mas solo que nunca, como escapado de un tiempo al que no puede volver. A veces uno querría decir muchas cosas pero se mantiene en silencio, porque solo el silencio parece amoldarse a la sensatez. Después de eso, indaga y espera que alguien sepa sentir o explicar mejor aquello que siente el. 

Desde este espacio modelado a mi manera quisiera darle las gracias a Miguel Pascuau por tener la sensatez de saber pensar y saber comunicar con esa aparente facilidad y absoluta perfección aquello que piensa. Que es sin duda lo mismo que pensamos muchos, aunque a veces hasta nos mantengamos callados para lo mas peligroso de todo, volvernos silencio cuando todo lo que nos pide el cuerpo es gritar. Todas las victimas de cualquier conflicto son igual de victimas. Igual de dolorosas. Igual de necesarias en un mundo que han dejado atrás. 

Os dejo la entrada de blog de un escritor que convierte las palabras escritas en reflexiones, capaces de hilvanar un mundo lleno de rotos por coser. 











domingo, 8 de noviembre de 2015

Los besos en el pan, de Almudena Grandes

En los últimos tiempos en nuestro país se ha ido escribiendo una historia de penurias que algunos nunca imaginamos llegar a contemplar. Que otros nunca imaginaron llegar a vivir. Si bien hay quienes ni lo vieron ni lo padecieron, a fuerza de mirar para otro lado y poder gozar de otro poder adquisitivo, que ademas de elevar la mirada, les sostiene en el confort, cuando no en el lujo.

Desde hace mucho tiempo me ronda una novela que no me puse a escribir. Es una novela llena de ingredientes sacados de la áspera realidad. Extraída de la desolación de ver como las injusticias siguen campando a sus anchas, eso por un lado, por otro la corrupción de distintas formas pertrechada, que si algo conserva en común es su irresolución.

A veces hay palabras que nos rondan por la cabeza mientras seguimos con nuestra vida y las tareas que nos impone. Palabras que masticamos una y otra vez. Mientras esperamos que pasen de largo y suceda el milagro de que alguien las recoja y tenga el talento necesario de hacer algo útil, o hermoso, o fructífero con ellas. Si algo hemos aprendido es que la vida guarda una misión para cada uno de nosotros y que no todos podemos ocupar el mismo lugar. Cada cual ha de ocupar el suyo. Y todo es cuestión de paciencia.

Esta entrada es solo una excusa para dejaros una entrevista de alguien que escribió un libro que ahora presenta:


Almudena Grandes y su última novela, , en

lunes, 26 de octubre de 2015

Miedo

Como un freno dispuesto
a no dejarte ser
aparece de nuevo
una y otra vez

deberías aprender
a no hacer caso

deberías atreverte
a tomar tus decisiones
y equivocarte tantas
veces como necesitaras

para saber que la vida pasa
y no es tanto acertar
como vivir plenamente
cualquier circunstancia

el miedo es el reto a vencer
en esta sola oportunidad
que se desliza despacio
mientras la alcanzas.

martes, 20 de octubre de 2015

Pequeños grandes talentos

Hace unos días mi hijo me recomendaba un vídeo de una niña que aprendió a cantar ópera sin haber dado jamás una clase de canto, solo siguiendo los tutoriales de YouTube. No siempre tengo tiempo para ponerme a ver en el momento las cosas que me recomienda porque a veces el tiempo nos parece más necesario para usarlo en todo aquello que se nos dijo desde siempre que tiene más prioridad.
(Debemos aprender a determinar qué es para cada uno de nosotros lo MÁS importante; aquello que de verdad nos enriquece la vida tras su descubrimiento).

A veces los mejores regalos son gratuitos, de modo que podemos regalarlos a otros para que los disfruten. Este regalo en concreto fue de los mejores que disfruté en mi vida. Tal vez porque es de los que uno jamás podría llegarse a imaginar. Si antes me entusiasmaba leer o escribir, ahora me gusta recopilar trozos de belleza que me recuerden que este lugar al que venimos, desde donde ni sabemos, es de veras especial.

Amira Willighagen, la niña que aprendió a cantar con tutoriales de YouTube, cantando una de las canciones más bonitas que ha creado la historia:

www.youtube.com/watch?v=FR3-qDDEfwQ



sábado, 10 de octubre de 2015

Entre el adiós y el hola

La vida resta y la vida suma,
incluso usando el mismo día.

