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jueves, 30 de enero de 2014

Datos escalofriantes

Según un estudio reciente de Save Children el 30 % de los niños españoles pasan hambre. 

En un momento en el que quieren centrar el debate en los niños no nacidos, parecen despreocuparse de los que necesitan comer para crecer sanos, para no enfermarse, para poder resistir el ajetreo de la vida diaria; que desde su situación debe ser lo bastante horrible para necesitar un buen caldo caliente antes de irse a la cama.

Porque a la luz de todo lo que sus padres afinan, estos niños no tendrán estufa que les quite el frío, ni calzado adecuado para protegerles la humedad de las calles lluviosas, ni paraguas para reponer aquel que destrozó el viento, ni vehículo en el que acudir a la escuela en una época en que hay que gastos que sus padres no pueden afrontar. 

¿Cuántos gastos innecesarios se quitan los padres antes de aceptar que sus hijos pasen hambre? A mí se me ocurre que todos. El gas, la electricidad, la compra mensual e incluso semanal. Son datos dramáticos. ¿Cuántos de estos niños son convencidos a la fuerza de que no podrán comer? Esta pregunta también acude a mi cabeza. Ante la insistencia inocente de un niño que no sabe o que no entiende, y de unos padres que acusan la impotencia de no poder atender a su demanda, hay recorridos macabros que alguna vez escuchamos relatar a gente mayor.

Y volviendo al presente: ¿Cuántos de estos niños se enfermarán gravemente a consecuencia de no tener una alimentación adecuada? ¿Cuantas secuelas padecerán?

Es inevitable pensar, que uno de cada tres niños que te encuentras por la calle, está viviendo esta situación. ¡¿Y nadie sale a la palestra para defender sus derechos?!

Uno se pregunta qué clase de sociedad es esta. O qué clase de dirigentes auguran tiempos felices a la vista de los datos fríos. O no se lo pregunta porque así, con estos datos en el desayuno, se ve. 

miércoles, 29 de enero de 2014

Todo tiene un límite

Si miramos a algún lugar de la tierra en este momento podríamos decir que el abuso y el poder tienen un límite: lo que los ciudadanos tengan a bien soportar.

Se puede apretar suavemente, se puede seguir apretando a fuerza de costumbre y nuevas ambiciones a la vista; pero si no deja de apretarse, en un segundo inesperado todo puede estallar. Y una vez que se estalla no habrá regreso.

viernes, 24 de enero de 2014

Rayos de sol en un cielo gris

Están siendo días complicados en los que se mezclan muchos sentimientos, pero sobre todos ellos prevalece la idea -quizá romántica- de que ser buena gente al final tendrá su recompensa. Es un convencimiento nacido desde la propia infancia y que por lo tanto siempre se resistirá a morir...pese a todos los momentos de desánimo. Vivir actualmente en un país que marcha en un rumbo que no me gusta marca el compás, pero también la esperanza de que un día marcará otros derroteros es la causa de que siga creyendo en la humanidad. Hay mucha gente que a diario me demuestra, desde las noticias, los periódicos, la radio, los blog, los libros que leo, las personas que me encuentro por la calle...que vida solo hay una y que al final lo único que importa es tener un corazón lleno de muchas cosas para compartir.

Al final es lo único que importa. Y aunque hay días grises, cuando menos se espera, un rayo de sol asoma por entre las tinieblas y nos ofrece toda su luz y todo su calor, como quizá solo sabe hacerlo el amor.

Me asomo para dejar aquí una canción con dos voces que últimamente me han acompañado mucho fuera de esta pantalla. Dos voces que a las que recurro siempre que las nubes tapan el cielo por completo, porque actúan como los rayos del mismo sol. 



Elegancia y voz.

Atravesar el mar en busca de su otra orilla




Asomarse a la superficie del mar y respirar
con cierta intranquilidad ante el desafío
constante de dejar una vida entera atrás
sin perder de vista todo el mañana

creer en el futuro incluso sin verlo
saber que lo que aguarda será mejor
que todo aquello que se deja porque
todo lo que se deja se desmorona,

por la ineptitud de quienes aferrados
a sus despachos de terciopelo
son ajenos al frío de las aceras
de quienes duermen sobre un cartón

expuestos a clamor de la calle en que
unos ofrecen de buen ánimo su limosna
y otros insultan, se mofan, incluso patean
a quienes no tienen fuerza ni para defenderse.

A veces bien mirado es lo que dejas atrás
un país al borde de su desconche
y descascarado donde no es posible clavar un clavo
sin que todo se venga abajo roído por la termita

Miras al horizonte que dejas atrás y ves también
tus amigos, tu familia, esos a los que no verás a diario
y esa herida duele al borde del quebranto,
saltan las lágrimas que engrosarán el mar

pero tienes que mirar hacia adelante a esos brazos
dispuestos a abrazarte hasta recomponerte
al encontrarte en ese para siempre conocido
que tanto necesitabas para ser de nuevo tú.

Ser tú de nuevo ante las inclemencias que toquen
en esta lotería que es vivir, y ahora más aún
en que mirando el horizonte por atravesar, da miedo,
un miedo que solo quita el recuerdo de esa mirada

que espera para seguir ya a tu lado el resto de la vida.
Bien pensado no está mal, es todo lo que precisas
y la vida se andará, paso a paso se pisará el camino,
los tuyos estarán siempre cerca, envueltos en tus latidos

como todo lo que lejos o cerca permanece por ser verdad
esa única e intransferible que se sostiene por su propio pie
que pertenece a su misma naturaleza, que es una con la vida,
y que irás leyendo sobre las olas del mar mientras esperas la orilla.

sábado, 18 de enero de 2014

Escribir bien

Escribir bien es imposible sin usar bien la ortografía y no es tan sencillo como imaginé. La de errores que sigo cometiendo me quedan claros cada vez que entro en esta página, que aviso: engancha.
(Del verbo retuitear).




No confundir: "En torno" alrededor de o acerca de. Ej. La novela gira en torno a él. "Entorno" ambiente. Ej. Tiene la imagen del entorno.

miércoles, 15 de enero de 2014

Distintas formas de verlo

Esta mañana escuchaba la radio, que habló durante una hora del recibimiento de Obama a Rajoy, me perdonarán que no haya visto por televisión el tan retransmitido encuentro. Procuro mantenerme aislada de todo en estos días para poder plasmar en otras hojas lo que represento en mi imaginación (intento terminar una novela). No obstante en la tertulia radiofónica, se oyeron distintas voces con distintas opiniones irreconciliables entre sí.

Les escuchaba hablar y me preguntaba qué opinión importa más, la del presidente de un país, enfocado en sus propios intereses, o la de aquellos que durante este mandato perdieron sus trabajos, vieron disminuidos sus derechos como ciudadanos o fueron desahuciados. La de quienes ven tambalearse la empresa en la que trabajan, o la suya propia, la de quienes apenas ganan para pagar facturas, o comida para sus hijos...Para mí esta claro, yo doy prioridad a aquellos cuyas vidas eran perfectas, trabajando mucho para conseguir lo que querían, eso sí, pero cuya vida se dejaba reconducir. Hace un rato que apagué la radio y andaba por la casa recogiendo, limpiando, pero no pude quitarme esa nube de la cabeza, después encendí el ordenador intentando buscar algo que reflejase esa sensación de la que no pude zafarme. Y lo encontré aquí.

Os dejo esta belleza de poema

Que resume de un trazo perfecto todo aquello que yo no hubiera sabido decir.