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miércoles, 20 de julio de 2016

Va por rachas


Internet parece ser el lugar donde se encuentran todas las respuestas, sin embargo de un tiempo a esta parte se me antoja un sito en el cual perdemos demasiado tiempo en el que podríamos estar disfrutando de los demás: aquellas personas que hacen que nuestra vida sea especial.

Lo mismo diría de la televisión, de la radio o de cualquier cosa con que llenemos el silencio, ese espacio vital en el que conocernos, para saber qué es para nosotros lo importante. Nacemos con una serie de tiempo limitado, somos conscientes de ello cada vez que alguien conocido se nos muere. Sabemos que tal vez nunca llegue para nosotros el año que viene, el mes que viene, el minuto siguiente...es por eso que cada vez le dedico menos tiempo a Internet.

Entre tantas cosas en las que he dejado de creer, ya se encuentra. Tal vez por toda la publicidad que comienza a pulular por todas partes, Comienza a ser lo mismo que ver la tele, se suma el tiempo perdido entre aquello que no quieres ver. Puede que sea desánimo, o el principio de otra etapa. Y no importa, la vida a tiempo real es mucho mas interesante y ocupa todo mi tiempo. Y lo disfruto. 

Es verano. Un verano que llena los cielos de soles y de nubes, con alguna lluvia. Vivir en Asturias es una aventura diaria. Aquí la belleza es un privilegio constante. Cualquier sueño parece alcanzable si lo que deseas es ver un lugar rico en todos los matices que se quiera.

Va  por rachas. Sentir que el corazón está repleto de buenos momentos es una costumbre que por nada del mundo quiero perder. El paisaje es de un verde frondoso desde mi ventana, mezclado con el azul del cielo en una mañana sin sol, con muchos rollos de hierba seca por todas partes, dos caballos pastando en el alto de un promontorio, muchos árboles y algunas casas como salpicadas de cuando en cuando. Dos caballos más se han sumado como queriendo retratarse en mi entrada, ya son cuatro y a lo largo de la mañana se sumará alguno más En días como hoy creo que ser más feliz no se puede.

Tal vez la felicidad sea poder disfrutar de lo que se tiene, aunque pertenezca a la tierra. No plantearse metas y no detenerse. Dejar que nuestros pasos nos lleven a donde debamos estar.


miércoles, 6 de julio de 2016

Gente buena, buena gente

Las palabras que desean ser escritas han dejado de llamar a mi puerta, han entendido el mensaje de prohibido molestar que he colocado al fondo de mi cabeza y si alguna vez entran con su petición, se alejan de puntillas, intuyen que de alguna forma han dejado de hacerme falta. ¿En verdad habrán dejado de hacerme falta?¿O acaso ha terminado venciendo mi idea de que en el fondo nunca estuve preparada para lo que entraron a pedirme alguna vez? No se si las preguntas y respuestas al respecto acaso importan.

Todo nació con lo mucho que me molesta que unos tengan el poder y otros la obligación, unos el destino de cara y otros vuelto del revés, con que haya gente mala, gente muy muy mala a la que todo les sale bien y gente buena que aun respira porque tiene una enorme voluntad de seguir vivo a pesar de los pesares, mientras otros ponen un pie en su espalda para que no salgan de donde están. En el fondo eso es lo que me irrita, que unos vivan a cuerpo de rey solo porque alguien que les supera en todo con creces, ha nacido en un país mísero del que se vio obligado a emigrar en busca de pan, para sí y para los suyos.

Caminamos hacia más de lo mismo y quizás peor, ya no quiero que las palabras que desean ser escritas me vengan a visitar. Ya no se me ocurre nada que hacer con ellas. Quiero que de una vez comprendan que nunca podré cambiarlas por billetes con que comprar felicidad alguna para los demás, quiero que se enteren de una vez de que hay gente tan pobre que tiene su vida alquilada a quien les puede pagar. Cambian sus horas de sueño, de ocio, de cuidado a sí mismos y a quienes quieren, hacen maletas para irse tan lejos que tardan muchos años en regresar de visita a sus pueblos y a sus gentes; que es justo el sitio en el que pudiendo elegir desearían estar.

Hay días y momentos en los que solo puedo regalar mis oídos y mis palabras, no las escritas -esas tal vez nunca hayan servido para otra cosa que para escucharme a mí misma- si no las dichas. Y tal vez porque me salen directas de la verdad, causan ese efecto que tanto agradezco, algunas veces, en quienes me importan de veras, aunque haya escasas horas que les conozco. Esa es la magia del universo a fin de cuentas: saber que por tristes que sean las historias y por injustas, hay gente que nos supera en bondad y en cualidades. Nos superan un millar de veces, y nos escuchan como si fuésemos una roca sólida a la que aferrarse mientras la inmensidad de un océano entero les azota y les lanza al fondo. Regalándonos la sensación de que en medio de todos sus problemas les hemos dado una llave que les abre una nueva puerta de algo parecido a una esperanza o una salvación. Gentes que no comprenden que para nosotros el verdadero regalo es llegar a conocer a personas como ellos.

Y la vida les ha maltratado tanto que aunque en adelante les mime ya tienen el daño el hecho. La avaricia y el poder corrupto de unos pocos destruyen el futuro de muchos.