Me hago preguntas 
que no puedo responder,

pero a la larga la vida
termina respondiendo:

Acepta y sigue adelante
aunque no puedas comprender

Y vive, pues ten por seguro
que solo se vive una vez.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ayudas que tardan mucho en llegar

Huyen de la guerra, buscan un país que les acoja con amabilidad mientras quienes destruyen su país desaparecen de su faz, para poderlo habitar de nuevo en paz. Las imágenes se repiten a diario y causan escalofríos de solo imaginar que tú y yo también podríamos correr la misma suerte mientras las manos indecisas se frotan sin ayudar.

No sabemos si acaso podemos elegir nuestro destino o si acaso estamos atados a lo ya previsto.

Pero en todo caso hay algo cierto, estamos terminando el mes de Septiembre de 2015 y nuestra obligación es la de ser tan solidarios como podamos. Nuestra obligación es dejar de mirarnos el ombligo y ser capaces de ayudar a quienes nos necesitan de la forma en que podamos. Hay que buscar nuevas fórmulas de seguir soñando un mundo más justo y ponernos en marcha. Hay tantos niños sufriendo y tantos padres cargándolos en sus espaldas con tanta incertidumbre que hasta el corazón más fuerte está a punto de reventar. Hay sufrimientos tan inconmensurables que solo cabe confiar en que sabremos resolverlo todo antes de que sea muy tarde.

Quienes no somos inteligentes esperaremos que quienes presumen de ello se pongan a inventar esa fórmula que de cabida a eso de lo que presumimos: Somos humanos. Todos venimos del mismo sitio e iremos al mismo lugar cuando terminemos la cuenta atrás. Solo podemos ayudarnos los unos a otros porque todos venimos dotados de esa capacidad.

Demostremos que todo aquello de lo que presumimos es real. No esperemos más.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Quienes se cruzan de brazos nos pisan

Mientras todos los trabajadores de la empresa buscan apoyos, algunos ya han dictado su sentencia: "Hagamos lo que hagamos queda claro que el grupo Alcoa quiere cerrar en Avilés".  Una posición muy cómoda, como siempre, no vayamos a despeinarnos intentando detener su marcha, ni cabrearnos, ni armar revuelo... casi podríamos añadir que tanto nos da. Esta es la posición del PP respecto a esto.

Los demás partidos políticos se reúnen para intentar pactar acuerdos y soluciones que consigan mantener abierta la fábrica, a falta de lo que diga Podemos, al menos esta era la información que daban ayer en la Televisión del Principado de Asturias; la TPA. Para mí, con diferencia, el mejor informativo a nivel nacional que comienza a las 8 de la mañana a desgranar las noticias del día, para que te vayas enterando de lo que va trayendo fresco la actualidad.

Pues bien, de puertas para afuera cada quien extrae sus conclusiones, de puertas para adentro los primeros afectados por estas decisiones se quedan de patitas en la calle este viernes. Las primeras listas de despedidos, que hasta ahora eran trabajadores con un puesto fijo (todo lo fijo que de años a esta parte se puede estar), recorren las oficinas. Detrás de cada despido hay una triste historia. Cada uno con sus hijos, sus hipotecas, sus circunstancias, sus propios gastos a cuestas y su decepción. Sus recuerdos, anclados durante tantos años a su trabajo a una fábrica que marchaba viento en popa y que ahora comienza a escorar.

Yo sigo sin resignarme a que más padres de familia vivan en la más absoluta incertidumbre. A que más empresas echen el cierre porque se les exige tanto que ya ni quieren molestarse en seguir. Sigo sin querer acostumbrarme a que para un trabajador su trabajo sea tan tambaleante como mantenerse en pie dentro de un bote pequeño sobre un mar encrespado.

No quiero acostumbrarme a que los desahucios o las comidas en los comedores sociales sean la norma y no excepción en un país gobernado por quienes se conforman con que las cosas sucedan sin intentar luchar porque se detengan a tiempo. Y se mantengan firmes sobre todo aquello que prometieron una vez. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Vive tu vida, no la de los demás

Todos construimos en cierta medida nuestra dicha o nuestra infelicidad. Es lo que se me ocurriría después de leer esta entrada de blog que tal vez no nos cuente nada nuevo, pero si nos cuenta algo que vale la pena recordar. Y tener presente cada segundo del día.

Hay circunstancias que jamás podremos controlar porque vienen del exterior, así como pensamientos que de tanto repetirlos son propios.

Cuidemos que dentro de nosotros mismos todo lo que ocurra sea positivo y nos llene de fuerzas. Porque nuestra propia fuerza bien alimentada siempre nos sostendrá. 

viernes, 4 de septiembre de 2015

Sin un pan bajo el brazo, el hambre

De un tiempo a esta parte han ido cambiando las reglas del juego bajo el lema "todo por el recorte". Se dice y se repite que hay que hacer un gran esfuerzo para volver a poner al país en su lugar, a lo que cabría examinar que circunstancias lo dejaron como está y se me ocurre que quizás solo una lo bastante grande para dejarlo a la deriva: la corrupción. Claro que también hay otras causas que sumadas a esta misma fueron de mal en peor.

Lo que ocurre es que un gobierno anterior utilizó otro lema que podría calificarse como "Viva la privatización" y comenzó a vender a países extranjeros nuestras mayores empresas. Mientras muchos aseguraban que eso las haría más rentables y abrirían más puestos de trabajo yo me deprimía pensando que la empresa que me había criado desde que vine al mundo cambiaría de dueños y qué sucedería si un día dejaba de interesarle por los motivos que fuese. 

Sucedería que desmontarían las plantas, dejarían el solar vacío y llegarían la penuria y el desastre.

Que ahora se ve venir leyendo en este enlace

Lo grave es que se trata solo de una de tantas empresas que antes eran nuestras y ahora están en manos extranjeras. Lo peor es que si se trata de obtener beneficios a cualquier precio, hay gangas que ni siquiera interesan. Lo que viene a significar que si quieres recortes y juego a tu mismo juego puede que lo primero que recorte sea a ti.

PD: Ya nos dirán que no es el tema político el que no funciona, pero ya sabemos que a mí no me cuesta disentir.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Un verano que se acaba

En estos meses de verano se ha escrito una historia por sí sola: la de los devenires diarios en que la mente ha ido tomando sus conclusiones. El resumen sería sencillo, es decir, la historia está escrita, Del mal humor que en este mismo instante me apodera saldría una historia muy buena, pero mi mal humor suele durar muy poco porque soy consciente de que mi vida, como la de todos, ha de ser muy corta; y no quiero pasarme los días con cara de vinagre por decisiones que no partieron de mí.

No me compensa sentirme mal por dentro, ni ser vengativa, ni ser mala gente por la sencilla razón de que no quiero serlo -al menos no quiero serlo de un modo consciente-, siempre me queda la opción de intentar que mi próximo verano sea mejor a este. Al menos el intentarlo está a mi alcance.

Podría escribir una excelente historia si lograse que permaneciese en el tiempo todo lo que se me ha ocurrido hace un instante, si además tuviese la capacidad de crear buenas historias, que eso es otra cosa. Pero voy a dejarlo a un lado y seguir mirando hacia adelante, sé que puse lo mejor de mí y sé que aunque quisiera no lo podría haber hecho mejor; con eso me vale.

Hay pocas cosas que odio en esta vida, la que más es que un rico se quede con dinero que un pobre se ha ganado un día tras otro con un esfuerzo que no ha escatimado.

Sé que estoy en la capacidad de escribir esa historia, pero bien pensado, historias como esa se escriben cientos de miles de millones por segundo a tiempo real. Más diré, por eso pasa todo lo que pasa en este mundo.

No hay mayor riqueza que ser honrado, y para ser honrado lo único necesario es no robar. Quien roba se queda con el pan que otro se ha ganado. Nada tan vil.

martes, 1 de septiembre de 2015

La realidad, ese muro infranqueable

Quizá siguiendo la tónica general de los últimos años debamos acostumbrarnos a que pasados unos meses nos vuelvan a poner en la encrucijada de si podremos conservar nuestros trabajos.

O nuestras viviendas, o nuestra salud, o nuestra tranquilidad, al menos la necesaria para conservar una cordura aceptable dentro de un mundo tan tendente a cambiar.

Alguien dijo que con perseverancia y trabajo duro todo se puede lograr. Creo que es cierto, pero claro, si te dejan. Entre los nuevos avisos de la empresa que se queja de que si el precio de la luz sigue siendo ese, cierra; y la llegada masiva de emigrantes que huyen desde otras fronteras, intentando escapar de una vida que no quieren, nos hayamos ante la cruel certeza de que no basta con querer que algo suceda. El factor suerte también cuenta. Y la suerte no es tan fácil de encontrar.

Mientras medio mundo se lleva las manos a la espalda y mira al frente, otro medio lucha por todos los medios de cambiar aquello que es cambiable. Aunque que nunca podrá conseguirlo si no se colabora desde la otra mitad.