A veces las palabras vienen a reclamar ser impresas en letras de molde, y las traigo. Las voy amontonando por aquí.




sábado, 18 de junio de 2016

En decisión de tu libertad

Te piden un imposible
que en algún tiempo 
posible fue,
pero ahora no

meditas un segundo
y la respuesta en tu corazón
es certera, no hay duda
la respuesta es no

atrás quedaron instantes
que han variado la dirección
ahora tienes alas
tus alas vuelan
te defiendes con un no

el silencio dura minutos
tal vez horas, al otro lado
quizá haya pataleo o furor
pero tu paz se acomoda
en la libertad alada de un no

Piensas que al final cada quien
ha de hacerse responsable de lo suyo
ha de vivir con acierto, alegría
generosidad, compasión, amor
y que a veces eso depende de un no

en verdad a veces un no
es el mayor comienzo
cuando al final de todo
el egoísmo paga su precio,
y  alza su vuelo un gorrión.

miércoles, 8 de junio de 2016

Garantía de coherencia, por favor

Estamos en campaña electoral otra vez y se nota, de pronto quienes no parecían preocuparse de los problemas de la gente común salen a la calle con una sonrisa para asegurarnos que nuestras neveras estarán repletas si les votamos. Para jurarnos que ningún banco se quedará con nuestras casas, que nuestros hijos tendrán garantizados los estudios a los que quieran acceder, o en su defecto a un trabajo remunerado. Para decirnos que nuestra salud está garantizada porque piensan en nosotros y seguirán mejorando la sanidad. Y de todo lo demás ídem de lienzo, si les votamos seremos las personas más felices de la tierra con un gesto muy sencillo: Ir a votar.

Al verlos recordamos esas elecciones que nos fastidiaron la vida. Las decisiones que tomaron y que lejos de ayudarnos nos pusieron el mundo cuesta arriba de un día para otro. Y es que nunca les faltará una excusa para cambiar nuestra realidad a su favor y decirnos que es por nuestro bien. Por nuestro bien. Aunque nos cueste creerlo y además no lo creamos y frunzamos el ceño...y lo mantengamos bien fruncido hasta la próxima elección, esa a la que asistimos cruzando los dedos.

Cruzando los dedos pero en pie, con el carnet en alto y nuestro voto dispuesto a volver nuestro mundo a su normalidad. No a la normalidad que alguna vez imaginamos, si no a la preciosa normalidad que dios mediante la mayor parte de nuestra vida tuvimos. Esa normalidad que nos mantuvo humildes pero felices como pocos podrían ser. Esa felicidad de sabernos dentro de un mundo en el que la coherencia era la máxima a garantizar.

viernes, 3 de junio de 2016

Un final feliz para Icaro

En la vida es muy sencillo escribir una historia, relato o novela y ponerle un final feliz, solo hay que escribirlo. Sin embargo no es tan fácil ¿o lo es? hacer que años de malos tratos y desamparo se tornen en lo contrario.

Es tan sencillo mirar esta foto y creer en que un animal así, un caballo con esa expresión en su cuerpo y la mirada en esos ojitos tiernos pueda tener de una vez la vida que se merece, que porque creo en que es posible lo dejo aquí, A la espera de que alguien le brinde todo ese cariño que se merece...ese caballo y tantos. Son el animal mas fiel que alguien se pueda imaginar, doy fe.

Un hogar para Icaro


sábado, 28 de mayo de 2016

No me quieras tanto

Lamentablemente las noticias siguen repitiéndose sin que parezca que estemos acertando porque tal vez no sea tan fácil detectar lo que ocurre y poner remedio. Intentar entender lo que pasa por una mente macabra, si no enferma, no siempre parece a nuestro alcance, aunque eso ya no cabe en la era digital.

Quizá el remedio definitivo sea informarse e informar. Y la red está  llena de lugares y consejos, dejo el enlace a un blog cuyo título sorprende tanto como su contenido, para que nunca nos dejemos de informar. La información puede ser un primer paso crucial.

No me quieras tanto

Un lugar que vale la pena visitar.

lunes, 16 de mayo de 2016

Solo pedimos un trabajo digno y bien pagado

Volvemos de nuevo a lo mismo, a las campañas electorales en las que todos quieren destacarse por ser mejores, en las que todos prometen, enseñan sonrisas falsas por doquier, de pronto tienen un interés profundo en lo que nos pasa...Aburren, cansan, parecen volver a ser más de lo mismo a la espera de que depositemos nuestro voto dentro de su urna y no en otras. Se me antojan lejanos, todos lo mismo de lejanos porque de haber sido como yo esperaba se hubiesen puesto de acuerdo en mejorarme la vida (en mejorarnos la vida), de modo que voy a decirles lo que espero de ellos:

Que dejen de empobrecernos de todas las formas posibles.

Que se pongan a crear puestos de trabajo porque somos tan pobres que solo queremos trabajar, porque desde niños nos dijeron que solo trabajando duramente llegaremos a vivir con tranquilidad. Porque solo si crean puestos de trabajo suficientes en todas las categorías estaremos bien atendidos en todas las áreas de nuestra vida; incluso en sanidad, que es donde más están doliendo todos sus recortes.

Más facilidades a la hora de acceder a un puesto de trabajo para todos. Y un sueldo sin recorte.

Creo que al final no pedimos ningún tipo de milagro y que es posible si se es honrado pensar en lo que conviene a la mayoría. De momento volvemos a las promesas, ya iremos viendo después qué queda de ellas.

(En medio del cansancio que me producen, me retiro y me callo. Vuelvo al silencio y la lectura, me maravillo de leer un nuevo libro del que nadie ha hablado. Sospecho incluso que los libros que no tienen ninguna campaña de publicidad son los mejor escritos).