Hay mitades dispuestas a repartir con los otros sus riquezas y mitades que no cederán ni una migaja de aquello que les sobra.
Así nos va.

jueves, 27 de agosto de 2015

Sonrisas solo aparentes

Fueron educadas en colegios de monjas donde solo asistían las personas de mayor poder adquisitivo, pero nunca supieron desobedecer. Aún hoy, a sus setenta años no pueden ser incorrectas pese a verse a menudo envueltas en la soga prieta que llegan a ser las buenas maneras. Pocas veces hacen lo que quieren hacer, siguen la agenda que otros les marcaron desde la niñez. Las observo y me digo que me gustaría ser como ellas, vivir bajo esa disciplina que no admite quiebros, pero sé que me engaño, porque no deja de ser la misma que hace que cada día resulte idéntico al anterior: Y yo me asfixiaría sabiendo de antemano como transcurrirá cada minuto del día de hoy.

Admiro a las personas educadas, pero admito que no lo soy, si me paras en la calle para hablarme y no me interesas lo más mínimo porque tienes una lengua tan afilada que vas a cortarme en trocitos cuando me aleje de ti, sabrás al instante que me alejo no porque tenga prisa, si no porque no pienso perder ni un segundo de mi tiempo para dedicártelo a ti. Lo sabrás porque intentaré que te quede tan claro a la primera que no habrá el mínimo margen de error por obtuso que seas.

Mi educación solo llega hasta donde alcanza mi verdad, creo que todos los educadores del mundo deberían dejar un espacio a la persona para obrar según su criterio, pero claro, si hablamos de las buenas formas y quienes siguen esas modas aún en contra de sus propios sentimientos nos encontramos con relatos tan inverosímiles como una novela inventada desde el principio hasta el final. 

A veces no hay nada tan ficticio como la realidad que se te presenta delante de los ojos, a menos que sepas mirar más allá de lo aparente. Justo donde termina el actuar.

domingo, 16 de agosto de 2015

Al fin unas respuestas que no quiero desoír

Se suele tardar en encontrar las respuestas verdaderas, pero es cuestión de tiempo el acabarlas encontrando.
-¿Por qué escribía?
-Porque sentía una enorme necesidad de decir ciertas cosas que sentía que no se decían.
-¿En verdad nadie las decía?
-Se decían pero yo no estaba lo bastante informada. Ahora procuro estarlo y encuentro gente que está en mi sintonía.

-¿Por qué dedicaste tanto tiempo a escribir novelas que aún no han visto la luz pública?
-Supongo que porque era algo que me entusiasmaba. Mis historias trataban sobre temas originales (al menos eso me parecía), y quería ganarme un dinero que pudiese aportar a mi familia de una forma que me hacía feliz.

La pregunta ahora sería: ¿De verdad lo ves viable?
-Ahora casi que no. Pero queda una ínfima probabilidad que se resiste a desistir.
-¿Qué te llama más la cantidad o la calidad de un escrito que decidieses vender?
-Sin duda la calidad. Nunca fui práctica.
-¿Entonces qué te detiene?
-El creer que nunca alcanzaré la calidad necesaria para salir al mercado a competir con un mínimo de garantía.
-¿Eso te quita el sueño?
-Cuando unos sueños se apagan otros comienzan a brillar para mí. Lo importante de todo es estar viva para tener la suficiente fuerza para vivir una vida que merezca la pena ser vivida. Siento que es este el único requisito que se me puso al llegar a la vida.

lunes, 10 de agosto de 2015

Asómate a la realidad

Mientras tú compras un perro, otro muere en la calle. No compres, adopta.

Os dejo el enlace de un lugar muy especial en el que se ama a los animales y se comparte lo que les sucede. A veces ver es colaborar.

twitter.com/A_n_i_m_a_l_e_s

jueves, 23 de julio de 2015

Despertar a la realidad

Cada día nos cuentan la realidad desde periódicos, telediarios o sucesos cotidianos más bien cercanos. Y nos damos cuenta de que la realidad a veces es muy difícil de creer. Casi no nos la podemos creer, pero sabemos que ha sido verdad, por eso tenemos que tragarla y después esperar a su digestión. Aunque alguna se indigeste de por vida.

Después sigues reflexionando sobre la necesidad de escribir ficción. Y te dices que en verdad no hace falta, ni siquiera necesitas escribir, es cierto que ya está todo escrito. Se halla en las hemerotecas desde hace siglos, y se actualiza a cada latido de esta vida en que aún estás.

sábado, 18 de julio de 2015

Canciones que cuentan historias

Es tiempo de vacaciones y la música consigue pasar a un primer plano gracias a las verbenas de verano. Sucede que a veces una canción de un solo minuto condensa una historia que puede llevar muchas páginas escribir. El por qué nos gusta una canción y no otra es algo muy relativo, unos la eligen por el sonido y otros por lo que cuenta. A veces por la suma de los dos.

Algunas canciones nos recuerdan una historia y nos apena que lo que en su momento fue un error tonto terminó con lo que tenía fuerza suficiente para durar una vida. En ocasiones se dan tragedias así. Pero no es necesario contarlo con amargura, la vida siempre sigue y siempre sorprende; siempre quedan buenos tiempos por vivir.

Después de los cambios de registro y de imagen de nuestros cantantes preferidos ( a veces prestos a destrozarse con cirugías), volvemos a las raíces donde todo nace. En las pequeñas orquestas suele darse la frescura de quienes salen con la sola intención de animar y así lo hacen.

Por cierto, qué pedazo de artista Luismi :-)

www.youtube.com/watch?v=-XYWFeJxr2c

miércoles, 8 de julio de 2015

Otro verano al borde del mar

Llegó el verano y la gran casona construida junto al mar abrió sus puertas. Cada mañana la recorre el silencio y el orden más absoluto. Se han plantado catorce hortensias en aquel jardín recién restaurado que asemejaba a un panteón, sus flores rosas y azules forman una perfecta combinación que rompe por completo el dramatismo del mármol negro. También el resplandor del mar bajo un sol de justicia contribuye en su contraste a que las enormes hojas de las hortensias tan verdes y tan grandes otorguen esa especie de paz.

Siento que no es necesario escribir. No preciso escribir. Se sienten tantas cosas y existe tal paz ahí adentro que no hay nada más restaurador que el silencio. La casa reúne a todos los santos habidos y por haber, algunos son de la época actual, pero la gran mayoría cuentan con siglos de antigüedad. Es como pisar un museo.

Hay algo hipnótico en ese lugar, como el germen de algo precioso que aún está por brotar. Presiento que utilizo todo el tiempo un tipo de teclado que no sabría nombrar, que no deja de registrar anotaciones que pese a todo no conseguiría encontrar. Quizá no escriba, pero me siento invadida por esa especie de paz infinita que se tiene después de haber compuesto un buen capítulo de una obra global.

Me reservo apenas unos minutos diarios para acompañarme allí dentro de un buen libro: Contra el viento, de Ángeles Caso. Esa será mi lectura de este verano. Mientras leo tengo la sensación de haber elegido el libro exacto dentro de aquella tienda de revoltijos que como librería improvisada nunca me dejará de asombrar.

Creo que vuelvo a estar inmersa en otro verano sin anotaciones en el que no obstante no dejaré de anotar. Es como si alguien ya me hubiese escrito la novela en la que me muevo como un personaje más.


miércoles, 1 de julio de 2015

El corazón en la maleta, de Luis Fonsi

No puedo evitarlo, cada vez que suena esta canción pienso en todos los jefes que aprovechando la pésima situación laboral del país estiran la cuerda de la exigencia y menguan el sueldo a pagar. Día si y día también uno escucha a su alrededor nuevos abusos. Ya no se respeta nada. Por no respetar no se respeta a la infancia. Cada vez hay más niños desprotegidos debido a que sus padres necesitan tres empleos para reunir el mismo sueldo que antes cobraban por uno.

No sigo porque esto me sigue recordando a esa vida de la que hablaban hace tantos años nuestros abuelos y que tanto nos costaba imaginar. Ahora ha llegado para quedarse en nuestra vida real. Incluso los fantasmas campan a sus anchas por las televisiones con el rollo patatero de que todo lo que sucede es por nuestro bien. Vamos, la cantinela universal.

Ahora piensen en todo lo que acabo de contar y escuchen el estribillo:



Y yo me voy, adiós, me fui y no me importa. 
Nada me detiene aquí, la vida corta. 
En avión, por tren, por mar, por lo que sea. 
Soy feliz de haber perdido la pelea 
Y te quedas con mi firma en la libreta. 
Yo me llevo el corazón en la maleta. 

Brindo por conservar el derecho de poder elegir a quien honramos con nuestro trabajo. Otro de nuestros derechos en vías de extinción. 
Leyes mordazas No.